LITERARY TEXTS
John Lyly (1554-1606): Cards and KissesNaipes y Besos Cupido y mi Kampaspe jugaron
A las cartas por besos, Cupido pagó:
Él se juega su aljaba, su arco y sus flechas,
Las palomas de su madre y el equipo de gorriones;
Y los pierde también; entonces bajo las tiradas
El coral de sus labios, la rosa
Creciendo en su mejilla (pero nadie sabe cómo);
Con éstos, el cristal de su frente,
Y así el hoyuelo de su barbilla:
Todos éstos hicieron a mi Kampaspe ganar.
Y al fin, Cupido colocó en ella sus ojos
Y ganó, y Cupido ciego se elevó.
Oh amado, ¿ella te ha hecho esto?
¿Qué será de mí?
Phil Sidney
Stella, el único planeta de mi luz
Luz de mi vida y vida de mi deseo
Noble señora, hacia donde mi esperanza solo aspira
Mundo de mi riqueza, y cielo de mi alegría,
Porque gastas los tesoros de tu espíritu
Con esa voz que más se une con la lira de Anfión,
¿Busca apagar el noble fuego dentro de mí
Alimentado por tus palabras, y encendido por tu visión?
Y todo en vano, mientras tu aliento más dulce
Con selectas palabras, tus palabras de raros motivos
Tus motivos firmemente sustentados en los pies de la Virtud,
Los esfuerzos para matar en mí este cuidado asesino,
Oh, yo pienso entonces, que paraíso de alegría
Ello es, ¡una virtud tan justa para disfrutar!
Edmund Spencer
Al ir a besar sus labios (tal goce encontré)
Que me parecía oler un jardín de dulces flores:
Se esparcían esos olores delicados por su alrededor
Para que las damiselas adapten las cejas de sus amantes
Sus labios olían como el interior de los claveles,
Sus rojizas mejillas eran como rojas rosas:
Sus cejas nevadas como Bellamoures reverdecidos,
Sus hermosos ojos son como flores rosas recién florecidas.
Su hermoso pecho como una cama de fresas
Su cuello era como un ramo de columbinas
Su pecho como lirios que no han perdido sus hojas aun
Sus pezones como jóvenes jazmines florecidos.
Tal fragancia de las flores le da un olor especial
Pero su dulce olor supera a todos los demás.
William Shakespeare: Sonet
El rostro de una mujer con la naturaleza propia de una pintura a mano
Eres tú, dueña y amante de mi pasión;
Una mujer de dulce corazón, y a la vez no familiarizado
Con los agitados cambios, como falsa es la moda femenina;
Un ojo más brillante que los suyos, que rodando son menos falso,
Doran el objeto después de que lo hayas observado;
Un hombre de color, con todos los “matices” bajo su control,
Que roba los ojos de los hombres y asombran las almas de las mujeres.
Y por una mujer fuiste tú primero creado,
Hasta que la naturaleza, como ella te forjo, sienta un gran amor,
Y por añadirme tres derrotas,
Pero nada hizo por añadir una cosa a mi propósito.
Pero desde que ella te dotó para el placer de las mujeres
Mío es el amor y tuyo el placer de aprovechar su tesoro.
William Shakespeare – Sonnet 20
Doy fe que no te amo con mis ojos,
Que ven en ti mil errores,
Pero mi corazón ama lo que ellos desprecian,
Y a pesar de tu visión, contento te adora.
Ni mis oídos se deleitan que con la melodía de tu voz,
Ni el sentimiento amoroso de tus propensos roces,
Ni tu sabor, ni olor desean ser invitados
A algún sensual convite contigo a solas:
Pero ni todo mi ingenio ni mis cinco sentidos pueden
Disuadir a un tonto corazón de servirte,
Que no deja fluir a la semejanza de un hombre,
Esclavo y desdichado vasallo de tu orgulloso corazón:
Por mi peste lejos me encuentro contando mis ganancias,
Ella me hace pecar, me premia con dolor.
