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5.- EL ASTURIANO Y EL ARAGONÉS. Se trata de dos lenguas procedentes del latín, como el resto de las lenguas reconocidas oficialmente, salvo el euskera, pero que no han obtenido el reconocimiento oficial en cada una de sus respectivas comunidades autónomas. En ambos casos, y a pesar de que existe una demanda social, sobre todo en el caso de Asturias, estas lenguas sufren una situación de diglosia, y corren el peligro de desaparición por falta de suficiente apoyo institucional, lo que impide un proceso de normalización de estas lenguas. En el caso del asturiano, su distribución geográfica se extiende por Asturias y ciertas zonas de León y occidente de Cantabria. Su influencia llega hasta Extremadura, cuyo dialecto posee rasgos del asturiano y del andaluz. Sus variedades son muchas, debido a que casi en cada valle evolucionó con peculiaridades propias, pero suelen distinguirse tres grandes variedades: asturiano oriental, el de la zona central y el occidental. Además, en la zona occidental se distingue la “Fala”, variedad próxima a la lengua gallega y que se extiende por la zona asturiana desde el río Navia hasta la frontera con Galicia. Según esto, podremos dividir tres zonas: La occidental, entre el río Navia y la sierra del Rañadoiro, con influencias galaicas: presencia de diptongo "ei" y "ou", carreira, ouro. La oriental en las provincias de Santander, Zamora y la Extremadura leonesa, que presentan rasgos más castellanizados: pérdida de la f inicial latina. La central, menos influenciada por esta lenguas, se reduce a Asturias, donde se mantiene una mayor autenticidad en sus rasgos lingüísticos. Esta variedad se denomina "bable". Principales rasgos lingüísticos.-
El código coloquial comúnmente empleado por los actuales habitantes de Asturias, en una situación informal o familiar, es un castellano entreverado de numerosos giros, vocablos e inflexiones procedentes del bable histórico. Además, perviven algunos restos de astur-leonés en zonas de Cantabria, León, Zamora y Salamanca. El aragonés es la lengua que ha experimentado un mayor retroceso después de su pujanza en la Edad Media. Es considerado como una variante del castellano rústico, denominado también “habla baturra”. En la actualidad esta modalidad tiene zonas de transición entre el castellano y el catalán, siendo la parte más arcaica la comprendida entre , Hecho, Lanuza, bisecas, Sobrarbe y Ribagorza. Principales rasgos lingüísticos.- Las características lingüísticas del aragonés son similares en algunos rasgos al asturiano leonés. Veamos:
TEMA 3 EL CONTACTO DE LENGUAS: BILINGÜISMO Y DIGLOSIA. SITUACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA DE ASTURIAS 1.- EL CONTACTO DE LENGUAS: BILINGÜISMO Y DIGLOSIA En el mundo actual cada vez es más compleja la relación entre las diferentes lenguas. Los inevitables contactos entre ellas provocan una continua interacción, con influencias mutuas. En líneas generales, las relaciones entre unas lenguas y otras están condicionadas por razones de carácter cultural, económico y político. La necesidad de intercambios de todo tipo hace necesarios el conocimiento y el uso de más de una lengua. Actualmente, el inglés es el idioma auxiliar de mayor ) en el ámbito internacional. En la formación de cada una de las lenguas se encuentran elementos procedentes de otras con las que convive. Las influencias pueden clasificarse en tres tipos: Sustrato: son las características lingüísticas de una lengua desaparecida que subsisten o influyen en la lengua que la sustituye. La lengua suplantada se denomina lengua de sustrato. Las distintas huellas dejadas por las lenguas prerromanas (celta, ibero…) en la formación de las lenguas peninsulares son ejemplo de esta relación. Adstrato: cuando diferentes lenguas conviven estrechamente por razones geográficas o de otro tipo y entre ellas se producen mutuas influencias, se denominan lenguas en adstrato. Por ejemplo, el léxico castellano presenta préstamos procedentes de lenguas cercanas, como el francés, el italiano, etc. Superestrato: una lengua actúa como superestrato respecto a otra cuando su incidencia se debe a una situación de superioridad. El árabe, por ejemplo, influyó enormemente en el léxico del castellano en el período de dominación musulmana. MONOLINGÏSMO Y PLURILINGÜISMO Los conceptos de