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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS APLICADAS Y AMBIENTALES ![]() Facultad de Medicina Proyecto Educativo Bogotá D.C., 2010 ![]() Facultad de Medicina Proyecto Educativo Programa de Medicina 2010 ![]() TABLA DE CONTENIDO Pág.
NORMAS GENERALES NORMAS PARA EL SECTOR SALUD QUE DIRECCIONAN LA EDUCACIÓN MÉDICA NORMATIVIDAD EN TORNO AL CONTROL DE LA CALIDAD DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS NORMATIVIDAD INTERNA
3.1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA PROFESIÓN 3.2. CAMPO DE ACCIÓN 3.3. FUNDAMENTACIÓN DE LA CARRERA 3.4. ENFOQUE 3.5. MISIÓN INSTITUCIONAL Y DEL PROGRAMA 3.6. VISIÓN 3.7. OBJETIVO DEL PROGRAMA 3.8. PROPÓSITOS DEL PROGRAMA EN DOCENCIA EN INVESTIGACIÓN EN EXTENSIÓN
4.1 PERFIL ACADÉMICO COMPETENCIAS GENÉRICAS COMPETENCIAS ESPECÍFICAS 4.2 PERFIL OCUPACIONAL ![]() Pág.
F ![]() FUNDAMENTO METODOLÓGICO F ![]() 5 ![]() ESTUDIOS ELEMENTOS DE CONSTRUCCIÓN ÁREAS DE FORMACIÓN ORGANIZACIÓN DE CONTENIDOS SECUENCIA DE CONTENIDOS EJE VERTEBRADOR DE LA SECUENCIA IDEAS EJE CONTINUIDAD Y PROGRESIÓN INTERRELACIÓN ORGANIZACIÓN POR CRÉDITOS ACADÉMICOS COMPONENTE ESTRUCTURAL Y ELECTIVO
REFERENTES CONCEPTUALES TUTORÍA ACADÉMICA
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La actualización del Proyecto Educativo del Programa se llevó a cabo a partir de las reflexiones surgidas durante el proceso de autoevaluación, con el objetivo de tener un referente conceptual y una proyección de las acciones de la Facultad de Medicina en los próximos años, del tal forma que responda en forma adecuada frente a las necesidades y retos de la salud humana en el contexto local, regional, nacional e internacional. Tomando al Proyecto Educativo Institucional como marco de referencia, la Facultad de Medicina ratifica como principios fundamentales del quehacer educativo la autonomía universitaria, la pluralidad, la democracia, la integralidad, la responsabilidad social y ambiental, el desarrollo humano sostenible, el liderazgo, la internacionalización del conocimiento, la flexibilización, la interdisciplinariedad y la formación para la innovación y la investigación. En ese mismo sentido, la Facultad asume los propósitos institucionales de formación para la educación superior relativos a las funciones sustantivas de la universidad que se mencionan brevemente, a continuación: La docencia como un proceso integral y permanente dirigido a la formación de personas críticas, activas, creativas, con responsabilidad ambiental y social y sólidos principios éticos y morales, capaces de responder con oportunidad, eficiencia y calidad a los retos y necesidades de la salud de los sujetos sociales, sus grupos familiares y las colectividades. La investigación como una propuesta para la generación, difusión y aplicación del conocimiento, especialmente en favor de las comunidades y grupos sociales más vulnerables del país, con el fin de contribuir al desarrollo equitativo y sostenible, en el marco de las políticas institucionales de fomento a la investigación acordes con la Misión de la Universidad, el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y la legislación de la Educación Superior. La extensión como una oportunidad de llevar el conocimiento y la investigación a las comunidades, escenarios privilegiados en los que se viven las necesidades y se plantean los verdaderos retos para el desarrollo social. Las acciones de proyección a la comunidad pretenden servir como puente entre la sociedad del conocimiento y los colectivos sociales; entre los referentes teóricos, conceptuales y metodológicos de las ciencias y los saberes y las prácticas cotidianas, con el fin de propiciar la construcción de nuevos saberes, de encontrar soluciones a los principales problemas que limitan o impiden el desarrollo individual y colectivo, y contribuir a las transformaciones sociales necesarias para la conservación y el mantenimiento de la calidad de la vida de la especie humana y del planeta. En concordancia con lo anterior, el Proyecto Educativo del Programa - PEP, reitera la importancia del ejercicio de la docencia bajo los principios de libertad de cátedra - entendida como la posibilidad de debatir responsablemente las diferentes ideas - y la libertad de aprendizaje - que implica acceder a todas las fuentes de información y ensayar nuevas metodologías y tecnologías de aprendizaje. Así mismo, el