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Conclusiones:Teniendo como punto de partida los resultados obtenidos en esta evaluación inicial –anteriormente mencionamos algunos de los más reseñables–, el programa de intervención desarrollado posteriormente con y para esta población tiene como Objetivos:
FLUIDOS GENITALES FEMENINOS Y PLACERCabello, Francisco * A tenor del gran número de publicaciones existentes, no cabe duda que el estudio de la respuesta sexual masculina despierta mayor interés científico que la respuesta femenina. No es este el lugar más apropiado ni el momento más oportuno para analizar el por qué de esta situación, pero lo cierto es que hoy día se conoce desde la neurotransmisión intrapeneana hasta el funcionamiento ultraestructural de los cuerpos cavernosos, es decir, aspectos sumamente relevantes de la fisiología sexual masculina, por el contrario, no sucede igual con la respuesta femenina. Para intentar soslayar esta situación, desde 1996 comenzamos a investigar en este campo, comenzando por el polémico asunto de la “eyaculación femenina” así pudimos demostrar la presencia de antígeno prostático específico (PSA) en el fluido expulsado por algunas mujeres durante la respuesta sexual (Cabello-Santamaría, 1997), lo que nos condujo a afirmar que la denominada próstata femenina (glándulas uretrales, parauretrales y de Skeene) debía cumplir alguna misión relevante en la fisiología sexual femenina concluyendo que la mayoría de las mujeres (75%), expulsaban cierta cantidad de fluido durante la experiencia orgásmica, en cantidades que por ser escasas, no eran percibidas por gran parte de las mujeres de la muestra. En una segunda fase del estudio, debido a que la técnica empleada, un enzimoinmunoanálisis (AxSYM System®) para la detección de PSA, es poco fiable por debajo de 0’1 ng, replicamos el experimento utilizando radioinmunoanálisis con la técnica IRMA-Count®, que nos permitía una mayor precisión con cantidades de PSA menores, obteniendo que el 70’5% de las mujeres de la muestra incrementan los niveles de PSA en la orina postorgásmica, manteniéndose las diferencias significativas entre orina pre y postorgásmica (p = 0’007). Con estos datos podíamos seguir manteniendo las mismas conclusiones que en el primer trabajo. Los resultados obtenidos (PSA en el 100% de las muestras de eyaculado femenino y en el 75% de la orinas postorgásmicas), junto con la disposición anatómica de las glándulas parauretrales (colindantes a la pared anterior vaginal), nos hizo plantear la hipótesis de la existencia de una relación funcional entre el producto de la “próstata femenina” y la lubricación vaginal. De ser así, sería lógico pensar que la pared anterior desempeña un papel distinto a la pared posterior. Entramos así en la tercera fase de la experimentación, para comprobarlo, diseñamos un pene de metacrilato, hueco en su interior y con agujeros regularmente dispuestos y milimetrados a todo lo largo, que nos permitiese valorar si existe una distinta producción entre ambas paredes. Los resultados de la medición del incremento de peso en la pared vaginal anterior fueron de una media de 0’8724 gramos con una desviación típica de 0’6843. En la pared posterior la media fue de 0’1939, con una desviación típica de 0’4329. La correlación entre pared anterior y posterior dio un resultado de 0’042 con p (0’886), es decir, no significativa. Afirmamos por tanto, que el incremento de la pared anterior no necesariamente va seguido de un incremento en la pared posterior. Existen por tanto, diferencias significativas, p (0’004), entre la lubricación producida en la pared anterior de la vagina y la pared posterior. En una cuarta fase, replicamos el experimento con otro pene similar al del estudio anterior, pero cuyos agujeros estaban dispuestos de forma que no permitían recoger ninguna emisión uretral ni de las glándulas de Skene, y en este caso, a diferencia del trabajo precedente, el incremento de lubricación de la pared anterior correlacionaba positivamente con el incremento en la pared posterior (rxy 0’811, p<0.01), lo que ponía claramente de manifiesto que la uretra y glándulas de Skeene, ejercían alguna misión durante la respuesta genital. Relacionamos además, la intensidad de la lubricación con la curva de excitabilidad, ansiedad y satisfacción del autoinforme SAI-E, no hallándose relación significativa entre el nivel de lubricación y ninguna de las escalas del autoinforme. |