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EL PAIS 31-03-11La genética personal topa con la patenteDiez años después de la secuenciación del genoma humano, el 20% de los genes está registrado - Los expertos alertan del peligro de entorpecer la medicina personalizadaMÓNICA GONZÁLEZ SALOMONE 31/03/2011 En la mayoría de las enfermedades intervienen muchos genes a la vez, y es ahora, una década después de la secuenciación del genoma humano (1), cuando los investigadores empiezan a poder entender, en algunos casos, cómo funciona este concierto genético. Pero en el horizonte se vislumbran problemas. Alrededor de un 20% de los genes humanos están patentados. ¿Entorpecerán las patentes el desarrollo de la medicina personalizada, basada en pruebas diagnósticas que buscan no uno, sino muchos genes? Sentencias recientes han reabierto el debate. Mientras, sociedades científicas y la Administración estadounidense piden que las patentes se adapten a los nuevos tiempos.
Un gen humano solo es patentable si su función está descrita Hay poca evidencia de que los registros hayan servido para innovaciones Se cumplen ahora diez años de la publicación en las revistas Nature y Science del primer borrador del genoma humano, el libro de instrucciones del Homo sapiens. En este tiempo los investigadores se han dedicado a perfeccionarlo; a interpretar su significado; y a tratar de sacarle provecho médico. Y aquí hay unanimidad: lo mejor está aún por llegar. Es cierto que los test genéticos para diagnosticar e incluso tratar cánceres se usan cada vez más. También son necesarios, por ejemplo, para seleccionar embriones en reproducción asistida. Recientemente, el Hospital Sant Pau en Barcelona anunció el nacimiento del primer niño en España sin mutaciones en el gen BRCA1 que causan el 5% de los tumores de mama. Pero esto es apenas la punta del iceberg. En los años ochenta y noventa se tardaba una década o más en identificar un único gen. Así se encontraron el BRCA1, el de la enfermedad de Huntington o el de la fibrosis quística, entre otros. Ahora las técnicas de secuenciación leen millones de letras del genoma al día. "Dentro de poco se habrán secuenciado decenas de miles de genomas humanos", escribía Peter Donnelly, Director del Wellcome Trust Centre for Human Genetics (Oxford, Reino Unido), en el especial con que Science celebra el décimo cumpleaños del genoma humano. El resultado es que se conocen ya miles de genes implicados en cientos de enfermedades, y que se abre la vía a la tan anunciada -para algunos prematuramente- medicina personalizada. Lo que llega es un cambio de paradigma. En un futuro próximo las pruebas genéticas para múltiples genes ayudarán a estimar la efectividad de los tratamientos para cada paciente, y sus efectos secundarios. "Los tests están atravesando una revolución", se afirmaba ya en 2010 en Nature. "Cuando se secuenció el genoma humano, hace diez años, probablemente se le pedía más de lo que podía dar", dice Carlos López Otín, director en la Universidad de Oviedo de uno de los equipos participantes en el proyecto internacional Genoma del Cáncer. "Pero ahora la tecnología se ha desarrollado de forma extraordinaria, y está generando una cantidad de información genética abrumadora. Hoy ya no identificamos un gen, sino sus variantes, su interacción con otros genes, sus cambios patológicos...". Pero muchos creen que las patentes de genes pueden ser un obstáculo para la medicina a medida. Entre los miles de genes patentados están alrededor de la mitad de los que se sabe que están implicados en tumores, y también muchos relacionados con otras enfermedades. En 2005, un estudio en Science contabilizaba 4.382 genes humanos bajo patente, de los 23.688 conocidos entonces en el genoma humano. La cuestión es: ¿se lanzarán las compañías al desarrollo de kits genéticos con múltiples genes si para ello deben hacer frente a una maraña de licencias? "La aplicación estricta de las patentes de genes podría hacer que los test genéticos cayeran en la trampa de una intrincada red de patentes (...). Esto amenaza con entorpecer la innovación", han afirmado los editorialistas de Nature. La cuestión de las patentes de genes es una vieja herida sin cerrar. En los noventa, cuando las técnicas aceleraron el proceso de secuenciación, hubo un aluvión de solicitudes. Se intentaron patentar cientos