INFORME TÉCNICO (R.PESQ.) Nº 150/2010

Veda reproductiva de merluza común (Merluccius gayi gayi)

Valparaíso, Diciembre de 2010
Distribución:
Consejo Zonal de Pesca de la III y IV Regiones
Consejo Zonal de Pesca de la V a IX Regiones e Islas Oceánicas
Consejo Zonal de Pesca de la X y XI Regiones
División Jurídica, Subsecretaría de Pesca
División de Desarrollo Pesquero, Subsecretaría de Pesca
División de Administración Pesquera, Subsecretaría de Pesca
Este informe debe ser citado como: Subsecretaría de Pesca (Subpesca). 2010. Veda reproductiva de merluza común (Merluccius gayi gayi). Inf. Tec. (R.Pesq.) Nº 150/2010, Subsecretaría de Pesca, Valparaíso, 14 p.
2. OBJETIVOS El presente informe tiene por objetivo consignar los antecedentes que justifican implementar una veda biológica, para proteger el proceso reproductivo del stock de merluza común atendiendo la desmejorada condición biológica del mismo.
3. ANTECEDENTES
3.1. Legales
La Ley General de Pesca y Acuicultura (LGP A), en su artículo 2º define a la veda como el "acto administrativo establecido por la autoridad competente en que está prohibido capturar o extraer un recurso hidrobiológico en un área determinada por un espacio de tiempo". Adicionalmente define tres tipos de veda, siendo la veda biológica aquella "prohibición de capturar o extraer con el fin de resguardar los procesos de reproducción y reclutamiento de una especie hidrobiológica". Igualmente, el artículo 3º de la LGPA indica que la veda biológica podrá aplicarse" en cada área de pesca, independientemente del régimen de acceso a que se encuentre sometida, [...], mediante decreto supremo fundado, con informe técnico de la Subsecretaria y comunicación previa al Consejo Zonal de Pesca que corresponda y demás informes y aprobaciones que se requieran de acuerdo a las disposiciones de la presente ley [...]". Al referirse a las sanciones (artículo Nº110), la LGPA indica que las capturas de especies hidrobiológicas en período de veda serán sancionadas" con multa de tres a cuatro veces el resultado de la multiplicación del valor de sanción de la especie respectiva, vigente a la fecha de la denuncia o querella, por la cantidad de recursos hidrobiológicos objeto de la infracción, reducida a toneladas de peso físico. Asimismo, "el transporte y la comercialización de recursos hidrobiológicos vedados y los productos derivados de éstos, serán sancionados con multa de 3 a 300 unidades tributarias mensuales, y, además, con la clausura del establecimiento o local en que se hubiere cometido la infracción, hasta por una plazo de 30 días" (Artículo 119, LGPA). El D.Ex. (MINECON) N° 959 de 2006 estableció una veda biológica de carácter reproductivo de merluza común entre la IV Región y el paralelo 41°28,6’ L.S., entre el 15 de agosto y el 20 de septiembre de cada año calendario. Esta veda estuvo vigente hasta el año 2010.
3.2. Del estado del recurso
El estatus actual del recurso se describe en el informe técnico RPESQ N° 124 de esta Subsecretaria que propone la cuota global anual de captura para el año 2011. Este informe concluye, en relación al estatus biológico del recurso, que los actuales niveles de biomasa desovante se encuentran por debajo del nivel referencia límite de BD20% (250 mil toneladas), por lo que se considera que el stock de merluza común se encuentra sobre-explotado. Los indicadores directos de evaluación concuerdan con los indicadores indirectos y se considera que los niveles actuales de biomasa desovante no se han recuperado respecto de la situación del año 2006-2007. En lo particular, el estatus del recurso se caracteriza por:
Estimados de biomasa (total, desovante, explotable, acústica) que no indican cambios significativos con respecto a la deteriorada situación del stock en los últimos cuatro años.
Estructura de tamaño y etárea de la fracción explotable de la población constituida por una fracción juvenil mayoritaria y una baja presencia de ejemplares adultos.
Persisten los niveles de impacto de la jibia sobre el stock.
No obstante la importante reducción de la cuota de captura y la aplicación de otras acciones, no se ha verificado una recuperación del stock debido a que continúan actuando las mismas fuentes de mortalidad que no permiten que se recupere. En definitiva, las condiciones actuales de la pesquería y del ambiente no han permitido una recuperación del recurso. De acuerdo con lo anterior, el stock de merluza común se encuentra sobre-explotado y consecuentemente, el Comité Científico (CC-MC) recomienda una reducción de los actuales niveles de mortalidad por pesca. Además, debido a los bajos niveles de la fracción desovante del stock, se recomienda revisar las acciones que permitan proteger a esta fracción y el proceso reproductivo.
