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XIV Seminario Manejo y Utilización de Pastos y Forrajes en Sistemas de Producción Animal 15 a 17 de abril de 2010-Barquisimeto-Venezuela ===================================================== EL CAMBIO CLIMATICO Y SUS CONSECUENCIAS EN LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Tirso Ramón Rivas Ortega Departamento de Zootecnia- U.F.R.PE-Brasil rrtirso@hotmail.com ------------------------------------------------------------------------------------------- RESUMEN Los recientes Cambios Climáticos Globales son predominantemente influenciados por actividades humanas, donde la agricultura contribuye con un porcentual significativo de las emisiones que causan ese calentamiento; siendo el deforestamiento, la agroindustria y la pecuaria, responsables, en gran parte, por la producción de esos gases… entre otras perturbaciones socio-ambientales. Ante ese cuadro recurrentemente destructivo y debido a los efectos negativos del calentamiento global en la producción agrícola presente y futura… así, todo lleva a creer que las agriculturas alternativas se revelan como siendo la mejor opción racional/ambiental, para el agricultor y para los países, principalmente, del Tercer Mundo… estando sus principios de acuerdo con la Agenda 21 y el Desarrollo Sustentable, compromiso de común acuerdo firmado por la mayoría de países del mundo en la Eco-92, en Río de Janeiro, Brasil. PALABRAS-CLAVE: Agroecología, Clima, Desarrollo Sustentable. INTRODUCCIÓN Los cambios en el clima que vienen observándose con inusitada y asustadora frecuencia en los más diversos cantos del planeta, con destaque para una tendencia inequívoca de aumento de temperaturas globales – contrariando a sépticos e ignorantes voluntarios –, tienen la marca registrada del Homo sapien sapiens (Blanc, 2009). Esta afirmativa se basa, principalmente, en las conclusiones a que llegó recientemente el IPCC (2007). Que todavía… en la opinión de la mayoría de estudiosos del asunto, sería la primera vez en la Historia de la Tierra, que una especie – la nuestra –, consigue realizar tan prodigiosa perturbación planetaria (Cardoso, 2006). Antes, estos fenómenos estando restrictos únicamente a la Naturaleza, con todo su poder omnipotente, construidor/destruidor. Las perturbaciones climáticas más perceptibles e inducidas por nosotros a través – principalmente – de la exorbitante emisión de gases de efecto invernadero, dicen respecto al calentamiento de los océanos y de la atmósfera; al derretimiento de los polos y aumento del nivel de los mares; a cambios radicales en la precipitación sazonal pluviométrica y al consecuente aumento en los riesgos de pérdida de cosechas, debido a eventos climáticos extremos: secas o lluvias torrenciales; (Folha Online, 2007; Folha Online, 2008). Y de forma general – es incontestable –, que con esto se está dando un avance acelerado de la degradación ambiental, hídrica y terrestre, provocando un proceso de desertización1sin paralelo en la historia de la Humanidad (Schenkel & Matallo Junior, 1999). Por otro lado – entre tanto – es de extrañar que nuestra especie, en general, ufanamente atribuyéndose más que sobrados atributos racionales/emocionales, todavía no haya percibido la extrema gravedad del asunto, que intento, aquí… resumidamente abordar. Así, convictamente me expongo a rubricar estas ponderaciones, fundamentado en mis estudios y observaciones locales y mundiales; y en contra posición, en el ámbito político global, a los parcos resultados obtenidos en ostentosas y repetitivas reuniones internacionales (Estocolmo, Río 92, Kyoto, Johannesburgo + 10, etc.), que en los más diversos niveles decisorios, a lo largo de las últimas décadas han acontecido, sin entre tanto, por parte de los gobiernos, llegarse a tomar las medidas urgentes y por veces, dolorosamente necesarias, que en este particular, el caso, en sí, sin más tardanza exige. Digo singular, porque (como ya mencionado) es la primera vez que en la Historia del Planeta y específicamente, en la saga de la Humanidad, además de nuestra especie conseguir la ‘proeza’ de perturbar la armonía planetaria construida con extrema complejidad en billones de años de evolución – e paradójicamente –, la decisión de extinguirnos o de sobrevivir… cabe únicamente a nosotros mismos. Ya que, en la actualidad, poseedores de un conocimiento técnico-científico avanzado – nunca antes siquiera imaginado –, tenemos en nuestras