de secuencias genéticas, incluso sin saber su función.Y muchos protestaron con argumentos éticos: ¿es patentable algo que forma parte del organismo? ¿Puede un gen ser de alguien? Tanto EE UU como Europa respondieron sí, con una condición. Los genes humanos aislados fuera del organismo- sí son patentables, pero se debe conocer su función. "El gen en sí se ve como un producto químico, lo que aparece en la patente es una fórmula", dice Francisco Fernández Brañas, director de Biotecnología de la Oficina Europea de Patentes. "Es patentable siempre que su función esté descrita y que sea la solución a un problema, es decir, que sirva para tratar o diagnosticar una enfermedad, por ejemplo". Esta condición, recogida en la directiva sobre patentes biotecnológicas de 1998 y las directrices de 2001 de la Oficina de Patentes de EEUU, hizo que disminuyeran las solicitudes. También la publicación del genoma humano -si la secuencia ya es conocida se incumple el requisito de novedad exigido en las patentes-. El mensaje era claro: el conocimiento de la secuencia de un gen no se premia con una patente, pero sí las aplicaciones de ese conocimiento. El fin último es estimular la innovación: "En el campo de la medicina si a una empresa no se le garantiza un cierto retorno nadie va a desarrollar nada", dice Fernández Brañas. El problema ahora es que, a diez años vista, no está claro que las patentes hayan logrado su objetivo. "Hay muy pocas evidencias de que hayan promovido las innovaciones en el diagnóstico", escribió el mes pasado en Science Robert Cook-Deegan, experto en propiedad intelectual y genómica de la Universidad de Duke (EEUU). Lo mismo opina Gert Mathijs, del Centro para la Genética Humana de la Universidad de Leuven (Bélgica), muy activo en la oposición a patentes de genes solicitadas en Europa: "Normalmente son importantes para favorecer el desarrollo de nuevas herramientas para el diagnóstico, pero hay evidencias de que pueden afectar negativamente a la oferta de servicios genéticos". El pasado año el Departamento de Salud estadounidense publicó un informe que analizaba específicamente el efecto de las patentes de genes en el desarrollo de pruebas diagnósticas. Su conclusión es que los test genéticos no patentados, o comercializados bajo licencias no exclusivas, están mucho más difundidos que los test derivados de licencias exclusivas. La primera situación es, por ejemplo, la de los genes de la fibrosis quística y del cáncer colorrectal, para los que hay tests comercializados por más de cincuenta compañías. El test de los genes BRCA1 y 2, por el contrario, es un monopolio derivado de una licencia otorgada en exclusiva por Myriad Genetics. Tras el informe de 2010, el Departamento de Salud de EE UU ha recomendado que las patentes de genes no se apliquen en el diagnóstico -tampoco en la investigación, pero esto ya era así-. "Cuando hay miles de genes con un sinfín de propietarios, ¿cómo nos abriremos camino en el entresijo de patentes resultante para facilitar la aplicación de genotipados múltiples, o para analizar genomas completos?", se preguntaba James P. Evans, del departamento de Genética de la Universidad de Carolina del Norte y uno de los autores del informe, en la revista Genetics in Medicine. Para muchos el problema no es tanto la patente en sí, sino la definición de lo que cubre y, sobre todo, la política de licencias. La Sociedad Europea de Genética Humana reconoce que las patentes deben "promover la innovación mediante una recompensa justa" a los inventores, pero recomienda "limitar su amplitud" y que las licencias para explotarlas no se concedan en exclusiva. En este panorama, han vuelto a renacer las dudas éticas sobre la patentabilidad de los genes humanos. Hace un año, un juez de Nueva York invalidó las patentes de Myriad Genetics sobre BRCA1 y 2. En la sentencia, solo aplicable en una parte del estado de Nueva York, se considera a los genes "productos de la naturaleza" y por tanto no patentables. "Esta sentencia va en contra de toda la práctica de jurisprudencia en Europa y Estados Unidos, y la industria biotecnológica ha sido muy crítica", dice Fernández Brañas. "Se espera con mucho interés la decisión de la Corte Federal estadounidense, ante la que el caso ha sido recurrido". Pero lo cierto es que no sólo quienes se oponen por motivos éticos a las patentes de