programa intenta promover el desarrollo de habilidades investigativas a través del estímulo a la lectura crítica, la adquisición de fundamentos epistemológicos, el análisis de la literatura científica y la vinculación de los estudiantes con las actividades de investigación, mediante la aplicación del método científico a las actividades académicas incluidas en el proceso de formación. Por último, como parte de la responsabilidad social de la carrera de medicina, se ha planteado el fortalecimiento de la proyección a la comunidad, a través de la consolidación del área de Salud y Sociedad, retomando los planteamientos que sustentaron la creación del programa, el panorama del sector de la salud en el país y las tendencias de la medicina en el ámbito global. La metodología utilizada para la actualización del Proyecto Educativo del Programa se ha caracterizado por una participación activa y reflexiva de la comunidad académica, en el contexto del mejoramiento continuo y la adaptación a la realidad social en el contexto nacional e internacional, en congruencia con los principios de la universidad, los valores ciudadanos, los desafíos de la salud humana y del planeta, los principios éticos de la profesión médica y los derechos humanos, a fin de garantizar la formación de profesionales competentes para responder a las necesidades del país en un mundo globalizado.
2.1. LA EDUCACIÓN MÉDICA A NIVEL MUNDIAL Las raíces de la crisis actual del ejercicio de la medicina deben buscarse en el paradigma biologicista que aún se encuentra vigente. Se acusa a la medicina de ser deshumanizada cuando en su intervención técnico-científica no considera en su total integridad a la persona desconociendo las dimensiones ontológicas que la constituyen. Con el método científico positivista desde mediados del siglo XIX se aceptó la medicina como ciencia natural, suprimiéndose de la formación del médico la filosofía y las ciencias sociales. El mecanicismo, al considerar al cuerpo como una máquina en su estructura y funcionamiento, permitió el avance del conocimiento objetivo en sus componentes celular y molecular, logrando éxitos insospechados, pero parcializados, en el intento de lograr la salud. Las nuevas concepciones de la profesión y la evolución histórica de los derechos humanos, unida a otros cambios de la sociedad, exigen un replanteamiento del paradigma dualista cartesiano. En consecuencia surge el movimiento bioético que pretende conciliar el paralelismo científico, cultural y humanístico o al menos tender un puente de reflexión entre ellos. Los principios de beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia aplicados a la práctica de la medicina están inmersos en la reflexión moral filosófica, jurídica, religiosa y cultural, y se extienden a todas las experiencias de la vida y la naturaleza en una ética de solidaridad planetaria. Desde esta mirada es válido contextualizar los aspectos más relevantes del siglo anterior y los desafíos del nuevo milenio, a fin de considerar las necesidades y prioridades para la formación de profesionales médicos capaces de dar respuesta efectiva a las actuales y futuras demandas de salud de la población colombiana. Los planes de estudios adoptados inicialmente para la formación médica respondieron al modelo paradigmático enunciado por Abraham Flexner (1866 – 1959), quien consideró al individuo como el centro de la atención médica y analizó la problemática de la salud con un fuerte énfasis en los procesos individuales, lo cual restó importancia al estudio de los contextos sociales, comunitarios y/o familiares. Los postulados de Flexner establecieron requerimientos como el hospital universitario para cada escuela de medicina prestando enorme importancia al desarrollo de las especialidades y sub-especialidades médicas, y al crecimiento de las condiciones materiales y tecnológicas para el desarrollo de las mismas, a la vez que consideraron impropio para la educación médica el recurso de unidades periféricas al hospital (puestos y centros de salud) y desaprobaron la asistencia ambulatoria en los hospitales por considerar difícil e insatisfactorio el control de los pacientes ambulatorios. Estos principios, válidos en la época, por cuanto el hospital universitario permitía el ejercicio integral de la función docente, sentaron las bases para la formulación de los planes de estudio de medicina que aún hoy en día se mantienen en la