Geográficas dialectos (andaluz, murciano, extremeño, canario…) y hablas locales (de Sevilla, del valle del Tietar, de Mieres…)




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1.- Sociolectos de grupos específicos: jerga y argot Ciertos grupos sociales, definidos por algún tipo de relación específica (edad, profesión, costumbres...), pueden desarrollar una variedad de lengua especial: es lo que se denomina jerga. Las jergas se caracterizan por mantener la base gramatical de la lengua y variar sólo el léxico: buena parte de los vocablos que los hablantes de la jerga usan con más frecuencia son exclusivos de ella.

Este léxico diferente del común se forma dependiendo de variedad de finalidades:

  • en unas variedades por las necesidades designativas propias de una determinada actividad (por ejemplo, la jerga utilizada por pescadores, la de los agricultores, o la de los médicos): son variedades propias de una profesión cuya principal característica es el uso de términos específicos o tecnicismos que resultan necesarios para denominar referentes exclusivos de su trabajo.

  • Otras jergas, en cambio, tienen como finalidad afirmar la cohesión interna del grupo y diferenciarlo de otros. Entre ellas, las más importantes y conocidas son las jergas juveniles y las empleadas por determinados grupos marginales.

  • En ocasiones, el habla grupal pretende, no ya distinguir a sus miembros, sino ocultar el mensaje a quienes no forman parte del grupo: en tal caso, recibe el nombre de argot. Son ejemplos de argot el talegario (hablado en la cárcel), el cheli, el drogota y el caló (el más antiguo y representativo, específico de los gitanos). Algunos de estos argots suelen evolucionar con gran rapidez: los vocablos que acaban siendo muy conocidos deben ser sustituidos para mantener su función de ocultación y, por otro lado, el contacto entre sus miembros en los mismos ambientes propicia el trasvase de términos de unas jergas a otras, formándose así una especie de fondo común de léxico jergal característico del habla de los ambientes marginales.

2.- Variedades motivadas por el entorno: lengua rural y lengua urbana. Las diferencias entre los entornos sociales del campo y la ciudad llevaron hace décadas al estudio de las distintas variantes lingüísticas que los caracterizaban. No obstante, estas diferencias son percibidas actualmente como menos importantes, ya que los cambios que ha experimentado nuestra sociedad han roto con el aislamiento cultural que en otros tiempos sufrían las zonas rurales: la presión uniformadora de los medios de comunicación hace que las diferencias lingüísticas tiendan a borrarse; y así, el rasgo más destacado de la lengua rural, la pervivencia de un léxico específico muy ligado a las labores agrícolas, no es distinto del que se observa en otras ocupaciones  como carpinteros o albañiles, por ejemplo  y se explica por las necesidades designativas propias de esa actividad.

La ciudad interesa ahora a los sociolingüistas por otras razones: el desarrollo urbano y la inmigración han dado lugar a la convivencia de grupos humanos diversos en su origen geográfico y social, lo que conduce al surgimiento de fenómenos lingüísticos peculiares (contacto entre lenguas y variedades diferentes, bilingüismo, diglosia…).

3.- Variedades motivadas por la edad. Suele afirmarse que la edad del hablante influye e capacidad de adaptación a los cambios lingüísticos: los jóvenes son más receptivos a las innovaciones, especialmente las léxicas; los hablantes de más edad presentan una mayor tendencia al conservadurismo. Resulta lógica esta diferencia si se piensa que el sistema lingüístico de los jóvenes está todavía en plena formación, mientras que en los adultos los usos están más consolidados, lo cual explica, por ejemplo, que en la población inmigrante los niños y los jóvenes alcancen antes la integración lingüística.

Otro rasgo que distingue el habla según los grupos de edad es la utilización de la lengua por los jóvenes como un símbolo de diferenciación generacional: como el vestido o terminadas aficiones, el modo de hablar se convierte en instrumento de distinción e independencia del mundo de los adultos; de ahí la creación de jergas juveniles.

5.- LA VARIACIÓNN FUNCIONAL O DIAFÁSICA

La variación funcional o diafásica es un tipo especial de variedad lingüística que no define el código o modelo de lengua del hablante, sino el uso que de código hace éste en un momento determinado dependiendo de quién sea el receptor, de la relación que establezca con él, del canal que emplee y, en general, del entorno en el que se encuentre.