3.3. Huevos y larvas de merluza común
De acuerdo con el trabajo de Landaeta y Castro (2005), la desmejorada condición del stock de merluza común, tanto en tamaño como en estructura, ha sido coincidente con la desaparición en 2004 y 2005 del área de desove al sur del Cañón del Itata (Fig. 1) y con la abrupta disminución del tamaño de los huevos de merluza común en éstos últimos años (Fig. 2). Estos autores no tienen evidencia directa de que los cambios en las características actuales del desove sean consecuencia de la desaparición de las edades/tamaños adultos; sin embargo, argumentan que en algunas poblaciones de peces con desove prolongado la desaparición de grupos de edades puede reducir el potencial de sobrevivencia post-desove (Lambert y Dutil, 2000), la sobrevivencia larval (Berkeley et al., 2004a; Walsh et al., 2006), las tasas de crecimiento de juveniles (Walsh et al., 2006) y el reclutamiento (Bobko y Berkeley, 2004) Asimismo, la presión de pesca durante la estación de desove produce altos niveles de cortizol que resultan en una disminución del tamaño larval CMcCormick, 1998). Por lo tanto, los recientes cambios en la estrategia reproductiva de merluza común pueden reflejar respuestas indirectas a la baja abundancia del stock parental y producir una disminución de la tasa de crecimiento percápita (Hutchings y Reynolds, 2004), producto de una reducción en el éxito de acoplamiento y fertilización a bajos niveles poblacionales, todo lo cual puede impedir o retardar la recuperación de la población.

Figura 1. Distribución horizontal de huevos y larvas de merluza común durante 1996-2005 en Chile central Abundancia expresada como individuos por 10 m2. Fuente: Landaeta y Castro (2005).
 Figura 2. Variabilidad estacional e Inter.-anual del tamaño de los huevos (diámetro) de merluza común en Chile central. Fuente: Landaeta y Castro (2005).
3.4. Del proceso reproductivo
Marco conceptual
En una población sometida a explotación una de las acciones tácticas del manejo es asegurar que la mortalidad por pesca no exceda la cantidad que la población puede soportar, en función de los objetivos de conservación y productividad del stock. Esto requiere no sólo que la población total se mantenga por encima de cierto nivel de abundancia o biomasa, sino también que la estructura de edad de la población se encuentre en un estado en el cual sea capaz de mantener el nivel de reproducción, y por lo tanto de reclutamiento, necesario para reponer las pérdidas por mortalidad. Además, la captura durante un largo período sobre clases anuales específicas de una población, por ejemplo individuos grandes o que se reproducen en un momento o lugar específico, puede reducir la frecuencia de las características genéticas particulares que dan origen a esa característica o comportamiento. Esto tiene como efecto la reducción de la diversidad genética general de la población. Con menor diversidad genética, la producción potencial de la población puede ser afectada adversamente, y podría también tornarse menos resiliente a la variabilidad y al cambio ambiental. El manejo pesquero debe estar consciente de este peligro y evitar mantener tales presiones selectivas durante períodos prolongados.(Cochrane, 2005).
A menudo es deseable prevenir la pesca en etapas específicas del ciclo vital de una especie que es especialmente vulnerables a la captura, o en etapas que son críticas para la conservación del recurso, particularmente cuando hay síntomas de declinación de su abundancia bajo umbrales considerados seguros, como es el caso de la merluza común. Esto es particularmente relevante en especies que se agregan en áreas específicas para reproducirse; si se permite la pesca en las áreas de reproducción, esto podría no sólo perturbar la actividad reproductiva, sino también podría afectar negativamente a los individuos en edad de reproducción, afectando los aportes potenciales para los procesos reproductivos. Si existen características particulares del hábitat de reproducción que son afectadas por la pesca, podría requerirse una veda permanente del área. Como alternativa, vedar el área durante la época de reproducción podría ser suficiente. (Cochrane, 2005; Walters y Martell, 2003). En definitiva, una veda biológica para proteger el proceso reproductivo, tiene un fin específico y es pertinente aplicarla particularmente cuando se presentan condiciones desmejoradas del stock. En estas circunstancias, la veda biológica no pretende disminuir la mortalidad por pesca a que se somete el stock, sino más bien proteger un proceso biológico relevante para la renovabilidad del stock.
