EL HOMBRE Y EL AGUA
El agua a desempeña un papel muy importante para la humanidad desde tiempos pasados y en todas las civilizaciones. En muchas culturas del mundo, el agua de los ríos está asociada con la muerte y con el renacimiento, y los océanos con los límites de la vida humana. En los mitos, religiones y leyendas de los pueblos se habla de las fuerzas purificadoras, curativas y renovadoras del agua. También para las culturas prehispánicas de México, el agua fue algo sagrado. Tanto los mayas como los aztecas y las otras culturas tenían un gran número de dioses y diosas relacionados con varios aspectos del agua y su uso.
La historia humana, en gran parte, es el producto del uso y control exitoso del agua para poder satisfacer las necesidades básicas: agua para los hogares y, a partir de la agricultura, agua para los cultivos.
Por esto las primeras altas civilizaciones, en Mesoamérica, los Andes de Sudamérica, Egipto (a lo largo del río Nilo), India (valle del río Indo), Mesopotamia (los ríos Éufrates y Tigris) y China (el río Amarillo y el Yang-tsé), se desarrollaron en regiones que ofrecieron un acceso fácil y amplio a este líquido vital, garantizando así un exceso en la producción de alimentos.
Varios inventos para mejorar el aprovechamiento del agua surgieron pronto. Para llevar agua a lugares más secos o más cercanos a sus asentamientos, los hombres desviaron ríos, como el San Juan en Teotihuacán (México), o construyeron reservorios grandes para acumular agua de lluvia, como en Tikal [Guatemala). Más tarde, el hombre aprendió a aprovechar la fuerza del agua corriente como una importante fuente energética.
Entonces, el agua fue y es un recurso esencial para los seres humanos. En sus imaginaciones, causadas por la magnitud de los mares y océanos, así como por el flujo continuo del agua en los ríos, arroyos y manantiales, se cimentó la idea de que el agua era un recurso muy abundante y sobre todo infinito en nuestro mundo. Hoy día, obviamente esta idea sigue existiendo todavía en muchas cabezas. Sin embargo, solamente el agua dulce es adecuada para su uso como bebida, para la producción y preparación de alimentos del ser humano, así como para regar plantas de cultivo. Las cantidades de agua dulce disponibles en nuestro planeta para tales usos, son muy limitadas. Se estima que sólo 0.01 % del agua dulce que existe es aprovechable: para el consumo humano y el restante 99.99% es inaccesible.
En varios países, sobre todo en los desarrollados, al lado del tema de ahorrar agua, el de la calidad del agua dulce. En algunos países o regiones, aparte de la calidad existen problemas de la distribución del agua. Estos problemas han llegado a diferencias internacionales como se ve en los siguientes ejemplos, y esto puede ir en aumento. México-Estados Unidos: desde 1944 existe un contrato en el que los dos países acordaron entregar mutuamente agua de tres presas ubicadas en uno u otro lado de cada país. De la presa de la Amistad y de la presa Falcón, ambas ubicadas en el río Bravo del Norte, México debe entregar 432 millones de m3 de agua por año a Estados Unidos y recibe 1850 millones de m3 de agua por año de la presa Imperial, ubicada en el río Colorado, EUA. Debido a las sequias en el norte del país, México ha acumulado una deuda de 1900 millones de m3.
Siria-Líbano-Israel-Jordania: estos países dependen del río Jordán y se culpan mutuamente de aprovechar demasiado su agua para el riego de cultivos.
Turquía-Siria-Irak: entre estos países crece un conflicto por el uso de las aguas de los ríos Éufrates y Tigris, porque se acusa a Turquía de desviar mucha agua en el curso superior de estos ríos para su agricultura en el este del país.
El Nilo: de este río dependen 10 países africanos que cuentan con 40% de la población de todo el continente africano. Egipto, como el último país río abajo y dependiendo totalmente del Nilo, mira muy críticamente las actividades de los países río arriba, sobre todo de Etiopía, por la construcción de presas para tener reservas de agua de riego.
En Sudáfrica, Namibia-Botsuana, por un lado, y Namibia-Angola por el otro: entre estos países crece un conflicto con respecto a las aguas del río Okavango.
Todavía más grave es el hecho de que ya existe un número grande y cada vez más creciente de países donde la falta de agua dulce es un problema fundamental. Regiones que solamente ofrecen cantidades de agua menores a 1,000 m3 por persona al año son consideradas regiones con escasez extrema de agua, y regiones con cantidades entre 1,000 y 1,700 m3 por persona al año se definen como regiones con escasez de agua.
En los años cincuenta del siglo pasado, según reportes del Banco mundial, siete países con l0% de la población mundial sufrieron escasez extrema de agua dulce. En la actualidad, el número de estos países ha aumentado a más de 2O, para el año2025 se esperan alrededor de 35 países y para 2050 un aumento a 58 países con 25% de población mundial.
