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PLAN ESTRATÉGICO A PLAZO MEDIO 2008-2013 (MODIFICADO PROYECTO) INTRODUCCIÓN Desafíos, deficiencias y necesidades futuras 1. El Undécimo Programa General de Trabajo para 2006-2015 ofrece un análisis de los desafíos sanitarios actuales. La salud, percibida cada vez más como un aspecto fundamental de la seguridad humana, ocupa un puesto destacado en los debates sobre las prioridades en materia de desarrollo. 2. En los últimos 20 años, los niveles de esperanza de vida han mejorado considerablemente en términos generales, pero también se han acentuado las diferencias en el terreno de la salud; algunos países han sufrido retrocesos respecto de los progresos alcanzados anteriormente, debido a factores como las enfermedades infecciosas - en particular el VIH/SIDA -, el derrumbamiento de los servicios de salud y el deterioro de las condiciones socioeconómicas. Las perspectivas de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud no son alentadoras. 3. Según se desprende del análisis incluido en el Programa General de Trabajo, existen varias esferas en las que aún no se han aprovechado las posibilidades de mejorar la salud de las personas, en particular la de los pobres. Los aspectos deficitarios pueden resumirse como sigue: • déficit de justicia social: en las políticas y acciones sanitarias no se han desplegado suficientes esfuerzos para asegurar la equidad, el respeto de los derechos humanos relacionados con la salud y la igualdad de género; • déficit de responsabilidad: el número cada vez mayor de sectores, actores y asociados que participan en la labor sanitaria ha dado lugar a un déficit en la rendición de cuentas y a una falta de sinergia en la coordinación de las medidas encaminadas a mejorar la salud; • déficit en lo que respecta a la aplicación: numerosos grupos poblacionales siguen sin tener acceso a intervenciones de salud pública esenciales; a menudo, la asistencia internacional no se ajusta lo suficiente a las prioridades y sistemas nacionales o no está armonizada entre las distintas organizaciones; • déficit de conocimientos: se sigue disponiendo de escasos conocimientos sobre los modos de afrontar algunos de los principales retos sanitarios; las investigaciones no siempre se centran en las esferas donde más se necesitan, y la política sanitaria no siempre se basa en la mejor información disponible. 4. Para lograr progresos, hacen falta una firme voluntad política, la aplicación de políticas integradas y una amplia participación. Cualquier avance significativo hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud requerirá la adopción de medidas en muchos sectores y en todos los planos (individual, comunitario, nacional, regional y mundial). En los últimos 10 años, se ha asistido a un aumento espectacular del número de alianzas internacionales en pro de la salud. Éstas ofrecen la posibilidad de combinar los distintos puntos fuertes de las organizaciones públicas y privadas, junto con los grupos de la sociedad civil, para abordar los problemas sanitarios. El sistema de las Naciones Unidas en su conjunto está sometido a crecientes demandas y también se le exige cada vez más que emprenda reformas y muestre con mayor claridad en qué esferas puede aportar valor añadido. Las investigaciones académicas, industriales, gubernamentales y no gubernamentales continúan orientando la generación de conocimientos y su utilización. 5. En septiembre de 2000, con la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, los Estados se comprometieron a participar en una alianza mundial para reducir la pobreza, mejorar la salud y la educación y promover la paz, los derechos humanos, la igualdad de género y la sostenibilidad ambiental. El programa de acción sanitaria mundial compuesto de siete puntos que figura en el Undécimo Programa General de Trabajo tiene en cuenta éste y otros acuerdos adoptados por los dirigentes mundiales y exige la intervención de muchos actores distintos de toda la comunidad internacional, toda la sociedad y todos los niveles gubernamentales en las siguientes esferas: inversión en salud para reducir la pobreza; creación de seguridad sanitaria individual y mundial; promoción de la cobertura universal, la igualdad entre hombres y mujeres y los derechos humanos relacionados con la salud; examen de los determinantes de la salud; robustecimiento de los sistemas de salud y promoción de un acceso equitativo; aprovechamiento de los conocimientos, la ciencia y la tecnología; refuerzo de la gobernanza, el liderazgo y la rendición de cuentas. 6. Afrontando esos desafíos y deficiencias con eficacia y respondiendo a las futuras necesidades, la OMS seguirá aprovechando los conocimientos y lecciones derivados de los anteriores bienios. Sobre la base de información obtenida mediante los mecanismos formales de supervisión y evaluación de la Organización, así como de las aportaciones de los órganos deliberantes, diversos Estados Miembros y otros asociados, se han extraído algunas lecciones importantes que han ayudado a conformar el contenido del Plan Estratégico a Plazo Medio. Enseñanzas aprendidas 7. La OMS se halla en una situación privilegiada para dar forma al programa de salud pública mundial, a través de la creación de consenso y la concertación de acuerdos vinculantes. Ejemplos de esto último son el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y el Reglamento Sanitario Internacional (2005). Gracias a estas experiencias, la Organización ha podido determinar qué temas de salud requieren un acuerdo negociado formal y cuáles se abordan mejor mediante la creación de consenso. 