El derecho político, su historia y sus conceptos fundamentales




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30) El Estado como empresa, como régimen, o como política. Es la actividad dinámica del Estado como organización política. En un Estado, el quehacer solidario y mancomunado de gobernantes y gobernados. Es un quehacer colectivo, es comportamiento de cooperación con sus éxitos y debilidades. Ese conjunto de comportamientos configura una empresa política, un régimen político, en constante dinámica, algo que transcurre y que está en movimiento para la consecución de sus fines.

4º) El Estado como personificación de la nación. Es una teoría de origen francés, considerada como equivocada. Afirma que la personalidad del Estado no proviene del derecho, sino de un fenómeno político de identificación entre el Estado y la Nación.

Sostiene, que el Estado es la personificación de la Nación, es la nación políticamente organizada; la nación no tiene existencia jurídica distinta; el Estado no es sino la nación misma organizada, y la nación organizada es el Estado. La nación se convierte en persona en el Estado, y se identifica con él.

LO PERMANENTE Y LO HISTORICO DEL ESTADO

La continuidad histórica de la organización política. La existencia del Estado como organización política de la convivencia es permanente: siempre se ha dado, se da actualmente, y se dará en el futuro. Esto es así porque responde a una necesidad de la naturaleza humana. No depende de la voluntad del hombre que sea así, o que no sea, o que sea de otra manera. Lo permanente del Estado hace a lo necesario, a lo natural de su existencia. Pero si la existencia del Estado es un fenómeno permanente, la forma concreta que cada Estado ha tenido, tiene o tendrá, es variable, es histórica, y depende de una decisión libre; reflexiva y consciente de los hombres en cada circunstancia. Lo histórico del Estado hace a lo variable de sus formas concretas y empíricas, hacen la libertad del hombre.

Es necesario, natural e inevitable que exista el Estado, pero es variable e histórico que exista con esta o con aquella forma. La continuidad histórica de la organización política significa que la permanencia del Estado como organización de la convivencia se realiza históricamente a través de formas variables, o lo que es lo mismo, que la libertad y la voluntad de los hombres juegan para adoptar una entre varias formas políticas posibles o convenientes, pero no juega para excluir la existencia necesaria de una, cualquiera sea concretamente.

La forma histórica y concreta de cada Estado deriva siempre de lo que los hombres deciden y ordenan. No está predeterminada ni elaborada por la naturaleza. La forma política en que, históricamente, se realiza la necesaria existencia de la convivencia organizada, supone de este modo el doble juego concurrente de elementos necesarios y de elementos voluntarios. Necesarios, porque no le es dado al hombre poder vivir sin organización política. Voluntarios, porque cada Estado se constituye a través de la libre decisión humana que históricamente lo organiza con una forma propia.

LA PALABRA “ESTADO” Y SUS CAMBIOS (MUTACIÓN DE NOMBRES).

La convivencia humana en sociedad, ha tenido siempre alguna organización política, El Estado. La palabra “Estado”, es la organización política, con cualquier forma histórica que haya tenido o tenga. El Estado es el producto de la politicidad natural del hombre.

Sin embargo, la palabra “Estado” origina resistencia, porque muchos autores lo reservan para mencionar únicamente a una forma concreta e histórica de organización política, y no a todas. Que el Estado, es solamente la forma particular que la organización política toma en la actualidad. Es el Estado moderno, y no las organizaciones políticas anteriores (antiguas y medievales) ni las que puedan acaso surgir en el futuro.

En principio la palabra Estado, denota la idea que abarca a todas las organizaciones políticas. Sin embargo, de debe admitir que la palabra en sí desde la antigüedad no aparece en el vocabulario político (como sinónima de organización política) hasta la época Maquiavelo. Es Maquiavelo quien la introduce cuando afirma que todos los Estados que existen son repúblicas o principados.

Hasta Maquiavelo, no había una palabra común para designar a la organización política. Los griegos usaron el término “polis”, tomado de su circunstancia histórica. Así como los romanos utilizaban los vocablos “civitas”, “res pública”, “imperium”. La edad media hereda fundamentalmente la palabra “república” (cosa pública, o de todos, o común), pero se vale, también de expresiones como “land” y “tierra”, en las que prevalece el elemento territorial de la organización política. Todavía en la modernidad, Bodin sigue manejando la palabra república como equivalente de Estado, y tal es el título de su obra “Los seis libros de la república”.

Actualmente, el vocablo república se ha reservado para una “forma de gobierno”, habiendo perdido su sentido equivalente de Estado. Finalmente, hay quienes identifican equivocadamente Nación y Estado; Nación como sinónimo de Estado. Tal confusión es inaceptable.
ESTADO IDEAL Y ESTADO EMPÍRICO (Estado Ideal, Estado Práctico).

Se habla de un Estado ideal y de un Estado empírico.

