descargar 2.76 Mb.
|
cabo de sólo cuatro días estaban dispuestos a renunciar por completo a aquella suma. Y, cosa aún más sorprenden te, cuando se les dijo que esa posibilidad habría de discutirse con los miembros del mando antes de tomar una decisión, cada uno de los presos se levantó calladame nte y se dejó acompañar por un guardián otra vez a la celda. Si se considerab an sencillame nte "sujetos" particpante s en un experiment o por dinero, ya no tenían ningún incentivo para seguir en el estudio, y fácilmente podían haber escapado a aquella situación, que an claramente aborrecible se había vuelto para ellos, marchándo se. Pero era tan tuerte el imperio que a situación había legado a adquirir sobre ellos, aquel medio simulado se había hecho tan real, que no podían ver cómo haía desapareci do su nico y original motivo para seguir allí, y volvían a sus celdas a esperar la decisión de "libertad bajo palabra" de sus captores- ( odian haber escapado tan fácilmente a la situación'' ¿Por qué no se s dijo en aquella entrevista que os que quisieran irse podían hacerlo i remente, con tal que renunciara n al dinero'.' Si hubieran seguido todavía spues de ta anuncio, ciertament e huiera estado jusificado lo que dicen os autores acerca de su dociidad. Pero diciendo que "esa posiilidad a de discutirse con los miembros del mando antes de tomar una ". lon se les daba la respuesta urocrática clásica que en el fondo gnnicaba que los presos no tenían el derecho de irse. to' an realmente los presos que todo aquello era un experimen e nde del sentido que se le dé a "saer" \ de ios efectos que tenga int .Pess mentales de los presos si desde el principio se había creado lavplona nte ia confusión v va no podía "saerse" realmente cuál era d y cuál no. de la falta de preisión v de evaluación auocrítica de los 74 1NSTINTI VISMO, CONDUC TISMO Y PSICOAN Ar resultado s, el experime nto adolece de otra cosa: el no cornara resultado s con las situacion es carcelaria s reales del mismo tipo. s us mayoría de los presos en el peor tipo de prisión norteame ricana servil te dóciles y la mayoría de los guardiane s sádicos'' Los autores solament e a un ex convicto y un capellán de prisión en prueba de la r n de que los resultado s de la prisión simulada correspon den a los que suls hallarse en las prisiones de verdad. Como se trataba de una cuesti decisiva para la tesis principal de los experime ntos, hubieran debiri establecer más comparac iones por ejemplo mediante entrevista s sistem' ticas con muchos ex prisioner os. Y también, en lgar de hablar sencillam en te de "prisione s" hubieran debido presentar datos más precisos sobre el porcentaj e de prisiones de los Estados Unidos que correspon den al degradant e tipo de prisión que quisieron reproduci r. El no haber los autores contrasta do sus conclusio nes con una situación real es particular mente lamentabl e, ya que hay bastante materia disponi. ble acerca de una situación carcelaria mucho más brutal que la de las peores prisiones norteame ricanas: los campos de concentra ción de Hitler. En cuanto a la crueldad espontáne a de los SS, la cuestión no ha sido estudiada sistemátic amente. En mis propios, limitados esfuerzos para recabar datos acerca de la incidenci a de sadismo espontáne o de los guardiane s -o sea de comporta miento sádico que sobrepase la rutina prescrita y motivado por e goce sádico individua l- he recibido estimacio nes de antiguos prisioner os que van de 10 a 90%, y los cálculos más bajos suelen proceder de los que fueran presos políticos. 12 Para determina r los hechos sería necesario emprende r un estudio a fondo del sadismo de los guardiane s en el sistema de campos de concentra ción de los nazis; para ese estudio podrían emplears e diversos modos de enfoque. Por ejemplo: 1. Entrevist as sistemátic as con ex internado s en los campos de concentra ción -en relación con sus declaraci ones acerca de edad, razón de su arresto, duración del cautiverio y otros datos pertinente s- y entrevista s semejante s con antiguos guardiane s de esos campos.'' 