Por otro lado, mundialmente el gasto de agua dulce se ha multiplicado entre 1940 y 2000, y no sólo por el crecimiento poblacional. Se calcula que el gasto de agua se duplica más o menos cada 20 años. En 1940,la población mundial era aproximadamente de 2000 millones y el gasto de agua fue de alrededor de 400 km3 por año. En el 2000, existieron 6,500 millones de personas en el mundo y el gasto de agua había aumentado a alrededor de 5,000 km3 por año. La población mundial creció por el factor 3.25 y el gasto de agua por el factor 12.5. Se estima que el límite superior posible del gasto mundial de agua por el hombre está entre 9,000 y I4,000 km3 por año.
Actualmente, los gastos mundiales de agua se dividen en la agricultura y ganadería con 69 %, la industria y la producción de energía con 23 % y los hogares con 8 %.
Si vemos el ciclo natural del agua (cap.2), entonces queda muy claro que el equilibrio entre evaporación y precipitación representa el límite para el agua dulce disponible. La mera fuente de agua dulce son las precipitaciones, sobre todo las lluvias. Pero gran parte del agua de las precipitaciones se evapora de nuevo, otra gran parte regresa en los ríos a los océanos, sin ser utilizada por el hombre. El agua dulce disponible se reparte entre la naturaleza (sistemas acuático y terrestre) y la sociedad humana. Los ecosistemas y el hombre compiten por la misma agua. Esto significa que la cantidad extrema que gasta el hombre se gasta a expensas de los ecosistemas, de los cuales el propio hombre también depende. Y sólo el hombre contamina gran parte del agua que usa, disminuyendo de tal manera las posibilidades para el aprovechamiento múltiple de una cierta cantidad de agua, y a la vez aumentando el estrés para los ecosistemas.
No existe alguna necesidad fundamental del hombre, ya sea para su vida o para su comodidad y el lujo, que no dependa de una u otra forma del agua. Por esto, para evaluar la cantidad de agua gastada per cápita es necesario sumar el gasto personal y el llamado gasto virtual. El gasto virtual es la cantidad de agua que se emplea para la producción, el transporte y el comercio de productos, para los servicios múltiples y otras actividades. También incluye lo que se gastó en otros países para la fabricación de productos importados.
Para dar un ejemplo: en Alemania, por diferentes medidas se logró disminuir permanentemente el gasto personal de agua, de 147 L en 1990 a un valor de 122 L por persona al día en 2009. Este gasto personal por día se divide en:
3 L para beber Y Preparar comida
7 L para lavar trastes
7 L para limpieza.
5-15 L ara higiene corporal y 20-40 L para ducharse
30 L para lavar ropa
40 L para el uso del WC
No obstante, cuando se agrega el gasto virtual, no visible directamente y por alrededor de 50 % causado por los productos importados, entonces el gasto real es de 5,290 L de agua por persona al día' Por ejemplo, atrás de cada taza de café tomada en Alemania están escondidos 14O L de agua virtual. El gasto de agua virtual importada es en gran parte a expensas de países o regiones que ya de por sí sufren un déficit en sus recursos hidráulicos. Así, Alemania, al lado de Estados Unidos con alrededor de 6,000 L por día y persona' y Japón, es uno de los mayores derrochadores de agua.
También el cambio continuo de las bases de alimentación contribuye al aumento del gasto virtual de agua. La producción de 1 kg de cereales gasta alrededor de 1,500 L de agua, pero la producción de 1 kg de carne de res necesita alrededor de 20,000 L. Atrás de un par de zapatos de piel se esconden 8,000 L de agua, para una hamburguesa se gastan 2,400 L, para el algodón necesario para una sola playera se gastan 4,000 L y para 1 kg de azúcar refinada se necesitan 1,500 L de agua.
Gastar agua no es algo malo o criticable, sino que es algo muy natural. Sin embargo, las preguntas decisivas son: cuándo, dónde y cuánta agua se extrae de la naturaleza y con qué calidad regresa para entrar de nuevo en su ciclo natural. Es muy importante siempre tener presente, a la vez, la cantidad del agua gastada y la calidad de agua regresada a la naturaleza.
