IV. AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
A. Situación Actual
Puerto Rico y sus islas, islotes y cayos adyacentes constituyen un territorio isleño y caribeño claramente delimitado. Nuestra extensión territorial, unida al hecho de encontrarnos rodeados de mar son de por sí factores claves para entender las limitaciones, proporciones y posibilidades de expansión de nuestros ecosistemas. Dentro de este marco físico-espacial, vivimos en una sociedad con unas características particulares, y en algunos aspectos, únicas, en el mundo:
Tenemos una densidad de población de cerca de 1,112 habitantes por milla cuadrada, tres cuartas partes de ellas en áreas urbanas.
El modelo de desarrollo económico entronizado en el país nos define como una sociedad de enorme niveles de consumo. Si lo evaluamos por las formas de transporte, poseemos tres automóviles por cada cinco personas. Si lo evaluamos por los residuos, los puertorriqueños generamos 3.91 libras de desperdicios diariamente, una de las tasas más altas del mundo.
Este modelo también nos ha dirigido a usar el suelo como si viviéramos en un continente. De esta forma, hemos ido cubriendo con cemento y asfalto una porción cada vez mayor de nuestro territorio, eliminando valiosos recursos naturales y contaminando nuestras fuentes de abastos de agua, mientras que a la vez imposibilitamos otras opciones de uso para nuestros suelos. Así por ejemplo, en sesenta y tres años hemos perdido casi un millón cincuenta mil cuerdas de terrenos agrícolas.
Ciertamente, esta descripción somera nos plantea que la salud de los recursos naturales y la calidad del ambiente en Puerto Rico se encuentran bajo asedio. Como muestra, sobre el 75% de nuestros arrecifes de coral se encuentran muertos o bajo amenaza de muerte. Hemos perdido también más de la mitad de los manglares y de los humedales que teníamos hace escasamente cien años.
Nuestro país enfrenta además nuevos retos y variantes del problema ambiental. Por un lado, la globalización de los problemas ambientales de continuar en forma desbocada amenaza la misma supervivencia de los seres humanos. Los inminentes cambios dramáticos en las condiciones físicas, químicas y biológicas del planeta impondrán retos a la humanidad sin precedentes históricos y se manifestarán con la potencia transformadora de los cataclismos geológicos que han moldeado la Tierra. Entre estos problemas se encuentran el cambio climático global y sus efectos: la inundación del litoral costero por el incremento en el nivel de los mares, huracanes más intensos y más frecuentes en nuestra región, sequías e inundaciones más frecuentes y severas, pérdida de la capa de ozono, pérdida de la biodiversidad, lluvia ácida y desertificación de grandes regiones.
Por lo tanto, para los independentistas puertorriqueños el tema del ambiente es uno de vida o muerte. Una nación independiente y soberana, saludable y con perspectivas de desarrollo tiene que tener, como parte de sus cimientos:
aire y agua limpios; bases ambientales para una población saludable;
suelos disponibles y saludables en donde producir alimentos;
bosques, que permitan la vida y reproducción de nuestras especies; que nos permitan diversificar nuestra fuentes económicas, así como también proveer espacios naturales necesarios para nuestro disfrute y esparcimiento;
mares limpios, que permitan la multiplicación de los peces de los cuales nos alimentamos y la salud de los corales, fuentes directas e indirectas de nuestro bienestar presente y futuro;
diversidad biológica, pues habitamos esta Tierra con innumerables especies sin las cuales no podríamos vivir.
Los independentistas puertorriqueños también somos los llamados a demostrar que debemos y podemos convivir en armonía con los elementos naturales. Somos los llamados a proponer un proyecto de futuro basándonos en nuestros propios esfuerzos y recursos, puesto que frente al colonialismo y los partidos coloniales, somos los únicos cuyo proyecto político:
-requiere la participación política real de todos los sectores, para construir una sociedad sólida, con perspectiva de futuro;
-requiere la justicia social, por tanto tiempo ausente y cuya ausencia ha marginado tanto talento, capacidades y esfuerzos;
-y requiere la sostenibilidad ecológica, para que nuestra existencia y nuestro legado no sea meramente uno de sobrevivir a pesar de las circunstancias, sino vivir con plenitud y con la posibilidad de desarrollarnos como seres humanos completos en un ambiente saludable y con un paraíso tropical como el nuestro como hogar de formación.
A la luz de lo anterior, el PIP propone el siguiente programa que incluye análisis de los diversos problemas ambientales y medidas específicas por áreas. B. Política Pública
Enfrentar los problemas ambientales de Puerto Rico exige, en primer lugar, el llevar a cabo un análisis abarcador de la legislación vigente para conservar los recursos naturales y preservar o restaurar la calidad del medio ambiente. Existe una gran diversidad de estatutos aprobados durante los últimos veinticinco (25) años que han respondido a visiones, circunstancias, situaciones, problemas, enfoques y prioridades cambiantes a través del tiempo. No obstante, las leyes y los reglamentos vigentes se han estructurado de forma fragmentada, de manera que no necesariamente responden coherentemente al funcionamiento sistémico de la Naturaleza y sus ecosistemas.
