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de sus propios fines, no han conducid o formulaci ón de una hipótesis global acerca de las causas de la agre1.1 violenta. "En pocos de los estudios que hemos examinad o cond Megargee en su excelente examen de la literatura psicológi ca se intyt poner a prueba las teorías sobre la violencia humana. Lus esturttc empíricos que se dedicaron a la violencia en general no estaban destin a probar teorías. Las investiga ciones enfocadas sobre important es cues nes de teoría por lo general estudiaro n el comporta miento agresivo men fuerte o se aplicaron a sujetos infrahum anos." (E. I. Megargee , 19 Subrayad o mío.) Tomando en cuenta la excelenci a de los investiga dore, los medios puestos a su disposici ón y el número de estudioso s que ansia sobresalir en la labor científica, estos escasos resultado s parecen confirm la suposició n de que la psicologí a conductis ta no se presta a la creación ¿ una teoría sistemátic a acerca de las fuentes de la agresión violenta. 3 CTINTI VISMO Y CONDU CTISMO : DIFERE NCIAS Y SEMEJA NZAS U TERREN O COMÚN ci hmbre de los instintivis tas vive el pasado de la especie, y el de los ueistas vive el presente de su sistema social. El primero es una máauina que sólo puede producir pautas heredadas del pasado; el segundo maquinal que sólo puede producir las normas sociales del presente. Instintivi smo y conductis mo tienen en común una premisa básica: que el joinrenoti ene sique con estructura y leyes propias. ¡raeinstin tivismo en el sentido de Lorenz vale lo mismo; esto lo ha forulado en forma muy radical uno de los antiguos discípulo s de Lorenz: Paúl Leyhause n. Critica éste a aquellos psicólogo s de lo humano (Humanp sychologe n) que pretenden que todo lo psíquico puede explicars e sólo psicológi camente, o sea basándos e en los procesos psicológi cos. (El "sólo" es una ligera distorsión de esa posición para argument ar mejor.) Leyhause n arma que, por el contrario, "cuando no hallamos con certeza en ninguna parte la explicaci ón de los hechos y la vida de la mente, es que esa explicaci ón está en lo psíquico propiame nte dicho; por la misma razón precisam ente que no hallamos la explicaci ón de la digestión en los procesos digestivo s sino en aquellas condicion es ecológica s que hace cosa de mil millones de aos expusiero n muchos organism os a una presión selectiva ue, en lugar de seguir con la asimilaci ón sola de las materias nutritivas inorgánic as, les obligó a incorpora rse también las de naturalez a orgánica. OS procesos psíquicos nacieron asimismo bajo la presión selectiva, tienen un valor de conservac ión de la vida y la especie y su explicaci ón está, en todos los respectos, en algo anterior a ellos." (K. Lorenz, P. Leyhause n, uo) Dicho con un lenguaje más sencillo, sostiene Leyhause n que sólo Pueden explicar los datos psicológi cos por el proceso de la evolución . El o clave es aquí saber lo que él entiende por "explicar ". Si, por 1 Pro, uno desea saber cómo es posible el efecto del miedo en tanto que _ ncia de la evolución del cerebro desde los animales inferiores vol os P110 la tarea correspon de a los científico s que investiga n la ion del cerebro. Pero si queremos explicar por qué una persona tiene n H. von Foerste en el sentido de la "máquina trivial" de (1970). to (,. zo citado por Fromm, se halla en la p. 6 de Bioloía del comporta mienyhaii I tivas de la agresión, el miedo v la libertad) por K. Lorenz y P. usen, Siglo XXI, 1971. [T.] [83] 84 INSTINTI VISMO, CONDUC TISMO Y PSICANA T miedo, los datos relativos a la evolución no aportarán gran cosa respuesta; la explicaci ón tiene que ser esencialm ente de índole psicol' a Tal vez amenaza a la persona un enemigo más fuerte, o tiene que ]i ica' con su propia agresión reprimida , o padece de una sensación de imn cia, o un elemento paranoide le hace sentirse perseguid a, o . n" muchos factores que solos o juntos podrían explicar su miedo. On os explicar el miedo de una persona en particular por un proceso evolutiv er francame nte fútil. s La premisa de Leyhause