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Introducción: “Motivos”, “necesidades”, “impulsos” e “instintos”, son constructos diseñados para explicar la conducta, pero no se pueden observar ni medir directamente. Las necesidades son lo que el hombre indica: deficiencias, y pueden basarse en requerimientos corporales específicos, en el aprendizaje, o en una convinación de estos dos. Sin embargo, motivo o motivación se refiere a un estado interno, que puede ser el resultado de una necesidad y se caracteriza como algo que activa o excita una conducta cuyo objetivo es satisfacer el requerimiento instigador. Los que son establecidos por la experiencia son conocidos sólo como motivos, mientras que los que atienden a la satisfacción de las necesidades básicas se les denomina impulsos, de origen biológico, pero a su vez estos últimos son moldeados poderosamente por la experiencia. Podemos decir que los términos de motivos y necesidades, en el caso de no tener bases biológicas evidentes, se pueden intercambiar. El concepto de instinto ha tenido una gran controversia. En un principio se asoció a patrones conductuales determinados por la herencia, pero muchos autores declinaron este término porque implicaba “solo hereditario”; también se dijo que “las personas se ven impulsadas a actuar por instintos”. Todo esto hizo que los psicólogos se decepcionaran de este término. Hoy en día se prefiere el constructo patrón de acción fija, definiéndose estos como respuestas particulares a claves particulares, específicos a hembras o machos de una especie determinada, estereotipados, que se completan una vez iniciados, resistentes a la modificación y, en su mayor parte no aprendidos. También hay otro concepto preferido al de instinto por su claridad, el de predisposición genética. 1. - Modelos de motivación Hay dos modelos populares:
El modelo homeostático supone que el cuerpo tiene patrones de referencia para cada una de sus necesidades. El criterio de referencia indica el estado óptimo, ideal o de equilibrio, a su vez el criterio puede estar determinado por la experiencia o por los genes. Cuando el cuerpo se aparta de manera importante de uno de sus patrones de referencia, como lo hace en forma continua, surge un requerimiento. La necesidad activa un motivo y el motivo desencadena una conducta dirigida a restablecer el equilibrio. De acuerdo con este modelo la motivación sirve como el gran plan corporal de autorregulación, o de homeostasis.
Los incentivos se definen como los objetos, sucesos o condiciones que incitan a la acción. El modelo incentival indica que a menudo las experiencias y los incentivos alteran las cogniciones y las emociones, llevando a la motivación, la cual a su vez excita conducta, la que puede cambiar otra vez las cogniciones y las emociones, incrementando o decrementando el nivel de motivación. Los incentivos, las emociones y las cogniciones suelen convinarse con los mecanismos homeostáticos para moldear los impulsos básicos. En otras palabras, una serie de fuerzas internas y externas controlan gran parte de nuestra motivación. Los psicólogos a veces distinguen entre incentivos internos y externos: distinción que se establece para el reforzamiento intrínseco y extrínseco. Los incentivos extrínsecos son los que se encuentran externos a la realidad, sin embargo lo que es motivante de manera intrínseca (incluido en la actividad) pueden variar de una persona a otra, a excepción de los impulsos básicos que con frecuencia son motivantes intrínsecos. Una extensa literatura de investigación sugiere que el ofrecimiento de recompensas (incentivos extrínsecos) para que se realice la conducta, inhibe los incentivos intrínsecos. Las recompensas también tienen un aspecto de retroalimentación; indican que algo se hizo lo suficientemente bien para la recompensa. Cuando lo más importante es el aspecto de control de la recompensa las personas tienden a perder interés por las actividades que se recompensan. La motivación intrínseca parece desarrollar la curiosidad, el aprendizaje conceptual y la creatividad. 2. - Teoría de la jerarquía de A. Maslow: Psicólogo estadounidense y máximo exponente de la psicología humanística, nacido en Nueva York, y formado en la Universidad de Wisconsin. La mayor parte de su carrera docente transcurrió en la Universidad de Brandeis. Abraham Maslow fue un psicólogo humanista que sugiere que los motivos están ordenados. Él afirmaba que los seres humanos nacen con cinco sistemas de necesidades, organizados en una jerarquía. Conforme se satisface un conjunto de necesidades es sustituido por uno nuevo, a sí se sube en esta escala a través de los varios sistemas, de manera ordenada. La teoría de Maslow hace hincapié en las necesidades fisiológicas, estas necesidades requisitos para la supervivencia, son las más fuertes y urgentes. Deben gratificarse hasta cierto punto antes de que surjan otras necesidades; si solo una de