monolingüismo y plurilingüismo se relacionan con la existencia de una o varias lenguas en un determinado territorio. Las personas educadas en sociedades occidentales tienden a pensar que el monolingüismo es la situación más normal en todo el mundo. Sin embargo, el plurilingüismo es la forma natural de vida de cientos de millones de personas. Bastaría dividir el número aproximado de lenguas cuatro mil por el número de países unos doscientos para concluir que el plurilingüismo ha de darse con frecuencia. Monolingüismo: puede definirse como la posesión de una única lengua por parte de un individuo o de una colectividad. En la Edad Moderna los Estados han tendido a difundir el monolingüismo, con el objetivo de aplicar su política a una población homogénea y disponer de una sola lengua para las relaciones internacionales. De este modo, en el mundo encontramos múltiples países en los que tan sólo se reconoce oficialmente una lengua, aunque en su territorio puedan existir otras: Francia, Italia, EE UU... Plurilingüismo: se produce cuando un individuo o una comunidad hablan diferentes lenguas. El resultado más habitual del plurilingüismo suele ser el bilingüismo en el hablante individual. En Europa hay varias naciones plurilingües: España, en la que conviven lenguas de diferente origen (castellano, catalán, gallego y euskera), es una de ellas. BILINGÜISMO Y DIGLOSIA Los términos bilingüismo y diglosia son etimológicamente sinónimos, puesto que ambos significan dos lenguas. En la actualidad presentan una especialización como tecnicismos lingüísticos. Se ocupa de ellos la Sociolingüística, disciplina cuyo objeto de estudio es la lengua en relación con la sociedad. Las situaciones de bilingüismo y diglosia presentan una gran complejidad, puesto que inciden en ellas factores de carácter extralingüístico. Bilingüismo El término bilingüismo alude a la utilización de dos lenguas. El bilingüismo puede enfocarse desde el punto de vista individual o social. a) Bilingüismo individual: consiste en el dominio igualmente correcto de dos lenguas. Este dominio incluye, en general, la capacidad de hacerse entender en dos lenguas y de entender ambas. El bilingüismo puede producirse por la adquisición simultánea de dos lenguas en el hogar materno, de una manera espontánea; se habla entonces de bilingüismo natural o primario. Si se adquiere por medio de un aprendizaje externo en la escuela, por ejemplo se habla de bilingüismo secundario. Como es lógico suponer, los grados de dominio de ambas lenguas son diferentes en cada hablante individual. El ideal de conseguir una habilidad en los dos idiomas similar a la de un hablante nativo el denominado bilingüismo equilibrado no se alcanza con frecuencia. Hay muchas razones. Se pueden dar interferencias entre uno y otro idioma: cambios de acento, uso de calcos o expresiones de uno en el otro, etc. Distintos motivos por ejemplo, el cambio de país pueden hacer que se emplee una lengua más que la otra, que se va olvidando (bilingüismo dormido). Por último, la actitud del hablante hacia las dos lenguas también influye en su dominio, ya que puede considerar que una es superior o inferior a la otra. Bilingüismo social: se produce cuando en un territorio o en una determinada colectividad coexisten dos lenguas. Una sociedad bilingüe es aquella en la que amplios grupos de hablantes emplean dos lenguas, aunque no todos sus miembros necesitan ser bilingües. Canadá –donde conviven el francés y el inglés y Bélgica donde se habla francés y flamenco son dos ejemplos de sociedades bilingües. Cuando las dos lenguas tienen igual valoración oficial, cultural y social, la situación es de bilingüismo horizontal. La variedad de problemas a que da lugar el bilingüismo es muy grande. Son numerosos los países en los que esta diversidad presenta conflictos, tanto social como individualmente. En líneas generales, se pueden diferenciar dos tipos de bilingüismo: el instrumental, en el que se utiliza una de las dos lenguas con fines pragmáticos, es decir, para la relación con otros hablantes; y el integrativo, que añade a la utilización pragmática de la lengua una identificación cultural con ella. En España, la situación de bilingüismo ha experimentado diferentes etapas conflictivas, puesto que en determinados momentos históricos la utilización de otra lengua distinta del castellano fue reprimida por