n, de que el único modo de enfocar el estur de los fenómeno s humanos es el evolutivo , significa que comprend ernos In procesos psíquicos del hombre exclusiva mente sabiendo cómo por p proceso de la evolución llegó a ser lo que es. Parecida mente indica que lo< procesos digestivo s han de ser explicado s en función de las condicion e reinantes hace millones de años. ¿Podría un médico dedicado a los trastornos del tubo digestivo aliviar a su paciente preocupá ndose por la evolución de la digestión en lugar de estudiar las causas de ese síntoma particular en ese paciente particular ? Para Leyhause n, la única ciencia es la de la evolución , que absorbe todas las demás ciencias que estudian el hombre. Que yo sepa, Lorenz jamás formuló este principio de manera tan} drástica, pero su teoría se basa en la misma premisa, y dice que el hombre ( se comprend e a sí mismo sólo y suficiente mente si comprend e los procesos de la evolución en virtud de los cuales se hizo lo que hoy es.3 A pesar de las grandes diferencia s entre la teoría instintivis ta y la conductis ta, tienen una orientació n básica común. Ambas excluyen a la persona, el hombre que se comporta , del campo de su visión. Sea el hombre producto del condicion amiento, sea de la evolución animal, lo determina n exclusiva mente las condicion es exteriores a él mismo; no tiene parte en su propia vida, ni responsab ilidad, ni siquiera un asomo de libertad. El hombre es un muñeco, una marioneta movida por hilos: instinto o condicion amiento. OPINION ES MAS RECIENT ES A pesar -o quizá a causadel hecho de que instintivis tas y conductis ta tengan ciertas semejanz as en su modo de ver el hombre y en su orientado filosófica , se han combatid o mutuame nte con notable fanatismo . "NatX o alimentac ión", "instinto o medio ambiente " se hicieron banderas 3. La posición de Lorenz y Leyhausen tiene su paralelo en una distorsiona da de psicoanális is según la cual éste equivale a entnder la ruto paciente sin necesidad de entender la dinámica del proceso psíquico tal y coin la realidad. "JTIVISM O Y CONDUC TISMO: DIFEREN CIAS Y SEMEJA NZAS 85 iSff " las cuales se juntaron los de cada bando, negándose a ver ningún mt a , " neno coún. En años recientes a habido una creciente tendencia a superar las rfadas alternativa s de la guerra entre instintivist as y conductist as. Una ición posible era cambiar la terminolog ía; algunos propendían a rvar la palabra "instinto" para los animales interiores y hablar en bio de "pulsiones orgánicas" cuando se tratara de las motivacion es hiiinanas. De este modo algunos idearon formulacio nes como la de que "to mayor parte del comporta miento del hombre es aprendida, mientras la or parte del comporta miento de una ave no es aprendida" . (W. C. Alee, H. W. Nissen, M. F. Nimkoff, 1953.) Esta última formulació n es característi ca de la nueva tendencia a remplazar la antigua formulació n de "esto o esto otro" por una de "más o menos", tomando as en cuenta el cambio gradual en la importanci a de los factores respectivos . El modelo para este odo de ver es un connuo en uno de cuyos extremos está la determinac ión innata (casi) total y en el otro el aprendizaj e (casi) total. ;; : F. A. Beach, destacado contrario de la teoría instintivist a, escribe; Una debilidad quizá más grave en el actual tratamient o psicológic o del ipstiato está en el supuesto de que es adecuado un sistema de dos clases para clasificar el comporta miento complejo. La implicació n de que todo comporta miento debe ser determinad o por el aprendizaj e o la herencia, ambos sólo parcialmen te entendidos , es enterament e injustificad a. La forma final de cualquier respuesta es afectada por una multiplicid ad de variables, de las cuales sólo dos son factores genéticos y experienci ales. Es a la identificaci ón y el análisis de todos estos factores a donde debiera drigrse la psicología. Con esta tarea debidamen te concebida y ejecutada o habrá necesidad ni razón para conceptos ambiguos del comporta miento instintivo. (F. A. Beach, 1955.) Con vena semejante escriben