genes ven en las del cáncer de mama hereditario un ejemplo a evitar. El test genético que Myriad comercializa de forma exclusiva en EE UU cuesta más de 2.000 euros. El grupo de pacientes, investigadores y médicos que interpuso la demanda en Nueva York afirmaba que la patente obstaculizaba la investigación y los tratamientos. No es la primera vez que Myriad Genetics está en el punto de mira. En Europa, ya en 2005, una coalición formada por instituciones médicas y de investigación, Greenpeace e incluso Holanda y Austria se opusieron a las patentes de BRCA1 y BRCA2 y lograron que la Oficina Europea de Patentes las denegara o redujera considerablemente el ámbito de protección. "El proyecto genoma humano ya incluyó desacuerdos sobre la política de patentes", dice Cook-Degan en Science; "ahora los desacuerdos continúan, pero los efectos de la incertidumbre se hacen notar en las decisiones de inversión de compañías que decidirán qué tecnologías genómicas realmente se desarrollarán. Es importante reducir esta incertidumbre". Los derechos de propiedad intelectual no sólo tienen que ver con la Ley Sinde. (1) El País. 14-04-2003 Los científicos completan la secuencia del genoma humanoREUTERS - Londres - 14/04/2003 Los científicos han completado la secuencia del genoma humano, una clave para revolucionar la medicina y comprender la enfermedad. Menos de tres años después de hacer el borrador de trabajo de los 3.000 millones de letras químicas en que esta escrito el genoma del hombre y dos años antes de los esperado, un consorcio internacional de científicos ha completado el trabajo. "Sacamos el borrador de la secuencia para ponerlo a disposición de los científicos inmediatamente y que pudieran ir avanzando, pero el objetivo siempre ha sido obtener una secuencia de referencia del genoma humano", dice Jane Rogers, jefe de secuenciación en el Instituto Wellcome Trust Sanger. "Es como pasar del primer intento de una grabación de demostración a un CD". El Proyecto del Genoma Humano ya ha servido a los científicos para descubrir una mutación que causa un tipo mortal de cáncer de piel y ha acelerado la búsqueda de genes implicados en la diabetes y en la leucemia. La secuencia completa del genoma ayudará a los científicos a identificar los 25.000 a 30.000 genes humanos, incluidos aquellos relacionados con enfermedades complejas como el cáncer y la diabetes. El borrador del genoma ha sido utilizada ya por científicos de 120 países que obtienen la información por internet, ya que ha estado disponible desde que se presentó en junio de 2000. "No esperamos que se produzcan avances radicales inmediatamente, pero sin duda nos hemos embarcado en uno de los capítulos más apasionantes del libro de la vida" dice en un comunicado Allan Bradley, director del instituto Weelcome Trust Sanger, donde se ha secuenciado casi una tercera parte del genoma. El reto de las proteínas Científicos de Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón y China también han trabajado en el Proyecto del Genoma Humano con financiación pública. El genoma ya ha empezado a revelar algunos de sus secretos. Hay muchos menos genes de lo que los científicos esperaban y las proteínas, que forman tejidos y regulan las funciones del organismo, son mucho más complejas de lo previsto. "Un gusano tiene unos 17.000 genes, así que nosotros realmente no tenemos muchos más. Pero logramos fabricar una gran cantidad de proteínas con esos genes. Comprender cómo se produce ésto es el gran reto", dice Rogers. Se espera que la secuencia terminada desencadene una explosión de investigación genómica en la industria farmacéutica y que marque la investigación biomédica en las próximas décadas. Nuevos tratamientos, medicamentos a medida de perfiles genéticos individuales y diagnósticos tempranos de enfermedades son algunos de los beneficios iniciales de esta secuenciación del genoma humano. Mediante el análisis de diferentes subgrupos del variaciones del genoma en diferentes personas, los investigadores esperan identificar variaciones específicas del ADN que provocan la propensión a determinadas enfermedades. (2) El País 31-03-2011 ContradiccionesMANUEL ILLESCAS 31/03/2011 La patentabilidad de las invenciones biotecnológicas ha sido un tema controvertido desde el inicio de las discusiones en el seno de los grupos de trabajo de la Comisión y el