el poder: es el caso de la Ley de Instrucción Pública de 1857, que obligaba a impartir la enseñanza pública en castellano. El bilingüismo ideal consistiría en la utilización indistinta de dos lenguas en cualquier contexto. En líneas generales, debería corresponderse con un biculturalismo en convivencia. Diglosia Es un fenómeno, emparentado con el de bilingüismo, que alude a la coexistencia de dos lenguas, que cada una de ellas cumple una función social diferenciada. Se crea así una situación de desequilibrio entre ambas, puesto que una goza de mayor relevancia y poder frente a la otra, que queda relegada a un uso cotidiano. La diglosia se refiere a una situación en la que una lengua se diversifica funcionalmente en sentido social (diastrático), o individual (diafásico), por prestigio social, económico o cultural. Una de las lenguas la privilegiada suele presentar un empleo más formalizado. Su conocimiento implica, con frecuencia, la posibilidad de acceder a los instrumentos de poder: la cultura, cargos políticos, religiosos... Normalmente, se utiliza en la escritura. Por contra, la lengua desfavorecida posee un carácter más coloquial, familiar y es de escaso uso en contextos formalizados; su empleo es generalmente oral y se suele corresponder con la lengua materna. Para evitar la situación de diglosia en las comunidades bilingües y conseguir que una lengua que se considera desfavorecida respecto a otra alcance un uso normal e igualitario por parte de todos sus hablantes, se emplean los denominados procesos de normalización lingüística. Consisten en diversas medidas que adoptan las administraciones públicas para preservar y extender el uso de esta lengua. Los principales ámbitos de intervención son: los programas de inmersíón o escolarización desde edad temprana en la lengua que se pretende normalizar; la creación de normas língüísticas para establecer criterios comunes y homogéneos a todos los hablantes; y la difusión del idioma en situaciones cotidianas y habituales: carteles, medios de comunicación, etc. 2.- SITUACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS Situación del asturiano. En el Principado de Asturias se viene hablando de un dialecto asturiano (procedente del latín en estas regiones norteñas), enmarcado históricamente en el astur-leonés (dialecto histórico ya citado). El asturiano nunca fue un dialecto del castellano, al modo del andaluz, murciano, extremeño, canario... La situación lingüística de Asturias. Por estas razones, frente a la postura tradicional, varios movimientos asturianistas afirman que el asturiano sólo es dialecto del latín, como el resto de las lenguas romances hoy. Dicen que el asturiano es una lengua más. Y dan unas razones para esa afirmación, que otros cuestionan. Se apoyan en esos lingüistas más modernos, y rechazan los criterios tradicionales de dialecto. Por ejemplo, el número de hablantes: ya no se acepta que el asturiano se considere dialecto porque lo hable poca gente; argumentan que en el mundo hay lenguas de pocos hablantes, y se consideran tan lenguas como las que tienen muchos. Rechazan también los asturianistas el criterio de que se considere dialecto porque tenga poca literatura escrita: hay lenguas que apenas tienen literatura escrita en gran-des obras (africanas, indúes, americanas, amerindias...). Incluso hay lenguas que apenas se escriben, no tienen gramáticas, ni tienen una Academia de la Lengua... Ni aceptan el criterio de que la lengua sea oficial, y el dialecto, no lo sea, pues eso sólo depende de decisiones políticas: como sistema lingüístico lo mismo eran antes que después de la oficialidad.. Y rechazan, finalmente, el criterio de dialecto por la semejanza o proximidad lingüística con otra lengua: pues el portugués (derivado históricamente del gallego) es hoy lengua en igualdad de condiciones, por mucho que se le parezca. Ya la Constitución Española (1978) en su artículo 3 reconoce explícitamente el valor de todas aquellas variedades lingüísticas regionales que no están consideradas lenguas cooficiales. Dice así: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. El Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias (1981), en su artículo 4, desarrolla este derecho: “El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso las variantes locales y la voluntariedad en su aprendizaje”. Con ello quedaban reconocidas