8. La OMS participa en más de 80 alianzas mundiales en pro de la salud y en numerosas redes sanitarias mundiales, regionales y nacionales. Esas alianzas y redes contribuyen al logro de sus objetivos y se benefician del poder de convocatoria y de la competencia técnica de la Organización. La OMS continúa aprendiendo cuál es la mejor manera de participar en esos lazos de asociación, sin dejar de preservar su identidad y su mandato. 9. En respuesta a una creciente demanda y a la actual reforma del sistema de las Naciones Unidas, la Organización procurará forjar alianzas más eficaces tanto dentro de ese sistema como con los organismos de desarrollo en general. En ese sentido, se esforzará por armonizar el entorno sanitario a nivel de país y participará en el proceso de reforma encaminado a mejorar la eficiencia de los equipos en los países que funcionan bajo una dirección común de las Naciones Unidas. 10. En los últimos 60 años, la OMS ha desempeñado un papel destacado en la puesta en marcha, coordinación y ejecución de programas e iniciativas de salud pública. Ejemplos de ello son la erradicación de la viruela, el Programa Ampliado de Inmunización, el Programa de Acción sobre Medicamentos Esenciales, la Alianza Alto a la Tuberculosis y los esfuerzos por erradicar la poliomielitis, eliminar la lepra y controlar el SRAS y la gripe aviar. La Organización a menudo ha sabido adaptarse o transformarse para atender a las necesidades de programas específicos de salud pública. Sin embargo, por lo que se refiere a los Estados Miembros, estos y otros problemas están imponiendo exigencias cada vez mayores a sus sistemas de salud en esferas críticas relacionadas con la fuerza de trabajo, la financiación y la información sanitarias. A este respecto, las actividades realizadas en los últimos años han demostrado que existe una necesidad apremiante de que se cree un mayor consenso internacional sobre el modo en que los sistemas de salud deben funcionar y sobre cómo se pueden robustecer. 11. Muchos determinantes de la salud escapan a la esfera de influencia directa del sector sanitario. Aunque la OMS continúa aprovechando su experiencia en este campo y creando capacidad para colaborar con sectores distintos del de la salud a fin de mejorar su percepción de lo que, con criterios realistas, se puede hacer para mejorar la salud nacional, es necesario hacer más esfuerzos por seguir de cerca las tendencias mundiales que revisten importancia para la salud en esferas como el comercio y la agricultura. La OMS trabajará con los ministerios de salud para elaborar las respuestas apropiadas. 12. Según la experiencia de los últimos bienios, hay que dotar de claridad y coherencia al concepto de equidad sanitaria, que debe ser incorporado en todos los aspectos pertinentes de la labor de la Organización. La OMS predicará con el ejemplo, integrando la perspectiva de género en el marco global de sus actividades y en su labor normativa y de orientación técnica, y utilizando datos desglosados por sexo para la planificación y el seguimiento de sus programas. 13. La OMS tendrá que actuar con mayor sistematicidad en lo que atañe a sus contactos con la sociedad civil y la industria, incluidos los sectores internacionales de la atención sanitaria y los productos farmacéuticos. Conforme siguen surgiendo adelantos científicos, impulsará con dinamismo un diálogo sobre el establecimiento de prioridades y normas éticas para la investigación. En los últimos años, han aparecido numerosas iniciativas nuevas en la esfera de la gestión y la administración. El desafío estriba ahora en dar respuesta a la necesidad de consolidar e institucionalizar cambios ya introducidos y en completar reformas sin comprometer la capacidad operativa o la confianza del personal. 14. Aunque la OMS ha prosperado bastante en sus esfuerzos de movilización de recursos, una dificultad clave ha consistido en asegurar que las actividades programadas se ajusten a los recursos movilizados, ya que las contribuciones voluntarias a menudo están preasignadas a programas específicos. Es necesario reforzar los mecanismos internos, como el grupo consultivo sobre recursos financieros, para canalizar los recursos hacia donde más falta hacen. 15. En una organización que destina cerca de la mitad de sus recursos al personal, gestionar con eficiencia los recursos humanos constituye un reto fundamental. La política de personal y las prácticas conexas empleadas en el pasado, por ejemplo, no han facilitado una movilidad de trabajadores que permita asegurar que las aptitudes y competencias adecuadas se encuentren siempre en el lugar apropiado, y el sistema de gestión del desempeño individual no se está utilizando con la debida eficacia, por lo que debe ser fortalecido. Es preciso consolidar la labor inicial relacionada con el Programa de Liderazgo Mundial de la OMS. 16. En los últimos bienios, se ha registrado un cambio sin precedentes en la estructura de gastos en los tres niveles de la Organización, al asignarse más recursos a los países y las regiones. Es preciso respaldar esta tendencia positiva mediante el aumento de los conocimientos y capacidades de gestión en los países y regiones y el robustecimiento del sistema de rendición de cuentas. 