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1850 a 1960 Tecnología impresa (clases por correspondencia), radio y televisión educativa. 1960 a 1985 Caracterizado por múltiples tecnologías, pero no computadoras (impresora, fax, televisión, video y casete). 1985 a 1995 A partir de la irrupción de la tecnología de la computadora y de las telecomunicaciones, se introdujo el CD-ROM, Internet y las clases en un entorno web7 (a mediados de los años 90s). 1995 a 2005 Se identifica un amplio uso de las computadoras, con ejemplos como: e-mail, Chat, CD, audio y video conferencias -sincrónicas y asincrónicas- entre los participantes de una clase, utilizando Internet como herramienta fundamental. Una de las particularidades de esta cuarta generación son computadoras con conexión de banda ancha, altos niveles de interactividad y transferencias de video en tiempo real (ejemplo “Internet 2”8). La idea de usar la computadora en vez de un maestro tal vez haya sembrado temor en la docencia, pero fue una reacción que duró poco y nunca llegó a tener intensidad. La idea de usar televisión en vez de escuelas o maestros tampoco llegó muy lejos, excepto en el caso de las localidades aisladas o de niños demasiado pequeños para ir a la escuela. Ejemplo de lo anterior es Plaza Sésamo visto en 130 países (Castro, 1998: 161). Sin embargo, la fuerte incorporación de las TIC en la educación a distancia, vino acompañada de un fenómeno que cada vez se hizo más crítico: el distanciamiento entre aquellos que tienen acceso a estas herramientas y aquellos que no (fenómeno que hoy se etiqueta bajo el título de brecha digital). Los adelantos tecnológicos que son en sí mismos neutros, generan mayores posibilidades tanto de integración como de exclusión y dejan a los hombres la enorme responsabilidad de darles un uso de adecuado (Padula, 2004: 9). Al respecto Matsuura (2003) indica que: “Más del 80% de la población mundial nunca ha escuchado un tono de marcado telefónico, mucho menos ha navegado en Internet. La brecha digital entre los que tienen y no tienen acceso a las tecnologías de información continua aumentando. De acuerdo con el Reporte del Desarrollo Humano del 2001, los países industrializados, equivalente al 15% de la población mundial, constituyen el 88% de todos los usuarios de Internet del planeta. Menos del 1% de la población de Asia del sur tiene acceso a la Red, sin embargo ellos conforman un quinto de la población mundial. La situación es incluso peor en África, allí hay sólo un millón de cibernautas en todo el continente, mientras que en Inglaterra hay 10,5 millones”. Avances en América Latina El Consejo Internacional de Educación Abierta y a Distancia (ICDE, por sus siglas en inglés) de América Latina y el Caribe, impulsó la realización de una encuesta en toda la región con el fin de conocer las características de los diferentes programas de educación a distancia (ya fuese virtual, semi presencial y otras combinaciones). El estudio se realizó entre 1999 y el 2003, recolectando información de 500 programas de e-learning en todo el continente. A continuación se presentan algunos de los antecedentes más relevantes de este estudio (Mena, 2004: 265-291).