N. R. F. Maier y T. C. Schneiria: coinoque el aprendizaj e desempeña un papel más importante en el Pautas diento de los seres P105 que en el de los inferiores, las reg omportami ento determinad as nativament e de los seres superioigf g- n cho más modificada s por la experienci a que las de los seres dif res diante esta modificaci ón, el animal puede adaptarse a odici' medlos y librarse de los estrechos lazos que le impone la Perviv optlma por eso' los sels superiores dependen menos para su encla e las condicione s ambientale s especificas extemas que las itenores. en e mau de la acción recíproca de los. factores adquiridos y los innatos Porta de es imposible clasificar muchas pautas de Paradon0" cada tipo de ortamLnto debe investigars e por . R. F. Maier y T. C. Schneiria, 1964.) 86 INSTINTI VISMO, CONDUC TISMO Y PS1COAN ÁM ! La posición adoptada en este libro es en algunos respectos parecida a de los autores que acabamos de menciona r y otros que se niegan a se la pelea bajo la bandera de los "instintos " o del "aprendiz aje". Pero, co1 veremos en la tercera parte, el problema más important e desde e' puntdo vista de este estudio es la diferencia entre las "pulsione s orgánica) (alimento , lucha, huida, sexualida d anteriorm ente llamadas "instintos cuya función es garantizar la supervive ncia del individuo y de Sa especie las "pulsione s no orgánicas " (pasiones radicadas en el carácter)4 no pro gramadas filogenéti camente y no comunes a todos los hombres: el deseo de amor y libertad; la destructiv idad, el narcisism o, el sadismo, el rnas. quismo. Con frecuenci a, esas pulsiones no orgánicas que forman la seguda f naturalez a del hombre se confunde n con las pulsiones orgánicas . Por ejemplo, en el caso del impulso sexual. Es una observaci ón psicoanal íticament e bien establecid a que a menudo la intensida d de lo que se siente subjetiva mente como deseo sexual (incluso sus manifesta ciones fisiológic as correspon dientes) se debe a pasiones no sexuales, como el narcisism o, el sadismo, el masoquis mo, la ambición de poder y aun la ansiedad, la soledad y el tedio. Para un varón narcisista , por ejemplo, la vista de una mujer puede ser sexualme nte excitante, porque le excita la posibilida d de probarse a sí mismo cuan atractivo es- O una persona sádica puede excitarse sexualme n te ante la oportunid ad de conquista r a una mujer (o un hombre, como podría ser el caso) y dominarl a. Muchas personas están unidas emociona l mente durante años por ese solo motivo, sobre todo cuando al sadismo de la una correspon de el masoquis mo de la otra. Es bastante conocido que la fama, el poder y la riqueza hacen a quien los posee sexualme nte atractivo si reúne ciertas condicion es físicas. En todos estos casos movilizan el deseo físico pasiones no sexuales que así se satisfacen . Podríamo s con razón preguntar nos cuántos niños deben su existencia a la vanidad, el sadismo y el masoquis mo en lugar de deberla a una atracción física genuina, no hablemos ya de amor. Pero la gente, sobre todo los hombres, prefiere creer que es "archisex uada" y no "archivan a". El mismo fenómeno se ha estudiado con toda detención clínicaine n en casos de comer compulsi vo. Este síntoma no es motivado por ham "fisiológi ca" sino"psíq uica", engendra da por la sensación de estar dep mido, ansioso, "vacío" y. ' f. Es mi tesis -a demostrar en los capítulos siguientes -- que la destr besWt0 4. "No orgánicas" , naturalmen te, no significa que no tengan un " neurofisiol ógico, sino que no son iniciadas por las necesidade s orgánica sirven. I virtud dc 5. Esto es particular mente evidente en el fenómeno del machismo. 1. la viriidad. (A, Aramoni, 1965; cf. también E. Fromm y M. Maccoby, ü. .vrONDU CTISMO: DIFEREN CIAS Y SEMEJA NZAS 87 msNTI V ueldad no son pulsiones instintiva s sino pasiones radicadas en y Ia c ,¡ el hombre. Son uno de los modos de que la vida tenga tiistenc1 " podrían hallarse en el animal porque por su índole misma lltíd0' 5 , "condició n humana". El error principal de |
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