propias manos la decisión de inflexionar positivamente sobre el futuro de la vida en el planeta, y consecuentemente, luchar por la supervivencia y perennidad de nuestra propia especie (Ortega, 2007). Entre tanto, mismo con la obviedad y extrema urgencia que este problema global, particularmente exige; y no obstante, de algún tiempo hasta acá, el mismo haber sido y continuar a ser divulgado profusamente por los más diversos medios de comunicación – por increíble que pueda parecer – la mayoría de los habitantes de este único, y en todo nuestro sistema solar, habitable planeta, todavía no se ha dado cuenta de lo que está sucediendo… ¡menos todavía de lo que va a suceder! Y sencillamente – deduzco yo –, porque las personas, colectiva e individualmente no han querido ni desean darse cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor… como diciendo: ¡Si todo eso es verdad… yo no quiero darme cuenta! Esta actitud omisa me recuerda el comportamiento de los avestruces cuando entierran la cabeza en el suelo, ante un peligro eminente… así, la mayoría de las personas no quiere ver ni oír, mucho menos participar de la búsqueda de soluciones para este, más que Súper Problema Global. ¡Y actitud generalizada y alienante, esta, también, incomprensiblemente seguida por un contingente mayoritario de dirigentes políticos, religiosos, empresariales – y mismo de intelectuales y académicos –… independientemente de sus países de origen… y de los mismos pertenecer a naciones desarrolladas o del Tercer Mundo! Afirmo esto, porque son esas personas – admitiéndolo o no… – que en el día a día, influencian, controlan y determinan, directa e indirectamente el poder en todas sus dimensiones… decidiendo, el rumbo de nuestros propios destinos (Weber, 2006; Foucalt, 2008). Pero lo que más preocupa es que el tiempo está pasando más de prisa que de prisa; en cuanto – paralelamente – se pierde un tiempo precioso con discursos sofistas, mentirosos y mezquinos; alocuciones rebuscadas que no conducen a ningún encaminamiento concreto de actitudes correctivas; y de esta manera, la situación, que en la opinión de los especialistas, se aproxima peligrosamente del umbral (IPCC, 2007), se complica todavía más… al postergar las posibles soluciones locales y globales que no llegan. De esta manera, es sumamente preocupante – por lo menos para nosotros los ambientalistas – constatar la extrema (irresponsable) actitud de dirigentes políticos y religiosos, agentes económicos y de la propia comunidad universitaria, de la aldea global, que siendo los mayores formadores de opinión pública, generalmente cruzan los brazos ante este singular problema. Y a veces – todavía peor – en sentido opuesto, incentivan actitudes y determinan medidas contrarias a la prevención, mitigación y posibles salidas. Al respecto… doy un ejemplo de esa inercia o de medidas tomadas en sentido contrario: ¡La administración de los Bush, en USA, que al haber sido contraria a tomar medidas a favor del medio ambiente, han perjudicado al mundo… y a todos nosotros, de manera incalculable! Y es precisamente sobre estas ponderaciones, que en este artículo trataré de discurrir, y algunas opciones (alternativas) en la producción agropecuaria, proponer. CAMBIOS CLIMATICOS El acumulo y rapidez de los avances científicos producidos por nuestra civilización, son indiscutiblemente sorprendentes; específicamente, con relación al tema que nos ocupa, es digno de mención las ‘nociones’ que se tenían sobre este asunto en el pasado, contrastando con el conocimiento adquirido en épocas recientes. Para tal, valga el siguiente ejemplo: hasta los inicios del siglo XIX, no se tenía idea sobre la edad de la Tierra. Ilustración de lo que afirmo es el caso de G. Cuvier, uno de los primeros paleontólogos a estudiar y describir fósiles en Europa, con el propósito de averiguar sus edades, y que entre tanto – paradójicamente – ese pionero-científico, naturalista detective del pasado (convictamente creía) que la edad de nuestro planeta no ultrapasaría de 5 o 6 mil años, máximo. ¡Cifras estas, bastante aproximadas de las estimativas de un religioso irlandés, un siglo antes, que en su visión y consecuente opinión teológica afirmaba, el planeta Tierra tener… la edad exacta de 4004 años! (Salgado-Labouriau, 2006). Así, y con respecto (paralelamente) a los cambios climáticos acaecidos en nuestro planeta, hasta hace muy poco tiempo no se tenía idea de sus dimensiones ni de su cronología