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de forma que la mayor agresión no pudiera hallar stimulos apropiados, la misma exigencia del instinto agresivo obligaría a us miembros a cambiarlo o de otro modo, la agresión reventaría aun sin stirnulo alguno. Así, la conclusión a que llega Lorenz, de que mueve al ombre una fuerza innata de destrucción, es prácticamente la misma de ud. Pe ro éste ve opuesta al impulso destructor la fuerza igualmente 36 INSTINTIVISMO, CONDUCTISMO PSICOANÁLISIS poderosa de Eros (la vida, la sexualidad), mientras que para Lorenz. el amor mismo lo produce un instinto agresivo. Tanto Freud como Lorenz convienen en que si la agresin no se manifiesta por la acción es perudicial para la salud. Freud había postulado en el primer período de su obra que la represión de la sexualidad podía conducir a enfermedades mentales; posteriormente aplicó el mismo principio al nstinto de muerte y enseó que la represión de la agres ión dirigida hacia fuera es insana. Lorenz declara que "el hombre civilizado actual padece de una descarga insuficiente de su impulso agresivo". Ambos legan por diferentes caminos al cuadro de un hombre en que continuamente se está produciendo la energía agresiva y destructiva que a la larga es muy difícil, y aun imposible, de domeñar. Lo que en los animales se llama maldad se convierte en verdadero mal en el hombre, aunque según Lorenz su origen no sea malo. "Prueba" por analogía. Estas semejanzas entre la teoría de Freud y la de Lorenz en relación con la agresión no deben sin embargo hacernos olvidar su principal diferencia. Freud estudiaba e! hombre; observaba agudamente su comportamiento manifiesto y las diversas manifestaciones de su inconsciente. Su teoría del instinto de muerte podría ser errónea o insuficiente, o apoyarse en escasas pruebas, pero se debe al proceso de observar constantemente al hombre. Lorenz, por otra parte, es un observador de los animales (y sobre todo de los animales inferiores), sin duda muy competente en su campo. Pero su conocimiento del hombre no va más allá del de una persona común y corriente, y no l o ha perfeccionado mediante la observación sistemática ni el conocimiento suficiente de la literatura.8 Supone ingenuamente que las observaciones sobre sí mismo y sus relaciones son aplicables a todas as personas. Su método principal sin embargo no es la observación de sí mismo sino las analogías sacadas del comportamiento de ciertos animal es con el de hombre. Hablando científicamente, esas analogías no prueban nada; son sugestivas y agradables para el que quiere a los animaes. Van de la mano con un alto grado de antropomorfización que encanta a Loren. Precisamente por procurar a una persona la agradable ilusión de que "comprende" "lo que sienten" los animales se han hecho muy p opulares, (NO nos gustaría acaso tener el anillo de Salomn? Lorenz basa sus teorías de ;a índole hidráulica de a agresión en experimentos reaizados con animales, principalmente peces y aves en condiciones de cautividad. Lo que se trata de saber es esto: ese impulso agresivo 8. Lorenz, por ;o menos cuando escribía Sobre la agresión, no parece hber tenido un coiiocin'"nío direco de la obra de rud. No tiene una sola mencin directa de sus escrios, y las referencias que hace son relativas a lo que algún am;go psicoanalista le dijo acerca de la posura de Freud; es una lástima que no siempre aí justa o no hayan sido e nendidas exactamente. LOS INSTINTIVISTAS 37 g ace matar si no es redirigido -y que Lorenz ha observado en ciertos neces y aves- ¿opera también en el hombre? Dado que no hay prueba directa en favor de esta hipótesis en relación con el hombre y los primates no humanos, Lorenz_presenta cierto número de argumentos en apoyo de su tesis Su modo principal de abordar el roblema es li(analQgííi' ecube semejanzas entre el comportamiento humano el de los animales que él ha estudiado y saca la conclusión de uembos tipos de comportamiento tienen la misma causa.Muchos psicóloos han criticado este método; ya en 1948, el eminente colega de Lorenz, N Tinbergen comprendía los peligros inherentes al procedmiento de servirse de las pruebas fisiológicas de los niveles evolucionarlos y de organzación neural inferiores y de las formas de comportamiento más simples a manera de analogías para sustentar teorías fisiológicas de mecanismos comportamentales en niveles más elevados y complejos". (N. Tinbergen, 1948. Subrayado mío.) Unos cuantos ejemplos ilustrarán la "prueba por analogía" de Lorenz.9 Hablando de los cíclidos y del pez madreperla del Brasil comunica Lorenz la observación de que si cada pez puede desahogar su sana cólera con otro del mismo sexo, no ataca a su propia compaera ("agresión redirigida").10 Y comenta