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OFRECER A LA CONGREGACIÓN FORMACIÓN SOBRE LA VIOLENCIA El mundo alienta a las personas a relacionarse entre así de acuerdo con deseos egoístas y hábitos mundanos, especialmente en medio del conflicto (Isaías 3:12; 1 Corintios 3:1-3; 6:1-8, Efesios 2:1-3; Santiago 3:14-16) Una cultura de paz basada en la Palabra de Dios inspira a los creyentes a amar a Dios con todo su corazón y los conduce a amar a sus prójimos como a ellos mismos, aun en medio del conflicto (Marcos 12:29-31; Juan 13:34-35; Lucas 6:27-36; Colosenses 3:12-15; Santiago 3:17-18) Cuando la cultura de la iglesia comienza a cambiar:
(Fuente: Ken Sander “El Pacificador”) Por lo tanto la mejor forma de prevenir la violencia es educando a nuestros miembros de iglesia a través de seminarios locales atendiendo a los siguientes items:
1 Pedro 3:7-9 nos dice al respecto: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. Las Sagradas Escrituras nos hablan claro al respecto de la violencia y es nuestra misión hablar sobre el tema de una forma clara y diáfana en todas nuestras iglesias independientemente de la cultura de la que provengan, puesto que Cristo nos insta a “sed todos de un mismo sentir”. De este modo nuestro deber es fomentar el uso de programas de iglesia para hablar sobre el tema del abuso, ofertando a los diferentes ministerios materiales didácticos de trabajo.
Obreros Evangélicos p.215 y 216 nos recuerda: “Dios quiere que en su vida en el hogar el que enseña la Biblia ejemplifique las verdades que presenta. La clase de hombre que sea tendrá mayor influencia que lo que diga. La piedad en la vida diaria dará poder al testimonio público. Su paciencia, su carácter consecuente y el amor que ejerza impresionarán corazones que los sermones no alcanzarán... Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está ante todo... Debe existir en la familia del predicador una unidad que predique un sermón eficaz sobre la piedad práctica... Los miembros de su familia vienen a ser miembros de la familia del cielo, y son un poder para bien y ejercen una influencia abarcante... El predicador no debe descuidar el decir palabras bondadosas y alentadoras en el círculo de la familia. Hermanos míos en el ministerio, ¿demostráis en el círculo del hogar brusquedad, dureza, descortesía? Si lo hacéis, no importa cuán sublime sea lo que profeséis, estáis violando los mandamientos...quedáis por debajo de la norma fijada para vosotros.” Nuestro trabajo es en vano si no contamos con el apoyo de los hombres y mujeres que pertenecen al cuerpo pastoral. Como líderes os alentamos a utilizar la influencia para causar un impacto en las actitudes de la gente. Se debe aprovechar cada oportunidad para educar a otros. Vuestro ejemplo, vuestro amor por el cónyuge, vuestra dedicación a los hijos son un ejemplo fiel del hogar que Dios quiso para nosotros. Y esto mismo es necesario que sea trasmitido a todos los hogares para que con su ejemplo puedan alcanzar a aquellas familias que sufren violencia en el hogar.
En caso de conocer un caso de violencia, incluso si existe una sospecha de un caso de abuso en alguna familia, no queremos que el pastor, anciano o responsable se sienta sólo. Para ello el Ministerio de la Mujer tiene previsto crear una Plataforma de apoyo y orientación a mujeres maltratadas. Tanto la mujer que sufre violencia, como la persona que conoce un caso de violencia o abuso, podrá buscar asesoramiento profesional y ayuda oportuna a través de dicha Plataforma.
Las actuaciones que llevará a cabo comprende:
Por qué crear grupos de apoyo en nuestras iglesias para asistir y ayudar a las víctimas de violencia de género. Son muy numerosos los beneficios de estos grupos pequeños, que bien se ha demostrado que funcionan en otras áreas diferentes como el ministerio personal, los foros domésticos y grupos de lectura del MM. ¿Por qué no ponerlos en marcha para este proyecto? Los grupos de apoyo comparten un problema o una situación social común:
El objetivo es darse apoyo y servicios materiales, espirituales y emocionales, con el fin de aligerar a la persona afectada y a sus familiares si lo desean. Es un recurso social, donde las personas afectadas de abuso o violencia, pueden encontrar el grupo de ayuda mutua adecuado a su realidad, puesto que además pueden dialogar y contar sus experiencias sin miedo al rechazo, el ridículo o la incomprensión. Todas tienen una problemática similar.