Consejo de la UE, allá por el inicio de la década de los noventa, cuando se abordó la Directiva de Protección Jurídica de las Invenciones biotecnológicas. Especialmente aquellas invenciones obtenidas a partir del cuerpo humano, tales como genes y células madre, fueron particularmente difíciles de encajar en la legislación de patentes a nivel mundial. El texto final de consenso adoptado en dicha directiva reflejaba toda esa serie de tensiones y compromisos que, en nuestros días, están empezando a aflorar en forma de contradicciones, especialmente puestas de manifiesto en diferentes sentencias de distintas instancias judiciales, tanto a este lado como al otro del Atlántico. Así, era difícil compaginar la prohibición de patentar el descubrimiento de genes humanos, incluyendo sus secuencias y permitir, al mismo tiempo, proteger por patente esas mismas secuencias génicas, cuando se aíslan del genoma humano, aun reconociendo que dichas secuencias aisladas puedan llegar a coincidir al 100% con las secuencias génicas "naturales". Del mismo modo, parece difícil reconocer la patentabilidad de células madre humanas embrionarias pluripotenciales y al mismo tiempo prohibir cualquier protección por patente de cualquier invención relacionada con células madre obtenidas en detrimento de embriones humanos. O pretender excluir de patentabilidad los descubrimientos, pero reconocer la patentabilidad del valor diagnóstico de la detección de una mutación en un gen con la predisposición a desarrollar una determinada enfermedad. Análogamente, excluir la patentabilidad de los métodos de diagnóstico in vivo, aplicados sobre el cuerpo humano (o animal), pero permitir los métodos in vitro, de diagnosis a través de la expresión génica de muestras biológicas extraídas de ese mismo cuerpo humano o animal. La fina línea que delimita lo patentable de lo no patentable en esta área hace ahora, más que nunca, imperativo, por una parte, el acudir a profesionales expertos en el sector en busca de asesoramiento y, por otra, de una mayor armonización entre las diferentes oficinas de patentes a escala mundial. Manuel Illescas es agente europeo de patentes y experto en patentes en biotecnología. (3) El País 28-03-11 La genética pone cerco al cáncerLa secuencia de 2.000 genomas tumorales abre una era en la lucha contra la enfermedad - El 2% de los genes está implicado en la alteración de célulasJAVIER SAMPEDRO - Madrid - 28/03/2011 La investigación del cáncer no era el primer objetivo del proyecto genoma, pero ya se ha convertido en una de sus aplicaciones prioritarias. La razón no es tanto una decisión de política científica como el espectacular avance de las técnicas de lectura de ADN, y en particular su rápido abaratamiento, que han permitido obtener en los últimos años la secuencia de unos 2.000 cánceres de pacientes. Su comparación con el tejido normal del propio paciente ha revelado ya cientos de nuevos genes del cáncer, y está avistando una nueva generación de estrategias terapéuticas. La ciencia avista una nueva generación de estrategias terapéuticas Un tumor típico tiene entre 1.000 y 10.000 cambios de una letra en el ADN Tabaco y sol son los más potentes carcinógenos conocidos Genomas de colon y mama duplicaron el número conocido de 'oncogenes' Los primeros datos que emergen de ese alud de información genética pueden parecer desalentadores. Se sabe ahora que un tumor humano típico tiene entre 1.000 y 10.000 mutaciones puntuales, o cambios de una sola letra en el ADN, respecto al tejido sano circundante. Hay algunos cánceres que tienen menos, como el meduloblastoma y la leucemia aguda. Pero también otros que tienen aún más, como los de piel y pulmón, que pueden superar los 100.000 cambios en el ADN. El genoma humano tiene unos 3.000 millones de bases (o letras del ADN), por lo que esos tumores tienen cambiada una de cada 30.000 letras. La mayor parte de estos cambios son distintos entre un paciente y otro, aunque sean del mismo tipo de cáncer. Y muchas de ellas son muy anteriores a la aparición del tumor. Todas nuestras células van experimentando cambios en su ADN a medida que proliferan durante el desarrollo normal -del feto y del niño- y también durante la vida del adulto, cuyos tejidos se siguen renovando por proliferación de nuevas células de reserva (las células madre adultas). Pero muchas otras son