espacio-temporal. Entre tanto, hoy en día, con la descubierta de técnicas variadas, está siendo posible, retroceder en el tiempo y formarnos una idea del clima en el pasado, inclusive… remoto (Mithen, 2003; Fagan, 2004; Salgado-Labouriau, 2006). E ![]() Así, contrastando el grafico anterior con el de milenios más recientes, que a seguir ilustra este apartado, se torna embarazoso e al mismo tiempo incontestable negar la participación y responsabilidad humana – notadamente a partir de la Revolución Industrial – en el presente calentamiento global y sus consecuencias negativas, presentes y futuras, para la agricultura, el planeta Tierra, y particularmente… para la Humanidad. ![]() De esta manera, en esta ilustración compruébase – sin llevar en consideración la acumulación de los otros gases de efecto invernadero – que existe una correlación positiva entre una mayor concentración de CO2 atmosférico y el y más reciente aumento de las temperaturas en el planeta. ¡Siendo que, lo más alarmante del caso es que, los especialistas en el asunto utilizando los más variados modelos de previsión climática, todos ellos esperan que, de no tomarse las medidas urgentes y drásticas en el corte de la emisión de los gases de efecto invernadero, a nivel global, en las próximas décadas, las concentraciones de todos ellos en la atmósfera serán históricamente alarmantes… pudiendo el CO2 – particularmente –, gas que responde por 80% del calentamiento de la atmósfera, ultrapasar los 400 ppmv (Al Gore, 2006)! De esta manera, es humanamente inimaginable un escenario con esa concentración de gases de efecto invernadero. ¡Los efectos deletéreos, nadie todavía es capaz de predecir…! Así, el problema del cambio climático se perfila tan sorprendente y desmedido, que mal conseguimos vislumbrarlo. Mismo los especialistas y algunas mentes privilegiadas, que apenas consiguen percibir la punta de ese iceberg; la ‘cuestión’ es extremamente compleja y, paralelamente, para empeorar la situación, todos nosotros fuimos hormados por sistemas mentales/educativos reduccionistas… lineales, característicos de nuestra civilización occidental. Entre tanto – y en contra posición –, para enfrentar este Súper Problema Global, precisamos de una mentalidad holistica y de en un pensamiento analítico complejo… por lo menos para intentar entender lo que está sucediendo. Pero a despecho de todo eso, algunos estudiosos demuestran que esos cambios bruscos y recurrentes en el clima planetario tienen origen múltipla, natural y principalmente… influencia antropica (MacNeill et al, 1992); y aquí, para facilitar su comprensión, a esa resultante de la responsabilidad humana, ‘rotularé’ simplificadamente de polución/degradación. Esperando que a través de la información parcial que el siguiente cuadro nos ofrece, sea posible vislumbrar lo que se está queriendo hacer entender: la responsabilidad antropica en el cambio climático y el círculo vicioso compuesto de polución/degradación galopante en que nos encontramos, tornando cada vez más difícil la búsqueda de soluciones, en la medida que ‘ignoramos el problema’ y tendemos a producir mas elementos nocivos al ambiente. Porque nuestros problemas ambientales no se reducen únicamente a los gases de efecto invernadero, como muestra el cuadro a seguir; y donde el metano (CH4) está ausente, debido, posiblemente, al desconocimiento de su contribución e importancia en esa época (1979). ¡Lo que no deja de ser… un facto interesante, pues hoy es considerado el más importante gas emitido por los rumiantes!
LA PARTE QUE NOS TOCA EN AGRICULTURA Milenariamente la Agricultura ha contribuido con la construcción y sustentación de todas las civilizaciones. Entre tanto, esto no ha sucedido sin causar daños al ambiente. La implantación de la Agricultura envuelve la destrucción y sustitución de un ecosistema natural por un artificial. (Ponting, 1990). Así, de la misma manera que la Agricultura sirve, principalmente para alimentar sociedades sedentarias, su decadencia o desaparecimiento lleva esas mismas sociedades a su extinción (Fagan, 2004). No es de extrañar entonces, que la primera y mayor de esas sociedades agrícolas, la Mesopotámica, por causa de la pérdida de la fertilidad del suelo, sumándose esto, a cambios climáticos negativos (secas prolongadas), haya desaparecido de la misma manera en que surgió. Sin querer hacer de este apartado un recuento histórico de la Agricultura, ni mucho menos intentar configurar