Tenemos en cuenta que es complicado detectar casos de violencia y abuso en los hogares adventistas, factores como el miedo, la incomprensión, las barreras socioculturales, y otros muchos factores impiden, muchas veces acercarnos a las mujeres que sufren en silencio. Atendiendo a estos motivos hemos considerado necesario la necesidad de que cada iglesia cuente con la figura de una mujer a la que hemos denominado “orientadora”. ¿Por qué crear una figura nueva? ¿Es un nuevo cargo de iglesia? Se trata de una figura de asistencia pastoral que puede ser elegida de entre las mujeres que poseen un cargo de iglesia. Es beneficioso que pueda ser una anciana de iglesia, una primera diaconisa, la propia directora del ministerio de la mujer o la esposa del pastor, siempre y cuando aceptaran este desafío. Esta mujer “orientadora” será formada previamente para las siguientes funciones formación que se llevará a cabo desde el MM y que queda abierta a los pastores y obreros que lo deseen):
Somos conscientes de que el tema que nos ocupa es doloroso, difícil y de escasa popularidad social y eclesiástica, pero no podemos permanecer callados ante muchas mujeres que sufren en silencio por miedo, vergüenza o simplemente porque están convencidas de que “están sujetas a sus maridos”. Como obreros del evangelio debemos aportar nuestro granito de arena ante tales cuestiones, que si bien son dolorosas, son necesarias y pueden aportar muchas bendiciones en los hogares. Queremos concluir con algunas palabras de la hermana E. G. White, que si bien hemos leído muchas veces no estaban tan oportunas como en estos días en los que vivimos. “Se necesitan para este tiempo hombres que puedan comprender las necesidades de la gente, y atender a estas necesidades. El fiel ministro de Cristo vela en todo puesto de avanzada, para advertir, reprender, aconsejar, rogar, estimular a sus semejantes, trabajando con el Espíritu de Dios que obra en él poderosamente, para que pueda presentar a todo hombre perfecto en Cristo. El tal hombre es reconocido en el cielo como ministro, que anda en las pisadas de su gran Modelo.” (Testimonios, vol. 4, p. 416) PARA REFLEXIONAR: ¿Cuáles son las necesidades actuales de los hogares adventistas? Se necesitan ministros del evangelio que adviertan, reprendan, aconsejen, estimulen y rueguen siempre con el Espíritu de Dios. Son los “pastores del redil” donde muchas de las “ovejas” están sufriendo. “Ningún ser humano ha de tratar de ligar a sí otros seres humanos, como si hubiese de dominarlos, diciéndoles que hagan esto, y prohibiéndoles que hagan aquello, ordenando, dictando, obrando como un oficial lo hace con una compañía de soldados.” (Obreros Evangélicos p. 499) PARA REFLEXIONAR: La época de la esclavitud aparentemente terminó, pero a pesar de la entrada en vigor de la Convención sobre la Esclavitud y de estar 'oficialmente prohibida' en casi todos los países, la esclavitud sigue existiendo en gran escala, tanto en sus formas tradicionales como en forma de 'nueva esclavitud'. Según un estudio publicado en el año 2000 podría haber unos 27 millones de esclavos en todo el mundo. !EL MALTRATO Y EL ABUSO DE LA ESPOSA ES OTRO TIPO DE ESCLAVITUD! “Una casa donde reina el amor y se expresa en palabras, miradas y actos es un lugar donde los ángeles se deleitan en manifestar su presencia y en santificar el escenario con rayos luminosos de gloria. Allí los humildes deberes domésticos tienen un encanto propio. En tales circunstancias ninguno de los deberes de la vida resultará desagradable para su esposa. Los cumplirá con espíritu alegre y será ella como un rayo de sol para cuantos la rodeen, y en su corazón cantará melodías al Señor. Actualmente considera que no posee los afectos de su corazón... Ninguno de los dos debe tratar de dominar. El Señor ha presentado los principios que deben guiarnos. El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia. La mujer debe respetar y amar a su marido. Ambos deben cultivar un espíritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni causarse pena el uno al otro. ... .” (El Hogar Cristiano p. 91) “Ni el marido ni la mujer deben pensar en ejercer gobierno arbitrario uno sobre otro. No intentéis imponer vuestros deseos uno a otro. No podéis hacer esto y conservar el amor mutuo. Sed bondadosos, pacientes, indulgentes, considerados y corteses. Mediante la gracia de Dios podéis haceros felices el uno al otro, tal como lo prometisteis al casaros”. (El Ministerio de Curación, 280) PARA REFLEXIONAR: Si la familia es un lugar