ellas permanece sin satisfacer, puede dominar a todas las demás. Una vez que se han satisfecho las necesidades fisiológicas humanas, se hacen aparentes las necesidades de sentirse protegidos, libres de peligro y de seguridad. Las personas pueden adoptar religiones y filosofías que les ayuden a organizar sus vidas y que les aporten seguridad. Cuando se logran las necesidades de seguridad, surgen las de afecto, intimidad y pertenencia. Desde el punto de vista de este autor, la vida moderna urbana es solitaria por varias causas: los lazos tradicionales familiares se han desintegrado conforme las personas se concentran en si mismas y las actividades diarias de una gran ciudad tienden a ser impersonales. Si se han satisfecho las necesidades de afecto, dominan las necesidades de ser querido por uno mismo y por otros. Los individuos quieren ser valorados por su comunidad, en su trabajo y en su hogar y desean respetarse a sí mismos. Por último, cuando todas estas necesidades están satisfechas, las personas buscan la autorrealización, la cual es muy difícil de alcanzar y muy poca gente la consigue. 3. – Motivos y centros de placer Cuando se presenta una necesidad biológica hasta cierto grado, parece ser que satisfacerla genera dos tipos de placer. En primer lugar el alivio que se genera al liberarnos de las tensiones y de la incomodidad que normalmente acompaña a la deficiencia y en segundo lugar un componente de placer más vivido, o gusto, que a menudo viene de satisfacer un impulso básico. Las personas están acostumbradas a sentir placer al satisfacer una necesidad básica, esta expectativa puede considerarse como un incentivo que motiva a los individuos a satisfacer las necesidades corporales. El gozo que acompaña a los motivos está arraigado en el cerebro, en regiones denominadas centros de placer. Desde principios de la década de 1950 el médico Robert Health y sus asociados han usado la estimulación cerebral de manera terapéutica para aliviar el dolor crónico severo y para adquirir el control de cierto tipo de conductas problemáticas. Hoy en día los científicos saben que muchos mamíferos, incluido el hombre, tienen numeroso circuitos en el cerebro asociados al placer. Están muy bien localizados y dispersos por todo el cerebro y a todos los niveles. Parecen estar implicados varios sistemas neurotransmisores como la dopaina, norepinefrinas y endorfinas. A pesar de que os científicos no saben con precisión que es lo que realizan los centros de placer ni cómo lo hacen, afirman que la estimulación de un centro de placer acompaña la reducción natural de necesidades conforme los animales viven. Existen pruebas de que los centros de placer también se activan durante el aprendizaje y son excitados por dulces y drogas como la heroína y la cocaína. 4. –Motivación inconsciente Sigmund Freud afirmaba que los humanos muy pocas veces están conscientes de las fuerzas que los motivan. La gente a menudo no se percata de lo que percibe y piensa y con frecuencia se comporta de manera distraída o automática. No sería sorprendente descubrir que los humanos también están inconscientes de los motivos que generan conducta. Investigaciones acerca de los centros de placer del cerebro sugieren que la motivación inconsciente existe. De hecho, hay una gran cantidad de información que apoya la idea de que a menudo la gente no se percata de influencias en su conducta. Algunos individuos tienen más probabilidades que otros de no estar en contacto con sus experiencias internas. ![]() Todos los animales necesitan comida para satisfacer sus requerimientos diarios de energía, crecimiento y recuperación de tejidos. A pesar de que pocas criaturas regulan la ingestión de alimento de manera consciente, la mayor parte se las arregla para consumir lo indispensable para satisfacer sus necesidades. 1. –Bases fisiológicas del apetito Estomago. Muchas personas asocian el hambre con los gruñidos y ruidos de sus estómagos. También los primeros psicólogos establecieron esta relación. A sí Cannon hizo un experimento en el que quiso demostrar la relación entre los dolores manifestados y las contracciones estomacales, estaba convencido de que el estómago mandaba señales al cerebro cuando el cuerpo necesitaba comida. Más adelante se supo que la irritación estomacal, provocada por el globo que ingería para hacer el experimento, era el responsable hasta cierto punto de las contracciones. Con respecto a los “dolores de hambre” se sabe que el estómago, cuando se alimenta a intervalos regulares, es capaz de anticiparse a la ingesta y como consecuencia enviar señales nerviosas para disponer los músculos estomacales. Los músculos al contraerse producen las sensaciones que en el cerebro se interpretan como hambre. Boca y garganta. Los animales dejan de comer después de un número razonable de masticaciones, succiones y degluciones. Lo hacen incluso cuando no se absorben materiales nutritivos en el torrente