su gran numero de variables y modalidades configurativas… para efecto didáctico-pedagógico y conveniencia espacial, simplificaré diciendo que la misma hoy en día suele ser (básicamente) dividida en Convencional y Alternativa. La primera se asienta en prácticas modernas de producción en gran escala, siendo su principal objetivo, el lucro por el lucro; la segunda envuelve una praxis diversificada de filosofías, metodologías, prácticas de cultivos vegetales y crianza de animales, donde el respeto al medio ambiente y la inclusión socio-económica hacen parte indisoluble de sus propósitos primeros. Las commodites agrícolas (exportación) son el producto de la primera; en cuanto la otra visa más una agricultura familiar de subsistencia, siendo, generalmente, la que abastece los mercados internos… en los países del Tercer Mundo. E ![]() Particularmente, digno de mención es el caso peculiar de los países subdesarrollados del trópico, que por dedicarse en su mayoría a producir materias primas para ‘alimentar’ las industrias del Primer Mundo (MacNeill et al, 1992); y por ser los que todavía poseen algunas reservas naturales, principalmente florestas, son, también, por medio de la explotación irracional de sus riquezas forestales y de una agricultura predatoria de exportación, emisores de gases de efecto invernadero. ¡Tornándose, paradójicamente, victimas y culpados… al mismo tiempo! (Veyret, 2007). Sin, entre tanto – dígase de pasaje – ni siquiera poder comparar su ‘contribución’ al Calentamiento Global con los países del Primer Mundo; esto, debido en parte… a su histórico subdesarrollo. Lo anteriormente afirmado (con excepción de China), es parcialmente constatado a través de la ilustración que sigue. Contribución de algunos países en la emisión de gases de efecto invernadero. F ![]() EL CASO DE LA AGROPECUARIA ¡Sin lugar a dudas, la comprobación científica de que las actividades agrícolas contribuyen en gran parte con el calentamiento del planeta, agarró a todos nosotros, de las Ciencias Agrarias, de sorpresa! Hay gente que todavía no se ha repuesto del susto, y otros (la mayoría) que prefieren, por comodidad… ignorar el asunto. Pero, independientemente, de reconocer el HECHO o no, el caso es que el cambio climático es hoy por hoy una realidad científicamente incontestable, y queramos o no, tarde o temprano deberemos enfrentar impostergablemente ese Facto; pues nadie consigue tapar el sol con un dedo… ni resolver problemas imitando al avestruz. Desde la Revolución Industrial, las economías occidentales se basan en el uso insustentable de materias primas e energía provenientes, principalmente, de los países subdesarrollados (Harta, 2006). Así, es irrefutablemente conocido, que la macro economía del Tercer Mundo (cuando existe) es fundamentada, mayoritariamente en la producción y exportación de materias primas de origen animal y vegetal, a través de sistemas agrícolas inspirados, en la ideología de la Revolución Verde; esto es, una producción en base a una Agricultura dicha Moderna o Convencional; siendo así, las actividades agrarias, en esos países, son las mayores fuentes de emisión de gases de efecto invernadero; contrario, por tanto, a los países desarrollados, en donde la industrialización y el transporte son los principales villanos productores de esos gases (Biblioteca Salvat, 1979). Emanaciones residuales que, cuando en exceso... se tornan extremadamente nocivas al ambiente y a la vida en general. ¡Y las mismas, hoy en día, holgadamente encontrándose por encima de sus concentraciones históricas! (Folha Online, 2008). C ![]() ![]() La ilustración siguiente muestra una visión más amplia de la participación generalizada de la agropecuaria (agricultura, pecuaria, pesca, caza y explotación forestal) en la producción de gases de efecto invernadero… notadamente la explotación Convencional o Moderna, debido a su mayor escala y dependencia de combustibles fósiles. Hecho este, hasta hace muy poco tiempo atrás, desconocido por la mayoría de técnicos y científicos de las Ciencias Agrarias; y lo que sin lugar a dudas – de no tomarse providencias – continuará a contribuir para agravar más el cuadro preocupante del Cambio Climático, y su principal consecuencia, el calentamiento paulatino del planeta, con todas sus ocurrencias negativas para el futuro de la Humanidad. Específicamente con relación a Brasil – a despecho de los ufanistas –, este país continúa perteneciendo al Tercer Mundo, a