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ALGUNAS RAZONES DE PESO PARA MEJORAR LA REDACCIÓN 1ª. Analice detalladamente el problema al amparo de las siguientes interrogantes. - ¿Quién nos leerá? - ¿Qué nos proponemos? - ¿Qué deseamos lograr? - ¿Cuánto tiempo disponemos y quién o qué bibliografía necesitamos? 2ª. Planteamiento del trabajo - ¿Quién nos ayudará? - ¿Dónde debemos investigar? - ¿Qué documentación aclaratoria, o de apoyo a nuestra tesis, podemos aportar? - ¿Quién es accesorio y principal en nuestro estudio? 3ª. Investigación del trabajo Fiabilidad de la documentación que nos informa. ¿Está al día? ¿Es suficiente? 4ª. Exposición del estudio - Precísese un orden expositivo en las ideas, resaltando las principales. - Utilícese un lenguaje que, en ningún momento, requiera la ayuda del diccionario para comprenderlo. - Elabore cuantos índices analíticos ayuden a enterarnos del contenido. - Procure que cada párrafo trate un solo asunto y que éste se exponga al amparo de títulos, subtítulos o derivados que extracten el contenido. - ¿Qué ilustraciones, aclaraciones, tablas, gráficos o anexos precisa nuestro trabajo para completar su comprensión. 5ª. Organización del trabajo - Establezca una fecha de comienzo y otra de final. - Divida en etapas el tiempo de trabajo. - Redacte registrando, prioritariamente, el fondo de su pensamiento, dejando el recorte, corrección o labor de tijera, para el final. - Sea usted claro, conciso, metódico, concreto, correcto, considera-do y cortés para conseguir del lector su atención, comprensión, aceptación y despertando en él la acción. 6ª. Control del trabajo
2. Reglas éticas: El escritor, portavoz de algo que cede, al contactar con los demás, ha de ajustarse a unas reglas de convivencia para evitar malas interpretaciones, tergiversación de hechos reales y una merma injusta del concepto de las personas que atentan contra la dignidad. Como normas éticas, citamos: La corrección, la reserva, la objetividad y la moralidad. La corrección. Cuide el escritor, sobre todo al mencionar a sus compañeros para alabarlos o decir que no está de acuerdo con la tesis que mantienen, de no ensalzarlos demasiado porque la alabanza exagerada puede ser considerada como la antecámara de la ironía o de la mofa. Tampoco emplee un tono desabrido, poco amable y, en definitiva, descortés, cuando contraríe la opinión del compañero. No añada aflicción al afligido. La reserva. Si en nuestro estudio nos ocupamos de asuntos públicos, personalidades políticas o autoridades gubernamentales, etc., seamos discretos. No descubramos lo que a nadie interesa ni "esencias" que pudieran oler mal; máxime, si todo proviene de nuestra apreciación personal. Esto no impide que se oriente, informe y difunda, cuanto pueda ser de interés general. El escritor no puede ignorar el grado de reserva que ampara a ciertos asuntos ni lo que entraña el concepto de "secreto profesional". La objetividad. Nuestra peculiar visión de las cosas conlleva consideraciones personales, cuya manifestación preponderante son los adjetivos y los epítetos, que están reñidos con el trabajo intelectual, por dos razones: la primera, porque el investigador escribe por y para un tema en cuestión. Su disertar, elimina el "ego". La segunda, porque éste, aunque redacta, no decide en su nombre. Es el tema o asunto el que le marca las directrices. Esta falta de protagonismo es suficiente para que nuestro trabajo quede revestido de la necesaria seriedad y se eliminen las divagaciones personales, fórmulas sacramentales o arcaicos giros del lenguaje que, insistimos, están reñidos con el trabajo intelectual. La moralidad. La propia naturaleza del trabajo intelectual, orientada al bienestar común, impone al escritor que diserte de acuerdo con los preceptos de la sana moral. Esta cualidad afecta directamente al fueron de la conciencia, nos exige formalidades y nos aconseja excluir a cuanto se oponga a este criterio de sana doctrina. Justicia y cortesía en los juicios Con frecuencia nos vemos obligados a formular juicios y opiniones del trabajo de otros escritores. A nuestro criterio debe ampararlo la imparcialidad, la cortesía y un ser amable, considerado, respetuoso y cortés, no sólo indultando las equivocaciones del consultado sino con mucho respeto ante sus lapsos. Don Santiago Ramón y Cajal dijo que "antes, pues, de resolvernos a repudiar un hecho o una interpretación comúnmente