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TEMA 8. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN ESPAÑA EN EL SIGLO XX Para entender la evolución de la población en España a lo largo de siglo XX hemos de prestar atención a diversos parámetros, tales como la distribución, el movimiento natural, el crecimiento real y la estructura de la población española durante ese siglo. 1. LA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN. Los aproximadamente 46 millones de habitantes de España se distribuyen de forma irregular por el territorio. Precisamente la densidad de población es el concepto que relaciona la población de una zona con su superficie en kilómetros cuadrados. ![]() La densidad de población española se sitúa actualmente en torno a los 91,4 ![]() Estos desequilibrios proceden de la Edad Moderna, se consolidaron en el S. XIX y se agudizaron en el S. XX, especialmente desde la década de 1960, cuando las regiones industriales españolas y las áreas turísticas (mediterráneas e insulares) experimentaron un gran desarrollo. No obstante, desde 1975 se redujeron algo esas diferencias por la crisis de las zonas industriales (hizo que emigrara menos gente a esas zonas). Las tendencias actuales consolidan a Madrid, País Vasco, la zona mediterránea y del valle del Ebro como las más densamente pobladas. 2. EL MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN. El movimiento natural de la población es el crecimiento o decrecimiento de la población de un lugar por causas naturales, es decir, el balance entre la natalidad (nº de nacimientos en una población en un año) y la mortalidad (nº de defunciones en una población en un año). El crecimiento natural o vegetativo es la diferencia entre la natalidad y la mortalidad. Existen diversas tasas para medir factores relacionados con el movimiento natural de la población (ver libro). 2.1. Los regímenes demográficos. Son las distintas etapas del movimiento natural de una población. En cada una de esas etapas la natalidad, mortalidad y crecimiento natural presentas unos rasgos característicos. Podemos distinguir los siguientes regímenes:
En este período la natalidad era elevada debido a varios motivos (una economía y sociedad rural donde los hijos son "bienes", inexistencia de métodos anticonceptivos…) La mortalidad era alta y en ocasiones catastrófica (mortalidad ocasionada por epidemias, guerras, malas cosechas…), debido a las malas condiciones sanitarias y al bajo nivel de vida general (ej.: mala dieta). La mortalidad infantil era también elevada Como consecuencia de las altas tasas de natalidad y de mortalidad el crecimiento natural era bajo.
Es el período de transición entre el régimen demográfico antiguo y el actual. La natalidad descendió de forma suave y discontinua. Así los años veinte fueron buenos para la natalidad, mientras que los años transcurridos entre 1930-1956 fueron malos. Entre 1956 y 1965 tuvo lugar una rápida recuperación de la natalidad, que fue definido como un baby boom. Ente 1965 y 1975 la natalidad se redujo algo (años de migraciones). La mortalidad general descendió notablemente y de forma constante, salvo en 1918 (epidemia gripe española) y durante la Guerra Civil. Las causas de esta mejora fueron los avances médicos y sanitarios (vacunas, antibióticos, sanidad pública, mejora de la higiene…) y el aumento del nivel de vida (mejora de la dieta desde 1960), entre otros. La mortalidad infantil también disminuyó, gracias a la mejor alimentación y a los progresos de la pediatría. Como consecuencia, el crecimiento natural de esta etapa fue alto, sobre todo entre 1920 y 1970.
Este régimen se caracteriza por el hundimiento de la natalidad (hoy día es muy baja 10 ‰, mientras que el índice de fecundidad es de 1,24 hijos por mujer –el reemplazo está en 2,1). Este descenso se debe a varias causas:
La mortalidad en este período se ha mantenido en niveles bajos (8,91 ‰), aunque con un ligero ascenso desde 1981, debido al envejecimiento de la población (es, por tanto, un envejecimiento aparente por el gran número de ancianos). Las causas de la mortalidad general han cambiado y destacan las tres C (enferm. Cardiovasculares, cáncer y accidentes de tráfico). La mortalidad infantil continúa baja . La mortalidad presenta diferencias. Así la esperanza de vida es más alta las mujeres que en los hombres (por cuestiones genéticas y culturales). Por otro lado, entre profesiones la mortalidad es mayor cuanto menor es la cualificación y nivel social. Por todo ello el crecimiento natural actual es muy pequeño (1,12 ‰) ![]() 2.2. Desequilibrios territoriales en el movimiento natural. Aunque actualmente las tasas de natalidad, mortalidad y crecimiento natural son bajas en todas las CC.AA. existen contrastes debidos a la diferente estructura por edades (grado de juventud o envejecimiento de la población). Esta estructura diferente se debe a factores diversos como el distinto comportamiento tradicional de la natalidad o a las diferencias de desarrollo económico (entre 1950 y 1975, con las industrialización perdieron población debido a la emigración en favor de las periféricas y Madrid. Esto hizo que estas últimas rejuvenecieran – más población joven y más nacimientos- mientras que las de interior envejecieran). Por todo ello nos encontramos con los desequilibrios actuales en el movimiento natural de la población:
3. EL CRECIMIENTO REAL DE LA POBLACIÓN. El crecimiento real de la población se obtiene sumando el crecimiento natural y el saldo migratorio. CR= CN (Nacimientos-Defunciones)+ SM (Inmigrantes-Emigrantes). Desde principios del S.XX hasta hoy la población española se ha doblado, pero hemos de distinguir tres etapas:
4. LA ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. La estructura de la población refleja las características de su composición por sexo y edad y por actividad económica. 4.1. Estructura por sexo y edad. La estructura por sexo es la relación entre el nº de hombres y mujeres en una población. Se expresa a través de las tasas de masculinidad y feminidad (ver libro). Siempre nacen más varones que mujeres (105 por cada 100). En cuanto a la estructura por edad el indicador más utilizado par medirla es el índice de envejecimiento o porcentaje de personas de 65 años y más en una población. Cuando supera el 12% se considera que la población está envejecida. (ver fórmula en libro pág. 310). España tiene una estructura por edades envejecida. Los jóvenes (0-14 años) han reducido su número desde comienzos del S. XX. (Actualmente en torno al 15%). Los adultos (15-64 años) han crecido (67%). Los ancianos (65 y más) han aumentado (18%). 4.2. Estructura económica de la población. Incluye el estudio de la población activa y de los sectores económicos donde se distribuye esa población activa. 4.2.1. La población activa. Es el conjunto de personas de 16 años en adelante, que suponen la mano de obra para la producción de bienes y servicios o que están dispuestos y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción. Comprende, por tanto, a la población que trabaja (población activa ocupada), como a la que está buscando trabajo (población desocupada). La población inactiva es la que no tiene trabajo remunerado (pensionistas, rentistas, estudiantes, am@s de casa...) Existen varios índices para medir la actividad de una población:
4.2.2. Los sectores económicos. La población activa se ha repartido de forma distinta a lo largo del siglo XX. Su evolución ha seguido una serie de etapas:
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