pesar de su alto nivel de industrialización y de su producción agrícola gigantesca. Inclusive, con respecto a esta última actividad, en algunas modalidades como producción de soya, caña de azúcar, carne bovina y de aves, este país detiene, mundialmente, los primeros lugares (Guia do Estudante, 2009). Paralelamente, también, digno de mención es el hecho de la mayoría de productos agropecuarios de Brasil – exportados para el mundo – ser oriundos, históricamente, de una devastación ambiental vergonzosa, del uso de tecnologías dependientes y de una exclusión social ejemplar, en términos de escala regional y mundial (Warren, 2010). De esa manera, todo eso ha provocado – y no es difícil comprender porque –, el Brasil se haya tornado, entre los países del Tercer Mundo y a caballo de una agricultura de exportación, Moderna… un campeón en las modalidades agrícolas anteriormente mencionadas; así como también – y en contra partida – dentro del rol de países emergentes, un emisor considerable de gases de efecto invernadero; esto, es cierto, en base a diversas actividades económicas, mas… principalmente debido a la producción agropecuaria intensificada y en gran escala, como bien ilustra el grafico siguiente. ![]() Y de esta manera, como anteriormente afirmado e ilustrado, esta realidad brasileña – respetando las debidas proporciones – también ayuda a reflejar gran parte de la realidad de las naciones de los países subdesarrollados, notadamente con relación a la producción agropecuaria proveniente de una cultura predatoria de la tierra, y sus consecuencias nocivas, nefastas sobre el medio ambiente y la sociedad, en principio… preponderantemente las comunidades rurales, por sus efectos directos sobre esta. ![]() CONSIDERACIONES SOBRE UNA AGROPECUARIA PREDATORIA Es de todos nosotros conocido, que la Revolución Verde, hija/nieta de la Revolución Industrial y más específicamente del contexto socio-económico vivenciado por el mundo, posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, aportó el conocimiento técnico-científico necesario para que los países pos guerra, enfáticamente los llamados ‘periféricos’ o del Tercer Mundo, consiguieran, en parte, ‘modernizar’ y aumentar significativamente su producción agropecuaria y de esa manera, evitar o disminuir el fantasma del hambre (Sarandón, 2008) . Entre tanto, y paralelamente, hoy también sabemos que esos “paquetes tecnológicos” de la Revolución Verde, idealizados y provenientes, principalmente de los EE-UU, no han sido una dádiva, producto de la benevolencia de un país rico para con los pobres del Sur, pues siempre hubo y habrán segundas y terceras intenciones… inconfesables, en relación a nosotros (Ortega, 2007). Tampoco esa Revolución agrícola que privilegia el uso de tecnologías foráneas de punta, el latifundio, la monocultura, la mecanización del campo y el uso macizo de combustibles fósiles, ha contribuido con los países pobres para desarrollarlos; muy al contrario, esa revolución agroindustrial ha servido entre otras cosas, para concentrar riqueza y destruir el conocimiento agrícola milenario que diversos pueblos poseían antes de su aparecimiento en el Tercer Mundo… empobreciendo y degradando, no únicamente los suelos y otros recurso naturales valiosísimos, como también la cultura y los tejidos autóctonos de las sociedades locales (Mazoyer & Roudart, 2001; Ortega, 2006). Nadie puede negar, también, que junto con las tecnologías de punta (¿para desarrollarnos?) llegó y se perpetuó entre nosotros, una mayor dependencia tecnológica, energética y financiera, con relación a los países ricos. Y así, los subdesarrollados que de por sí ya eran diferentes… nunca más fueron los mismos. ¡Sus producciones y principalmente las exportaciones de productos agropecuarios (commodites) para los países ricos crecieron muchísimo, pero… no tanto como sus deudas externas, que son hoy en día… estratosféricas! ¡Nunca antes, en toda su historia, estos países se endeudaron tanto, al punto de la mayoría de ellos, sin ambages, admitir que sus deudas son impagables! Así, endeudados, cada vez más dependientes y en acelerado proceso de destrucción de sus recursos naturales, talvez sea llegada la hora de estos países repensar sus agriculturas de exportación, y yendo más allá de esto, rescatar o buscar otro tipo de supervivencia y desarrollo, que no el desarrollo de la destrucción y del riesgo de los países industrializados del Norte (Saldaña, 2001; Beck, 2002). Pero