oficialmente las distintas variedades del asturiano entre oriente y occidente, entre el río Deva y el río Eo: asturiano oriental, central, occidental y fala (gallego-asturiano para algunos). Ley de Uso y Promoción del Bable/asturiano (1998), en su artículo 4, se expresa así en estos puntos: “Todos los ciudadanos tienen derecho a emplear el bable/asturiano y a expresarse en él, de palabra y por escrito. Se tendrá por válido a todos los efectos el uso del bable/asturiano en las comunicaciones orales o escritas de los ciudadanos con el Principado de Asturias La Diglosia Diglosia es cualquier otra situación lingüística en la que una variedad estándar se considera y se establece como alta, y se usa en las relaciones formales (de prestigio, cultas, institucionales); en cambio, la otra variedad se considera como más baja, propia de las relaciones informales (familiares, coloquiales, vulgares...), por razones puramente políticas y sociales. Diglosia es el uso dos lenguas con superioridad de una de ellas sobre la otra Una solución lingüística democrática Las distintas disposiciones oficiales han adoptado soluciones adaptadas en lo posible a toda sociedad democrática: las lenguas regionales, en sus respectivos ámbitos son co-oficiales. Es decir, las lenguas cooficiales gozan de oficialidad junto a la lengua que actúa como vehículo de comunicación entre todos los pueblos de España (el castellano o español). La situación ideal sería, en consecuencia, lograr un bilingüismo perfecto entre todos los hablantes de cada Comunidad, consiguiendo el máximo equilibrio en la consideración de la lengua regional y la nacional, evitando así la diglosia discriminatoria. Los hablantes bilingües deberían valorar como propias las dos lenguas, consideran-do que todo plurilingüismo es un fenómeno universal: bien entendido y bien llevado a la práctica, no tendría que perturbar en modo alguno la convivencia pacífica entre las distintas gentes, lenguas y regiones de España. La diglosia en el Principado Consideración social del asturiano. Según los nuevos criterios lingüísticos, en la comunidad asturiana se da la diglosia: hay un desequilibrio en las situaciones comunicativas. Muchos hablantes mayores, sobre todo, de zonas rurales, de barrios periféricos urbanos, ya desde la escuela sintieron que su modalidad asturiana era sustituida por la modalidad castellana. Hasta hace unas décadas en la escuela muchos y muchas eran corregidos porque se les decía que “hablar asturiano” era “hablar mal”. Relaciones asturiano / castellano. Y hoy son bastantes los que encuentran que su forma de hablar en la calle, en el pueblo, no coincide con la que escuchan y tienen que usar en las aulas, en la ciudad, en los medios oficiales... En todo caso, son muchos los que llenan su discurso de asturianismos, algo no bien visto por otros interlocutores más puristas. De modo que hay una separación: El castellano. Es la lengua considerada alta (lengua A), la oficial, la culta, la del buen hablar, la de prestigio, la que hay que usar en la escuela, en las aulas de enseñanza, en la Universidad, en las instancias y documentos oficiales, con personas de prestigio, situaciones serias, en los escritos, en los temas serios... Es la que se oye en la tele, radio, conferencias, la que se lee en la prensa... El asturiano. Es la lengua considerada baja (lengua B), la que no es oficial, la del pueblo, del nivel familiar, la que connota baja cultura, la que se mezcla con el castellano y lo hace impuro, la que no se admite en muchos documentos, la que sólo tiene unas páginas o secciones aisladas en la prensa, radio, tele (casi de forma testimonial, anecdótica...). En resumen, el asturiano hoy es una lengua mixta. Más o menos mezclada con el castellano, la variedad asturiana es considerada la lengua mixta, mezcla de asturiano y castellano: es la lengua de los campesinos, marineros, mineros, determinadas profesiones, situaciones poco serias, festivas, folclóricas... No obstante, con la entrada en vigor de las últimas reformas del Estatuto de Autonomía, algunos documentos oficiales, ya se admiten en la modalidad regional. Pero el asturiano es un dialecto histórico del latín: nunca del castellano. TEMA 4 ORIGEN Y DESARROLLO DEL CASTELLANO Y DEMÁS LENGUAS PENINSULARES La relativa homogeneidad del latín hablado en la Península fue desapareciendo a lo largo de