Podemos mencionar diversos tipos de Estado. En la antigüedad: Atenas, Roma, el reino visigótico, el Imperio Carolingio; o de la actualidad de Gran Bretaña, Argentina, Italia, la India, la Unión Soviética, Estados Unidos, etc. O sea, Estados empíricos, singulares, como existe Juan; Pedro, etc. “El Estado” como universal o único en el mundo no existe. Existe o han existido los Estados empíricos conforme a la realidad política y determinada época.

a) Estado Ideal: Hecha la comparación, podemos ocuparnos del Estado ideal. El tipo ideal de Estado o Estado ideal es el Estado perfecto tal como imaginamos que debe ser todo Estado empírico.

El Estado ideal denota la idea de la existencia de un Estado de justicia o Estado justo, de un Estado de derecho, de un Estado liberal, de un Estado constitucional, de un Estado socialista ‘y a cada uno de esos tipos lo consideramos como Estado ideal, como Estado debido. Es el tipo ideal que suponemos perfecto. Quiere decir que para cada una de esas posiciones, un Estado empírico sólo será perfecto si se acomoda o ajusta al modelo que señala cómo debe ser el Estado.

Haciendo jugar al tipo ideal de Estado perfecto en relación con el Estado empírico, podemos intentar elaborar: a) un tipo ideal de Estado perfecto que suponemos apto para servir de modelo a todos los Estados empíricos y a cualquiera; b) un tipo ideal de Estado perfecto como modelo para los Estados empíricos de una determinada época histórica, o de una determinada zona, o de una determinada cultura; c) un tipo ideal para tal o cual Estado empírico, que por supuesto no es apto para extenderse como modelo a otros Estados empíricos; d) haciendo concesiones con la realidad tal cual es, un tipo ideal que no es el modelo perfecto, sino el mejor posible, o a veces hasta el menos malo, según las circunstancias de lugar y de tiempo.

b) Estado Empírico (o Práctico): Por Estado empírico entendemos cada Estado concreto que realmente ha existido o existe, con sus individualidades e identidades propias, con su grupo humano, su territorio, su poder, su gobierno, su orden jurídico, etc.

Como lo propone Jellinek, con los Estados empíricos se pueden elaborar los tipos de Estados empíricos. Para ello, se debe tomar las referencias de los Estados empíricos que tienen entre sí alguna base común o similitud, historia, afinidad ideológica, de cultura, etc.; una vez que observado cómo es cada uno de esos Estados, se puede buscar un rasgo o caracteres comunes, excluyendo las notas puramente individuales de una u otras formas de estado. Y por abstracción, llegar a unificar un tipo de Estado empírico.

En tal sentido, se puede comparar experimentalmente los Estados de la antigüedad, ver qué tuvieron de común todos ellos, y unificar en un tipo empírico las notas de coincidencia; los Estados que recibieron desde fines del siglo XVIII la influencia del constitucionalismo moderno, extraer de ellos todo lo que les es común y análogo, y por abstracción elaborar el tipo empírico del Estado constitucional moderno (limitación del Estado, seguridad del individuo, reconocimiento y protección de sus libertades y derechos, división de poderes, etc.). Un modelo o tipo de Estado.

LOS TIPOS HISTÓRICOS FUNDAMENTALES (Tipos de Estados Fundamentales).

Cuando los tipos empíricos así elaborados surgen de comparar todos los Estados de cada una de las grandes edades históricas (antigua, media, moderna y contemporánea), tenemos los tipos históricos fundamentales correspondientes a cada una de esas épocas.

a) El Estado antiguo. De los Estados antiguos conocemos aproximadamente varios: los imperios de Asiria, Babilonia y Persia; Egipto, la India, la China, el Estado judío, Fenicia, Grecia y Roma.

Si de todos los Estados antiguos decimos que fueron absolutos, que el hombre no era reconocido como persona dotada de derechos subjetivos, que el gobernante no responda ante los gobernados, que lo espiritual quedaba absorbido en lo político, etc., podemos con tales notas comunes formular el ‘tipo empírico del Estado antiguo.

Pero tal generalización nos hace advertir de inmediato que el Estado judío no encuadra en este tipo empírico, porque la peculiaridad de su organización teocrática, la ideología que conocemos a través de la Biblia en el Antiguo Testamento, la religión monoteísta, la concepción de la ley mosaica, etc., suavizaron en mucho, y a veces hasta suprimieron, algunos de los rasgos propios de los demás Estados antiguos.

Si pasamos a Grecia y a Roma, encontramos etapas de su evolución política en que se da la llamada libertad o participación política de los ciudadanos, nota atípica en relación con los otros Estados antiguos en los que los gobernados carecían absolutamente de intervención política.