William Shakespeare – Oh Mistress Mine
Oh Amada Mía
Oh amada mía! ¿Dónde estás vagando?
Oh, quédate y escucha; tu amor verdadero se acerca tanto
Que puede cantar alto y bajo.
Viajes que no van más allá de su inocente dulzura;
Viajes que terminan por el encuentro entre amantes,
Todo hijo de hombre sabio lo sabe.
¿Qué es amor? No es el porvenir;
Alegría del momento implica risa presente.
Lo que esté por venir es todavía incierto:
Ahí en la espera las mentiras no abundan;
Entonces ven a besarme, dulce veinteañera,
Que nuestra juventud no es eterna.
William Shakespeare – Sonnet 144
Dos amores tengo de tranquilidad y desesperación,
Los cuales como dos espíritus todavía se me insinúan,
El bondadoso ángel es un hombre rubio:
El espíritu del mal una mujer de color, enferma.
Mi demonio femenino para convencerme de ir al infierno cuanto antes está,
Seduciendo al bondadoso de apartarse de mi lado,
Corromperá a mi santo para convertirlo en demonio:
Resquebrajando su pureza con su indecente orgullo.
Y así mi ángel se convierte en demonio,
Más sospecho que aún no lo puedo confirmar,
Los dos amigos surgen de mí,
Adivino que un ángel está en el infierno de otro,
Esto nunca lo sabré y con la duda viviré,
Hasta que mi ángel malvado destierre al bueno.
William Shakespeare – Sonnet 54
¡Oh, cuánta más hermosura, bella parece
Por ese dulce ornamento que le otorga veracidad!
La rosa parece hermosa, pero la consideramos más hermosa aun
Por el dulce aroma que en ella reside.
Las zarzas cubiertas de un intenso color
Como si de tintura de rosas se tratase,
Conservan sus espinas, y juegan caprichosamente
Cuando la brisa veraniega revela sus brotes ocultos:
Solo se muestran por su virtud
De vivir ajenas y marchitarse sin respeto;
Quitándose la vida. Dulces rosas, no tanto;
De sus dulces muertes surgen más dulces aromas:
Y así cuando tu bella y encantadora juventud
Se marchite, revelarás tu verdad en verso.
W. Shakespeare – Sonnet 130
Los ojos de mi amada nada son en comparación con el sol;
Es más rojo el coral que sus rojos labios:
Si la nieve es blanca, por qué sus pechos son color pardo;
Si sus cabellos son alambres, negros alambres crecen en su cabellera.
He visto rosas de damasco, rojas y blancas,
Pero no son tales las rosas que en sus mejillas veo;
Y en algunos perfumes hay más placer
Que en el olor del aliento de mi amada.
Amo escuchar su voz, aunque ya conozca
Esa melodía tiene un sonido mucho más agradable:
Declaro que nunca vi a una Diosa marcharse,
Mi amada, cuando camina, deja huellas en la hierba:
Y aun así, en el cielo, creo que mi amor es raro
Comparado con cualquier otro, tal y como ella creía.
RICHARD BARNFIELD
(1574-1627)
Sonnet
A veces desearía su almohada ser,
Así poder robarle un beso, y no ser visto,
Así poderla contemplar en su sueño,
Aunque lo haga a través de una escena de miedo.
Pero cuando considero cuan vanidoso es mi deseo,
Como tontas abejas (pienso) que no sorben
Sus labios por miel; pobres flores que
No ofrecen ningún dulzor: cuando sus exclusivos besos
Son capaces de reavivar a un alma moribunda.
Bésalo, pero sin picar, y si lo haces,
Su furiosa voz tu vuelo perseguirá.
Pero cuando escuchen tu voz, ¿qué puede controlar
Sus retornos? Para entonces claramente ellos pueden observar
Cómo paneles en sus labios sueltan abejas.