la Edad Media. Las causas que desencadenaron este proceso fueron tanto de tipo lingüístico como geográfico, cultural y político. El aislamiento e incomunicación entre los diferentes núcleos de población cristiana también propició las diferencias entre las diversas hablas locales. Por último, la vecindad con otras zonas lingüísticas también repercutió en la formación de los diferentes dialectos (por ejemplo, es patente la influencia del provenzal en la formación del catalán, o la del vasco en la del castellano). Así pues, la situación lingüística de la Península entró en una imparable fase de fragmentación. Como consecuencia de la invasión musulmana, la variedad del romance visigodo propia de las regiones centrales y meridionales, más prestigiosa y relativamente uniforme, queda aislada y cohibida por el uso del árabe como lengua de cultura, mientras que las hablas norteñas se irán desplegando, en forma de abanico invertido, al compás de la Reconquista; pero al mismo tiempo iban diversificándose cada vez más entre sí, ya que entre los diversos territorios cristianos no era fácil ni frecuente la comunicación. Este proceso de diferenciación se produce entre los siglos VIII al XI, y su resultado será la aparición de los distintos dialectos romances. Situación lingüística protorromance (siglos VIII XI) Entre los pobladores cristianos que vivían en territorios dominados por los árabes, se desarrollaron diversas hablas, cuyo conjunto recibe el nombre de lengua mozárabe. Estas hablas convivieron con el árabe, que era la lengua de la cultura y de la administración, hasta que fueron siendo absorbidas por las lenguas norteñas a medida que avanzaba la reconquista. Como sabemos, el mozárabe dejó una importante huella literaria en las jarchas. Mientras tanto, a lo largo de la franja norte de la Península, habitada por núcleos cristianos, fueron surgiendo, de oeste a este: el gallego portugués, el astur leonés, el castellano, el aragonés y el catalán. En los primeros siglos, todas estas hablas se sitúan en el mismo plano de igualdad: son modalidades hermanas, desgajadas del tronco latino, y con existencia exclusivamente oral, ya que la lengua de la cultura y de la literatura continuaba siendo el latín. Pero las vicisitudes históricas les depararían distinto futuro a unas y a otras. Mientras el castellano, el catalán, el gallego más tarde el portugués adquirieron un importante cultivo literario y llegaron a constituirse en lenguas, el asturiano leonés y el aragonés se quedaron reducidas al uso familiar y local. El gallego portugués El primitivo gallego portugués resulta de la evolución del latín vulgar hablado en el noroeste de la Península, en las comarcas al norte y al sur del Miño, respectivamente. Con la Reconquista se extiende hacia el sur, y el siglo XIII ya abarca el mismo territorio de los actuales gallego y portugués. En la Edad Media tuvo un gran esplendor literario. Se adoptó como lengua de la lírica culta no sólo en su territorio, sino también en Castilla y León: en esa lengua compuso Alfonso X sus Cantigas. La prosa literaria aparece más tarde, y se cultiva sobre todo en Portugal. El gallego constituyó una sola lengua con el portugués durante la Edad Media. Aunque la independencia de Portugal como reino se había producido ya en el siglo XII, la diferenciación entre las dos lenguas y su consiguiente, escisión no se consuma hasta el siglo XV. El portugués, convertido en lengua nacional, se extiende, con los descubridores y colonizadores, por África, Asia y América, mientras que el gallego se va reduciendo al uso hablado familiar y local. Su resurgir ("Rexurdimento") se produce en la época romántica, con autores de la talla de Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez. Algunos de los rasgos fonéticos más característicos de su origen son:
El astur leonés El asturiano o astur leonés es el resultado de la evolución del latín vulgar en el territorio de los antiguos reinos de Asturias, primero, y de León después. Gozó de gran prestigio hasta el siglo XI pero, antes de que pudiera unificarse y tener cultivo literario, ya comenzó a ser absorbido por el castellano; este proceso se culminó en el siglo XIII. Algunos de los rasgos fonéticos más característicos del astur-leonés son:
El castellano El castellano, surgido en el primitivo Condado de Castilla, pronto adquirirla una posición hegemónica sobre las restantes lenguas romances peninsulares y adquiriría rasgos bien definidos. Algunos de los que presenta en su evolución fonética son:
El aragonés El aragonés, llamado también navarro aragonés, es el resultado de la evolución del latín vulgar en el primitivo Reino de Aragón. Corrió una suerte similar a la del astur leonés. Tuvo su momento de expansión, extendiéndose en dirección sur con la Reconquista. Pero pronto comenzó a ceder ante el mayor empuje del castellano, siendo finalmente absorbido por él. El catalán La lengua catalana es el resultado de la evolución del latín vulgar en el ángulo nordeste de la Península. Ya en el siglo XII, su extensión abarcaba prácticamente el mismo territorio que los actuales Países Catalanes, habiéndose extendido, con la Reconquista, por el reino de Valencia, las Baleares y otras zonas del Mediterráneo. En la Edad Media, tuvo un gran desarrollo la literatura catalana, sobre todo en prosa, con la extraordinaria figura de Ramón Llull (s. XIII) La poesía tuvo su momento de esplendor en el XV, con Ausiás March. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII va decayendo su empleo literario, aunque sigue plenamente vigente su uso oral en la vida cotidiana, incluso al prohibirse su empleo, en el siglo XVIII, en documentos públicos y actos oficiales. Su resurgimiento ("Renaixença") se produce en el XIX, con el auge del nacionalismo romántico. A partir de entonces, se consolida plenamente como lengua de cultura y literaria (con escritores como Jacint Verdaguer, Joan Maragall, Josep María de Sagarra y, ya en el siglo XX, Josep Pla, Salvador Espriu, etc.) al mismo tiempo que se emprende su normalización gramatical, ortográfica y léxica, tarea que fue emprendida por el lingüista Pompeu Fabra. Algunos de sus rasgos fonéticos son:
El vascuence El vascuence o euskera es la única lengua no romance de la Península, y la única preindoeuropea que se ha conservado en el occidente de Europa. Sus orígenes todavía no han sido totalmente desvelados. Hasta hace poco se creía que procedía del ibérico, pero actualmente se sabe que no es así, a pesar de que existen elementos comunes a ambas lenguas. Seguramente, tanto una como otra provienen de un tronco común de origen norteamericano. Algunos investigadores han demostrado igualmente su parentesco con una familia de lenguas situadas en la zona del Cáucaso, tratando de conciliar ambas hipótesis. En el pasado su extensión debió de ser mucho mayor que la actual ocupando, por lo menos, las zonas montañosas del norte de la Península, desde Cataluña hasta Galicia. A la llegada de los romanos, sus limites occidentales eran aproximadamente los actuales, pero por el este llegaba aún hasta los Pirineos catalanes, por el norte comprendía la región francesa de Aquitania y por el sur llegaba probablemente hasta el Ebro. Con la romanización comenzaría su proceso de regresión, que no se ha detenido hasta tiempos muy recientes. TEMA 5 EL CASTELLANO ACTUAL: VARIEDADES GEOGRÁFICAS El castellano se estructura, dialectalmente en dos grandes franjas de límites imprecisos dentro del territorio peninsular. Dentro de cada franja se agrupan múltiples variedades: A) Franja septentrional: en esta zona dialectal, formada en las primeras etapas de la reconquista, se caracteriza por su tendencia conservadora. Dentro de esta zona se desarrollaron las diversas lenguas peninsulares procedentes del latín, algunas de las cuales están hoy reconocidas legalmente (castellano, gallego, catalán), mientras que otras están en una situación difícil por carecer del apoyo institucional y mediático y porque no están reconocidas como lenguas oficiales (asturiano y aragonés) En esa zona se dan diversas variantes del castellano debido a que sufren las influencias de las diversas lenguas (gallego, asturiano, aragonés, catalán) con las que entran en contacto. No hay que confundir estas variedades con el asturiano o aragonés, que proceden del latín. B) Franja meridional: Presenta características más evolucionadas que en el área norte, principalmente en el componente fonológico; su carácter es más innovador, probablemente porque la zona fue castellanizada en época posterior. En esta franja se encuentran los dialectos meridionales: andaluz, murciano, extremeño y canario, en los que se perciben grandes similitudes con el español de América. Todos ellos se