mayoría de escuelas a pesar de los cambios científicos y sociales que se han sucedido desde entonces. Así vemos como en un gran número de facultades y carreras de medicina persiste un fuerte carácter biologicista centrado en la enfermedad que privilegia casi con exclusividad las prácticas en el hospital universitario y concede poca relevancia al ámbito familiar y comunitario como escenario de práctica formativa. Si bien la intención de Flexner al insistir en la fundamentación científica era la de garantizar el buen desempeño médico a favor de los individuos enfermos, desconoció el aporte de las ciencias sociales para la comprensión de las patologías. Desde la postguerra de 1944 época en que lanzó sus postulados, se establecieron seis años de duración de la carrera, los tres primeros dedicados a las ciencias básicas (reduciendo las mismas a las ciencias naturales), y los otros a la formación clínica. Posteriormente, hacia los años 60 del siglo pasado se comenzaron a incorporar los conceptos y el lenguaje de la salud pública planteando la importancia de los equipos de salud, la relación de las facultades de medicina con las necesidades de salud de la comunidad y el tipo de médico que necesita el país. Ligado a ello se comenzó a hablar de la necesidad de la planificación, el diseño curricular y las propuestas de las facultades y centros de ciencias de la salud, para instrumentar programas de integración de la educación en las diferentes profesiones de la salud. El modelo de formación médica tradicional se vio cuestionado por las patologías hospitalarias en contraste con las necesidades de salud y la calidad de vida de la sociedad y comenzó a gestarse una propuesta de cambio de paradigma en la formación médica, para la cual fue determinante la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria en Salud, APS, realizada en Alma Ata en 19781 . Allí se plantearon por primera vez a nivel internacional acciones concretas para lograr la modificación en el modelo de formación y desempeño profesional médico. Posteriormente, la Conferencia Mundial sobre Educación Médica (Edimburgo 1988) planteó las dimensiones educacionales (curriculares) de la práctica universitaria, sus implicaciones individuales en la actividad profesional y la extensión de los espacios institucionales de formación, haciendo algunas recomendaciones sobre factores a tener en cuenta en la educación médica, tales como los entornos educativos pertinentes, el currículo basado en las necesidades de salud, la importancia de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, el aprendizaje activo durante toda la vida, el aprendizaje basado en competencias, los profesores capacitados como educadores, la integración de las ciencia básicas con las clínicas, la participación de los estudiantes y la comunidad en la planificación y evaluación de la educación médica, estrategias y métodos de enseñanza y aprendizaje específicos para medicina, entre otros. En los últimos años, la tendencia de la educación médica gira en torno al fenómeno de la globalización y a la necesidad de incorporar en el proceso de formación de los futuros profesionales, competencias requeridas para el ejercicio de dicha actividad en los ámbitos local, regional, nacional y global, habiéndose definido en el año 1999, los referentes mundiales a este respecto por parte del IIME. De acuerdo con este trabajo, el Comité Nuclear ha definido los requisitos globales mínimos esenciales en torno a siete dominios, que fueron identificados en un proceso de revisión bibliográfica y consulta con expertos, considerados como pilares de la formación médica e indispensables en las competencias de salida de los médicos:
De acuerdo con los expertos del IIME, los métodos utilizados para la enseñanza de la medicina y las estrategias pedagógicas que los operacionalizan pueden variar de una facultad a otra, sin embargo las exigencias en torno al desarrollo de las competencias han de ser equivalentes, hecho que no implica la uniformidad global de los currículos pero sí la garantía de que los futuros médicos hayan adquirido las capacidades educacionales básicas señaladas por el Instituto. En el mismo sentido, las políticas de la Asociación Médica Mundial respecto al tema, adoptadas por la Asamblea Mundial de la Asociación en Pilanesberg, Sudáfrica en Octubre de 2006, incluyen los siguientes aspectos:
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