sanguíneo. Las cualidades de la comida también alteran la ingestión; el sabor, relacionado con el olor, la textura y la temperatura es muy importante. Un fenómeno importante es el smorgasbord, que nos muestra que el gusto es muy importante en la ingestión: los organismos comen mucho más cuando se les ofrece una gran variedad de alimentos que cuando sólo se les ofrece uno. Las sensaciones orales parecen desempeñar diversas funciones en el control de la alimentación; contribuyen a que el cerebro oriente y coordine las comidas específicas que se ingieren para que se obtenga una dieta balanceada. Además, junto con otros datos de la formación reticular, las percepciones orales ayudan a excitar la corteza para que se estimule el apetito y exista motivación para comer. Sangre. La composición de la sangre proporciona información con respecto al ambiente interno del cuerpo. Niveles de glucosa, grasa y hormonas contribuyen a que el cerebro decida cuando debe activar o desactivar el hambre. Después de la comida, ciertas enzimas, abundantes en la saliva y en el estómago, descomponen el alimento en proteínas, azucares y grasas. El cerebro a partir de los datos que recibe acerca de la concentración de azúcar (glucosa) en sangre, decide cuando se ha ingerido suficiente alimento en las comidas y así ayuda a regular el peso a corto plazo. Además el cerebro analiza la química y cantidad de grasa en el torrente sanguíneo: las personas tienden a mantener sus células de grasa de cierto tamaño y composición química. Cuando cualquiera de estos niveles se aparta de lo normal se tiende a restablecer el equilibrio. Las glándulas endocrinas segregan hormonas, algunas relacionadas con la digestión, absorción y utilización de los nutrientes que se captan. Otras desempeñan funciones en la regulación del apetito y del peso a largo plazo. Cerebro. Numerosos circuitos cerebrales están relacionados con el control del hambre. Se piensa que el hipotálamo tiene mucha importancias en ella, sobre todo sus núcleos ventromedial (centro de saciedad) y el núcleo lateral (apetito). Todo esto ha cambiado un poco en nuestros días y hoy se piensa que los “centros de la alimentación” y “ los centros de la saciedad” deben considerarse de manera más adecuada como sistemas o circuitos que solo pasan por el hipotálamo. Pero además de desempeñar funciones en el hambre (que como he dicho aún no están muy claras) se piensa que es el responsable del alza en la activación que acompaña al apetito y del placer que sentimos al comer. También ayuda a regular ciertos procesos metabólicos y endocrinos. Pero no solo lo hace el hipotálamo sino que en el cerebro hay una serie de circuitos que desempeñan esta función (aún hoy no muy clara) y tampoco debemos de olvidar la influencia del ambiente como un factor más en la regulación del apetito. 2. –Apetitos específicos Unas influencias de los apetitos específicos son biológicas y cuya misión es la del mantenimiento óptimo del equilibrio de nutrientes en el organismo. De esta forma se regula la ingestión de proteínas o carbohidratos, por tanto los apetitos específicos se conforman al modelo homeostático de la motivación. Pero también se puede establecer otra causa, nosotros si hacemos una dieta no sana podemos sufrir enfermedades, de esta manera se establece una asociación y en lo posterior vamos a asociar una dieta mala con la posibilidad de manifestar una enfermedad. Los hábitos alimenticios derivados de la cultura pueden incluso sobreponerse a la necesidad y conducir incluso a desnutrición severa. A pesar de que las culturas moldean las preferencias generales en la comida las experiencias individuales también son importantes. Los gustos alimenticios de padres e hijos se parecen mucho y al parecer están implicados tres factores: imitaciones de predilecciones paternales y la exposición selectiva a los alimentos ingeridos en el hogar. La exposición es un moldeador muy importante de las preferencias en la comida, preferencias que duran hasta la vida adulta. Sin embargo, la exposición fuera de casa también influye en los gustos alimenticios y un ejemplo son los niños que van a las guarderías y son expuestos a las preferencias alimenticias de otros niños. E incluso pueden establecerse de manera accidental cuando se dan factores desagradables en el momento de la comida. 3. –Controles de peso: enfoque a la obesidad Por lo general el término obeso se aplica a individuos que acumulan una gran cantidad de tejido adiposo en el organismo. El concepto de peso ideal es un poco ambiguo y es posible que exista mucho margen para un peso saludable en cierta edad, estatura y complexión. Es común pensar que la obesidad está causada por sobrealimentación: las personas robustas ingieren más calorías pero el control del consumo de comida y del peso son muy complicados y están bajo influencias hereditarias y ambientales que se coordinan para determinar lo que la gente pesa. |