Este sondeo evidencia que en América Latina mientras algunas instituciones incorporan las últimas tecnologías, otros aún se encuentran en la primera generación del material impreso. En la actualidad la educación a distancia tiene un desarrollo desigual en cada uno de nuestros países y en el interior de ellos mismos (Mena, 2004: 31). Castro, agrega que América Latina está la zaga de otras regiones del mundo, y corre el riesgo de desperdiciar esta oportunidad extraordinaria para mejorar la calidad de su educación (1998: 18). La oportunidad de obtener más (¿y mejor?) educación con menos recursos es un argumento sólido a favor del uso de la informática en la instrucción, ya que es posible reducir el costo por alumno. Sin embargo, eso ocurrirá si la tecnología se utiliza a una escala suficientemente grande (Castro, 1998), ya que el costo depende de cuántos comparten los gastos fijos de: preparación de equipos y materiales, personal docente y administrativo, soporte técnico, etc. Daniel y Stevens publicaron en 19969 un estudio comparativo entre el costo de la educación superior presencial de un alumno al año en Estados Unidos (calculando el promedio de 3,500 universidades norteamericanas) y el costo de educación a distancia de un alumno en una megauniversidad (donde estudian más de 100,000 alumnos, ver nota10) y los resultados indicaron lo siguiente: Tabla 1
Fuente: Elaboración propia, 2006. Este análisis de costo indica que la modalidad a distancia puede llegar a ser 35 veces menor que la educación tradicional. A la luz de estos datos América Latina podría encontrar en ésta una alternativa sumamente rentable para atender la demanda cautiva de educación en la región. Sin embargo, es pertinente tener en consideración dos variables importantes: Primero. Los costos de plataformas tecnológicas son mucho más bajos en los países desarrollados que en la región latinoamericana. En una escuela secundaria en Estados Unidos, por ejemplo, una computadora cuesta a lo sumo la mitad de lo que cuesta educar a un alumno durante un año, mientras que en América Latina cuesta diez veces más que mantener un alumno en la escuela durante el mismo periodo (Castro, 1998). Segundo. Una apuesta regional de educación a distancia, no debiese estar únicamente impulsada por la motivación de reducir costos y aumentar la cobertura, sino que es necesario considerar que ésta puede convertirse en una inigualable oportunidad de mejorar la calidad de la enseñanza que hoy se brinda en el continente. Contexto de la educación a distancia en México A continuación se presenta el caso del modelo de educación a distancia mexicano desde diferentes puntos de análisis. A partir de 1947 (creación del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio) el Estado mexicano ha impulsado continuas iniciativas para promover este tipo de enseñanza. Aquí se enuncian los proyectos más relevantes:
La expectativa es que todos los proyectos descritos enriquezcan el modelo educativo y permitan aunar esfuerzos, infraestructuras y conocimientos. De igual modo, es deseable que la implementación de estas iniciativas esté respaldada por evaluaciones no sólo de orden cuantitativo (como cobertura o montos de dinero invertido), sino también de tipo cualitativo (como calidad del aprendizaje, tipologías de interacción o grado de satisfacción registrado por los educandos en el proceso de educación a distancia). La educación en México dentro del concierto global México, es el único país de América Latina que forma parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y junto a España, el único de habla hispana. La identificación de algunos indicadores de México en este contexto ofrece antecedentes comparativos frente al resto de las naciones de la OCDE. Gráfico 3 ![]() Fuente: “Gasto comparativo por nivel de educación” OECD, 2006. Tabla 2
Fuente: Elaboración propia. Tabla realizada con valores del Gráfico 3 (Montos en dólares americanos). Tal como se puede observar en el Gráfico 3 y la Tabla 2, tanto EEUU (el país que más invierte en educación) como Japón (con una inversión media en comparación con el resto de los países de la OCDE) aumentaron su gasto tanto en educación primaria y secundaria como en la terciaria, en el periodo 1995-2001. En cambio, México y Polonia (con una posición similar a México) registraron un aumento en el gasto en educación primaria y secundaria en el periodo 1995-2001, sin embargo disminuyeron en 2001 su inversión en la educación terciaria. Esta mayor focalización de recursos de México en la educación primaria y secundaria, puede tener que ver con el interés por disminuir los índices de deserción escolar y el analfabetismo existente. “México, con una población total de aproximadamente 100 millones de habitantes, cuenta con un 10% que son analfabetos y un 28% considerados como analfabetos funcionales que señala a los que tienen estudios de nivel primario sin terminar” (International Literacy Institute and University of Pennsylvania). G ![]() Fuente: Porcentaje de frecuencia de uso de la computadora en estudiantes de 15 años de edad, OCDE, 2003 El Gráfico 4 muestra que en Hungría y México los estudiantes (con 15 años de edad) utilizan con mayor frecuencia la computadora en su escuela que en el hogar. Igualmente, resulta destacable el hecho de que México encabece, junto con Hungría, Dinamarca, Australia y Austria el mayor porcentaje de utilización de la computadora en la escuela. Este antecedente es clave para el diseño de políticas en la educación a distancia en México, ya que el alto uso de las herramientas informáticas en el entorno escolar ofrece perspectivas interesantes para enfrentar el analfabetismo digital. |