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7. PERSPECTIVAS DEL ENTORNO LABORAL. Las perspectivas del entorno laboral no se presentan muy favorables ni a mejorar la creación de empleo, ni a mejorar la situación de este mercado. Las presiones de los empresarios para abaratar el despido, tendiendo hacia el despido libre, para presionar por una mayor moderación salarial, para conseguir una mayor flexibilidad en los horarios, mayor movilidad funcional y geográfica o dentro de la estructura salarial, para reducir las prestaciones a la Seguridad Social, etc... chocan con el cada vez menor poder de presión de los sindicatos, reducido en parte por la reforma laboral y en parte por la cada vez mayor coacción ante el miedo al despido que sufren los trabajadores. Mientras los sindicatos y otros agentes sociales debaten sobre la reordenación y reducción del tiempo de trabajo para disminuir los altos niveles de paro de la población activa, intentan acordar mecanismos para restablecer la estabilidad laboral y vertebrar las relaciones laborales, la política aplicada por el gobierno y apoyada por los sindicatos se encamina por un derrotero totalmente diferente. La patronal y el gobierno apuestan por una mayor flexibilidad de horarios, por una mayor facilidad y a un menor coste de los despidos, por un retraso en la edad de jubilación, flexible y con incentivos y por una mayor liberalización en general del mercado de trabajo que seoún ellos conducirá a un "mercado laboral más rápido en adaptarse a las circunstancias, en consecuencia, y más capaz de generar empleo ". Estas afirmaciones chocan con una práctica de estas políticas que no consiguen quebrar las altas tasas de paro ni evitar la segmentación del empleo entre permanente y temporal. En contra de las pretendidas ventajas de la flexibilidad de horarios, según la Encuesta de Coyuntura Laboral elaborada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social las horas extraordinarias han aumentado en 1995 en más de 4,069 millones, lo que supone un alza relativa de un 7,59%. Si se tiene en cuenta que la jornada media anual de un trabajador en España fue de 1.698 horas, resulta que las 57,67 millones de horas extraordinarias totales en 1995 absorbieron el empleo de unos 33.966 trabajadores, es decir, el 0,4% del empleo asalariado que existe en España. Igualmente es necesario explicitar las muchas posibilidades administrativas que van apareciendo en España de cara a institucionalizar la informalidad en el mercado laboral. En concreto son las que se derivan de la multitud de formas contractuales en situaciones de precariedad. Los contratos más extendidos son los ligados a una obra o a un servicio determinado; hecha dicha obra y/o servicio la relación contractual se extingue (más de 1/3 del total de los contratos realizados en España son en la actualidad de este tipo). Igualmente cabe mencionar los contratos a tiempo parcial y los eventuales (ambos alcanzan a más del 40% del total de contratos realizados en los últimos años). Las nuevas leyes laborales españolas permiten hasta un total de 15 formas diferentes de contratación: contratos laborales que en los momentos actuales (1.995) posibilitan contratar por días. Con la utilización de estos contratos se viene a institucionalizar parte de la economía informal de carácter laboral que había estado creándose a lo largo de los años 70. La informalidad, con ayuda de la institucionalización, se convierte en una estrategia de sobrevivencia; las empresas ahora, con mayores posibilidades técnicas, se ocultan total y/o parcialmente con objeto de aminorar costes y rigideces. Las empresas no nacen con una perspectiva de legalizarse, sino que pasan de la legalidad a la ilegalidad. Hoy no se concibe iniciar una actividad o proceder a la búsqueda de un empleo sin que se tenga bien presente que las condiciones que se van a ofrecer están en parte ocultas o fuera de la legislación laboral, fiscal, urbanística, etc. En España, podemos decir que el mercado de trabajo está determinado por 3 características fundamentales: 1. El cambio sufrido en las últimas décadas, que ha sido condicionado por la evolución del propio mercado. Las consecuencias más evidentes son: · Reconversión industrial de sectores claves para el empleo. · Movilidad geográfica, profesional y ocupacional. · Perfil del nuevo trabajador: más polivalente y al mismo tiempo lo más profesional posible. - Competitividad de las empresas, que implica mayor calidad y al mismo tiempo mejora del proceso productivo. 2. La crisis económica. Las consecuencias de la crisis en nuestro país se manifiestan: - Flexibilización en los contratos de trabajo y precariedad en el empleo. - Exigencia de mayor nivel de preparación formativa y cualificación profesional. · Aumento del paro y la inflación. - Congelación salarial o subida muy escasa de salarios. - Pérdida del poder adquisitivo. 3. La incorporación de España a la Unión Europea: - Libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales, Europa demanda alto nivel de competitividad, que conlleva una profunda transformación y adaptación de nuestro mercado laboral. - En un primer momento las ventajas parecen menores que los inconvenientes, entre otras razones, porque el mercado de trabajo sufre fuertes desajustes de paro. |