Condición reproductiva
Perspectiva temporal
Balbontín y Fisher (981) estudiaron el ciclo reproductivo de merluza común entre mayo de 1965 y abril de 1966, siguiendo los cambios del IGS e IG en los estadios de madurez ovárica en muestras recopiladas desde los desembarques de la flota arrastrera de Coquimbo, San Antonio y San Vicente. Sus resultados mostraron un extenso período de desove, con épocas delimitadas de máxima actividad ovárica, cuya definición varió con la latitud (puerto monitoreado). De acuerdo con sus resultados, el crecimiento estacional del ovario y la actividad reproductiva se concentró principalmente entre julio y noviembre, pero con un período secundario entre diciembre y febrero. En un reciente estudio de Tascheri et al. (2006) que utiliza información mensual entre 1985 y 2005, se describió nuevamente el ciclo reproductivo de la especie. Las estimaciones mensuales generadas por el modelo implementado por estos autores para un análisis estacional, indican que el principal período de crecimiento en peso del ovario ocurre entre julio y octubre y un período secundario entre febrero y abril (Fig. 3).
Perspectiva latitudinal
Tascheri et al. (2006) también estimaron el ciclo reproductivo por zona y encontraron que sus resultados eran concordantes con los descritos por Balbontín y Fisher (1981), Así por ejemplo, en la zona comprendida entre los 31º24' y 35º30' LS se da cuenta de un inicio anticipado del ciclo reproductivo y una mayor amplitud del mismo; en tanto que el desove secundario se aprecia mejor definido para la zona comprendida entre 31º24’ y 38º39' LS (Fig. 4; Fig. 5), coincidentemente con lo descrito por Alarcón et al. (2004). Los resultados de Tascheri et al (2004) sugieren una ausencia del período de desove secundario para la zona comprendida entre 38º39' y 42º00' LS. De acuerdo con los resultados de estos autores, el período reproductivo principal tiende a ser más corto en latitudes intermedias del área de la pesquería y entre los extremos norte y sur se encontraría desfasado en aproximadamente un mes. El máximo crecimiento del ovario se registra en agosto o septiembre en todas las zonas. En cuanto a la distribución espacial de la actividad reproductiva, estudios de ictioplancton señalan que los huevos y larvas de merluza común se distribuyen entre Antofagasta (23º39' LS) y Chiloé (44º00' LS) (Rojas et al., 1983; Bernal et al., 1997); y a pesar que usando este tipo de datos se describen focos de desove frente a Antofagasta, Coquimbo y Chiloé (en agosto-septiembre), los principales centros de desove han sido observados entre Punta Papudo (32º30' LS) y San Antonio (33º35'LS), y entre Constitución (35º20' LS) y el Golfo de Arauco (37º14' LS) (Bernal et al., 1997; Landaeta y Castro, 2006). Estas áreas coinciden en parte y se complementan con la información obtenida a partir de muestras recopiladas en los cruceros de evaluación acústica de merluza común, en donde se pueden reconocer otras áreas de concentración de huevos, entre los paralelos 29º40'-31º40' LS; 38º00'-39º15' LS; 39º30' 40º00' LS; y, 40º00'-41º25' LS. Todas estas zonas corresponden bastante bien con aquellas identificadas utilizando las frecuencias de los estadios de madurez sexual macroscópicos, registrados tanto en cruceros de evaluación directa como a partir de las capturas comerciales (Avilés, 1979; Gálvez et al., 1999).
Perspectiva longitudinal o batimétrica
Durante el máximo reproductivo de invierno-primavera, y cuando la frecuencia de los vientos favorecen el incremento de los eventos de surgencia (Figueroa y Moffatt, 2000), merluzas adultas (> 50 cm LT) desovan a una distancia de 27-32 mn de la costa (Bernal et al., 1997; Vargas y Castro 2001; Alarcón et al., 2004); posteriormente, los huevos y las larvas en estado de preflección son transportadas hacia la costa a través de los flujos sub-superficiales que compensan la capa superficial de Ekman durante los eventos de surgencia (Sobarzo y Djurfeldt, 2004). Las larvas grandes arriban a las aguas costeras donde ocurre el asentamiento. Durante el desove de verano, la ubicación y condiciones del desove cambian: durante el período de transición de vientos sur y norte (Parada et al., 2001) ejemplares pequeños y grandes de merluza adulta «50 cm L T) ocurren en aguas someras y en golfos y bahías donde ellos desovan (Alarcón et al., 2004, Landaeta y Castro, 2006).

