partidos y movimientos políticos prefieren el sistema de listas completas y cerradas, porque les permite articular sus intereses grupales internos, el mecanismo en su aplicación práctica atenta contra la calidad de la representación en los cuerpos colegiados.
Si reflexionamos sobre la calidad del nivel de representación de los distintos parlamentos entre los períodos 1989/1993, 1993/1998 y 1998/2003 debemos reconocer que nuestro sistema electoral involucionó en su calidad de representación. Pero la baja calidad de representación en ambas Cámaras del Congreso o en las Juntas Municipales y Departamentales no se debe atribuir únicamente a la legislación electoral, también juegan los intereses sectarios y populistas de los distintos partidos y movimientos políticos como analizaremos posteriormente.
Otro mecanismo de integración de los cuerpos colegiados, pero que no se puede instrumentar hasta que se realice una reforma Constitucional, es la elección uninominal ya comentada. En este caso tanto para ambas Cámaras del Congreso, y las Juntas Departamentales y Municipales se dividen los distritos electorales por la cantidad de cargos a ser electos para componer dichos cuerpos.
Se divide la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores en 80 o 45 circunscripciones electorales respectivamente y se elige un representante por cada circunscripción electoral por mayoría simple o absoluta de sufragios. Este mecanismo se denomina sistema de elección de cargos uninominales, pero es inviable hasta que se produzca, eventualmente, una próxima reforma Constitucional que lo habilite.
Sistemas Proporcionales. El sistema D’Hondt. Mientras tanto al definir el Artículo 118 de la Constitución que optamos por el sistema de “representación proporcional’ solo se podrá realizar la integración de los cuerpos Legislativos mediante el sistema de listas e integración proporcional. Ahora bien, el sistema de listas, podría seguir siendo completo y cerrado o abierto o semiabierto según lo reglamente la ley electoral. Los sistemas de representación proporcional pretenden reflejar lo más exacto posible la distribución de sufragios entre los distintos competidores en las justas electorales. Se conocen distintos mecanismos de representación proporcional, están aquellos que priorizan la representación de las mayorías y otros que optan por facilitar la participación de las minorías. Finalmente, podemos mencionar que los sistemas electorales se clasifican en sistemas mayoritarios, proporcionales y mixtos según los principios y mecanismos de representación.
---ooo---
LECCIÓN XI
LA TIRANÍA: CONCEPTO E HISTORIA,
LA VIOLACIÓN DEL DERECHO POSITIVO POR PARTE DEL GOBERNANTE:
LA LEV DEL IMPERIO CONTRA EL IMPERIO DE LA LEY –
LA RESISTENCIA ACTIVA Y PASIVA A LA DICTADURA.-
EL DERECHO POSITIVO COMO REFUGIO Y RESISTENCIA CONTRA EL DÉSPOTA.
Tiranía. Concepto.
(Del griego “tyrannis”). Una de las formas impuras de gobierno según la clasificación de Aristóteles. Según el filósofo griego existían tres formas puras de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia, según lo ejerciera una persona, un grupo o el conjunto de la ciudadanía; cuya corrupción generaba tres formas impuras: tiranía, oligarquía y demagogia. La tiranía es por tanto, según la clasificación aristotélica, la forma corrupta del gobierno de una sola persona.
Tiranía supone el poder ejercido, arbitraria y despóticamente, por un único gobernante o tirano con desprecio de las necesidades y deseos de los ciudadanos. En la actualidad, por analogía, se aplica el término a cualquier clase de gobierno autoritario caracterizado por el despotismo y el uso de la fuerza.
Tirano. Gobernante de una tiranía. Persona que ejerce el poder en forma personal y arbitraria mediante el uso de la fuerza. Es frecuente que la oposición paraguaya designe a Alfredo Stroessner con el apelativo de “El Tirano”. De hecho, el gobierno de Stroessner ha sido efectivamente lo más parecido a un gobierno con una autoridad unipersonal absoluta que se puede encontrar en los últimos decenios de historia.
Despotismo – Déspota. (De griego “despotés”, jefe, señor). Gobierno de un tirano que ejerce su autoridad de manera arbitraria y absoluta. Ejercicio de autoridad absoluta, tiránica, dictatorial y arbitraria. Muchos analistas coinciden en que el despotismo se produce cuando el poder se ejerce sin autoridad.