Se denomina registro (o estilo de lengua) al conjunto de características lingüísticas que permiten al hablante adecuar el uso de la lengua a una determinada situación comunicativa. Son tres los factores fundamentales que definen el registro seleccionado por un hablante en e acto de comunicación:

a).- El medio o canal empleado. Permite distinguir entre dos variedades funcionales de la lengua muy definidas: el uso oral y el uso escrito.

b).- La atmósfera. El tipo de relación que se establece entre los interlocutores, según la situación, unas determinadas condiciones de comunicación que se denominan atmósfera. Se suele diferenciar, en general, entre situaciones de formalidad y de informalidad.

  • Las primeras se caracterizan por un alto grado de tensión comunicativa entre los interlocutores, que se obligan a cumplir una serie de requisitos y formalidades que afectan a la expresión lingüística: normas de cortesía, tratamiento (tú / usted), uso de determinadas fórmulas, cuidado riguroso de la lengua, etc.; dan lugar, así a lo que llamamos uso formal de la lengua.

  • En las segundas, el grado de tensión es menor y la atmósfera más relajada, por lo que todos estos requisitos no son adecuados, o se acepta que pueda prescindirse de ellos: se trata del uso informal.

En realidad, hay muy distintos grados de formalidad en el discurso, que vienen condicionados por circunstancias como las siguientes:

  • La jerarquía social de los interlocutores, que explica, por ejemplo, la selección del tratamiento (tú / usted) o el empleo de ciertas formas de cortesía (con su permiso; si. no es mucha molestia).

  • El grado de conocimiento mutuo o confianza entre los interlocutores, que justifica la distinción entre situaciones familiares y situaciones distanciadas.

  • El que el hablante tenga o no la posibilidad de planificar el texto, lo cual nos ayuda a diferenciar situaciones que favorecen la espontaneidad (una conversación amistosa, una carta familiar) de aquellas otras en las que se exige un discurso planificado pre, mente (una conferencia o un texto administrativo).

  • La actitud del hablante determina asimismo la mayor o menor formalidad del discurso: puede ir desde la naturalidad de una conversación cotidiana hasta la solemnidad de sermón religioso.

c).- El dominio (o ámbito) de la comunicación. En sociolingüística, se denomina dominio a una situación comunicativa especial ligada a alguna actividad social típica, por la que la intervención de los interlocutores aparece siempre regulada de alguna forma. Son dominios, por ejemplo, la escuela, la familia, la Administración, la ciencia, la prensa, la literatura ... ; a cada uno de ellos le corresponden variedades funcionales diferentes, denominadas usos específicos de la lengua: lenguaje científico técnico, lenguaje administrativo, lenguaje periodístico, lengua literaria, etc. Los estudiaremos el próximo curso.

Un ejemplo concreto de todo ello es el llamado registro o estilo coloquial, que, según lo visto, podemos definir como el conjunto de características lingüísticas que aparecen ligadas a situaciones comunicativas del ámbito de la comunicación cotidiana y definidas por la oralidad y por un cierto grado de informalidad.

2.- LA NORMA CULTA

1. Norma y "normas"

La palabra "norma" se puede relacionar tanto con el adjetivo “normal" como con "normativo". El concepto de norma lingüística está relacionado más con el de modelo que con el de ley. Dicha norma está constituida por el conjunto de usos que la comunidad de hablantes de un idioma ha seleccionando como más idóneos, de entre todos los posibles dentro del sistema lingüístico.

Ahora bien, en una misma lengua pueden coexistir diversas normas, dependiendo del reparto de su uso entre las diferentes comunidades sociales o geográficas. Pero, generalmente, una de ellas  resultado del consenso entre los hablantes más influyentes culturalmente  termina imponiéndose a las demás, convirtiéndose en el modelo de uso más correcto.

De este modo, se suele entender que hablan o escriben "bien" aquellas personas que ajustan su lenguaje a la norma más culta de las vigentes en una época dada, generalmente emanada del ejemplo de los buenos escritores y de las indicaciones de los gramáticos y académicos. Ese lenguaje “correcto” goza de consideración social y es un factor de prestigio en la persona que lo posee.