donde los ángeles se deleitan, ¿cómo pueden deleitarse cuando una mujer es maltratada? NUNCA PERJUDICARSE EL UNO AL OTRO. Estas declaraciones deben ser presentadas con claridad en nuestras iglesias, debemos instruir al respecto a los miembros para prevenir cualquier tipo de violencia y para que alguna mente reaccione y cambie su conducta. “Sin tolerancia y amor mutuos ningún poder de esta tierra puede mantenerla a Vd. ni a su marido en los lazos de la unidad cristiana. El compañerismo de ambos en el matrimonio debiera ser estrecho, tierno, santo y elevado, e infundir poder espiritual a su vida, para que pudiesen ser el uno para el otro todo lo que la Palabra de Dios requiere. Cuando lleguen a la condición que Dios quiere verles alcanzar, hallarán el cielo aquí y a Dios en su vida. Recordad, hermanos míos, que Dios es amor, y que por su gracia podéis llegar a haceros mutuamente felices, según lo prometisteis en ocasión de vuestro matrimonio”. (Carta 18a, 1891, El Hogar Cristiano, p. 97) “A menudo se pregunta: “¿Debe una esposa no tener voluntad propia?” La Biblia dice claramente que el esposo es el jefe de la familia. “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos.” Si la orden terminase así, podríamos decir que nada de envidiable tiene la posición de la esposa; es muy dura y penosa en muchos casos, y sería mejor que se realizasen menos casamientos. Muchos maridos no leen más allá que “estad sujetas,” pero debemos leer la conclusión de la orden, que es: “Como conviene en el Señor.” Dios requiere que la esposa recuerde siempre el temor y la gloria de Dios. La sumisión completa que debe hacer es al Señor Jesucristo, quien la compró como hija suya con el precio infinito de su vida. Dios le dio a ella una conciencia, que no puede violar con impunidad. Su individualidad no puede desaparecer en la de su marido, porque ha sido comprada por Cristo. Es un error imaginarse que en todo debe hacer con ciega devoción exactamente como dice su esposo, cuando sabe que al obrar así han de sufrir perjuicio su cuerpo y su espíritu, que han sido redimidos de la esclavitud satánica. Uno hay que supera al marido para la esposa; es su Redentor, y la sumisión que debe rendir a su esposo debe ser, según Dios lo indicó, “como conviene en el Señor. Cuando los maridos exigen de sus esposas una sumisión completa, declarando que las mujeres no tienen voz ni voluntad en la familia, sino que deben permanecer sujetas en absoluto, colocan a sus esposas en una condición contraria a la que les asigna la Escritura. Al interpretar ésta así, atropellan el propósito de la institución matrimonial. Recurren a esta interpretación simplemente para poder gobernar arbitrariamente, cosa que no es su prerrogativa. Y más adelante leemos: “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas.” ¿Por qué habría de ser un marido desapacible con su esposa? Si descubre que ella yerra y está llena de defectos, un espíritu de amargura no remediará el mal.”(El Hogar Cristiano p. 100, 101) “Los maridos deben estudiar el modelo y procurar saber lo que significa el símbolo presentado en la epístola a los efesios, la relación que sostiene Cristo con su iglesia. En su familia, el esposo ha de ser como el Salvador. ¿Se destacará él en la noble virilidad que Dios le dio, y procurará siempre elevar a su esposa y a sus hijos? ¿Alentará en derredor suyo una atmósfera pura y dulce? Mientras asevera sus derechos a ejercer la autoridad, ¿no cultivará tan asiduamente el amor de Jesús, para hacer de él un principio permanente que rija su hogar?” (El Hogar Cristiano, p. 102) “Procure cada esposo y padre comprender las palabras de Cristo, no en forma unilateral, espaciándose simplemente en la sujeción de la esposa a su marido, sino considerando a la luz de la cruz del Calvario su propia posición en el círculo de la familia. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra.” Jesús se dio a sí mismo para morir en la cruz a fin de poder limpiarnos y guardarnos de todo pecado y contaminación por la influencia del Espíritu Santo.” (Manuscrito 17, 1891, El Hogar Cristiano, p. 102) PARA REFLEXIONAR: Que cada uno considere la importancia que merece este proyecto y lo apoye en la medida que sus fuerzas lo permitan, teniendo en cuenta las palabras escritas en Testimonios, vol. 2, p. 132, que dicen: "El desempeño desinteresado del deber de cada fiel es anotado por los ángeles y brilla en el registro del libro de la vida." ¡¡MARANATHA!! Documento redactado por: Susana de Madariaga López Cortón Educadora Social |