Ello quiere decir que acaso dentro de la misma edad antigua haya que formular más de un tipo empírico, y por ejemplo, elaborar un tipo empírico grecorromano, que reúna solamente los caracteres comunes de las polis griegas y del Estado romano en una época determinada, dejando fuera a los otros Estados antiguos, y aún tal vez al Imperio Macedónico y al Imperio Romano.

b) El Estado medieval. Los mil años de duración de la edad media ofrecen similar dificultad. Habría, por otra parte, que observar por un lado los Estados de Europa Occidental, y por el otro al Imperio de Oriente o Bizantino. La serie de Estados o reinos bárbaros, el Imperio Carolingio, el Imperio Germánico, los Estados de la época feudal, etc., carecen de suficientes bases comunes por la diversidad de épocas, de culturas, de ideologías, etc. Pero no obstante, de la edad media europea en Occidente ha quedado un tipo empírico clásico, caracterizado por un Estado no absoluto, inspirado en el ideal de justicia y el fin de bien común, con un gobierno moderado de monarquía templada, y con influencia cristiana. Tan poderosa ha sido la imagen de este tipo empírico de Estado medieval, que no han sido pocos los autores que, sobreestimándolo, lo han tomado como modelo para erigir un tipo ideal de Estado perfecto.

c) El Estado moderno. Con esta denominación se quiere muchas veces abarcar a todos los Estados existentes desde la iniciación de la edad moderna hasta la actualidad. Sin embargo, conviene hacer divisiones, 1) Hay un Estado moderno en el sentido estricto, que pertenece a la edad moderna, o sea, solamente hasta fines del siglo XVIII; 2) hay un Estado contemporáneo, que aparece con el constitucionalismo finisecular mencionado; 3) hay un Estado totalitario propio del siglo XX.

El Estado moderno del 1) es un Estado absoluto, de monarquía irresponsable ante el pueblo, de poder centralizado, etc. El Estado contemporáneo de fines del siglo XVIII (el 2) es un Estado constitucional liberal, de tipo abstencionista, con garantías para la libertad del hombre. El Estado totalitario del siglo XX (el 3), es un Estado de partido único, sin libertades individuales, que absorbe al hombre e interviene en todos los ámbitos de la vida social sofocando la iniciativa privada.
EL ESTADO COMO SOCIEDAD PERFECTA (Estado como Organización Social Perfecta).

Desde que comenzamos a desarrollar nuestra materia, hemos presidido las explicaciones con la noción de que ningún hombre se basta a sí mismo, y de que la convivencia humana se organiza para lograr la satisfacción común de las necesidades propias del grupo que convive; no una necesidad o algunas, sino todas; no para algunos, sino para todos los que componen ese grupo (necesidades básicas).

El fundamento de toda sociedad es en bien común. Es el bien común a todos, y además es un bien público por las necesidades que abastece. A esa sociedad políticamente organizada, la hemos llamado Estado. Es la principal y más importante, no por su tamaño o dimensión, sino por cu cualidad para satisfacer las necesidades de sus miembros.

El antiguo concepto griego de “autarquía” o autarquía denotaba la idea de suficiencia de la comunidad política o polis para subsistir por sí misma, y para dar satisfacción a todas las necesidades humanas. Por el fin de bien común que le era propio, y por los medios de que disponía para alcanzarlo, la vida del hombre se hacía plenamente posible. De este concepto surge el de sociedad perfecta. El Estado es sociedad perfecta porque está provisto de los medios para alcanzar el bien común, completo y total de la vida humana. El Estado es comunidad perfecta, lo dice dirá Santo Tomás.

Y lo es porque en razón del fin de bien común público y de los medios que tiene para lograrlo, hace posible la vida humana y satisface todas sus necesidades integralmente. O sea, remedia con su suficiencia la insuficiencia y limitación del hombre y de las sociedades más pequeñas o menores, que sólo atienden a un fin parcial o a una necesidad determinada. El Estado como sociedad perfecta es, entonces y por eso mismo, la máxima y suprema, la que cierra un círculo máximo y no se subordina a ninguna otra sociedad. Existe y subsiste por sí misma.

Ahora bien, esta “perfección” de la sociedad política tiene una circunstancialidad histórica. Ello quiere decir que según la cantidad y cualidad de las necesidades humanas en una concreta situación, será perfecta la sociedad que las satisfaga en ese momento, y dejará de serlo cuando ya no pueda satisfacerlas.

Toda sociedad que en una circunstancia determinada ha tenido como fin el bien común completo y total de la vida humana, ha sido la suprema y más elevada. La historia, al dar la medida de las necesidades, de las pretensiones colectivas, de las posibilidades para satisfacer unas y otras, enmarca en un cuadro existencial la perfección de la sociedad que en su fin máximo coordina y conforta todas las actividades enderezadas a cubrir con ese mismo fin aquellas necesidades del grupo.

Toda forma política —cualquiera sea— que satisface y suple la insuficiencia de los medios individuales y colectivos para lograr un bien común público, es, en ese momento y en ese contorno histórico, sociedad perfecta. Esa forma política es el Estado empírico, o sea, cada una de las organizaciones políticas en que se desarrolla la convivencia social.

ORIGEN DEL ESTADO (ORIGEN Y JUSTIFICACION DEL ESTADO) - TEORIAS

Estudiar este tema es penetrar en el terreno del origen filosófico del Estado, o en el de su causa eficiente. La causa eficiente es la causa que da origen a un ser.

Conocer la causa eficiente del Estado es saber el “que, como o para que” existe el Estado, de dónde surge o proviene su existencia. Para contestar al tema de la causa eficiente o justificación del Estado, se ensayan diversas teorías: religiosas, de la fuerza, jurídicas, y sicológicas.
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