Figura 3. Ciclo reproductivo promedio de hembras de merluza común en base a una relación potencial entre el peso del ovario y (A) el peso corporal (menos el peso del ovario). (B) la longitud total. Datos entre enero de 1985 y diciembre de 2005, Líneas horizontales indican la media general. Fuente Tascheri et al. (2006) Figura 4. Ciclo reproductivo promedio por zona latitudinal, estimado en base a una relación potencial entre el peso del ovario y (A) el peso corporal (menos el peso del ovario) y (B) la longitud total. Datos entre enero de 1985 y diciembre de 2005. Líneas horizontales indican la media general. Fuente: Tascheri et al (2006).

Figura 5. Mapa de Chile central mostrando la unidad de pesquería de merluza común, el área de reserva para la pesca artesanal y las zonas utilizadas en el análisis del ciclo reproductivo de merluza común. Se muestran las isóbatas de 200, 500, 750, 1000, 1.500 y 2.000 m. Perspectiva actual Actualmente las capturas de merluza común (sin considerar estimaciones recientes que sugieren una reducción en la longitud media de madurez; Gálvez et al., 2010b) se componen aproximadamente de un 70% de ejemplares que no alcanzaron a aportar al proceso reproductivo. Esto último advierte que la población presente de merluza común no se encuentra resguardada de una eventual falla en el reclutamiento o en condiciones de enfrentar exitosamente una combinación desfavorable de parámetros ambientales. En las temporadas 2009 y 2010 (preliminar a agosto), el índice gonadosomático de hembras (IGS) mostró los patrones regulares del ciclo reproductivo descrito para esta especie, con una baja actividad entre enero y junio, un incremento del índice hacia el segundo semestre y un período reproductivo principal entre agosto y octubre (Fig. 6). Se destaca para las temporadas 2009 y 2010 la baja actividad reproductiva secundaria (otoño), situación que ya había sido observada en los años 2005 y 2006. Cabe hacer notar que el máximo nivel del IGS se observa en septiembre.
 Figura 6. Variación mensual del índice gonadosomático de hembras de merluza común (IGS) monitoreado por observadores científicos embarcados entre enero de 2004 y agosto del 2010. La línea horizontal representa el promedio histórico del indicador
4. ANÁLISIS
4.1. De la condición del stock
En base a los indicadores de la pesquería y del recurso informados en los Capítulos 3.3.2 y 3.3.3, es posible indicar que la condición del stock de merluza común no ha cambiado sustantivamente desde la última evaluación efectuada a fines de 2005. No obstante lo anterior, nueva información incorporada en el análisis (ver Capítulo 3.3.2.e) hace ver con mayor preocupación la condición del stock de merluza común, particularmente en lo referido al éxito del proceso reproductivo. Por otro lado, dos elementos que aportan en el incremento de la biomasa de merluza común como son el aumento del peso corporal a la talla y la disminución de la predación de merluza por parte de la jibia, no se están produciendo en los últimos meses evaluados. El factor de condición se mantiene por bajo la media y la presencia de jibia en la zona central de Chile sigue siendo alta. En adición a esto, no se aprecia una recomposición de los grupos de edades adultos, tanto en el stock como en las capturas comerciales. Debido a lo anterior, se hace del todo necesario avanzar en otras medidas de regulación que ayuden a lograr los objetivos que se han propuesto para esta pesquería, y permitan la recuperación del stock de merluza común. En este sentido, es recomendable focalizar los esfuerzos de regulación en la protección de un proceso biológico clave como es el reproductivo, el cual también esta siendo afectado, de acuerdo a los antecedentes expuestos. Finalmente, no se debe dejar de considerar la adopción de otras medidas de regulación en función del desempeño futuro de los indicadores biológicos del recurso, de los indicadores de la pesquería y finalmente del estado del stock. Entre las alternativas de regulaciones posibles, de no mediar una veda extractiva total y anual, están:
Disminución de los niveles de captura: medida tendiente a disminuir la mortalidad por pesca a la cual es sometido el stock.
Veda reproductiva: se refiere a la ampliación del período de la veda reproductiva asociada a la principal época reproductiva, o a la fijación de una segunda veda reproductiva en marzo, tendiente a proteger el desove secundario de la especie.
Regulación de aparejos y artes de pesca: se refiere a regular nuevamente el tamaño y forma de las mallas de las redes de arrastre. Adicionalmente, debiera explorarse una regulación en los aparejos de pesca utilizados por la flota artesanal, los cuales también registran una incidencia de ejemplares pequeños de merluza.