después: Cosa semejante puede observarse entre los humanos. En el buen tiempo pasado del Imperio austraco, en que todavía había criadas, vi en casa de una tía mía que haba enviudado el siguiente comportamiento, regular y predecible: nunca le duraba una criada más de 8 a 10 meses. Cuando llegaba una nueva, por lo general mi tía estaba encantada, conta ba a quien quería oírla las excelencias de la "perla" que había encontrado al fin. Ai mes, su entusiasmo haba decrecido y descubría en la pobre muchacha imperfecciones mínimas; posteriormente se transformaban éstas en grandes defectos, que hacia el final del período mencionado eran ya odiosos; y finalmente, con toda regularidad, acababa por despedirla con un gran escándalo y sin previo aviso. Después de lo cual estaba la anciana lista para encontrar un ángel de bondad en la nueva criada que se presentase. No tengo la menor intención de burlarme de mi anciana tía, que ya murió hace mucho y era por lo demás una excelente persona. He tenido ocasin de observar exactamente el mismo comportamiento en hombrs muy serios y perfectamente capaces de dominarse, y claro está que en mí también, forzosamente, en cautividad. La llamada enfermedad polar, col era de las expediciones o locura del desierto, suele apoderarse de preferencia 9. La tendencia a etablecer analogías totalmente ilegítimas entre los fenómeos biológicos y los sociales había sido ya patentizada por Lorenz en 1940 con un esdichado ajtículo (K. Lorenz, 1940) en que sostenía que las leyes del Estado deben remplazar a los principios de la selección natural cuando éstos no atienden debidaente a las necesi dades biológicas de la raza. 10. Término de N. Tinbergen. 38 INSTINTIVISMO, CONDUCTISMO Y PSICOANÁLISIS de grupos pequeños de hombres que se hallan aisados y dependen enteramente unos de otros, sin posibilidad de reñir con personas extrañas a su pequeño círculo de amigos, como por ejemplo entre prisioneros de guerra Por lo dicho se comprenderá que la acumulación de la agresión reprimida resulta tanto más peligrosa cuanto más íntimamente s e conocen, entienden y aprecian los miembros del grupo unos a otros. Puedo por experiencia afirmar que, en tal situación, todos los estímulos desencadenadores de la agresión y del comportamiento combativo intraespecífico sufren una fuerte depresión de sus valores liminales. Subjetivamente se expresa esto por el hecho de que cualquier movimien to expresivo del mejor amigo, corno carraspear o sonarse la nariz, provoca reacciones que serían comprensibles si un animalón tabernario le hubiera propinado una bofetada descomunal al ofendido. (K. Lorenz, 1966.) No parece ocumrsele a Lorenz que las experiencias personales con su tía, sus compañeros prisioneros de guerra o consigo mismo no significan necesariamente que esas reacciones sean universales. Tampoco parece darse cuenta de una interpretación psicológica más compleja que podría darse del comportamiento de su tía, en lugar de aquella hidrál ica en virtud de la cual su potencial agresivo aumentaba cada ocho o diez meses hasta tal grado que necesariamente tenia que dar un estallido. Desde un punto de vista psicoanalítico supondríamos que su tía era una mujer muy narcísista y aprovechada; exigía que la criada le fuera totalmente "abnegada", que no tuviera intereses propios y aceptara encantada el papel de creatura feliz de servirla. Entonces aborda a cada nueva sirvienta con la fantasía de que ésta realizará sus espera nzas. Después de una breve "luna de miel" en que la fantasía de la tía es todavía suficientemente efectiva para no dejarle ver el hecho de que esta criada no es "una perla" -y tal vez contribuyendo el que la criada al principio haga todo cuanto pueda por gustar a su nueva patrona-, la tía abre los ojos y comprende que la sirvienta no está di spuesta a vivir el papel que ella le ha asignado. Este proceso de comprensión dura, naturalmente, cierto tiempo, hasta que se hace definitivo. En este momento, la tía siente gran decepción y coraje, como toda persona narcisista y aprovechada cuando se ve frustrada. No comprendiendo que ia causa de su rabia está en sus imposibls exigencias, rac ionaliza sus decepciones acusando a la criada. Como no puede renunciar a sus deseos, despide a a muchacha y espera que la nueva sea la buena. El mismo mecanismo se repite hasta su muerte o hasta que ya nadie va a servirla. Este fenómeno no se advierte de ninguna manera solamente en las relaciones entre patronos y empleados. A menudo es idéntica la historia de los conflictos matrimoniales; pero como es más fácil despedir a una criada que divorciarse, la consecuencia suele ser un batallar d toda la vida en que cada miembro de la pareja trata de castgar al otro por agravios que no