2. La norma culta. Su variabilidad

De ese modo, a pesar de la diversidad de modalidades diat6picas y diastráticas existentes en cualquier idioma, su unidad fundamental se mantiene gracias a una norma culta cuya existencia facilita la comprensión entre los hablantes  ya que todos ellos tratarán de ajustarse a un mismo modelo ideal  y frena la tendencia a la fragmentación, inevitable en todo territorio lingüístico extenso. La norma culta suele tener como base la lengua escrita, que impone su sello en la lengua oral   sobre todos en ámbitos cultos y urbanos , de la misma manera que el habla urbana suele ejercer un poder de imitación sobre las hablas provinciales y rurales. El lenguaje es un hecho humano y, como tal, sometido a la voluntad humana; tanto la del que propone un uso como la del que decide seguirlo.

Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, que la lengua es un "organismo vivo", en permanente evolución, y que ciertos usos que en un principio se consideran incorrectos acaban siendo normativos, si se generalizan y son sancionados por los estamentos cultos.

3. Criterios históricos normativos en el español

Así, a lo largo de la historia de nuestra lengua, no sólo han ido variando los modelos de corrección, sino los propios criterios normativos:

* En los primeros siglos del castellano, el criterio dominante fue el geográfico político. Puesto que la variante que se tomaba como modelo de buen decir era la de los cortesanos, la referencia del "español más correcto" variaba en función del emplazamiento de la Corte. Así, hubo una norma de Burgos, de Toledo, de Valladolid...

* A partir del siglo XVIII, a través de la Real Academia Española y su Diccionario de Autoridades, se impuso el criterio literario o "de autoridad", basado en el buen uso del idioma que hacen los escritores.

4. Papel de la Real Academia

En la actualidad, la R.A.E. mantiene el criterio de autoridad ya que, en general, se prefieren los usos respaldados por los escritores, al considerar la literatura como expresión máxima de la lengua. Sin embargo, su alcance es limitado, ya que afecta solamente a la lengua escrita y en nuestros días la atención de los lingüistas se dirige hacia la lengua oral mucho más que en otros tiempos. Por otro lado, la R.A.E. actual adopta una actitud más científica que en la época en que se fundó, y asume un papel menos preceptivo y más descriptivo de la realidad lingüística.

5. Papel de los medios de comunicaci6n

En tiempos en les que sólo las clases privilegiadas tenían acceso a la cultura y, consiguientemente, a la educación lingüística, el resto de la población tendía a imitar su comportamiento y sus modos de hablar. Hoy en día, esta función sociológica ya no es válida, puesto que en nuestra época, el nivel cultural no va necesariamente aparejado con la posición social y económica. El papel que en un principio desempeñaron los cortesanos, y más tarde los escritores, gramáticos y académicos, junto con las escuelas, actualmente les corresponde también hoy a los medios de comunicación  prensa, radio, TV , que constituyen, para una importante masa de población, el principal punto de referencia lingüística.

6. La norma del español actual y la unidad

Así pues, podemos definir la norma del español actual como la variedad mayoritaria empleada por los hablantes cultos de todo el dominio lingüístico hispano en una situación de comunicación formal. Esta variedad modélica es aceptada tácitamente por los demás hablantes, apoyada por la intervención directa de los organismos y personas competentes (Academias, lingüistas, escritores), codificada en las gramáticas y diccionarios, enseñada en las escuelas y practicada en los medios de difusión.

La conservación de la unidad del idioma español, a través de su norma culta, no es incompatible con la existencia de las variedades dialectales y sociolectales y el respeto hacia ellas.

En cuanto a la norma castellana y las variantes dialectales, la norma del español tiene como base el castellano; pero ni todos los rasgos modélicos del español de hoy han surgido en territorio castellano, ni todos los rasgos del habla de la Castilla actual son modélicos. Por otra parte, la extensión de nuestro idioma a los países de Sudamérica supuso la pérdida de la hegemonía numérica de los hablantes de la modalidad castellana.

En la actualidad, las variantes dialectales del español  aparte de la castellana normativa  se engloban en dos grandes bloques: el español de América y los dialectos meridionales (andaluz, murciano, extremeño, canario). Entre los dos agrupan una abrumadora mayoría de hispanohablantes.