Ya Montesquieu diferenció este sistema de la monarquía y la república, afirmando que en estas dos formas el poder se ejerce con una previa aceptación de reglas y leyes reguladoras del ejercicio del poder mientras que en el despotismo, no. Este pensador los definió como el gobierno de uno solo, que ejerce el mando sin leyes ni reglas y sujeto únicamente a su capricho y voluntad. El despotismo se diferencia del autoritarismo (ver “autoritarismo”) porque en él no existe ninguna participación de los gobernados, mientras que el autoritarismo recurre de alguna manera a la participación.
Autoritarismo. Sistema político basado en la preeminencia del Poder Ejecutivo, sin contrapeso de poder y con ausencia de control social sobre la autoridad del gobierno. En este tipo de organización política el gobierno se identifica con el Estado y cualquier debate de su política específica es considerado un delito contra el Estado mismo. El autoritarismo ha tomado variadas formas de organización política específica, de las cuales las dictaduras personalistas, los corporativismos y los estatismos comunistas han sido las más frecuentes en el siglo XX. Todos ellos tienen en común la persecución a los partidos políticos opositores y a las organizaciones sociales.
El autoritarismo se basa en el supuesto de que la autoridad debe ser obedecida por el hecho mismo de ser autoridad, aún en el caso en que la naturaleza de las órdenes rio sea comprendida ni compartida.
El autoritarismo no responde necesariamente a una ideología política determinada. En la historia política hay ejemplos de regímenes autoritarios de los más diversos credos ideológicos. No se trata, en realidad, de una ideología, sino de una forma de concebir la organización del poder y de excluir de la vida pública toda posibilidad de contestación, crítica o desacuerdo. El autoritarismo es, en esencia, lo contrario de la democracia.
Históricamente, el autoritarismo presenta dos vertientes netamente diferenciadas. Una de ellas es la que se produce cuando la relación entre los que mandan y los que obedecen es tensa y la autoridad debe apelar al máximo rigor para imponerse. La supervivencia de estos regímenes es casi siempre breve, ya que depende sustancialmente de la fortaleza del sector que ocupa el poder, de su capacidad para mantener un estado de terror permanente y del vigor de la oposición que se le oponga. Las represiones largas producen una generalización del descontento y por lo tanto, un aumento paulatino del poder de la oposición.
La otra forma de autoritarismo se caracteriza por la aceptación sumisa y espontánea por parte de los mandados, ya sea por condicionantes económicos inmediatos, por tradición política, por antecedentes históricos, etc. Esta tendencia es estimulada en forma constante por la propaganda y ciertas dádivas sociales. En estos sistemas autoritarios, la fuerza y la represión no son ejercidas en forma continua, sino cíclicamente. El objetivo es marcar claramente la distancia entre el bienestar de los sumisos y los problemas de los críticos.
A este modelo de autoritarismo responden casi todos los sistemas autoritarios que registra la historia de Paraguay. Se trata de autoritarismos con un cierto barniz paternalista. La fuerza se ejerció con todo el rigor sobre los núcleos de disidencia, pero contando con el respaldo de gran parte de la población. El Paraguay registra en su vida como república independiente sólo pequeños intervalos, generalmente efímeros, de apertura democrática. Lo normal ha sido el autoritarismo en sus diferentes formas: el despotismo de Francia, el paternalismo de Carlos Antonio y el mesianismo militar de Francisco Solano López, antes de la Guerra de la Triple Alianza. Tras la guerra de la Triple Alianza se produjo el exclusivismo de los caudillos partidarios, en el que, primero los colorados excluyeron a los liberales de la posibilidad de acceder al poder, para después ser dejados fuera del juego político por los liberales. Ya finalizada la Guerra del Chaco, se produce la instauración de un militarismo, que hizo efímeros e ineficaces los pocos gobiernos civiles que pudieron instituirse y largas y todopoderosas la dictaduras militares, como las de Higinio Morínigo y la de Alfredo Stroessner.
Dictaduras. (Del latín “dictare”, dar una orden). Sistema de gobierno ejercido por un dictador que acumula en sí mismo una gran cuota de poder y suprime las normas constitucionales normales, invocando al bien público. Este sistema fue creado en Grecia con el nombre de tiranía para responder a situaciones de emergencia, como una guerra o situaciones políticas excepcionales.
El concepto se contrapone al de democracia (ver “democracia”). En nuestro siglo, las dictaduras más famosas fueron las de Hitler en Alemania; Mussolini en Italia; Salazar, en Portugal; Primo de Rivera y luego Franco en España; Pulsudski, en Polonia y las dictaduras latinoamericanas y las de los nuevos estados africanos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Todas ellas se autojustificaron ante la sociedad, justificando su surgimiento ante una situación de emergencia, sobre todo de tipo económico o una suerte del fracaso de los sistemas democráticos.