JOHN DONNE
Elegy 19. Going to bed
Ven, dama, ven, mis poderes desafían lo demás,
Hasta que trabaje, haré como si trabajo.
El enemigo con frecuencia, tiene al enemigo a la vista,
Agotado, de pie, nunca pelea.
Sin esa faja, como el zodiaco resplandeciente,
Abarcando un lejano mundo aún más hermoso.
Desprender el peto con lentejuelas que llevas
Tus ojos de un tonto ocupado se detienen allí.
Quítalas tu misma, por el armonioso campaneo
Me dice que sabes que es la hora de dormir.
Sin ese feliz corpiño, que envidio,
Todavía puede estar, y quedarse tan cerca.
Que al quitarse el vestido, tal estado de hermosura revela
Como cuando los floridos prados roban las sombras de tus colinas.
Sin esa delgada corona, mostrando
La diadema de pelo que en ella crece;
Ahora sin esos zapatos, entonces pisarás segura
Ese santificado templo del amor, esta suave cama.
En tales blancos robos, los ángeles del cielo solían
Ser recibidos por hombres; aunque, ángel, traes contigo
Un cielo como el paraíso de Mahoma; y aunque
Espíritus caminan de blanco, obviamente lo sabemos
Así que los ángeles que provienen de un espíritu diabólico,
Son quienes colocan nuestros cabellos, y nuestra carne erguida.
Liberar mis itinerantes manos, dejarlas ir
Antes, detrás, entre medio, arriba, debajo.
¡Oh América mía! Hallada tierra mía,
Mi reinado, más seguro cuando se gobierna por un hombre,
Mis preciosas rocas, mi imperio
¡Cuán bendecido soy por descubrirte!
Crear estos lazos es ser libre;
Ahí donde están mis manos colocadas, será mi garantía.
¡Completa desnudez! A ti debo todo goce,
Como almas incorpóreas, joyas que vosotras mujeres usáis
Son como las manzanas de oro de Atalanta, para ser vista por hombres,
Cuando un inocente ojo se tropieza con una joya,
Su alma terrenal puede desear sus joyas, y no a ellas.
Como cuadros, o coberturas homosexuales de libros, hechas
Por laicos, son mujeres así ataviadas;
Son en sí mismo libros místicos, que solo nosotros
(A quien su imputada gracia dignificará)
Debemos saber ver. Entonces, desde que yo pueda conocer,
Tan libremente como una partera se muestra
A si misma: arrojar todo, si, este lino blanco,
Y por lo tanto, no hay penitencia por tal inocencia.
Para enseñarte, primero me desnudo, ¿por qué entonces
Necesitas cubrirte más que un hombre?
John Donne
"Batter my heart, three person'd God; for, you"
Tres dioses personificados golpean mi corazón; por ti
Continúo y llamo, respiro, brillo, y lo pretendo reparar.
Puedo crecer y soportar, derribarme, doblar
Tu fuerza para romperme, fundirme, encenderme, y hacerme de nuevo.
Yo, como ciudad usurpada, por otra debido
Al hecho de haberte admitido, y así, no hay final;
La razón, dentro de mí tu virrey, debería defenderme,
Pero está cautivo, y resulta débil y falso
Que aun cariñosamente te ame, tú que serías gustosamente amada,
En cambio estoy desposado por tu enemigo.
Divórciate de mí, y de nuevo desata o rompe ese lazo;
Llévame a ti, aprisióname, por mí,
Solo si me cautivas, seré libre,
Solo si me violas, estaré purificado.
John Donne
The Flea
Conmemora pues a esta pulga, y fíjate en ella,
Cuán pequeña es esa que me negaste;
Primero me absorbía a mí, ahora a ti,
Dentro de esta pulga nuestras sangres se mezclan;
Sabes que esto no se considera
Pecado, o deshonra, o perdida de la virginidad,
Esta disfruta, antes de cortejar,
Consentida se hincha con sangre de los dos,
¡Ay de mí! Que se atreve a hacer más de lo que haríamos.