sin duda, para las naciones subdesarrolladas, entre todas sus pérdidas, su devastación ambiental es la más perceptible, y con esto – consecuentemente ha ocurrido – la pérdida irrecuperable de su biodiversidad incalculablemente valiosa (Alier, 2005). Desastre ecológico, este, consecuencia en gran parte, de una agricultura predatoria de exportación/importación2, idealizada y financiada ab hoc por los países ricos, a través, principalmente, de la estera de una Revolución Agroindustrial que hasta hoy ha traído a los países pobres… mucho más perjuicios que beneficios (Nieto-Galan, 2004). Además de este tipo de agricultura, al contrario de las agriculturas alternativas, contribuir mucho más con las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otros factores negativos, que me valiendo de Sarandón (2008), a seguir, hago hincapié de mostrar y ejemplificar. Inviabilidad del modelo “moderno” de agricultura
Fuente: Sarandón (2008) Y para finalizar este apartado – vale la pena recordar –, que ese tipo de agropecuaria monoculturista (con prioridad para la exportación), ha inducido al desabastecimiento de nuestros mercados internos; ya sea por su escasez o por el alta de los precios… principalmente de los alimentos básicos; esto, motivado por una serie de factores, entre otros, la disminución o estancamiento de la producción delante de un mundo antropicamente más hinchado; la disminución decreciente del poder adquisitivo del consumidor y la pérdida de cosechas por eventos climáticos negativos. ¡Sin hablar de una especulación desmedida y… por nuestros gobiernos permitida! Prueba de lo que afirmo es la crisis de alimentos que de unos años para hasta acá, se dispersa y profundiza por el mundo, notadamente en los países subdesarrollados. ¡Basta para ello ejemplificar el caso especifico de México, que siendo la tierra donde se domesticó el maíz y de siempre haber sido un país auto suficiente en la producción de ese cereal… hoy importa ese grano (transgénico) de los Estados Unidos para fabricar sus famosas e imprescindibles tortillas (Pinheiro & Athayde, 2008)! ¡Y así… insospechadamente, partiendo de los gases de efecto invernadero y del calentamiento global – quien diría – terminamos entrando en la Seguridad Alimentaria, presente y futura! ![]() PROBABLES CONSECUENCIAS FUTURAS Nadie es capaz de prever lo que realmente irá a suceder en el futuro. Y hoy más de que nunca, esa afirmativa parece ser mucho más válida que antes. Entre tanto, como ya abordado en anteriores apartados, los más diversos modelos ejecutados por súper computadores, predicen claramente cambios negativos drásticos en el clima planetario, con notada tendencia para un calentamiento cada vez más acentuado (Klintowitz, 2006). ![]() Fuente: Blanc (2009) Así, excluyendo las regiones más frías (próximas de los círculos polares), que tenderán a adquirir un clima más benigno, el resto del planeta Tierra sufrirá mucho con el Cambio Climático. Mas, como son tan pocos las naciones que poseen territorio en esas latitudes, y como es de esperarse que sea imposible trasladar toda la población de esos países para esos nuevos espacios, en cuanto los restantes y mayoría sufren (¿pasivamente?) con las consecuencias del calentamiento, por epidemias, falta de agua, comida y energía… la única salida lógica-posible parece ser la de unirnos y trabajar en busca de las mejores soluciones posibles para todos. ¡También no debemos olvidarnos de que, independientemente de cambios climáticos, presentes y futuros, en cuanto los recursos naturales declinan y se agotan, los humanos y el hambre… tienden desproporcionadamente a crecer (Malthus, 1990). Y con relación específica al Tercer Mundo, las previsiones son las peores posibles, por el simple hecho, de ser estos países los más pobres y consecuentemente más vulnerables (Folha Online, 2007; Corbett, 2009). Así, nuestra América Latina, no está excluida de ese problema… ¡mismo porque nadie lo está! Estudios recientes concluyen, que el Cambio Climático y sus consecuencias negativas en la producción agropecuaria, deberán agravar significativamente la producción y oferta de alimentos en esta región (Folha Online, 2007; Folha Online, 2008). Y datos negativos, estos, también corroborados por Lima & Alves (2008), cuando estudiando el caso especifico de América del Sur. De esta manera, de no tomarse medidas pertinentes – a nivel local y global – es imposible predecir lo que va a suceder en ese mundo