En este contexto el PIP propone desarrollar el marco legal/institucional para la protección del ambiente en los siguientes términos generales:
Integrar y armonizar toda la legislación ambiental mediante la elaboración y aprobación de un Código Ambiental de Puerto Rico que organice sistemáticamente todo el marco legal referente a la protección del ambiente y los recursos naturales;
aprobar nueva legislación y reestructurar las agencias de la Rama Ejecutiva para asegurar la protección de los recursos naturales y la conservación, restauración y protección del medio ambiente;
proponer enmiendas a legislación vigente para asegurar compatibilidad y uniformidad de propósitos, de procedimientos, de implantación y de requisitos sustantivos para la protección del ambiente;
clasificar la reglamentación ambiental en categorías uniformes que permita su evaluación sistemática.
C. Infraestructura Verde
El crecimiento urbano desenfrenado y poco planificado en Puerto Rico ha traído un serio problema de deforestación. Los árboles filtran el aire y lo enriquecen de oxígeno, mientras contribuyen al control de las altas temperaturas en la superficie de la Tierra. Sin los árboles, las aguas de escorrentía y la erosión de la tierra aumentan. Además de los elementos de valor material (madera, frutos, protección del suelo, regulación de escorrentía) que nos proveen, los bosques también constituyen hábitats críticos para muchas de nuestras especies de flora y fauna, así como áreas de esparcimiento y relajación para nuestra población. Por estas razones, los bosques, con todos sus componentes, constituyen parte de nuestra infraestructura verde, natural, que compara favorablemente en importancia para los seres humanos con la infraestructura construida, o gris. No obstante, cada vez perdemos más infraestructura verde o degradamos la calidad de esta infraestructura ante el avance indiscriminado del cemento y el asfalto. Para las recientes administraciones gubernamentales, este problema tradicionalmente se resuelve con un programa que consiste en sembrar miles de plántulas y árboles pequeños y juveniles, y con esta acción nos pretenden vender la idea de que están reforestando y manteniendo verde todo Puerto Rico. Sin embargo, estas siembra de plántulas y árboles, por muy bien intencionadas que sean, de forma alguna reemplazan la desaparición de tantos árboles maduros, en el máximo de su productividad biológica, que son removidos para dar paso tanto a proyectos de construcción públicos como privados. Nos comprometemos a someter y apoyar legislación y a trabajar en las comunidades donde vivimos para lograr metas encaminadas a:
Promover el concepto de nuestros bosques y zonas verdes como parte de nuestra infraestructura verde, para que se le asigne el valor económico que le corresponde y de esta forma detener la tala indiscriminada de árboles y bosques maduros en propiedad pública y privada.
Crear, proteger y mantener las áreas verdes en terrenos y propiedades del gobierno.
Establecer las acciones legales, educativas y técnicas, así como los incentivos económicos necesarios para que se encamine planificadamente la reforestación de las ciudades y las comunidades circundantes.
Implantar un plan masivo de reforestación en las áreas rurales, con el objetivo adicional de promover la industria maderera.
Crear redes de parques y santuarios que logren no sólo fines ecológicos, sino que sirvan además para la recreación pasiva y el esparcimiento de la ciudadanía.
Promover e incentivar la naturación de techos, o siembra controlada en las azoteas, comenzando por estructuras públicas. Esta práctica ayuda a la conservación de energía, provee oxígeno y ayuda a reverdecer la ciudad.
Proponemos, dentro del concepto de proteger, desarrollar y mejorar nuestra Infraestructura Verde, la creación del
Gran Parque Metropolitano de Tierra y Mar
Nuestra área metropolitana, zona de una alta densidad de población, carece de grandes parques y áreas verdes que amortigüen el impacto de la cada vez más apabullante urbanización y el estresante estilo de vida que llevamos la mayoría de los puertorriqueños. Los parques existentes son o han sido reducidos a pequeñas plazas. Y aunque el área metropolitana posee interesantes recursos ecológicos, no existe un sistema de áreas verdes que los vincule.
Como resultado de la política de cierre de bases del Departamento de la Defensa y de la cada vez menor importancia militar de Puerto Rico en los esquemas geopolíticos norteamericanos existe una alta probabilidad de que la instalación militar conocida como Fuerte Buchanan sea cerrada entre el 2005 y el 2007.