Las dictaduras pueden ser básicamente de dos tipos conservadoras o revolucionarias. Las dictaduras conservadoras son aquellas que surgen en circunstancias excepcionales, para asegurar el orden establecido ante la amenaza de subversión o destrucción del mismo. Las dictaduras revolucionarias, en cambio, surgen para provocar el cambio y sostenerlo, al menos en los primeros tiempos. Uno de los ejemplos más claros de este tipo de dictadura es la del proletariado, sustentado por la ideología del marxismo, que fue la expresión de las luchas de clases, una vez que la clase trabajadora se ha apoderado del poder e intenta llevar adelante la revolución socialista.
Dictaduras Americanas de los Años ’60. En general, se establecieron por golpes militares generándose así unas fuerzas armadas politizadas y adoctrinadas para servir al dictador, reprimiendo cualquier ideología opositora. Los Parlamentos, cuando los había, eran simples representaciones de comedia de democracia, ya que la mayoría era oficialista y la oposición era complaciente. El Poder Judicial careció de independencia y la justicia estuvo al servicio de la dictadura. Se dieron también periódicamente grandes manifestaciones populares de apoyo al dictador, con la asistencia obligatoria de los funcionarios públicos o la coacción de los sindicatos también politizados sobre los demás obreros. Periódicamente, se realizaron en casi todos los países parodias de elecciones, fraudulentas todas ellas, por las que el régimen adquiría ciertos visos de legalidad.
La mistificación de los héroes nacionales, la propaganda anticomunista, los medios de comunicación totalmente censurados y al servicio del oficialismo y la exaltación del nacionalismo, sostuvieron falsas imágenes de países pujantes y ordenados. La corrupción, el nepotismo (ver “nepotismo”) y el prebendarismo (ver “prebendarismo”) pronto alcanzó todos los estratos de la sociedad, haciendo casi imposible la reacción por temor a quedar implicados. Esta era que se inaugura en América Latina al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se extiende hasta mediados de la década de los ‘80, cuando, inesperadamente, la política de EE.UU. toma un rumbo no intervencionista y comienza a fomentar la democratización de los pueblos americanos coincidiendo con el fin de la Guerra Fría.
Dictadura En Paraguay. Paraguay es uno de los pocos países que ha tenido en su historia reciente una dictadura legalmente instituida. Eso hace que la palabra, además del significado habitual de gobierno autoritario instituido por la fuerza y su carga peyorativa, designe al período histórico en que Gaspar Rodríguez de Francia ejerció el cargo de Dictador Supremo.
Fue el 13 de octubre de 1814, que el Congreso proclamó a Gaspar Rodríguez de Francia, Dictador Supremo de la República. La designación se realizó a propuesta de Mariano Antonio Molas y con cierta oposición. La designación de Francia como Dictador Supremo fue inicialmente por cinco años, pero dos años después, con el pretexto de un nuevo recrudecimiento de las diferencias internacionales con Buenos Aires y, simultáneamente, con Artigas, que había amenazado con invadir el territorio, Francia se hizo proclamar Dictador Perpetuo. Esta vez, Molas se opuso alegando que la dictadura perpetua atentaba contra los principios republicanos.
Pero el movimiento de tropas fue nuevamente decisivo y el 1 de junio de 1816 la Asamblea votó a favor. ‘En atención -estipuló el acta- a la plena confianza que justamente ha merecido del pueblo el ciudadano José Gaspar de Francia, se le declara y establece Dictador Perpetuo de la República durante su vida.
Gaspar Rodríguez de Francia es, seguramente, uno de los personajes más controvertidos de la historia política del Paraguay. Se discute acaloradamente, con pasión mucho más ideológica que histórica, si la independencia paraguaya hubiera sido posible sin Francia o si Paraguay hubiera terminado siendo una provincia argentina, sin su intervención. Se debate si fue un gobierno de ejemplar patriotismo o de poco ejemplar crueldad. Se polemiza, como si fuera a ser objeto de las próximas elecciones, en torno a sus acciones de gobierno. De hecho, aunque pudiera parecer increíble a quien no conoce el país, la división entre francistas y antifrancistas (ver “francista en Paraguay” y “antifrancista”), como la división entre lopiztas y antilopiztas (ver “lopiztas” y “antilopizta”) , continúa siendo uno de los ejes que marcan la bipolaridad de la política paraguaya.
Además de esta dictadura que asumió el nombre de tal, el país se ha visto gobernado por dictadores en innumerable cantidad de ocasiones y con los justificativos más diversos. Entre las más recordadas encontramos la de Rafael Franco, luego de la Guerra del Chaco y la cruel dictadura de Morínigo, durante la cual tuvo lugar la guerra civil del ‘47. La última dictadura encubierta tras un sistema de democracia virtual, fue el gobierno de Alfredo Stroessner que rigió los destinos del país durante casi treinta y cinco años.