propias del tumor. La alta tasa de mutación en los tumores de piel y pulmón, de hecho, se debe a la permanente exposición que han sufrido esos tejidos a dos de los más potentes carcinógenos conocidos: la radiación ultravioleta de la luz solar y los productos de la combustión del tabaco. Otra fuente de mutación, en algunos casos muy concretos, es la propia terapia antitumoral. Es el caso de los gliomas (cánceres de cerebro resistentes) que ya habían sido tratados con agentes de quimioterapia que dañan el ADN, como la temozolomida. El objetivo de estos agentes es destruir a las células tumorales, que al estar proliferando muy activamente son las que más daños reciben en su ADN. Si no mueren, revelan en sus genomas los estragos del propio tratamiento. Solo algunos de estos cambios tienen efectos cancerígenos. Se los suele llamar conductores. El resto son simples pasajeros. La genómica del cáncer ha confirmado que los segundos son muy mayoritarios, como cabía esperar -y como sucede en los autobuses-, pero también ha encontrado muchos más conductores de los previstos. Solo los dos primeros genomas del cáncer secuenciados, los de colon y mama, duplicaron el número conocido de oncogenes, o genes que al mutar provocan cáncer. "Parece haber muchos más drivers (genes conductores) que los que podían identificarse con las estrategias convencionales", dice el genetista Michael Stratton, del Instituto Sanger de Cambridge, en el último número de la revista Science. "Si esto es cierto, un número sustancial de genes del cáncer aún esperan a ser descubiertos, si bien muchos de ellos solo contribuirán al cáncer de manera infrecuente". Sea cual sea su número final, los oncólogos pueden contar con una lista aceptablemente completa de los genes implicados en cada tipo de tumor: los que actúan en las fases tempranas de la enfermedad -y pueden ser la clave de un diagnóstico precoz-, los que disparan el crecimiento tumoral propiamente dicho, los que agravan el pronóstico de casi cualquier tipo de cáncer, y los que tienen una importancia menor, o son más infrecuentes. Los oncólogos ya se apoyan en algunos de estos genes para decidir el tratamiento óptimo en cada caso. Pero esta tendencia solo puede explotar en los próximos años, con 2.000 cánceres secuenciados. Los científicos han identificado hasta ahora unos 400 genes humanos que, cuando están alterados, causan una u otra forma de cáncer. Como el genoma humano solo tiene 20.000 genes, eso es más o menos el 2% de los genes humanos. Pero es una cifra muy abordable para su progresiva aplicación clínica. Darwin en el cuerpoLos fundamentos biológicos del cáncer nunca han parecido muy simples, pero si algo se puede decir de la genómica es que ha logrado complicar el cuadro todavía más. Por ejemplo, en los cánceres de mama y pulmón, dos de los más comunes, los genomas han revelado que cada tumor individual sigue su propio curso evolutivo. Estos tipos de tumores tienen decenas de miles de mutaciones puntuales, o cambios de letra en el ADN, aunque solo 90 se pueden considerar conductoras, es decir, cambios relevantes para el proceso tumoral. Los genes del cáncer no están ahí para provocar cáncer. Son genes esenciales para el desarrollo humano, implicados en los mecanismos más básicos que regulan la proliferación de las células, y su diferenciación progresiva en los distintos órganos y tejidos del cuerpo. Es justo por eso por lo que sus mutaciones pueden estropear los controles de proliferación de la célula, o conferirle una ventaja selectiva en la competencia con las células normales. O simplemente, arruinar sus mecanismos de reparación, disparando así una evolución muy acelerada. También hay genes cuyas mutaciones mejoran la capacidad de la célula cancerosa para invadir otros órganos distintos, y que por tanto están detrás de la aparición de metástasis, los tumores secundarios que acaban matando al paciente en la mayor parte de los casos. Las mutaciones del cáncer no son meros errores: son el tipo de errores que le dan a la célula una ventaja competitiva. No vuelven loca a la célula, sino que la adaptan a un entorno enloquecido. Es un perfecto modelo de evolución darwiniana dentro del cuerpo. (4) El País 30-03-2011 Los negocios de las farmacéuticasEl bioquímico Tom Blundell critica el sobreprecio que se impone a algunas medicinas, pese al coste de