Por este motivo, algunos lingüistas aceptan la existencia de dos normas generales, diferenciadas, dentro del español:

a) La "madrileña", es decir, la correspondiente a la zona centro norte, que es  "a que impone la ortografía y el lenguaje literario.

b) La "sevillana, denominación común de las normas meridional y americana, que presentan muchos rasgos coincidentes. Mucho más innovadora, es la que se impone en la fonética. Esta situación no es estable, ya que algunos de los caracteres del andaluz se van extendiendo hacia el norte de la Península.

TEMA 2

LAPLURALIDAD LINGÜÍSTICA DE ESPAÑA

1. LA LENGUA ESPAÑOLA

Al finalizar el siglo XX, el número de hablantes de castellano había sobrepasado la cifra de trescientos cincuenta millones. Ello hace que sea la cuarta lengua más hablada del mundo, tras el inglés, el chino y el hindi. Veintiún países diferentes la reconocen como lengua oficial, desde España hasta Argentina, desde México a Guinea Ecuatorial. Por otro lado, está presente como lengua oficial y de trabajo (es decir, lengua a la que se traducen todos los documentos e intervenciones) en los principales organismos internacionales: ONU, UNESCO, FAO, Unión Europea...

Los datos que sobre la situación de nuestra lengua ofrece el Instituto Cervantes sugieren que, además, es una lengua en expansión. En Estados Unidos hay 35 millones de hispanos (más de un 12% de la población), muchos de los cuales mantienen el castellano como lengua de uso familiar. En otros países que no pertenecen al ámbito hispano también está creciendo el conocimiento de nuestra lengua. En Brasil va camino de convertirse en la segunda lengua del país. En Europa, un 7% de los ciudadanos no españoles ha estudiado castellano como lengua extranjera. Según estos datos oficiales, nuestro idioma goza  en apariencia  de gran vitalidad y de cierto prestigio en la comunidad internacional. Con todo, hay otros hechos que no conviene olvidar. Ciertamente, el español es una lengua internacional (se habla en diferentes países, se emplea en muchos organismos internacionales), pero, en realidad, apenas es usada como lengua vehicular o linguafranca, es decir, como lengua que permite la intercomunicación entre hablantes de lenguas maternas diferentes. La linguafranca del mundo en la actualidad es el inglés. El español se extiende, es cierto, pero resulta obvio que está lejos de alcanzar el prestigio que el inglés tiene en el mundo actual.

Así pues, la proyección de la lengua castellana en el futuro no depende tanto del crecimiento de la población hispanohablante, como del incremento de la relevancia internacional de nuestra lengua y nuestra cultura. En esta tarea hay dos instituciones que son fundamentales: la Asociación de Academias de la Lengua Española, que vela por la unidad y riqueza del idioma, y el Instituto Cervantes, cuyo objetivo es la difusión de la lengua castellana y de la cultura hispánica en el mundo.

Caracterización lingüística.-

  • Diptongación de las vocales tónicas breves (bene > bien, porta > puerta).

  • Conservación de la /e/ final (lacte > leche).

  • La /f/ inicial se aspira primero y se pierde después en castellano (filiu > hijo).

  • El grupo /li/ seguido de vocal da /j/ (muliere > mujer).

  • Los grupos iniciales /Pl/, /Cl/ y /Fl/ palatalizan en /ll/ (plorare > llorar, clamare > llamar, flamma > llama)

  • El grupo / ult / da /uch/ (multu > mucho).

  • Pérdida de /g-/, /j-/ iniciales ante /e/, /i/ átonas (januariu > enero; germanu > hermano).

  • Transformación del grupo latino /sci-/ en /z/: (asciata > azada).

  • Conversión de /-ct-/ en /-ch-/: (octo > ocho; lacte > leche).

  • Reducción de los diptongos latinos au > o; ai > e; oe > e: (aurum > oro; baisu > beso; foedu > feo).

2.- LA LENGUA CATALANA

El catalán es una de las lenguas neolatinas, es decir, uno de los dialectos del latín que se convirtió en lengua. En la actualidad es lengua cooficial junto con el castellano en Cataluña, en el Principado de Andorra, en las Islas Baleares y en Valencia, donde recibe la denominación oficial de valenciano.

