Programaciones didácticas de segundo ciclo

Segundo Ciclo. Programaciones Didácticas

I. Introducción

1. 1.1. Prioridades establecidas en el Proyecto Educativo

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  Alcanzar un clima de diálogo, basado en la TOLERANCIA, como eje central de nuestra escala de valores, entre todos los miembros y órganos de la comunidad educativa, fomentando la información, la comunicación y la participación. 
  
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  Afianzar hábitos y prácticas democráticas en la vida del centro a través de la TRANSMISIÓN DE VALORES que lleven a nuestros alumnos a tomar una actitud positiva hacia la libertad personal, la responsabilidad, la justicia, el respeto, la igualdad, la solidaridad... entre los miembros de la comunidad educativa y entre los pueblos. 
  
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  Potenciar la EQUIDAD, como principio que garantiza la igualdad de oportunidades, evitando toda discriminación en relación a la inteligencia, sexo, situación social, procedencia geográfica, creencias religiosas etc..., tanto en la convivencia del centro como en cualquier otra circustancia.
  
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  Evitar entre el alumnado la competitividad valorando el esfuerzo y el progreso personal según la capacidad de cada uno.
  
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  Implicar a las familias en la colaboración con el colegio con el fin de obtener el máximo rendimiento en el aprendizaje y la educación de sus hijos.
  
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  Potenciar la lectura comprensiva en todas las áreas -Plan Lector-, impulsando el trabajo en la biblioteca y en el aula Althia para la adquisición de habitos lectores adecuados, que les permita utilizar la lectura como medio de información, aprendizaje y entretenimiento.
  
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  Preparar a nuestros alumnos en el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación como medio de aprendizaje e investigación en todas las áreas del currículo, así como el ocio.
  
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  Impulsar la aplicación de los aprendizajes a situaciones cotidianas de modo que los alumnos descubran la funcionalidad de los contenidos trabajados.
  
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  Valorar y estimular el placer por el esfuerzo y el trabajo bien hecho. 
  

2. Características Generales  

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  Continúan en el estadio de operaciones concretas, lo cual les obliga a manipular (los objetos, el lenguaje...) para alcanzar los conceptos que se proponen y que van aumentando en complejidad.
  
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  Se vuelcan a la realidad exterior, saliendo del egocentrismo que predominaba en los años anteriores.
  
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  Manejan con soltura los símbolos en sustitución de las cosas (dibujos, gráficos...), lo que facilita y permite desarrollar sus aprendizajes.
  
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  Comienzan a realizar reflexiones sistemáticas sobre las actividades que llevan a cabo, por lo que intentan ordenar, clasificar y comparar.
  
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  Son capaces de formar, progresivamente, conceptos de número, espacio, tiempo o velocidad cada vez más abstractos, en vías de llegar a las operaciones formales propiamente dichas.
  
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  Utilizan, en muchas ocasiones, más la memoria que la inteligencia para aprender, por lo que es conveniente favorecer situaciones de experimentación y manipulación, de manera que adquieran realmente nuevos esquemas y formas de relacionar los aprendizajes anteriores y no se limiten a una memorización mecánica y automática.
  
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  Comprenden el sentido de las palabras abstractas y de nexos complejos, utilizando ya diferentes tipos de conjunciones (pero, aunque, sin embargo...) correctamente, para completar sus frases.
  
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  Tienen adquirida una cierta experiencia de la vida y las costumbres habituales, lo que les permite distinguir lo incoherente, lo ridílo, lo absurdo..., y, por ello, captan el humor de las situaciones reales, las narraciones, los chistes.
  
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  Son capaces de elaborar un espacio objetivo, desligado de la relación directa con ellos mismos.
  
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  Progresan considerablemente en su dominio de la lectura, escritura y cálculo, aunque todavía tienen dificultades para la ortografía y el análisis de las categorías gramaticales.
  