Tabla 5.1. Gastos personales de agua en varios países (2007). Cuadro de consumos diarios por día y persona (Litros per cápita día)
País
| Litros
| País
| Litros
| País
| Litros
| India
| 25
| Francia
| 156
| España
| 270
| Bélgica
| 120
| Austria
| 162
| Rusia
| 270
| Alemania
| 123
| Luxemburgo
| 170
| Japón
| 278
| Holanda
| 130
| Suecia
| 191
| EUA
| 295
| Dinamarca
| 139
| Italia
| 213
| Canadá
| 326
| Grecia
| 140
| Suiza
| 237
| México
| 343
| Inglaterra
| 149
| Noruega
| 260
|
|
|
Para algunos países, la tabla 5.1 muestra los gastos individuales de agua por persona al día en 2007. Se puede observar que estos gastos varían notablemente y que, sin duda, dependen no sólo del nivel de desarrollo .v de las reservas disponibles en los países, sino también de si la gente entiende que el agua es un recurso que debe gastarse con cierta consideración y no derrocharse sin pensar. Es muy obvio que se trata también de un aspecto cultural.
Muchos países, ricos y pobres, hoy día gastan el agua de una manera excesiva e inaceptable, lejos de un manejo sostenible. Las consecuencias en el futuro, ya muy cercano para ciertas regiones de la Tierra, van a ser graves. En varios países, las cantidades de agua, regeneradas por el ciclo natural y disponibles para el hombre, disminuyen continua y rápidamente y para otros países no tanto. La tabla 5.2 da algunos ejemplos.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un país o una región es considerado un área con escasez de agua cuando el agua disponible por persona es menor que 1,700 m3 / año. Y varios países ya se encuentran debajo de este límite o, aunque todavía se hallen arriba de éste, se acercan rápidamente a esta situación.
Tabla 5.2. Cantidades disponibles de agua regenerada por el ciclo natural y el aumento poblacional, para algunos países.
| México
| Alemania
| España
| Grecia
| Total de agua disponible en millones de m3 por año
| 357
| 200
| 111
| 59
| 1955: m3 por persona al ano
| 11,242
| 2,844
| 3,802
| 7,406
| 1955: población en millones
| 31.8
| 70.3
| 29.2
| 8
| 1990: m3 por persona a1 año
| 4,224
| 2,520
| 2,826
| 5,763
| 1990: población en millones
| 84.5
| 79.4
| 39.3
| 10.2
| 2000: m3 por persona al año
| 3614
| 2080
| 2808
| 5510
| 2000: población en millones
| 100.3
| 82.2
| 40
| 10.6
| 2025: m3 por persona al año (estimación)
| De 2313 a 2914
| De 2470 a 2699
| De 2797 a 3040
| De 5669 a 6148
| 2025: población en millones
| De 122.5 a 154.4
| De 74.1 a 81.0
| De 36.5 a 39.7
| De 9.6 a 10.4
|
Es interesante, por no decir alarmante, que en México, donde la cantidad de agua disponible ha disminuido dramáticamente año con año, el volumen de agua de uso personal (tabla 5.1) continúa siendo muy alto. En las tablas 5,I y 5.2 se observa que México tiene una tendencia que causa preocupación. A pesar de que ya el promedio de la cantidad del uso individual de agua per cápita es demasiado alto, específicamente el crecimiento poblacional en las ciudades es más rápido que el desarrollo del abastecimiento de agua potable. En varias ciudades, sobre todo en la Ciudad de México, la extracción de aguas subterráneas es el doble de la renovación natural de este recurso, lo que tiene como efecto adicional depresiones y desplazamientos del suelo. De los 653 acuíferos importantes en el país, 104 están sobreexplotados y 75%del agua potable para las ciudades grandes se extrae de los acuíferos. La tabla 5.3 muestra algunos ejemplos de los porcentajes de distribución del uso de agua entre industria, agricultura y hogares individuales. Se observa que esta distribución difiere de país a país y de región a región. También se puede deducir claramente que estos porcentajes dependen obviamente de las bases económicas y de las condiciones climáticas. Tabla 5.3. Porcentaje del uso de agua según sectores.
| Agricultura
| Industria
| Hogares
| Mundialmente
| 69
| 23
| 8
| Norte y Centroamérica
| 49
| 42
| 9
| (México)
| 77
| 9
| 14
| Sudamérica
| 59
| 32
| 9
| África
| 87
| 5
| 8
| Asia
| 86
| 8
| 6
| Europa
| 33
| 54
| 13
| (Noruega)
| 10
| 67
| 23
| (España)
| 68
| 19
| 13
| (Grecia)
| 88
| ¿
| ¿
|
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El agua no es consumida por las actividades del hombre en el sentido de agotarla, sino que solamente es utilizada y después regresa directa o indirectamente a su ciclo natural. Lo que sí cambia es su calidad. El agua que devolvemos a la naturaleza está contaminada con sustancias y materiales de muy variada índole y, cuando fue utilizada como agua de enfriamiento, está "contaminada" con calor. Todo esto influye en los equilibrios ecológicos establecidos en la naturaleza a lo largo de millones de años.