17. La experiencia acumulada en la gestión basada en los resultados a lo largo de los 10 últimos años ha influido considerablemente en el Plan Estratégico a Plazo Medio, y algunas de las enseñanzas aprendidas se han tenido en cuenta a la hora de definir las prioridades, los objetivos estratégicos y los resultados previstos. 18. En primer lugar, se ha podido observar que un plazo de dos años no es suficiente para tener en cuenta la labor de la Organización en muchos aspectos de la salud. Para que las actividades den los resultados previstos hace falta un periodo de tiempo mucho más largo. Así pues, un plan a plazo medio ofrece la oportunidad de adoptar un enfoque más estratégico y realista con respecto a la planificación y el logro de los resultados sanitarios. 19. En segundo lugar, el plan está estructurado de manera que se creen sinergias entre los distintos programas y niveles de la OMS. La anterior estructura de planificación en áreas de trabajo favorecía la compartimentación, ya que las estructuras orgánicas, especialmente en la Sede, eran reflejo de esas áreas. Aunque esa división del trabajo facilitaba la asignación de recursos, también limitaba las oportunidades de colaboración entre los distintos sectores de la Secretaría. La actual adopción de un número más reducido de objetivos estratégicos fomentará considerablemente esa colaboración. Los objetivos estratégicos no son exclusivos entre sí; promueven perspectivas distintas, pero complementarias, para atender a prioridades comunes. 20. En tercer lugar, el logro de un resultado sanitario deseado rara vez se atribuye a una sola intervención o a la labor de una sola organización; en el Plan se pone de relieve el trabajo realizado en el marco de numerosos acuerdos de colaboración. La OMS tendrá que establecer foros para dialogar con las entidades dedicadas a la salud y el desarrollo, cuyo número y tipo son cada vez mayores, entre otras cosas manteniendo un contacto sistemático con la sociedad civil y la industria, incluidos los sectores internacionales de la atención sanitaria y los productos farmacéuticos. 21. Por último, es preciso que los nuevos procesos institucionales respalden nuevas modalidades de trabajo. La mayor dependencia de las contribuciones voluntarias, el aumento de la colaboración entre las estructuras orgánicas a nivel interno, la descentralización de los recursos, el papel más importante desempeñado en relación con los aspectos operacionales de las emergencias sanitarias y los brotes epidémicos, y el desarrollo de marcos legales relacionados con la salud requieren la adopción de sistemas de gestión modernos y flexibles. La introducción del sistema mundial de gestión y el sistema conexo de planificación de recursos empresariales contribuirá a respaldar esas innovaciones. Orientación estratégica para el periodo 2008-2013 22. Durante los seis años comprendidos entre 2008 y 2013, la OMS seguirá asumiendo el liderazgo en las cuestiones de salud pública y aprovechando al máximo su imparcialidad y su composición prácticamente universal. La orientación brindada por los gobiernos a través del Consejo Ejecutivo, la Asamblea de la Salud y los comités regionales garantiza la legitimidad de la labor de la Organización, y la obligación de la Secretaría de informar a los órganos deliberantes asegura la rendición de cuentas en materia de ejecución. El poder de convocatoria de la OMS permite a diversos grupos fomentar la acción colectiva en todo el mundo. 23. El papel de la OMS en materia de lucha contra las enfermedades no tiene parangón, ya se trate de reunir las pruebas científicas necesarias, de promover estrategias mundiales de erradicación, eliminación o prevención, o de detectar brotes epidémicos y ayudar a controlarlos. 24. La Organización promoverá - sobre la base de pruebas científicas - debates, análisis y procesos de formulación de políticas en pro de la salud, a través de la actuación de la Secretaría, los grupos de expertos y consultivos, los centros colaboradores y las numerosas redes, tanto formales como informales, en las que participa. 25. La estructura de la Secretaría de la OMS asegura la colaboración con los países. La Sede se centra en cuestiones de interés mundial y en la facilitación de apoyo técnico a las regiones y países. Las oficinas regionales concentran sus esfuerzos en la asistencia técnica y el fortalecimiento de las capacidades nacionales. Gracias a su presencia en los países, la OMS mantiene una estrecha relación con los ministerios de salud y con sus asociados dentro y fuera de los gobiernos. La Organización colabora estrechamente con diversos organismos del sistema de las Naciones Unidas y proporciona canales para prestar apoyo de emergencia. 26. Gracias a su estructura descentralizada y sus sólidas relaciones de trabajo con los gobiernos, la Secretaría es capaz de reunir información sanitaria y seguir de cerca la evolución de las tendencias, tanto en el tiempo como en los distintos países y regiones y a nivel planetario. 27. La OMS está actuando en un entorno cada vez más complejo y en rápida transformación. Las fronteras de las iniciativas de salud pública se han difuminado, extendiéndose hacia otros sectores que influyen en las oportunidades y los resultados sanitarios. Los determinantes económicos, sociales y ambientales de la salud han cobrado mayor importancia. Las transiciones demográficas y epidemiológicas se imbrican hoy con transiciones nutricionales y comportamentales, propiciadas por la globalización y la urbanización, y configuran nuevas tendencias indeseables. |