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  Se independizan progresivamente de los adultos, tanto para buscarse sus propios juegos y diversiones, como para "salir de apuros" de modo autónomo. Esto lleva una mayor autonomía en la relación con sus padres. Poco a poco va creciendo su capacidad de responsabilidad e iniciativa personal. A pesar de su deseo de independencia de los demás y de su conciencia de ser diferentes de los demás, el niño necesita sentir el apoyo y la aprobación de sus padres y de sus amigos. Por eso, valorar positivamente al niño, estimularle, animarle, proponerle metas realistas y posibles, darle iniciativas y responsabilidades, son una clave importante de una educación acertada en estos años.
  
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  Comienzan a abandonar la moral familiar por la moral del grupo de sus compañeros, lo que puede generar cierta agresividad hacia los adultos en el primer año de este ciclo. Habitualmente, en seguida se adaptan y colaboran en el trabajo que propone el profesor/a, de forma dócil y sin plantear problemas. Son felices cuando perciben la confianza, el reconocimiento y elogio de los adultos.
  
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  Tienen una gran vitalidad: juegan, se pelean, hablan todos a la vez, se entusiasman, compiten...
  
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  Manifiestan gran interés por lo que ocurre fuera de la familia. El compañerismo es típico de estas edades y la pertenencia al grupo es el núcleo vital en torno al cual se desenvuelven sus actividades.
  
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  Adquieren cierta flexibilidad en sus criterios morales: la ley ya no es tan rígida y absoluta, sino que su adecuado o inadecuado cumplimiento puede interpretarse en función de las intenciones de los que la deben obedecer.
  
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  En estas edades el proceso de construcción de la identidad de género aún está incompleto, hecho muy importante para prevenir estereotipos no deseados.  
  

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  La  Numeración. En este aspecto consideramos muy necesario que los alumnos comprendan la relación entre el número y el cardinal al que representa. En este sentido, la composición y descomposición del número es fundamental, así como el valor de posición de la cifra en cada número. Debe aprender a manejar números y compararlos.
  
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  El cálculo. Los alumnos han de der capaces de realizar cálculos. Asociando las operaciones con situaciones reales en las que las aplicará.
  
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  La Resolución de problemas. Constituye no sólo un área de estudio en sí misma sino también un procedimiento de enseñanza y aprendizaje aplicable a todas las demás áreas. Consideramos que abordar esta tarea debe hacerse desde un criterio común por parte de todos. Un criterio que entienda que la resolución de cualquier "problema" consiste en transformar aquello que es desconocido en conocimiento. Por ello, que las estrategias que utilicemos para ello deben contribuir a esa construcción por parte activa del alumno. Se perseguirá que el alumno llegue a expresar de forma matemática proposiciones verbales y problemas verbalizando el proceso seguido en su resolución.
  
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  Por otro lado, es necesario que los alumnos lleguen a adquirir una actitud positiva hacia el área, siendo capaces de valorar y comprender la utilidad del conocimiento matemático, así como de experimentar satisfacción por su uso.
  

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  Ppio. de continuidad: el desarrollo de las facultades motrices exige una continuidad en el tiempo, tanto para la mejora como para el mantenimiento de las ya obtenidas (nuestros/as alumnos/as tienen que realizar actividad física tambien fuera de su horario lectivo, para lo cual es indispensable la colaboración de los PADRES/MADRES).
  
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  Ppìo. de descanso: tras la realización de una actividad continuada es necesario un período de recuperación y/o descanso, conocido como "UNLAPSUS DE ASIMILACIÓN" (no todo es actividad y actividad, también hay que dar un tiempo para asimilar lo aprendido).
  
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  Ppio. de sobrecarga progresiva: es necesario ir aumentando el trabajo muscular en intensidad como condición indispensable para mejorar las cualidades físicas de nuestros alumnos/as (la carga no puede ser la misma en 1er. ciclo, o en 2º y 3er. ciclo).