Oh quédate, tres vidas en una pulga se concentran,
Donde casi, estamos más que casados.
Es nuestra cama y templo matrimonial;
A pesar del rencor paternal, y tú, nos conocimos,
Enclaustrados entre estas azabaches paredes vivientes.
Aunque el hábito te permite matarme
Déjalo, no seas tu propio asesino,
El sacrilegio, de pecar tres veces por triple asesinato.
Cruel y repentina, ¿desde qué momento
Tu uña purpuró de inocente sangre?
¿Dónde podría esta pulga ser culpable,
Exceptuando esa gota que absorbió de ti?
Aun así tu victoriosa, dices que no te
Encontraste en ti misma ni en mí, quién era ahora él más débil;
Cierto es, que aprendí que falso el miedo es:
Solo cuando tanto honor me cedes, lo desperdiciaré,
En el momento que la pulga muerta te absorba vid.
Robert Herriek, 1591-1674)
The Vine
La Vid
Soñé con esta mortal parte de mí
Que se está transformando en vid,
La cual, se arrastraba en todas direcciones,
Cautivó a mi delicada Lucía.
Pensé, en sus largas y pequeñas piernas y muslos
Yo y mis zarcillos nos sorprendimos;
Su vientre, sus nalgas, y su cintura
Rodeados por mis suaves y pequeños nervios.
Sobre su cabeza cuelgo retorcido,
Y con ricos racimos (me escondo entre
Las hojas) de sus templos colgaba,
Y así mi Lucia se me parecía
Al joven Baco embelesado por su vid.
Mis rizos sobre su cuello se arrastraban,
Y cautivaban mis brazos y manos,
Así no se podía mover libremente
(Todo su cuerpo prisionero).
Pero cuando me deslice con hojas para esconder
Aquellas partes que las doncellas no ven,
Tales fugaces placeres disfruté
Que me desperté con tal fantasía,
Que encontré (¡ay de mí!) mi carne
Más como un ofrecimiento que como una vid.
(Robert Herriek, 1591-1674)
Upon Jack and Jill. Epigram
Sobre Jack y Jill. Epigrama
Cuando Jill se quejó a Jack que quería carne,
Jack besó a Jill, y le ofreció comer con libertad.
Comer qué?, Jill dice, ese dulce beso, dice Jack,
Lleno de néctar y ambrosía,
La comida de poetas. Eso creía, dice Jill;
Eso hace que se vean tan altos y delgados, casi como fantasmas.
Deja que poetas se alimenten de aire o de lo que quieran;
Deja que me llene hasta que me vengan flatulencias, dice Jill.
(Robert Herriek, 1591-1674)
Upom Julia’s Clothes
Sobre las ropas de Julia
Como cuando Julia va vestida con sedas,
Entonces, entonces, pienso, cómo ondea dulcemente
Esa licuefacción de sus ropas.
Después, cuando arrojo una mirada y veo
Esa valiente vibración libre de toda dirección,
Oh, ¡cómo me atrapa aquello tan brillante!
(Robert Herriek, 1591-1674)
Upon Prue, His Maid
Sobre Prue, Su Doncella
Reposa dentro de esta pequeña urna
Prudencia Baldwin, que una vez fue mi doncella,
De aquí su feliz chispa dejó
Florecer la purpura violeta.
(Robert Herriek, 1591-1674)
Upon the Nipples of Julia’s Breast
Sobre los pezones del pecho de Julia
¿Habéis contemplado (con mucho placer)
Una rosa asomar a través de una blanca?
¿O algo más bello que una cereza (doblemente adornada)
Dentro en el centro de un lirio?
¿O alguna vez apreciado el bello haz
Que muestra una fresa parcialmente hundida en nata?
¿O visto ricos rubíes ruborizados a través de
Una perla suave y pura, además de reluciente?
Así como esto, más aun todo lo demás,
Es de atractivo cada pezón de su pecho.