2. Datos "indirecto s", como ¡os siguientes : el sistema empleado , al menos en 1939, para "domar" a los nuevos presos durante el largo viaje en tren hasta el campo de concentra ción, como infligirles grave dolor tisic (paias, heridas de bayoneta) , hambre, humillaci ones extremas. Los guardiane s SS eecutaban esas sádicas órdenes sin dar la menor señal o piedad. Pero posterior mente, cuando los prisioner os eran transporta por tren de un campo a otro, nadie tocaba a aquellos para entone 12. Comunica ciones personales de H. Brandt y el profesor H. Simo amos pasaron muhos años en campos de concntraci ón en calidad de' p políticos- y d otros que prfirieron no ver mencionad o su nombre. Ct. tañí"1 Brandt (1970). ! 3. Se por el doctor J. M. Seiner que está preparando un estudio para l P basado n tales entrevistas ; promete ser una contribuci ón importante . '* NTALIST AS Y CONDUC TISTAS75 BIENTAL Ü 1 - " pisioneros. (B. Bettelheim , i960.) Si los guardianes hubieran viejos iertirse con un comporta miento sádico, ciertament e hubieran querido temor al castigo.14 El que esto no ocurriera frecuentep odid conducir a ciertas conclusion es acerca del sadismo personal ilen_ ardianes. En cuanto a la actitud de los presos, los datos e os ¿ ios campos de concentrac ión tienden a refutar la tesis principal obte y Banks y Zimbardo, que postula que los valores, la ética y las riones del individuo no modifican en nada la influencia constriñent e o medio Por el contrario, las diferencias de actitud, respectiva mente, de los sos apolíticos, los de clase media (judíos en su mayoría) y los de nvicciones políticas o religiosas genuinas, o de unas y otras, demuestra n ne los valores y conviccion es de los prisioneros presentan efectivame nte una SeWllici en ccion a las condicione s de los campos de concentrac ión comunes a todos ellos. ---uño Bettelheim ha dado un análisis muy vivo y profundo de esta diferencia : Los presos no políticos de clase media (grupo minoritario en los campos de concentrac ión) fueron los que menos pudieron resistir el choque inicial. Eran manifiesta mente incapaces de comprende r lo que les suceda y por qué. Más que nunca se aferraban a lo que hasta entonces les infundiera respeto de sí mismos. Incluso mientras los estaban maltratand o aseguraban a los SS que nunca se habían opuesto al nazismo. No podían entender por qué ellos, que siempre habían obedecido a a ley sin hacer preguntas, eran perseguido s. Aun ahora, aunque injustamen te aprisionad os, no se atrevían a oponerse a sus opresores ni siquiera en pensamien to, aunque eso les hubiera proporcion ado la dignidad que tanto necesitaba n. Todo cuanto... sabían hacer era implorar, y muchos rebajarse. Como la ey y la policía tenían que estar por encima de todo reproche, aceptaban como justa cualquier cosa que hiciera la Gestapo. Su única objeción era que ellos se huberan convertido en objetos de una persecució n que en sí debía ser Jsta, puesto que la imponían as autoridade s. Racionaliz aban su apuro sstiendo en que todo era un "error". Los SS se burlaban de ellos, los "aaban mucho, pero al mismo tiempo saboreaban con ellos escenas rayaban su posición de superiorid d. Este grupo [de prisioneros ] en niodnnjunt 0 se Pcupaba en especial por que se respetara de algún tratar de clase media. Lo que más los trastornaba era que los la como vulgares delincuent es". Polti COInpcrta mlentc demostrab a cuan poco capaz era la clase media .", oral ca aemana de cer frente al nacionalso cialismo. Ninguna filosofa ] rza ltlca 0 social consistente protegía su integridad ni les daba eursn a una icia interna al nazismo. Tenían poco o ningún u estim c!ue cudir cuando eran sometidos al choque del aprisionam iento. acón de sí mismos se había basado en una categoría y un respeto Í4 p ando hahaque1 el guardián sólo tenia obligación de informar por escrito "abla atado a un prisionero. 76 INSTINT VISMO, CONDUC TISMO Y PSICOAN Álio fundados en sus posiciones, dependían de su puesto, de ser .efes de J familia o de factores externos anáogos ... ! Cas todos perdieron sus deseales característi cas de clase media como su sentimient o de propiedad y de dignidad. Se hicieron negligente s apareciero n en ellos en grado sumo las característi cas más indeseable s de grupo: mezquinda d, pugnacida d y lástima de sí mismos. Muchos estaba deprimidos y agitados y no dejaban de quejarse. Otros se dedicaron engañar y robar a sus compañero s. (Robar o engañar a los SS sola considerar se tan honorable como robar a los demás presos despreciab le.) Parecan incapaces ya de seguir una norma de vida popia y copiaban las e los demás pisioneros. Algunos seguían el comporta miento de los criminales Muy pocos de ellos fueron los que adoptaron las normas de os prisioneros políticos, por