La lengua catalana posee un importantísimo legado literario de los períodos medieval y renacentista. Sus primeros textos escritos datan del siglo XII y entre ellos destaca el Forum ludicum. La literatura catalana comenzó a experimentar cierto declive en el barroco pero resurge con la llegada del romanticismo y la reivindicación de las lenguas vernáculas. En Cataluña el movimiento que impuso la conciencia regionalista y, por ello, la lingüística, se denomina Renaixença y fue promovido por una nueva burguesía industrial de carácter ilustrado. El principal problema con el que se encontraron los integrantes de este movimiento, fue la necesidad de adoptar criterios comunes para fijar y normativizar esta lengua vernácula. Para ello, contaron con figuras tan valiosas en el campo de la Filología como Pompeu Fabra.

El catalán posee alrededor de 7 millones de hablantes esparcidos geográficamente por diferentes zonas que no coinciden con demarcaciones de carácter político o administrativo:

Las provincias catalanas: Lérida, Gerona, Barcelona y Tarragona (excepto el Valle de Arán), el Principado de Andorra, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, la ciudad de Alger en Cerdeña, la zona oriental de Aragón, la comarca francesa del Rosellón.

En líneas generales pueden establecer dos grandes agrupaciones dialectales:

  1. Catalán oriental: incluye el catalán central, el balear, el rosellonés y el alguerés.

  2. Catalán occidental: incluye el leridano y el valenciano.

Caracterización lingüística.-

  • Tendencia a la pérdida de las vocales en posición final: dolç por dulce.

  • Palatización de /l/: lluna (luna)

  • Conservación de los grupos consonánticos latinos pl-, cl-, l-: clamar (llamar).

  • Ausencia de diptongación de las vocales breves tónicas latinas e, o: porta (puerta).

  • El grupo –mb- latino, se simplifica en m: columeta (palomita).

El catalán es la lengua peninsular que presenta menor complejidad en el proceso de normalización dentro del Estado español, ya que cuenta con un copioso legado escrito y con sólidas referencias de estudios lingüísticos, que constituyen una importante base para la nivelación lingüística. Junto a los elementos anteriormente citados, hay que señalar la Ley de Normalización Lingüística, que constituye el marco de referencia legal sobre el que se asienta este proceso.

En el momento actual se observa un importante despliegue editorial que intenta favorecer el incremento de la lectura como uno de los mecanismos más eficaces para la fijación lingüística; de igual modo, y de forma paulatina, los medios de comunicación social han incorporado el catalán como lengua de comunicación. La política de inmersión lingüística y la legislación favorecen la aceleración de este proceso.

3.- LA LENGUA GALLEGA:

La lengua gallega –al igual que la catalana- es una lengua románica, es decir, un dialecto histórico del latín. Posee un fuerte carácter arcaizante y presenta mayores semejanzas con el catalán que con el castellano. El Estatuto de Autonomía de Galicia, en su artículo 5º, señala que el gallego es lengua cooficial, junto con el castellano en esta Comunidad Autónoma.

Hasta la llegada, en el siglo XIX, de los diferentes movimientos románticos – que reivindican, entre otras cuestiones, el uso de la lengua vernácula- el gallego estuvo relegado del empleo literario. El Rexurdimento supuso un retorno a la utilización del gallego como vehículo apto para el cultivo literario. Entre los autores más importantes de este movimiento destacan: Rosalía de Castro, Eduardo Condal y Manuel Curros Enríquez. Este movimiento es paralelo al experimentado en Cataluña pero presenta menor incidencia entre las diferentes capas sociales.

El gallego es una lengua empleada por 2 millones de hablantes, que se encuentran tradicionalmente inmersos en zonas rurales. En la actualidad, dicha situación ha variado y se ha extendido su uso hacia zonas urbanas.

Los hablantes de gallego se distribuyen geográficamente de la siguiente forma: las cuatro provincias gallegas: La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, la franja occidental de Asturias, hasta el río Narcea, la comarca leonesa del Bierzo y la comarca zamorana de Sanabria.