Esta instalación, que abarca 476 cuerdas ubicadas principalmente en los municipios de Guaynabo y Bayamón, contiene toda una serie de estructuras propias de una base militar: viviendas, escuela, lugares de entretenimiento, almacenes, tiendas y carreteras, entre otras. Dentro de la instalación se ubica también, una porción importante de áreas verdes no desarrolladas -incluyendo los últimos mogotes no intervenidos que quedan en el área metropolitana- y un campo de golf, entre varias áreas de juegos y deportes.
Las más de 250 cuerdas de áreas verdes, bosques y mogotes contenidos dentro del Fuerte Buchanan lo convierten en un singular recurso de altísimo valor para la conservación y la recreación. Dentro del área metropolitana no existe ningún otro lugar entre los municipios de San Juan, Cataño, Guaynabo y Bayamón que tenga estas características.
Por ello, proponemos que los terrenos no desarrollados del Fuerte Buchanan se conviertan, una vez nos aseguremos de que no están contaminados y sean devueltos al pueblo de Puerto Rico, en el eje y parte fundamental de lo que será el Gran Parque Metropolitano.
Proponemos la creación de un Gran Parque para asegurar el desarrollo y utilización sostenible de buena parte de la infraestructura verde del área metropolitana. Este parque, muy accesible a los residentes de San Juan, Cataño, Bayamón, Toa Baja, Carolina, Guaynabo, Trujillo Alto, Caguas y Loíza, o sea, el 25% de la población del país, proveerá a los puertorriqueños y puertorriqueñas una oportunidad de disfrutar, aprender, ejercitarse o simplemente contemplar ecosistemas tan diversos como los mogotes, sumideros y formaciones calizas; playas arenosas; costas con dunas; costas de arenisca y otros tipos de roca; manglares, islotes; lagunas; estuarios; lodazales y humedales herbáceos.
En este Gran Parque todos los puertorriqueños y puertorriqueñas y visitantes podrán ejercitarse caminando, trotando, remando, corriendo bicicleta y nadando en distintas partes del sistema que abarca el Gran Parque.
También este Gran Parque servirá como valioso recurso donde los estudiantes de todos los niveles podrán entender las relaciones que se establecen entre los elementos naturales, como los peces y el manglar; u observar y estudiar el nacimiento y salida al mar de la cría de dos especies de tortuga marina; o censar las poblaciones de decenas de especies de aves acuáticas nativas y migratorias. Podrán también aprender y colaborar en la propagación de nuestras especies de plantas nativas.
Finalmente, podremos tener, de forma autosostenible, un gran pulmón verde permanente en las zonas de la isla en donde más áreas verdes se han eliminado.
En qué consiste el Parque:
Fase terrestre A:
Unir la propuesta Reserva Natural Ciénaga Las Cucharillas con el Paseo Lineal del Río Bayamón. Éste, con los terrenos no desarrollados de Buchanan hacia el sudeste. (Hasta aquí todos estos terrenos son contiguos).
Desde Buchanan, cruzar con dos puentes peatonales las Carreteras PR 165 y PR 22 hasta los mogotes conocidos como Montes de Caneja, y de aquí a los humedales del Río Puerto Nuevo (Canal Margarita) al noroeste de Plaza Las Américas.
De aquí en adelante, todo es un corredor contiguo que atravesará los terrenos del antiguo vertedero de San Juan; el Parque Central y los terrenos resultantes de la restauración del Caño Martín Peña hasta la Laguna San José (sur de la Península de Cantera).
De ahí, se continuará por un paseo tablado hacia el sudeste bordeando la Laguna; hasta el comienzo del Canal Suárez.
Fase terrestre B:
Paralelamente a las conexiones y pasos que se desarrollarán en la Fase terrestre A, se comenzará la construcción de un paseo tablado/vereda por las márgenes del cauce del Canal Suárez (2.4 millas/3.86 kilómetros), llegando hasta la Laguna Torrecilla.
En Torrecilla, el paseo continúa por el margen sur-sudeste de la Laguna, al norte de Vistamar Marina hasta el Canal Blasina, cruzando éste con un puente peatonal/ciclista, para entonces atravesar parte del bosque de manglar de Piñones (luego de llevar a cabo las investigaciones necesarias para encontrar una ruta con el menor impacto ambiental posible).
Este paseo tablado de cerca de 1 milla/1.6 kilómetros llegaría hasta el área donde el Departamento de Recursos Naturales tiene las instalaciones recreativas del Bosque de Piñones. Ahí enlaza con el paseo tablado existente a pie o en bicicleta por el Paseo Tablado hasta Punta Vacía Talega para el disfrute de las siete millas de playas del área, y de las 10,000 cuerdas de bosque y humedales que proponemos se protejan en esta área.