desarrollarlasKERMAN ROMEO - Bilbao - 30/03/2011 "El modelo de negocio de las empresas farmaceúticas no funciona bien". Contundente, Tom Blundell (Brighton, Inglaterra, 1942), director de investigación del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambrige, asegura en una conversación con EL PAÍS que el elevado coste de la investigación ha causado en los últimos años problemas a las compañías farmacéuticas, que han respondido fusionándose o comprando otras empresas. El BEC acogerá en abril el mayor congreso europeo de nanociencia del año Blundell, director no ejecutivo de la farmacéutica Astex Therapeutics, participó ayer en el ciclo sobre química y salud organizado en Bilbao por la Fundación BBVA y el centro de investigación en biociencias CIC-Biogune. Consciente de que parte de la sociedad observa con aprensión la labor de las farmacéuticas, apunta que se deben diferenciar dos aspectos. Por un lado, los años ochenta vivieron un auge de la medicina que se tradujo en un aumento de los medicamentos disponibles. Los beneficios de muchas empresas del sector se dispararon, pero llegó un momento en el que los productos dejaron de ser novedosos y sus ingresos se redujeron. Pese a las grandes inversiones, las innovaciones exitosas se estancaron. En la otra cara de la moneda, el también expresidente de la Royal Commission on Environmental Pollution, una entidad británica dedicada al estudio el medio ambiente, cree parte de la sociedad no es consciente del trabajo y el coste que requiere la elaboración de un medicamento: "El público piensa que se puede fabricar un fármaco de manera económica, pero no siempre se tienen en cuenta los costes de su lanzamiento", como los correspondientes a investigación o seguridad, por ejemplo. Sin embargo, Blundell evalúa a las farmacéuticas desde un punto de vista crítico y añade que, especialmente en los últimos 30 años, algunas compañías han vendido sus productos a precios excesivamente elevados. "Bastante menos de lo que puede pensar el público", precisa. La tecnología actual permite avanzar de manera más económica y veloz. Blundell considera que, aunque se debe ser cauteloso con el término "curable", con el desarrollo de los estudios genéticos se podrán tratar distintos cánceres con mayor previsión de éxito, ya que se podrá identificar a aquellos pacientes que generan resistencia a un fármaco. "La oncología sacará gran provecho del progreso", asevera. El estudio del genoma se topa con diferentes trabas. El bioquímico, quien firmó junto a otras personalidades británicas como el escritor Ken Follet o el científico Richard Dawkins una carta con la que se oponían a la visita del Papa al Reino Unido por no recomendar el uso del preservativo frente al sida y oponerse al aborto, considera que "la Iglesia, especialmente la católica, no ha dado su ayuda en el campo de la medicina". Añade que el principal problema en el estudio del genoma humano radica en la ética y en la inversión. El científico se cuestiona si el genoma de cada persona debe ser privado o, por contra, accesible para su investigación. Y es que el genoma aporta información sobre cada individuo, pero también sobre sus allegados. "Necesitamos contar con información para poder avanzar en la ciencia, pero esta tendrá que ser anónima", sostiene. Por otro lado, la inversión supone elección y depende del gasto que realiza cada país o cada organización. "Si yo comenzara a desarrollar un fármaco para la tuberculosis, ¿podría conseguir finalmente inversiones suficientes?", concluye Blundell. (5) El País 30-03-2011 Diez países reclaman el 90% de las patentes de genes de origen marinoLas tecnologías ponen los recursos en manos de los países desarrolladosALICIA RIVERA - Madrid - 30/03/2011 Los mares y océanos del planeta contienen más diversidad genética que la tierra firme y esta riqueza no ha pasado por alto a las empresas biotecnológicas que tienen potencial para explotarla. Así, la oleada de patentes ha llegado al agua y, aunque la presión sobre el material genético de los organismos marinos no es tan intensa como sobre el humano, las solicitudes de registro crecen un 12% cada año, según un nuevo estudio. "Diez países poseen el 90% de las solicitudes de patentes presentadas relacionadas con genes marinos, y el 70% se concentra en los tres primeros países de la lista [Estados Unidos, Alemania y