futuro… probablemente caótico. Entre tanto, mismo con la importancia vital que los sistemas agrícolas desempeñan en las sociedades modernas, son relativamente pocos los estudios relacionados con el efecto negativo del calentamiento global y la producción agropecuaria futura, en el mundo; y de estas – cuando existen –, la casi totalidad dice respecto a culturas vegetales (ilustración abajo) y muy poco en relación a la pecuaria. Pienso yo, que esto se deba, en buena parte, a la falta de atención de las Ciencias Agrarias con respecto a este importantísimo problema; y también, a una dificultad inherente a la recogida de datos, pues la pecuaria es un sistema mucho más complejo y consecuentemente difícil de trabajar que la producción vegetal (Ortega, 2008). Pero yendo más allá de la competencia técnico-científica, restricta a las Ciencias Agrarias – y como ya enfatizado en la introducción –, la escasez o ausencia de datos también se debe a la poca atención que los gobiernos3 (sean de izquierda o derecha), y la sociedad, en general, prestan a este colosal, intrincado y singular problema. Esto queda demostrado cuando constatamos, que en la gran mayoría de países – siquiera – existe un Ministerio del Medio Ambiente o instituciones ab hoc para estudiar y trabajar los problemas inherentes y extremamente complejos, resultado de este nuevo escenario, local y mundial, que ya afecta negativamente todas las modalidades de producción. Así, los discurso sofistas (prolíferos) de políticos inescrupulosos y al mismo tiempo sin ningún preparo para enfrentar esta crisis ambiental y civilizatoria, es lo que predomina en el ámbito que debería ser ocupado por el estudio, la reflexión y la acción… notadamente en la producción agropecuaria, que es el segmento de la economía que nos alimenta, independientemente de nuestra nacionalidad o clase social a que pertenezcamos. ![]() Fuente: Construindo a Sustentabilidade (2009) AGRICULTURAS ALTERNATIVAS Y ENERGIAS RENOVABLES D ![]() Ante ese cuadro mundial de un futuro repleto de incertezas, y en lo que respecta al calentamiento global y la existencia de una agropecuaria – incontestablemente predatoria –, que produce como consecuencia una devastación ambiental desastrosa, con el concomitante aumento de emisiones de gases de efecto invernadero; sin hablar del desastre socio-económico provocado en el medio rural en todos los países… así, a mí juicio, creo aquí pertinente, proponer a modo de prevención, mitigación y adaptación… algunas praxis de agriculturas denominadas alternativas4 y la utilización de energías renovables; con esto, prioritariamente objetivando la búsqueda de una producción saludable de alimentos; una menor perturbación del medio ambiente, ladeada de rentabilidad... además de contribuir con menores emisiones de gases de efecto invernadero, que es aquí, el problema central que nos ocupa. Además de esta propuesta, de implementar otros modelos de agricultura y el uso de energías renovables, estar, ambas, totalmente de acuerdo con los principios de la Agenda 21, promulgada y firmada por la mayoría de países del mundo en la Eco-92 (MacNeill et al, 1992). Pues, sin estas premisas no creo ser posible construir un Nuevo Paradigma de Producción Agropecuaria, tan necesario para edificar el Desarrollo Sustentable, que en tesis ha demostrado ser imprescindible para el futuro de todo y de todos (Ortega, 2008). Así, nadie más puede ignorar el daño a veces irreversible que la agricultura, principalmente la del tipo industrial ha traído para el medio ambiente y por efecto dominó, para la humanidad, en general. Los datos científicos que hoy tenemos a ese respecto son abrumadores e irrefutables… a pesar de ‘algunos países del Primer Mundo’ y las Multinacionales de la Agroindustria, afirmar cándidamente lo contrario. Las agriculturas, dichas genéricamente alternativas – algunas de ellas haciendo parte del Árbol de la Vida, contenidas en el cuadro anterior –, no son ‘un regreso al pasado’, como ciertas personas mal informadas y grupos particularmente interesados, quieren hacerlo creer. Tampoco son contrarias al avanzo científico y al progreso, como otros, irresponsablemente pregonan. Al contrario, son a favor de un Desarrollo Sostenible fundamentado en la mayor comprensión de la Naturaleza en sus múltiplas facetas; esto es: social, ambiental y económicamente conjugadas… y no únicamente asentada en el factor económico/crematístico, que es la visión linear, reduccionista