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Siglo XX: La historia va asentándose como una ciencia social, una disciplina científica implicada en la sociedad. A principios del siglo XX, la historia había adquirido una dimensión científica incontestable.La historia, entre el positivismo y el ensayismo: Instalada en el mundo de la esnseñanza, erudita, la disciplina se influencia por una versión empobrecida del positivismo de Auguste Comte. Pretendiendo objetividad, la historia limita su objeto: el hecho o acontecimiento aislado, en el centro del trabajo del historiador, se considera como la única referencia que responde correctamente al imperativo de objetividad. Tampoco se ocupa de establecer relaciones de causalidad, sustituyendo por retórica el discurso que se pretendía científico.Simultáneamente y en contraste, se desarrollan disciplinas anejas que tienden a la generalización, como historia cultural o la historia de las ideas, con Johan Huizinga (El otoño de la Edad Media) o Paul Hazard (La crisis de la conciencia europea) entre sus iniciadores. Ensayistas como Oswald Spengler (La decadencia de Occidente) y Arnold J. Toynbee (Un estudio de la Historia) en famosa controversia, publican profundas reflexiones sobre el concepto mismo de civilización que junto con la Rebelión de las Masas o España invertebrada de José Ortega y Gasset se divulgaron extraordinariamente, al ser el reflejo del pesimismo intelectual de entreguerras. Más cercano al método del historiador, y no menos profundo, es el trabajo de sus contemporáneos el belga Henri Pirenne (Mahoma y Carlomagno), o el australiano Vere Gordon Childe (padre del concepto Revolución Neolítica). No obstante, la principal transformación de la historia de los acontecimientos viene de aportes exteriores: Por un lado el materialismo histórico de inspiración marxista, que introduce la economía en las preocupaciones del historiador. Por otro lado, la perturbación causada en la historiografía por los desarrollos políticos, técnicos, económicos o sociales que conoce el mundo, sin olvidar los conflictos mundiales. Nuevas ciencias auxiliares aparecen o se desarrollan considerablemente: arqueología, demografía, sociología y antropología, bajo la influencia del estructuralismo. |