Existen procesos naturales de autopurificación, como la degradación microbiológica y oxidativa que mencionamos en el capítulo 3. Pero la humanidad logró la generación y el uso de sustancias y productos no degradables o difícilmente degradables por los procesos naturales, y éstos también contaminan las aguas. Además, las actividades del ser humano pueden causar la entrega de sustancias y elementos químicos a la naturaleza en concentraciones muy arriba de lo natural. Por ejemplo, en una región minera en Alemania, ya desde hace mucho se descargan las aguas residuales de la minería de sal directamente a un río, causando un exceso de salinidad del agua con el resultado de que este río está muerto biológicamente.
Es obvio que hay que frenar la tendencia mundial a gastar inadecuadamente el agua dulce. Esto debe ser una tarea tanto para las autoridades de todos los niveles internacionales, nacionales y locales como para cada persona individual. La única posibilidad es desarrollar, publicar y aplicar ampliamente estrategias más eficientes para conservar la cantidad y calidad del agua dulce disponible, optimizar su uso y sensibilizar a la población respecto al problema.
Estas estrategias tienen que dar respuestas por lo menos a las cuatro preguntas siguientes: 1. ¿Qué se debe garantizar?
Calidad y cantidad de agua suficientes para proteger la salud
Calidad y cantidad de agua suficientes para las generaciones futuras.
Calidad y cantidad de agua suficientes para la producción de alimentos.
2. ¿Qué se tiene que evitar o por lo menos minimizar?
Modificaciones y alteraciones de paisajes y terrenos, que pueden disminuir el proceso natural de rellenar los niveles de agua subterránea. Por ejemplo, se debe evitar sellar la superficie del suelo y quitar la vegetación, sobre todo los bosques, porque la vegetación existente no sólo evita erosiones, sino también actúa como una esponja que acumula la humedad y sirve para la entrega lenta de agua a los niveles de las aguas freáticas. Sin vegetación, el agua de lluvia corre rápidamente rumbo a los arroyos y ríos (a veces ya contaminados), causando erosiones graves, y no sirve para rellenar los pozos subterráneos.
La contaminación del agua y del suelo con todo tipo de contaminantes, sobre todo contaminantes no degradables o difícilmente degradables por los procesos naturales.
La entrega de sustancias naturales en exceso, por ejemplo, la entrega de aguas fuertemente saladas a un cuerpo de agua natural.
La infiltración o inyección de aguas sucias rumbo a las aguas subterráneas, que una vez contaminadas ya no sirven para su potabilización.
Alteraciones de ecosistemas acuáticos que disminuyen su capacidad de autopurificación.
¿Qué se debe prever?
Cambios del paisaje, que más temprano o más tarde pueden causar sequías o inundaciones.
Hay que mantener el equilibrio entre la evaporación y la precipitación, para garantizar condiciones adecuadas para el crecimiento de plantas de cultivo y naturales, así como para no alterar el clima regional y local. Para que esto se logre, también es necesario no deforestar porque los bosques actúan como focos de condensación para que caigan las lluvias.
4. ¿Cómo se puede disminuir el gasto de agua dulce?
En una primera etapa, hay que determinar los mayores consumidores individuales y colectivos (industrias, agricultura, ganadería, etc.) del agua en la región que se va a evaluar.
Buscar, fomentar o desarrollar tecnologías modernas que gastan menor cantidad de agua (actualmente, por ejemplo, para producir una tonelada de celulosa se gastan entre 400 y 500 m3 de agua, para la producción de una tonelada de hierro colado se necesitan entre 40 y 50 m3 de agua y para una tonelada de cobre, 500 m3).
Buscar posibilidades de reutilizar la misma agua para el mismo proceso o para otro (reciclar agua).
Mejorar y ampliar la información de la gente en general acerca de la problemática del agua y cómo ahorrar agua.
Desarrollar y aplicar una política adecuada de precios para el agua gastada y descargada como agua residual, sobre todo de la industria.
Mejorar el control individual y colectivo para evitar el mal uso de agua.
Como la humanidad forma parte de la naturaleza y sus equilibrios, el ser humano es a la vez causante y víctima de la contaminación del agua y de la escasez de agua dulce, cada vez más crecientes. Es muy importante entender lo siguiente: ¡El agua dulce es una riqueza terrestre muy importante en grave peligro, de la cual depende el ser humano! Y como una riqueza debemos utilizarla y aprovecharla, en lugar de contaminarla y derrocharla. Aunque el ciclo natural del agua causa continuamente la renovación del agua dulce, los procesos naturales tienen límites y su caudal no es infinito, a 1o que se agrega el aumento continuo de la población mundial. Además, desafortunadamente, los lugares y regiones donde el agua se evapora no son los mismos a donde regresa en forma de precipitaciones y manantiales. |