Japón], explican Sophie Arnaud-Haond, Jesus M.Arrieta y Carlos M. Duarte en la revista Science. Esos 10 países dominantes tienen aproximadamente el 20% de las costas mundiales, "pero se benefician del acceso a las tecnologías avanzadas requeridas para explorar la vasta reserva genética de los océanos", añaden. Completan la lista de los 10 Francia, Reino Unido, Dinamarca Bélgica, Holanda, Suiza (que ni tiene costa) y Noruega. En total, solo 31 de los 194 países del mundo tienen presentadas patentes. Los científicos piden un marco justo para explotar la vida oceánica Las aguas internacionales suponen el 65% del total mundial Al hablar de patentes genéticas hay que tener en cuenta que se trata de un ámbito confuso aún con no pocas reclamaciones y pleitos. En principio, solo son patentables las nuevas secuencias genéticas identificadas, especificando qué producen y qué función tienen, siempre y cuando sean utilizables para un propósito concreto, según explica el Proyecto Genoma Humano. Es decir, que no vale patentar fragmentos de genoma cuya función se desconoce con la perspectiva de que sirva para algo en el futuro. Arnaud-Haond (Ifremer, Francia), Arrieta y Duarte (ambos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares) han analizado la información de bancos de genes y han encontrado 677 solicitudes internacionales sobre genes marinos entre 1991 y 2009 (8.648 secuencias de 520 especies). Solo el 2% de los registros presentados en la Organización Mundial de Propiedad Internacional (WIPO) corresponden a genes marinos, mientras que las relacionadas con el genoma humano suponen el 35% del total, seguido de las secuencias de plantas como el trigo, el arroz y la cebada. La biodiversidad es mayor en los mares y océanos que en la tierra, con 35 grandes grupos de animales, o phyla, en el agua, frente a 17. ¿Para qué valen sus genes? Los biólogos buscan en la riqueza genética recursos con muchas aplicaciones, desde moléculas útiles en la industria alimentaria, hasta procesos industriales -por ejemplo en biocombustibles- o nuevos fármacos como antiinflamatorios, antitumorales, analgésicos, etcétera, según recoge un informe de la Unesco sobre Recursos genéticos marinos. Pese a que se exploran los mares hace tiempo en busca de esos recursos, las patentes genéticas son un fenómeno relativamente reciente: el 95% de las solicitudes son posteriores a 2000, pero la perspectiva de negocio es notable. "El mercado global de la biotecnología marina se estimaba en 2.400 millones de dólares [1.700 millones de euros] en 2004, con un crecimiento anual del 5,9% desde 1999 hasta 2007", recuerdan los científicos en Science. La mayoría de las exploraciones se realizan en aguas territoriales, señalan, pero no hay que olvidar ni la movilidad de muchas especies ni el hecho de que las aguas internacionales suponen el 65% del océano. Arnaud-Haond, Arrieta y Duarte alertan acerca de la necesidad de establecer un marco internacional que garantice el acceso equitativo a esta riqueza marina también a los países que carecen aún de las tecnologías necesarias. Piden que esos recursos se proclamen patrimonio común de la humanidad. La protección de la biodiversidad y la propiedad de los recursos biológicos en las aguas territoriales se definen en la Convención sobre Diversidad Biológica de la ONU, que en su reunión de Nagoya (Japón), en 2010, sentó las bases para un protocolo que mejore el acceso a esta riqueza marina y a sus beneficios, pero no se llegó a un acuerdo, señalan los investigadores españoles en un comunicado del CSIC. Duarte recuerda que la expedición oceanográfica Malaspina de circunnavegación, que él dirige, incluye la exploración de la diversidad genómica del océano que puede suponer el descubrimiento de millones de genes nuevos, muchos de los cuales podrían tener aplicaciones. "El marco del salvaje Oeste en el que unos pocos países se apropian, a través de patentes, de los recursos biológicos del océano no nos parece ni ético ni aceptable", señala el investigador español. "Por otro lado, si no patentamos vendrán otros que patentarán por interés puramente comercial. No queremos operar con unas reglas del juego que no nos parecen éticas, por lo que proponemos un mecanismo gestionado por Naciones Unidas para garantizar que estos recursos estén disponibles para toda a humanidad", añade Duarte. |