han formado por evolución del castellano llevado a tierras meridionales por los conquistadores o repobladores durante la Reconquista o, en el caso del canario, cuando las islas se incorporan a España en el siglo XV. Los cuatro presentan una serie de rasgos comunes como los siguientes: Seseo: confusión de /s/ y /c/ a favor de /s/: "senisa" por, "ceniza" Aspiración de la /s/ implosiva (final de sílaba): "cahco", "tiehto" Yeísmo: pronunciación de /y/ en lugar de /ll/: "1a yave"(llave) Valor diferencial de vocales abiertas y cerradas. El andaluz: Además de los rasgos reseñados, presenta los siguientes: En algunas zonas se da ceceo o confusión de "s" y "c" en favor de c: "cazerío" Confusión de /l/ y /r/ en final de. sílaba: "arma " (por alma). Relajación en la pronunciación de la /ch/: "coshe''. Aspiración o pérdida de consonantes finales: "caló". Aspiración de /j/: "harrón" El extremeño: Es un habla de transición que comparte algunos de los rasgos del leonés y del andaluz. Se caracteriza por las siguientes peculiaridades: Presencia de las vocales 1, a en vez de e, o: alcaldi, abaju. Conservación de grupo consonántico latino nth: lamber (lamer). Pérdida de la /d/ intervocálica: he venio. Aspiración de la /j/. botiho, por "botÍjo". Preferencia por los diminutivos terminados en –ino,-ina: casina. Neutralización de /r/ y /l/ en posición implosiva: arto (alto), dolol (dolor). El murciano Es otra habla de transición; en él se aprecian rasgos del aragonés y del valenciano. A este dialecto meridional se le denomina panocho. Entre sus características destacan. -Conservación de sordas intervocálicas de origen latino: cocote por cogote. Presencia de infijos de carácter nasal: muncho. Tendencia a la aspiración de la /y. Pérdida de las consonantes sordas intervocálicas: piazo (pedazo). El canario: Cuando el castellano llegó a las islas Canarias en el siglo XV, Pronto se impuso sobre la lengua originaria, el guanche, que se perdió. La colonización se efectuó fundamentalmente, por población procedente de Andalucía. De ahí que sus características sean similares, aunque con diferencias de entonación, sobre todo de léxico, dada la influencia ejercida por el portugués y por el español de América. TEMA 6 EL CASTELLANO EN EL MUNDO. EL ESPAÑOL DE AMÉRICA 1.- EL ESPAÑOL EN EL MUNDO.- El español constituye una de las lenguas más importantes del mundo. Representa la cuarta lengua mundial, precedida por el chino mandarín, el inglés y el indi. Geográficamente, se encuentra diseminada en varios continentes y, en la actualidad, es objeto de especial interés por su carácter internacional. A).- El judeo-sefardí El judeo sefardí, también denominado judeoespañol, es un dialecto del castellano antiguo que conservan los descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos. En la actualidad, esta lengua se habla en comunidades diseminadas por todo el mundo: Argentina, Egipto, Estados Unidos, Grecia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, etc. El foco más importante de hablantes de sefardí se encuentra en Israel. Este pueblo ha conservado el castellano hablado en los siglos XV y XVI; por lo tanto, se trata de un dialecto del castellano antiguo, que presenta una escasa evolución, dado su aislamiento respecto a la metrópoli. Posee carácter conservador con gran cantidad de arcaísmos. El judeo-español constituye una fuente valiosa de documentación, ya que, además de sus peculiaridades lingüísticas, mantiene viva la lírica tradicional española. Su literatura se escribe con caracteres hebreos. Actualmente, esta Legua se encuentra en un proceso de decadencia, circunscribiéndose su empleo al ámbito familiar y doméstico. Su léxico se ha empobrecido de forma notable. y presenta influencias de las diferentes áreas lingüísticas en las que se asientan las diferentes comunidades sefardíes. Entre los rasgos más relevantes que caracterizan esta lengua señalaremos las siguientes:* Tendencia arcaizante en fonética y léxico: agora, kamareta, fadar por "ahora", "habitación" y "destinar". *Distinción, entre los fonemas /b/ (oclusivo bilabial) y /v/ (labiodental fricativa). *Conservación de la f inicial latina: ferir (herir). *Como fórmulas de tratamiento utiliza vos, en lugar de vuestra merced o usted. *Presencia de pronombres enclíticos en las formas de imperativo: quitalde. B).