Caracterización Lingüística.-

  • Las vocales breves tónicas latinas o, e no diptongan: terra.

  • Los artículos determinados presentan las siguientes formas: o para masculino, y a para femenino: o ferreiro ( el herrero), A Coruña (La Coruña)

  • Conservación de la f latina: fillo (hijo).

  • Los grupos iniciales latinos cl-, pl-, y fl- palatalizan en ch: chovendo (lloviendo).

  • Los diptongos ai y au se convierten en ei y ou, respectivamente. Cousa (cosa).

En Galicia ha existido una importante situación de diglosia, puesto que las clases medias urbanas y la alta burguesía han utilizado el castellano como principal lengua de comunicación durante muchísimo tiempo. El castellano, por tanto, suponía la lengua de prestigio, cuyo uso connotaba un status social superior.

La estructuración de la sociedad gallega, que presenta a lo largo de su historia una fuerte tendencia tradicional y ruralizante, ha dificultado el desarrollo de la lengua gallega en el medio urbano. El gallego, como lengua materna, ha quedado relegado durante largos períodos a una utilización cotidiana, alejada de los usos formalizados. En la actualidad presenta un importante avance en el mundo de la enseñanza y de los medios de comunicación de masas.

La Academia y el Instituto da Lengua Galega son los organismos oficiales encargados de velar por la normalización de esta lengua. Entre los problemas más importantes que deben afrentarse se encuentran los siguientes:

  • La normalización del uso escrito, ya que predomina la utilización de la lengua oral.

  • Relacionada con el problema anterior, existe una importante polémica en tomo a la normalización ortográfica, en la que los defensores de seguir el modelo portugués se enfrentan con los partidarios de establecer un modelo en la tradición literaria existente.

  • La necesidad de generar tecnicismos.

  • Conseguir un mayor desarrollo del mundo editorial.

4.- LA LENGUA VASCA O EUSKERA

El euskera es lengua cooficial con el castellano en la Comunidad Autónoma Vasca. Esta lengua recibe diferentes denominaciones: euskera (término aceptado en la edición de 1994 del Diccionario de la Real Academia Española), euskara, palabra con la que se denomina en el propio idioma; vascuence o vasco.

El euskera, lengua de origen antiquísimo, es el único resto de lengua preindoeuropea que se documenta en nuestro continente. Constituye, por tanto, un auténtico tesoro lingüístico. Algunos estudiosos de esta lengua, postulan una antigüedad de 3.000 a 5.000 años.

El cultivo de la literatura escrita es tardío, y se encuentra ligado al nacimiento de la imprenta. Las publicaciones de carácter periódico comienzan en el siglo XIX con los almanaques. En numerosas ocasiones, se ha señalado que el euskera es una lengua de carácter rural, puesto que su actualidad, la situación ha variado, dado que la utilización del euskera se va extendiendo entre la población urbana.

La antigua extensión de esta lengua, era muy superior a la actual. En la actualidad, el euskera, con un número aproximado de 700.000 hablantes presenta la siguiente distribución geográfica: las tres provincias vascas. Guipúzcoa, Vizcaya y Álava (Araba), norte de Navarra (Nafarroa), las provincias francesas de Soule, Labourde y Baja Navarra.

Principales rasgos lingüísticos.-

  • Presenta declinación casual.

  • Al igual que el castellano, presenta tres demostrativos.

  • No posee distinción en cuanto al género gramatical.

  • Como formas elocutivas, presenta tuteo y voseo.

  • El verbo se conjuga en voz pasiva, y el sujeto es siempre paciente.

El proceso de normalización lingüística en el País Vasco, es uno de los más complejos que existen en la actualidad, ya que el euskera tan solo es conocido por un 25% de la población, y ha estado sometido durante larguísimos períodos a una situación de diglosia.

Uno de los mayores problemas para conseguir la normalización lo constituye la gran variedad dialectal que presenta esta lengua en todo el territorio vasco: por ello, ha sido necesaria la implantación del euskera-batua (euskera unificado), modalidad en la que se basa la política de normalización lingüística en el País Vasco. Constituye un instrumento de comunicación supradialectal basado en el dialecto guipuzcoano de Beterri, aunque con rasgos de otras variedades.
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