y miope, con que la agricultura de los agronegocios percibe a la Naturaleza. Las ilustraciones siguientes dan una idea de lo que ya está sucediendo en el mundo… a despecho de ‘intereses’ internos y externos. Donde, verde y orgánico, en realidad representan una tendencia inequívoca mundial en utilizar modos de producción agrícola imitando a la Naturaleza; y en base, generalmente, a una agricultura de pequeña escala… familiar. Tipos de agriculturas alternativas, estas, que entre otras cosas – y como ya enumerado anteriormente – favorecen la utilización de los recursos locales, la inclusión social y el respeto al medio ambiente; disminuyen o eliminan el uso de productos industrializados (agroquímicos) y la dependencia de fuentes energéticas fósiles y, generalmente importadas; así como también, priorizando métodos tradicionales (ya casi olvidados) o inventándolos, ayudan a reducir la dependencia externa técnica y financiera. Sin contar, principalmente, la práctica diversificada de producción vegetal/animal5, que aumentando la oferta variada de alimentos, en las diferentes estaciones, también, disminuyen el riesgo de Seguridad Alimentaria, para el agricultor y el país (Altieri, 1998; Saldaña, 2000; Gliessman, 2001; Ortega, 2006). ![]() Fuente: Globo Rural (2009) Mas, como no es mí intención – ni existe espacio – hacer de este apartado una apología detallada de las agriculturas dichas alternativas, basadas en el término genérico, de Agroecología… me voy quedando por aquí, confiando en que los lectores de este humilde y más que resumido artículo, tendrán curiosidad y disposición suficientes para profundizar en los diversos tópicos aquí abordados. En donde, dígase de pasaje… una mínima parte de la bibliografía pertinente, embasa mis ponderaciones y divagaciones… inconfundiblemente ambientalistas; pues, siendo orgánicamente parte de este planeta, me siento obligado, moral y profesionalmente a tomar el partido de la preservación incondicional de la VIDA... presente y futura. CONCLUSIÓN INTERROGATIVA a) El problema ambiental que globalmente estamos comenzando a vivenciar, con todas sus consecuencias negativas, es en gran parte culpa de nosotros; resultante de nuestra forma de pensar y de vivir (cosmovisión) que está conduciéndonos a un punto del cual podrá no haber más retorno. Y así, en cuanto nuestros problemas socio-económicos tienden a agravarse cada día, los recursos naturales (que son finitos) aceleradamente se agotan. ¿Vamos a vivir de que? b) Por otro lado – y como todavía no hemos inventado comida In Vitro – personalmente creo, que las Ciencia Agrarias, y particularmente, en este caso, aquellas con enfoque agroecológico, jugarán un rol muy importante en la búsqueda de soluciones, con relación al Cambio Climático y a la producción de alimentos y obtención de servicios ambientales. Entre tanto, una de las preguntas, con relación a ese particular que repetidamente me hago, es la siguiente. ¿Estamos preparándonos para esa ardua e impostergable misión? c) Afirma un sabio adagio oriental, que toda crisis es una oportunidad para reflexionar, renovar, inflexionar y construir nuevos horizontes. Convicto, personalmente creo que esa sentencia filosófica está más que cubierta de razón; inclinándome a pensar, en relación a lo que aquí he tratado de mostrar, que por el hecho del Cambio Climático estar en sus comienzos y nuestra civilización aun no haber llegado al fondo del pozo, todavía es tiempo para los diversos pueblos (¿movimientos sociales?) unificar esfuerzos, en todos los aspectos y sentidos, buscando conjuntamente, posibles soluciones para este Problema Global y apremiante, que tiende a agravarse en la medida en que continuamos a postergarlo. Otro mundo debe de ser posible construir. Un mundo menos injusto y mucho más preservado. Donde todos tengamos un lugar al sol independientemente de nuestra raza, de nuestras ideas y de nuestro Dios. ¿Y en esta LUCHA que ahora a duras penas comienza… cual es tu posición? BIBLIOGRAFÍA Alier, J. M. 2005. El Ecologismo de Los Pobres: Conflictos Ambientales y Lenguajes de Valoración. Romanyà/Valls S.A., Barcelona. 363p. Altieri, M. 1998. Agroecologia: A dinâmica produtiva da agricultura sustentável. Ed. da U.F.R.G.S. Porto Alegre. 110p. Beck, U. 2002. La Sociedad del Riesgo: Hacia una Nueva Modernidad. Editora Paidós, Barcelona. 304p. Berndt, A. 2009. Produção de Metano em Bovinos e sua Contribuição para o Aquecimento Global. Disponível em: |