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El Liderazgo: Nuevos paradigmas
Juan José Bertamoni - yayobertamoni@hotmail.com
El liderazgo y los líderes
El carisma del líder
La cuestión del poder
La autoridad del líder
El poder de una visión
Características de la Visión
Liderazgo e inteligencia emocional
Los paradigmas y el comportamiento del líder
La construcción de un líder. El primer paso: ¿Víctima o protagonista?
Liderazgo transaccional y transformacional
Liderazgo y proyecto
Conclusiones
Bibliografía sugerida
¿Qué es el liderazgo y que es un líder? Diferencias entre carisma, autoridad, poder y liderazgo
El liderazgo y los líderes
Tal vez sea útil comenzar haciéndonos una pregunta: ¿Por qué tienen tanta vigencia hoy los temas vinculados al liderazgo y a la formación de líderes?
Un principio de respuesta válida surge de la permanente necesidad que tienen las personas y las organizaciones por mejorar su capacidad de dar respuesta a los desafíos que se les presentan en el entorno. Máxime en un entorno social complejo e impredecible como el actual, que cambia con mayor velocidad cada día.
Si adherimos a este punto de vista, vemos que el manejo de los procesos de cambio se ubica en el centro de la escena en la cuestión del liderazgo actual. Y de la capacidad de respuesta como líderes dependerá en gran medida, la mejora en nuestras condiciones de vida y de las personas con las que nos relacionamos.
Entonces aquí ya estamos en condiciones de definir al Liderazgo como:
“La capacidad para influir sobre la realidad a través de cambios positivos en el entorno social en el que operamos”.
Y por añadidura definimos al líder como:
“Aquel que ejercita en forma sostenida en el tiempo, su capacidad de influir a las demás personas para generar cambios positivos en la realidad”
De acuerdo a estas 2 definiciones podemos observar que el ejercicio del liderazgo siempre tiene un contenido social. Primero en sus fines: porque los cambios que un líder propone deben trascender a su persona e incluso a su propia organización y deben alcanzar a quienes presta servicio. En segundo término, en su instrumentación: porque los líderes son efectivos sólo cuando cuentan con el apoyo de personas que comparten sus ideas y se comprometen a trabajar para cambiar la realidad.
Pero también es preciso distinguir que hablamos de cambios “positivos”, porque es inseparable el ejercicio del liderazgo de la finalidad de contribuir al bien social colectivo. Porque no puede haber fin superior, que merezca sacrificar los principios que debemos observar como líderes. Parece existir una creencia universal en principios tales como: la justicia, la bondad, la dignidad, la caridad, la integridad moral, el servicio o la paciencia.
Aunque por nuestra natural imperfección humana no podamos vivir totalmente de acuerdo con ellos, igualmente desearíamos vivir y ser tratados de acuerdo con ellos.
Contrastando esta afirmación con el absurdo, podemos formarnos juicio sobre su validez. Pensemos lo que sería de un liderazgo basado en la injusticia, la mentira, la bajeza, la inutilidad, el engaño o la mediocridad.
De ahí que el camino para mejorar como líder, es emprender primero la mejora personal ya que:
“Nadie puede ser mejor líder, que persona” El carisma del líder La palabra carisma deriva del griego, “regalo inspirado en lo divino”. Los líderes carismáticos poseen una gran facilidad para hacerse querer y seducir, tienen un poder de atracción basado en el magnetismo personal y un gran poder de comunicación y persuasión. Es muy difícil precisar por qué una persona tiene carisma y otra no, pero la realidad es que el carisma facilita enormemente el camino hacia el liderazgo, si bien no es una condición indispensable.
Por lo tanto:
“Se puede ser un extraordinario líder sin tener demasiado carisma y se puede tener muchísimo carisma y ser un líder mediocre”.
El carisma es una herramienta poderosa que en sí misma no es ni buena, ni mala. Es como un golpe de martillo que se puede usar para causas positivas como reparar un mueble, o para causas negativas como lastimar a una persona. El resultado de su uso dependerá de los valores e intenciones del líder y de la conciencia crítica de sus seguidores.
Gandhi, Luther King y Mandela son ejemplos de líderes que utilizaron su carisma para causas del bien común. El líder religioso David Koresh indujo a ochenta y cinco personas al suicidio colectivo en Waco, Texas en 1993.
En general, el carisma que produce resultados negativos surge como consecuencia de un deseo de poder egoísta de los líderes. Ellos usan el carisma para manipular y someter a sus colaboradores. Aún cuando aparentan hacer el bien a los demás, en realidad los motiva mayormente su propio interés.
Pero por otro lado, aquellos líderes que usan su carisma en forma positiva también tienen un deseo de poder, pero tienen un deseo de poder “social”. Es decir, un poder orientado hacia producir verdaderos cambios positivos en sus colaboradores y en la comunidad.
Un carisma muy intenso puede hacernos caer en el peligro de idealizar al líder y aceptar totalmente sus ideas sin cuestionarlas, aunque estén totalmente equivocadas. También puede ocurrir que un líder carismático que posea rasgos de inmadurez e inseguridad obstaculice el crecimiento de otros líderes y de la organización o empresa al hacerla excesivamente dependiente de él.
Un modelo de liderazgo efectivo debería aprovechar el carisma personal, pero a la vez promover la conciencia crítica sobre las decisiones y facilitar el ejercicio de liderazgos alternativos en las organizaciones.
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