dejan de acumularse. El probema que nos encontramos aquí es fl ue un carácter específicament e humano, que es ei narcisista aprovechado LOS INSTINTIVI STAS 39 o explotador (abusivo) y no se trata de una energa instintiva acumulada. ~"ÉÍÍ un capítulo sobre "Pauías de comportamiento análogas a la moral" declaa Lorenz lo siguiente: "No obstante, el que ahonda efectivamente en 1 que estamos tratando no tiene más remedio que maravillar se cada vez alie ve cómo esos mecanismos obligan a los animales a un comportami ento desinteres ado y cuyo único objetvo es el bien de la comunidad ... el misino que a nosotros nos impone la ley moral." (K. Lorenz, 1966.) ;Cómo se reconoce el comportamiento "dsinteresado" en los animales? Lo que describe Lorenz es una pauta de accin determinada instintivamente. La palabra "desinteresado" está tomada de la psicoogía humana y se refiere al hecho de que un ser humano puede olvidar su propia persona (digamos más correctamente su yo, o ego) en su deseo de ayudar a l os demás, Pero, ¿tienen una oca, un pez o un perro una personalidad (yo o ego) que puedan olvidar? No depende ese desinteré, ese olvido de sí mismo del hecho de la conciencia que de sí tiene el ser humano y de la estructura neurofisiológica en que se basa? Esta misma cuestión se presenta con tantas otras palabras que emplea Lorenz cuando de scribe el comportamiento de los animales, como "crueldad", "tristeza", "perplejidad". Una de las partes más importantes e interesantes de los datos etológicos de Lorenz es el "vínculo" que se forma entre los animales (su ejemplo principal son los gansos) en reacción a las amenazas externas contra el grupo. Pero las analogías que establece para explicar el comportamiento humano son a veces sorprendentes, como cuando dice que la agresión discriminatoria contra los extraños y el vínculo que une a los miembros de un grupo se refuerzan mutuamente. La oposición del "nosotros" y el "ellos" puede unir a entidades a veces terriblemente contrapuestas. "Frente a la China actual, los Estados Unidos y la Unión Soviética dan a veces la impresión de sentirse nosotros. El mismo fenómeno, que entre paéntesis tiene algunas características de la guerra, puede estudiarse en la ceremonia de redoble y chachareo de ganso silvestre." (K. Lorenz, 1966.) ¿Determinan la actitud norteamericanosoviética las pautas instintivas que hemos heredado del ganso silvestre? ¿Trata el autor de ser más o menos divertido, o tiene realmen te la intención de decirnos algo acerca de la relación que pueda haber entre los gansos y los dirigentes políticos norteamericanos y soviéticos? Lorenz va aún más allá en sus analogías entre el comportamiento de los animales (o las interpretaciones del mismo) y sus ingenuas nociones acerca del comportamiento humano, como cuando dice que "el vínculo personal, la amistad entre individuos, solo aparecen en los animales de agresión intraespecífica muy desarrollada y que de hecho, ese và!nculo es tanto más firme cuanto más agresivos son el animal y su especie. (K. Lorenz, 1966.) Hasta ahí, bien está; supongamos que las observaciones de orenz son acertadas. Pero de ahí da un salto a la esfera de la psicología humana, y después de afirmar que la agresión intraespecífica es milones de 40 INSTINTIVISMO, CONDUCTISMO Y PSICOANÁLSS años más antigua que la amistad personal y el amor, deduce que "no hay amor sin agresión (K. Lorenz, 1966). Esta afirmación absoluta, sin ninguna prueba en su apoyo en lo relativo al amor humano, pero contradicha por hechos más observables, va acompañada de otra en que no se trata de la agresión intraespecífica sino de "odio, feo hermano m enor del amor entrañable. Al contrario que la agresión habitual, el odio va dirigido hacia un individuo determinado, exactamente igual que el amor, y es lo más probable que presuponga la existencia de éste (subrayado mío): sólo se puede odiar verdaderamente cuando primero se ha amado y, aun cuando se niegue, se sigue amando". (K. Lorenz, 196 6.) A menudo se ha dicho que el amor a veces se transforma en odio, aunque sería más acertado decir que no es el amor el que padece esa transformación, sino el narcisismo herdo de la persona amante, o sea que es el desamor el que causa el odio, Pero decir que uno odia sólo donde amó, es volver una verdadera absurdidad el elemento de verdad de la dclaración. ¿Acaso el oprimido odia al opresor, a madre del niño a quien lo mató, el torturado al torturador porque una vez lo amó o todavía o ama? |
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![]() | «descubrieron» los teósofos. Por entonces había declarado que «la Verdad no puede ser organizada», renunciando a las propiedades... | ![]() | |
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