admitidos, reflexionemos maduramente. Y tengamos muy en cuenta, al formular nuestros reparos que si entre los sabios de dan caracteres nobles y bondadosos, abundan todavía más lo temperamentos quisquillosos, las altiveces cesáreas y las vanidades exquisitamente susceptibles". Con estas precauciones -asegura nuestro autor-, evitaremos en lo posible desdenes sistemáticos hacia nuestra obra y querellas y polémicas envenenadas, en las cuales perderíamos tranquilidad y tiempo, sin ganar pizca de prestigio ni autoridad. Porque en la aprecia-ción de nuestros méritos, sólo se tendrán en cuenta los hechos nuevos aportados, y no la destreza y garbo polémicos. Cuando injustamente atacados, nos veamos compelidos a defendernos, hagámoslo hidalga-mente, esgrimiendo la espada, pero con la punta embotada y adornada, según la imagen vulgar, con ramilletes de flores. Cita de otros autores En ocasiones, se considera oportuno que hable alguien en nuestro nombre., Generalmente decimos quién es y tras hacer una llamada de atención, dígito entre paréntesis, aclaramos en el pie de la página, obra, página, editorial, edición, ciudad y año. Si la transcripción es literal y no adaptada, abriremos comillas (") antes y al final de lo que el autor consultado dice. Pero sucede a veces que el consultado también habla en nombre ajeno y cita, a su vez, a dos o tres. Esto implica una serie de entrecomillados y aclaraciones que acaban por confundir al lector. Para evitar esto es aconsejable distinguir, de forma clara. que no hablamos nosotros, y lo conseguiremos así: - Comenzando en punto y aparte la exposición del autor citado y mecanografiando cuanto dice a una interlínea, si nosotros escribíamos a dos, o a dos, si lo hacíamos a una. - Cambiando tipo de letra e incluso márgenes. - "Las citas grandes se efectuarán sin usar comillas" (Oficina Técnica de Proyectos. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid. Normas para la presentación del proyecto fin de carrera. madrid, octubre 1978)." Es de suponer que siempre y cuando dejemos constancia de no ser nosotros quienes hablamos. En caso contrario, huelga comentar, que nos apropiaremos del pensar ajeno.
4. ERRORES DE ESTILO MÁS FRECUENTES Silepsis Falta de concordancia en el género, número o persona. La Asociación Estatal de Padres de Alumnos, que integra la mayor parte de las asociaciones de este tipo, consideran que el decreto que... La Asociación Estatal de Padres de Alumnos, que integra la mayor parte de las asociaciones de este tipo, considera que el decreto que... Anacoluto Frases rotas, en las que la segunda parte no corresponde con la primera. Es responsabilidad del promotor la publicidad del producto, que debe estar incluido en la correspondiente ficha de promotores. Es responsabilidad del promotor, que debe estar incluido en la correspondiente ficha, la publicidad del producto. Pleonasmo Redundancia, énfasis. Utilización de palabras innecesarias. Sube arriba. Entra dentro de la casa. Pequeño librillo. El pleonasmo es la figura opuesta a la elipsis. La elipsis consiste en suprimir elementos de la frase con el objeto de dotarla de brevedad, énfasis, poder sugestivo... Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡yo no sé qué te diera por un beso! (Bécquer.) Anfibología Ambigüedad, doble sentido. Pedro me repetía que él no tomaba alcohol continuamente. Pedro me repetía continuamente que él no tomaba alcohol. Cacofonía Repetición casual de palabras o sílabas que provocan un sonido desagradable. La investigación sobre la clonación es un asunto vital para la nación. Impropiedad Empleo de palabras con significado distinto del que tienen. Ejecutivo agresivo. Hicimos una frugal revisión del trabajo. Dequeísmo Uso de la preposición "de" delante de "que" inapropiadamente. Pienso de que se ha ido. Pienso que se ha ido. Adequeísmo Lo contrario al anterior, eliminación de elementos de enlace necesarios. Le informó que el precio era excesivo. Le informó de que el precio era excesivo. El comienzo y el final de la composición: El párrafo introductorio de toda composición debe contener alguna experiencia vivida, un hecho de interés, un incidente o un detalle anecdótico que tenga relación con el tema. El párrafo final debe hacerse de manera semejante. Hay que dar la sensación de que se ha terminado, y esto se hace refiriéndose de nuevo al tema tratado, haciendo una especie de sumario o resumen, o mediante una cita de otro escritor , alguna anécdota o recomendando algo que se desprende como consecuencia. Desarrollo del Párrafo En todo párrafo hay una idea principal, expresada en una oración guía. Puede ir al comienzo a al final de párrafo. Las demás son el desarrollo de ella. El desarrollo puede ser por: detalles, ejemplos, comparaciones o contrastes, enumeraciones, relación de causa a efecto y de efecto a causa. Concordancias: Del adjetivo y los artículos con el sustantivo en género y número, del verbo con el sujeto en número y persona. Complementos del sujeto y del verbo. Oraciones: Mínima unidad con sentido completo. Las oraciones simples se unen para formar oraciones por: yuxtaposición, coordinación y subordinación. Estilo: Didáctico, pintoresco, festivo, oratorio, grandilocuente, elegante, moderno. Concisión: abundancia y redundancia. 5. EL PÁRRAFO IDEAS PRINCIPALES Y SECUNDARIAS “La redacción de un texto comienza con la asociación de ideas y datos relacionados con el tema central del mismo. Un texto está estructurado por párrafos, los cuales, a su vez, están compuestos por un conjunto de oraciones. Los párrafos contienen una idea principal apoyada por una o varias ideas secundarias. Lee con atención el siguiente texto: Y otra que piensa que su cliente es pura... Y que ya llegó el “tira” de nariz de cotorro (...callado se calla...) y un invitado muy especial. ( Armando Ramírez Ratero) Como habrás observado es muy difícil obtener una idea clara del texto anterior por diversas razones: carece de oraciones completas y las ideas expresadas no tienen relación entre sí. Ya mencionamos que un texto se estructura en párrafos, los cuales deben poseer ciertas características para que tengan sentido: En lo que se refiere a la forma: Qué es un párrafo: Es cada trozo de un discurso o de un escrito que se considera como unidad y suficientemente diferenciado del resto para separarlo con una pausa notable o, en la escritura, con un punto y aparte. (María Molier) Párrafo: es un conjunto de oraciones relacionadas entre sí que desarrollan un único tema. (Daniel Cassany) Cada párrafo debe tener unidad y coherencia, características que faltan en el ejemplo que mostramos anteriormente. La unidad se refiere a la relación que debe existir entre las oraciones, y la coherencia al orden en que se presenten dichas oraciones. Este orden dará lugar a los tipos de párrafos que presentaremos más adelante. Ejercicio No 17 Lee el siguiente texto y realiza las actividades que se le piden:
“A principios de este siglo, los biólogos descubrieron que en el interior de las células había unos elementos responsables de las características que podían reconocerse en los organismos. También descubrieron que dichos elementos podían transmitir tales características a las nuevas células resultantes de la división anterior, es decir, de padres a hijos. A esos elementos se les denominó genes, de la palabra geneá que significa dar nacimiento a. Hoy sabemos que la sustancia química que forma los genes es el ácido desoxirribonucleico. Conocido habitualmente por la abreviatura ADN. La ciencia que estudia el modo en que se transmiten y modifican las características físicas es la genética. Las moléculas de ADN se desdoblan siguiendo un modelo muy complejo que los biólogos solo han conseguido develar los últimos treinta años, y no resulta sorprendente que en ocasiones la réplica sea imperfecta. ( La sorpresa es que sea perfecta tan a menudo). Como consecuencia de este fallo, la molécula del ADN producida no es absolutamente igual a la del padre y el resultado de ellos es una mutación. En general, las mutaciones tienden a ser relativamente escasas, poco importantes, o ambas cosas a la vez, y la selección natural hace que la mayor parte sean eliminados, o mantenidas en una cantidad suficientemente baja como para que no afecte demasiado. ¿ Qué sucede, en cambio, si el número de mutaciones aumenta? Es algo que puede suceder. Todo lo que “estorbe” a la molécula de ADN mientras se desdobla dará lugar, muy probablemente, a un error. Muchos elementos pueden servir de “estorbos”; el calor, ciertos productos químicos, los rayos cósmicos y otras radiaciones penetrantes.” Isaac Asimov, Trasplante obligatorio, Ed. Roca, 1986 Ideas principales ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Presentamos un modelo esquemático en el que puedes basarte para desarrollar un tema. Explorer Netscape Monitor Exploradores Universidades Módem |