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LA HIPERACTIVIDAD INFANTILEl siguiente trabajo trata sobre un problema que tienen cada vez más niños en la actualidad y que no es bien tratado ya sea por falta de experiencia con tales niños o falta de paciencia repercutiendo directamente en la adolescencia del niño, A continuación se presentan varias maneras de cómo tratar a esos niños para poder llevar control sobre ellos sin que salgan afectados psicológica y socialmente. El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de la conducta que aparece en la infancia. Se trata de un trastorno del comportamiento, que se manifiesta como un aumento de la actividad física del niño, distracción, dificultad para mantener la atención, inquietud motora, inestabilidad emocional y realización de conductas impulsivas. La causa de esta enfermedad aun es desconocida se han dado a conocer distintas hipótesis sobre lo que la causa sin llegar aun a una causa confiable. Se ha dicho que puede llegar a ser por razones biológicas (genética) hasta malos cuidados a los niños ya sea por comida chatarra, alcoholismo materno, mal clima familiar o ser expuestos a lugares con contaminación que hacen que los niños no se desarrollen adecuadamente. Este tipo de trastorno suele diagnosticarse en torno a los 7 años de edad, aunque en algunas ocasiones puede detectarse en edades más tempranas. Es complicado diagnosticar a un niño este tipo de trastorno, ya que en numerosas ocasiones puede ser confundido con otros problemas. En ocasiones, se trata solo de niños traviesos que están atravesando problemas personales o familiares y que tienen este tipo de comportamiento, solo para llamar la atención. Algunas de las características que puede presentar un niño con este tipo de trastorno son:
Todo lo anterior mencionado podrá repercutir en su rendimiento escolar, causándole problemas no solo de aprendizaje, sino también de adaptación social. Algunas actitudes que pueden tomar los padres para tratar a niños hiperactivos pueden ser: disminuir su atención en las conductas negativas, centrándose siempre en las positivas, dando al niño algún tipo de recompensa que ayude así a subir su autoestima, como salir a jugar, llevarle a hacer alguna actividad que sea de su interés, darle un juguete, prepararle alguna comida que le guste, disminuyendo gradualmente este tipo de recompensas para que el niño no haga las cosas en espera de estas recompensas sino que el mismo sea capaz de ir viendo aquellas actitudes que son mejores para él; insistir y valorar las actitudes positivas del niño; hacer que el niño se sienta respetado en su entorno familiar; nunca limitar su contacto con amigos o sus salidas, ya que esto podría dificultar su adaptación social; trabajar conjuntamente con la escuela, buscando el apoyo que necesiten en ella. Una forma de llevar a cabo el sistema de recompensas podría ser a través de un juego, en el cual, los padres junto con el niño establezcan una serie de reglas, que irán siendo cada vez más precisas en función de la actitud del niño. Por ejemplo, si el niño es incapaz de ayudar en casa, debido a sus continuas distracciones, primero se le asignará una tarea fácil, como poner y recoger sus platos y cubiertos de la mesa, y según la actitud del niño, sus responsabilidades se irán aumentando y siendo cada vez más complejas. Este sistema contará también con una elaboración conjunta (de los padres y el niño) de un sistema de premios o refuerzos, se podrá establecer un acuerdo de puntos, que el niño recibirá o no, dependiendo de si ha realizado o no de forma adecuada la tarea mandada. Más tarde el niño podrá cambiar estos puntos por cosas que a él le gusten, como ir al cine, estar más tiempo en el parque. En esto es en lo que se centra la corriente conductista, cambiando una actitud inadecuada a través del ambiente, basándose en que todo comportamiento es una forma aprendida de responder a determinadas situaciones, de manera que si la forma de responder es buena para nosotros, esa conducta quedará instaurada pero si no es buena, dejaremos de emplearla. La actitud de los docentes que tengan clases con algún alumno hiperactivo debe ser de flexibilidad, puesto que este tipo de niños no pueden ser tratados como el resto, y de control de sentimientos desbordantes, por la actitud que estos alumnos puedan presentar en el aula. Por ello, se presentan, algunas estrategias que pueden ser empleadas por los profesores de cara a la presencia de alumnos hiperactivos en el aula:
Estos niños también pueden seguir ciertas normas en casa, de cara a la mejora de su rendimiento escolar, como: mantener ordenado su espacio de estudio (así el niño sabrá donde se encuentran los libros y resto de materiales que necesite cuando éstos le sean necesarios); hacer esquemas, dibujos explicativos a la vez que estudia; seguir diferentes reglas para tomar los apuntes y escribir las actividades (empleo de distintos colores, subrayado); evitar distracciones (como la música alta, la televisión, el ordenador) en su espacio de estudio. Y todas aquellas estrategias que lleven a estos niños a estar en un clima tranquilo, con las menores distracciones posibles. A modo de conclusión, destacar, que todas estas técnicas y estrategias tienen como fin ayudar a mejorar la falta de atención y el “descontrol” psicomotriz que presentan los niños hiperactivos, sin por ello pretender sustituir la necesidad de tratamientos más específicos (tratamientos médicos). Tratándose de guías que ayuden al desarrollo y control de este tipo de niños tanto en casa como en la escuela. Conclusión Se presentaron las características principales de los niños con TDAH para identificarlos mas fácil, asi como la manera en que se deben de tratar para no poner en riesgo su salud mental, también se expusieron algunos ejemplos de actividades que puedan ayudar a los niños a sentirse bien y asi tanto los padres como los maestros no tengan tantos problemas al momento de tratar con niños con este trastorno.
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