4.2. Del proceso reproductivo
Considerando que parte de la explotación de merluza común se realiza hoy en día en su principal área y período de agregación reproductiva: que el estatus del recurso muestra una caída sostenida de la biomasa y una práctica desaparición de la fracción adulta: que la sola limitación directa de la mortalidad por pesca a través de cuotas de captura está demostrado no ser una medida suficiente para asegurar la restauración y por ende la sustentabilidad en el largo plazo, es que se hace necesario complementar la administración de esta pesquería con elementos tácticos que permitan disminuir los riesgos de no cumplir con los objetivos de conservación, resguardando procesos poblacionales claves como el desove. En este contexto, el establecimiento de una veda reproductiva en merluza común en toda su área de distribución, durante el período de mayor intensidad del proceso reproductivo cumple a cabalidad con los criterios precedentes, en el sentido que permite eliminar efectos de perturbación sobre las agregaciones, disminuye drásticamente la mortalidad en el momento de máxima agregación reproductiva, permitiendo aumentar la probabilidad de éxito reproductivo y de reclutamientos futuros, sin perjuicio de la alta variabilidad que podría experimentar este proceso por causas ambientales. En cuanto a la duración de la veda, en el límite ésta debiera considerar el período comprendido entre Julio y Octubre (4 meses), época en que ocurre el mayor crecimiento del ovario y posterior desove. Sin embargo, una veda reproductiva de 4 meses afectaría considerablemente la mantención de la pesquería e implicaría un costo social y económico elevado. Por lo anterior, se estima apropiado fijar la veda por un período de sólo 30 días y ajustarlo según el peak del proceso reproductivo, es decir Septiembre. Esto asegura la protección del proceso reproductivo en el momento en la fracción poblacional entre la VII y VIII regiones se encuentra en su momento de mayor actividad reproductiva, correspondiendo a la zona de mayor concentración del recurso. Con todos estos elementos, se considera apropiado que la veda reproductiva debiera comenzar el 1 de septiembre y finalizar el 30 de septiembre. En cuanto a la duración inter-anual de la veda, es decir por cuantos años esta veda tendría vigencia, es una materia que debe ser evaluada anualmente en función del nivel de restauración del stock. Sin embargo, en una etapa inicial se debiera considerar un lapso de 5 años. Con esto, al 2015 se facilitaría al menos la reconstrucción de los grupos de edad 3 a 4. Atendiendo que en el área de la unidad de pesquería de la merluza común se realizan actividades extractivas sobre otros recursos, tanto por la flota artesanal como industrial, es necesario considerar un porcentaje de merluza común como fauna acompañante de otras pesquerías, para no inhibir la actividad pesquera sobre otras especies. Por esto, es recomendable autorizar un margen de tolerancia de captura de merluza común como fauna acompañante en las pescas dirigidas a otros peces con red de arrastre, red de enmalle o espinel, en un porcentaje máximo de 5%, por viaje de pesca, medido en peso en relación a la especie objetivo.
Finalmente, y sin perjuicio de la veda, no debe perderse de vista la importancia de realizar un seguimiento al proceso reproductivo. Para estos efectos se considera necesario facilitar el desarrollo estudios que contemplen un bajo nivel de captura de merluza común y que estén enfocadas a darle continuidad a la toma de información biológica del recurso.
5. RECOMENDACIONES
Considerando que corresponde al Estado establecer medidas de conservación y administración, tendientes a lograr una efectiva protección y un aprovechamiento integral de los recursos hidrobiológicos, se propone proteger el stock desovante del recurso merluza común (Merluccius gayi gayi) durante el período y área de máxima intensidad del proceso de desove, a través de una veda biológica en las siguientes condiciones:
Establecer, entre el 1 de septiembre y el 30 de septiembre (ambas fechas inclusive) de cada año hasta el año 2015, una veda biológica reproductiva de merluza común (Merluccius gayi gay¡) , entre límite norte de la IV Región hasta el paralelo 41º 28,6’ S.
Sin perjuicio de lo anterior, se recomienda autorizar un margen de tolerancia de captura de merluza común como fauna acompañante en las pescas dirigidas a otros peces con red de arrastre, red de enmalle o espinel, en un porcentaje máximo de 5%, por viaje de pesca, medido en peso en relación a la especie objetivo. Asimismo, se recomienda autorizar un margen de tolerancia de captura de merluza común como fauna acompañante en las pescas dirigidas a crustáceos demersales (camarón nailon, langostino amarillo y langostino colorado) con red de arrastre, en un porcentaje máximo de 10%, por viaje de pesca, medido en peso en relación a la especie. Con todo, las capturas de merluza común que se efectúen deberán ser imputadas en primera opción a los LMC del armador, y sólo de no disponer de LMC a la reserva de fauna acompañante.
6. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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