Fase marítima (concurrente con la anterior):
Habilitar los terrenos al este de la Laguna del Condado para desembarcadero de kayaks y canoas; para salir de allí por el Canal San Antonio hasta la Bahía de San Juan y entrar por el Caño Martín Peña hasta la Laguna San José.
De ahí continuar hasta la Laguna Torrecilla; y de ésta hasta la Laguna Piñones por vía del Canal Blasina y el Canal Piñones, terminando esta fase en las instalaciones del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales del Bosque de Piñones. Este recorrido representa unas 12 a 13 millas (19.2-20.8 kilómetros) lineales, sin considerar el área superficial de las Lagunas San José, Torrecilla y Piñones.
Áreas que cubre el parque y atributos de las mismas:
Reserva de la Ciénaga Las Cucharillas (propuesta): 1,236 acres/1,260 cuerdas, localizada en su mayor parte en Cataño. Incluye las márgenes del Río Bayamón desde su desembocadura en el mar hasta la Carretera #22. Hogar o lugar de migración de la mayor cantidad de aves acuáticas en el Área Metropolitana.
Paseo Lineal, Río de Bayamón. Nueve kilómetros lineales de vereda paralela al cauce este del Río Bayamón (Guaynabo), desde la Carretera #177 hasta la #22. Utilizado por caminantes y bicicletas.
Terrenos en estado natural, Fuerte Buchanan. Aproximadamente unas 250 cuerdas del total de 476 que se encuentran en la base. Últimos mogotes en estado silvestre del Área Metropolitana.
Humedales del Río Piedras/Quebrada Margarita. Finca Rupert Armstrong. Aproximadamente 80 cuerdas de ciénagas y humedales al margen de la Carr. #22 al noroeste de Puerto Nuevo. Gran cantidad de aves acuáticas.
Terrenos del antiguo vertedero de San Juan: Aproximadamente 170 cuerdas en tres montes; lugar de encuentro del Gran Parque con el sistema de áreas verdes de San Juan (Parque Muñoz Marín-Jardín Botánico-Bosque del Nuevo Milenio, conectados por el Río Piedras). El área del vertedero, por haber sido una intervenida intensamente, se presta para actividades de recreación activa, como los deportes “extremos” (patinetas, patines, bicicletas BMX; además de una adecuada pista para bicicletas de todo terreno (mountain bikes).
Parque Central/Comienzo del Paseo Lineal del Caño Martín Peña. Instalaciones deportivas/recreativas usadas intensamente; paseo lineal ya construido por encima de una porción del Caño (hasta las instalaciones del antiguo Acua Expreso); idóneo para la observación e interpretación de la relación del mar y los manglares y de la vida acuática asociada a este ecosistema.
Manglares del Caño Martín Peña/Río Puerto Nuevo. Cerca de 120 cuerdas que se encuentran a ambos lados del Paseo Lineal (#6); gran cantidad de aves acuáticas; manglares.
Desarrollar, en la porción oeste de la Laguna del Condado, un área para salida de kayaks y canoas; este lugar puede albergar también a la Federación de kayaks y canoas, que podrían proveer capacitación sobre la navegación a remo.
Caño Martín Peña. Una vez restaurado, tendrá una longitud total de unos seis kilómetros (3.75 millas) hasta su nacimiento en la Laguna San José. La restauración contempla el ensanchamiento del cauce y paseos lineales a ambos lados del Caño.
Continuar, por un paseo tablado por construirse (aproximadamente 2.5 millas) a lo largo del manglar de borde que existe desde el nacimiento del Caño Martín Peña hacia el sudeste hasta la desembocadura de la Quebrada San Antón, pasando por el ya construido parque lineal del sur de la Laguna San José. Aquí proponemos que se establezcan instalaciones de alquiler de kayaks y canoas, y rampas para que aquéllos que tengan este tipo de embarcaciones puedan lanzarlas.
Lagunas San José y Corozo (1,129 acres/1,152 cuerdas). Laguna más grande de toda la zona.
Canal Suárez hasta la Laguna Torrecilla-2.4 millas/3.86 kilómetros.
Laguna Torrecilla (627 cuerdas/608 acres), incluyendo los dos islotes de manglar, o matas, en el medio: Punta Larga y Punta Mosquito.
Canal Piñones (aproximadamente 1 milla/1.61 kilómetros) hasta la Laguna Piñones (250 cuerdas/243 acres). Canal bordeado de manglares a ambos lados; ideal para la observación de cangrejos, aves y otras especies de fauna.
Paseo Tablado de bicicletas de Vacía Talega-Piñones. Más de cuatro kilómetros de paseo tablado, por playas y mangle, ya existente.
Playas arenosas con una extensión de 7 millas/11.2 kilómetros. En algunas de ellas ocurre el desove de por lo menos dos especies de tortugas marinas (carey y tinglar).
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