lo general las más deseables de todas, po sospechosa s. Otros trataron de hacer en prisión lo que. preerían hace fuera o sea someterse sin discusión al grupo dominante. Unos cuantos trataron de adherirse a los presos de clase superior y emular su comporta miento Muchos más fueron los que trataron de someterse servilment e a los SS y algunos incluso se hicieron espías de ellos (cosa que aparte de estos pocos sólo algunos criminales hacían). De nada les sirvió, por cierto, porque la Gestapo gustaba de la traición pero despreciab a al trador. (B, Bettelheim , 1960.) Bettelheim ha dado aquí un análisis penetrante del sentido de identidad y dignidad del miembro corriente de la clase media: su posición social, su prestigio, su poder de mando son los sustentácul os de su dignidadj Desapareci dos estos puntales, cae moralment e como un globo desin flado. Bettelheim muestra por qué aquella gente estaba tan desmorali ada y por qué muchos de ellos se hicieron abyectos esclavos y aun espas de los SS Un elemento importante de las cauas de esta transforma ción debe subraarse, v es que aquelos prisioneros no políticos no podían enender la situación no podan comprende r por qué estaban en el cm de concntraci ón porque eran víctimas de la convencio na crencia de q solo se castiga a los "criminale s" ... y ellos no eran criminaes b.a " de conocimie nto y la confusión resultante contriuyer on considerab le t a su desplome o L.OS prisioneros polticos y religiosos reaccionar on de ino compleo diferente a las mismas condicione s. Para los presos políticos que haan esperado ser perseguido s P010 prisión fue un golpe menos grave, ya que estaban psiquicam en.e P dos para reciirlo. Les dolía su destino, pero lo aceptaan en cíe como algo que cuadraba con su modo de entender la mar acontecimi entos. Se preocupaa n, como era lógico y omp futuro y lo que podría ocurrir a sus famiias y amigos pero no qué haan dr sentirse degraados por el hecho de su cautivla. padecieran tanto como los demás en las condicione s del campo. (lENTALl STAS Y CONDUC TISTAS 77 objetores de conciencia , todos los Testigos de Jehová fueron oin campos. A ellos los afectó aún menos la cautividad y se aviados ¡ntegros gracias a rígidas creencias religiosas. Siendo su único mantuvie " .g ¡os SS su negativa a portar armas, con frecuencia les ¿élit liertad a cambio del servicio militar. La rechazaron ofecía rme miembros de este grupo solían tener perspectiv as y experienci as has y deseaban hacer conversos, pero eran por otra parte camaradas ilares serviciales, rectos y de fiar. Discutían y aun se peleaban e mente'si alguien cuestionab a sus creencias religiosas. Debido a sus so icientes hábitos de trabajo, con frecuencia los escogían para capataces. pro una vez designados y habiendo aceptado una orden de los SS, istían en que los presos trabajaran bien y en el tiempo determinad o. " migue eran el único grupo de prisioneros que nunca injuriaba ni maltrataba a los demás (por el contrario, solían ser muy corteses con us compañero s), los oficiales de SS los preferían para ordenanzas por sus hábitos de trabajo, sus conocimie ntos y sus actitudes modestas. Muy al contrario de la continua guerra intestina entre los otros grupos de prisioneros , los Testigos de Jehová nunca hicieron mal uso de su proximida d a los oficiales de SS para conquistar posiciones privilegiad as en el campo. (B. Bettelheim , 1960.) Aunque la descripció n que hace Bettelheim de los prisioneros políticos j es muy incompleta ,1 de todos modos hace ver claramente que los '; internados que tenían una convicción y una fe reaccionab an a las mismas | cirunstanci as de modo completam ente diferente que los prisioneros desprovist os de esas conviccion es tiste hecho contradice la tesis conductis- J ta que Haney y otros trataron de demostrar con su experiment o. No tenemos más remedio que plantear la cuestión acerca del valor que puedan tener esos experiment os "artificiale s", habiendo tanto material Para experiment os "naturaes". Esta cuestión esant más lógica debido a que los experiment os de ese tipo no sólo no tienen la exactitud que retenden tener, que los haría preferibles a os experiment os naturales, |
![]() | ![]() | ||
![]() | «descubrieron» los teósofos. Por entonces había declarado que «la Verdad no puede ser organizada», renunciando a las propiedades... | ![]() | |
![]() | ![]() | ||
![]() | ![]() | ||
![]() | ![]() |