Tiranía Historia.
Platón. En el Libro VIII de “La República” de Platón, se menciona en los diálogos de Sócrates con otros filósofos (Glaucón y Trasimaco), expresando en las formas de gobiernos que “las cosas que han admitido para que la ciudad esté bien organizada, en las que deben ser comunes las mujeres, los hijos, la educación, las ocupaciones de los gobernantes. Para llegar a su perfección es más evidente si la compara con especies de gobierno degenerativas o inferiores. Genéricamente se reducen a cuatro: 1) la timocracia, 2) la oligarquía, 3) la democracia y 4) la tiranía.
Al respecto, Sócrates, desde el Estado ideal o aristocracia, muestra cómo, por sucesivas corrupciones, se desciende a la tiranía. En el Estado perfecto, por descuido o por imposibilidad de control de los guardianes, pueden surgir personas ineptas para el gobierno. Si llegan a gobernar, vigilarán menos la pureza del Estado. La timocracia, engendra la oligarquía. Es una forma de gobierno en la cual los ricos mandan, desplazando a los pobres. Hay una oposición fatal entre la virtud y las riquezas; cuanto más se estiman las riquezas, menos se aprecian la virtud. El afán de riqueza suscita la violencia, y unos pocos, en perjuicio de la mayoría, se convierten en dueños del Estado. Para asegurar sus privilegios se valen de las armas, y los ciudadanos desposeídos viven expuestos a su capricho. Si la oligarquía conserva cierta respetabilidad aparente y no abusa en exceso de su situación, es por miedo a peores consecuencias.
El abuso de las riquezas provoca la democracia. Ansiosos de aumentar sus ganancias, los oligarcas ignoran la existencia de hombres valientes que se hallan sumidos en una desesperada pobreza. No existe ley alguna que prohíba la indebida adquisición de riquezas. Los que están al frente del Estado se entregan a los placeres hasta que los pobres, que llegan a observarlos de cerca, comprenden que si no se apoderan del gobierno es porque no quieren.
Esto basta para que estalle la revolución. Triunfante el pueblo, se establece la democracia, luego de eliminar algunos ricos y obligar a los restantes a vivir en pie de igualdad. Plantea que como el hombre es libre, en la democracia, cada uno hace lo que le place y por eso, exhibe una infinita variedad de tipos de hombres y mujeres. No se exige cultura ninguna ni especial preparación para llegar a ser gobernante; además expresa que, basta con que se afirme ser amigo del pueblo. El demócrata típico, con todo, es aquel que, una vez vencidos los fuertes impulsos de su juventud, busca establecer una total igualdad entre las diversas inclinaciones –buenas y malas- de su alma.
“Ahora nos queda por tratar la más hermosa forma de gobierno y el hombre más hermoso, o sea la tiranía y el tirano.” “El exceso de libertad engendra la tiranía. Intoxicada por el abuso, la democracia denigra a los que quieren que se observen la ley y el orden. Desaparece toda disciplina y subordinación, hasta el extremo de que no hay respeto por ninguna ley, ya sea escrita o impuesta por la tradición. En medio de esa anarquía los más enérgicos y laboriosos se presentan ante el pueblo, como los defensores de sus derechos. De ese medio surge el conductor o jefe. Amenazado por los que disfrutan del gobierno, corre el peligro de ser asesinado, en caso de no convertirse en un lobo dispuesto a defenderse en cualquier forma. El pueblo, halagado por sus promesas, le presta su adhesión y lo protege Se impone, entonces, sobre sus enemigos, que se ven obligados a descerrarse, si no quieren sufrir la muerte”.
AI principio de su gobierno, el tirano es cauto, pródigo en sonrisas y promesas. Pero, una vez afirmado en el poder, provoca guerras para que el pueblo comprenda que necesita un dirigente, si no quiere exponerse al peligro de perder la libertad. Si alguien se opone a sus pretensiones, es eliminado. Es así como el Estado se priva de los mejores ciudadanos y el tirano utiliza los servicios de personas ruines. Día tras día necesitará más guardias y mercenarios, gente que lo rodee y proteja, obedeciendo incondicionalmente a sus caprichos. Durante un tiempo, se comportará con cierta aparente honestidad, hasta el día en que exprima a1 pueblo para que soporte y pague sus propios caprichos y los de la banda que lo rodea. En fin, el tirano se transforma en un déspota.
|