- El español en Filipinas Las Islas Filipinas pertenecieron a España en el período comprendido entre 1571 y 1898. Hasta entonces, el español fue una lengua minoritaria que solo utilizaban los grupos dominantes (funcionarios, comerciantes, administradores). El pueblo filipino siguió siempre utilizando su lengua autóctona, el tagalo, y sólo aquellos que estaban en contacto con las autoridades coloniales llegaron a aprender bien el español. Por eso, cuando en el año 1898 el archipiélago filipino pasó a depender de EE UU, el inglés lo sustituye rápidamente como lengua cultural y de las actividades públicas que implantó como lengua oficial el inglés que actúa como vehículo de comunicación. A pesar de eso, el español fue declarado en 1935 lengua cooficial en el país, y esta situación continuó hasta 1986. En la actualidad el inglés comparte cooficialidad con el tagalo. El español cuenta con cerca de un millón de hablantes. Tiene gran prestigio social, pero en retroceso. Más de medio millón de personas habla en chabacano, una mezcla de español y de dialectos indígenas. En los hablantes cultos se impone la norma peninsular, aunque también algunos rasgos recuerdan al español de América. En las hablas populares, los rasgos presentan similitudes con los dialectos meridionales: seseo, yeísmo, aspiración de /f/ inicial latina, sustitución de /f/ por /p/ (Pilipinas), neutralización de /1/ y /r/, etc. C).- Otras variedades del castellano.- En África, el castellano se habla en Guinea Ecuatorial (unas 300.000 personas) y en el Sahara Occidental. También es conocido en algunos enclaves del norte de Marruecos como Tánger, Tetuán y Larache, donde el impacto colonial fue importante. En Estados Unidos es la segunda lengua en importancia. Su vitalidad se debe a que sigue siendo la lengua utilizada por los hispanos que residen que residen tradicionalmente en estados como Nuevo México y California, y también, por supuesto, por los millones de emigrantes procedentes de la América de habla hispana y sus descendientes, que forman comunidades muy importantes en las grandes ciudades. La variedad utilizada depende del lugar de procedencia de estos emigrantes: así, dominan los rasgos mexicanos (California, Nuevo México, Texas), los caribeños en las ciudades de la costa atlántica, desde Nueva York (comunidad puertorriqueña) hasta Miami (comunidad cubana). Un fenómeno peculiar es la reciente extensión de una variedad híbrida de castellano e inglés: el espanglish. Consiste en el uso de estructuras y expresiones inglesas dentro del discurso en castellano. 1.- Áreas geográficas en el español de América.- Durante gran tiempo se ha hablado de la «gran homogeneidad» del español hablado en el Nuevo Continente. J.P. Rona rechaza el mito de la homogeneidad, que, según él tiene tres causas: Se empieza a escribir sobre el español americano antes de conocerlo. El contacto entre hispanoamericanos se realiza en un nivel culto, donde la uniformidad es mayor. Ausencia de buenos estudios dialectológicos. Se han propuesto varias divisiones dialectales, más complejas cada vez que progresaba el nivel de conocimientos. A).- Tierras altas y tierras bajas: Una primera división dialectal agrupa en dos grandes zonas el español americano: tierras altas y tierras bajas. «Las tierras altas se comen las vocales y las tierras bajas se comen las consonantes», ha dicho de forma gráfica A. Rosemblat. Así se puede oír en Méjico: cafsito, pas´sté, exprimento, fosfro, etc.; en Quito: sí p's, no p's; en La Paz: Potsi (en lugar de Potosí), en Bogotá: muchismas gracias. Por el contrario, en las Antillas, costas, llanos de Venezuela, Uruguay, Paraguay y Chile, es decir, en las tierras bajas, se asiste a una relajación de las consonantes que en muchos casos llegan a perderse. Así la /s/ final de palabra suele aspirarse o perderse (lo hombre por los hombres, lo fósforo por los fósforos, etc.). Es muy corriente la caída de la / d / intervocálica (venío, deo, por venido y dedo) y la pérdida de la /r/ final de palabra (comé, señ6, en lugar de comer y señor). Menéndez Pidal creía que era preferible hablar de zonas costeras y zonas no costeras, ya que las causas de tales diferencias eran históricas y sociales, no geográficas: a los puertos llegaban constantemente gentes procedentes de Andalucía que propagan sus características lingüísticas (la relajación de consonantes es también un rasgo del andaluz.) |