(Robert Herriek, 1591-1674)
To the Virgins, to Make Much of Time
A las Virgenes, para Hacer Mucho Tiempo
Reunid capullos de rosa mientras podáis,
Viejos tiempos todavía son solo un vuelo:
Y esta misma flor que hoy sonríe
Mañana estará muerta.
La gloriosa lámpara del cielo, el sol,
Cuyo objetivo es ser más alto,
Más rápido para correr su carrera,
Y más cercano para así posicionarse.
Esa edad es la mejor por ser la primera,
Cuando la juventud y la sangre están calientes;
Pero cuando se termina, lo peor, en las peores
Ocasiones aún triunfa lo antiguo.
Pues no seas tímido, aprovecha tu tiempo,
Y mientras puedas, vive en matrimonio:
Por haber perdido una vez el mejor momento,
Puede que esperes para siempre.
(Robert Herriek, 1591-1674)
Chop-Cherry
Corte de Cereza
Me diste permiso para besar,
Me diste permiso para cortejar;
Me hiciste pensar, por esto
Y aquello, me amaste también.
Pero nunca olvidaré
Cómo, por convertirte en esposa,
Me hiciste cortar, para que así
Otro abriera tu cereza.
John Milton
Methought I Saw My Late Espousèd Saint
Creía Ver a Mi Última Santa Desposada
Creía ver a mi última santa desposada
Vino a mí como Alcestis de la tumba,
De quien el hijo de Jove dio a su marido,
Rescatado de la muerte a la fuerza, débil y pálido.
Mía, como a quien lavó la mancha puerperal del lugar,
La purificación que la antigua ley preservó,
Y sobre tales, una vez más yo confío tener
Una visión completa de ella en el cielo sin restricción,
Se acercó creada toda de blanca, pura como su mente.
Su rostro fue velado, aún en mi imaginaria visión
Amor, dulzura, bondad, en sí brillaba
Tan clara, como si no hubiera otro rostro más deleitable.
Pero oh, a abrazarme se inclinó,
Desperté, me abandonó, y el día devolvió mi noche.
Anne Bradstreet (England, 1612 – 1672)
My dear loving husband
Mi querido cariñoso esposo
Si alguna vez dos convergiesen en uno, seríamos nosotros.
Si alguna vez un hombre fuera amado por su mujer, ese serías tú.
Si alguna vez tú, esposa, fuiste feliz con un hombre,
Comparaos conmigo, vosotras mujeres, si podéis.
Valoro tu amor más que minas llenas de oro,
O toda la riqueza que el Oriente acumule.
Mi amor es tal que no hay ríos que puedan satisfacer mi sed,
Ni tampoco conseguir que tu amor sirva de recompensa.
Tu amor es tal que no puedo compensártelo de ninguna manera;
Rezo que los cielos te premien de múltiples maneras,
Entonces mientras vivamos, al amar deja lo conservador,
Para que cuando no vivamos más, podamos vivir para siempre.
Katherine Phillips (1631-1664)
To Mrs. Mary Awbrey
Para la Sra. Mary Awbrey
Alma de mi alma, mi Gozo, mi Corona, mi Amiga,
Algo que todos los demás comprenden;
Cuan felices somos ahora, nuestras almas han madurado,
Por una mezcla incomparable, primero:
Pueden hacerse querer sus mentes bien familiarizadas, que ahora están tan cercanas
Como el Amor, las Promesas, o la Amistad
No conocía más tu revelación,
No conocía tu deseo que en mi se disimula.
Tu corazón deja salir mis secretos perfectamente ocultados,
Y mi pecho es tu cobijo.
No derramaste lágrimas, sino que mi humedad tomaste prestada,
Y si suspiro, se consume tu aliento.
Juntos, ¿qué horror puede hacer parecer
Noble nuestra pena, ira, o temor?
Deja que el tedioso mundo luche y hable solo,
Con sus vastas ambiciones del espanto de la Naturaleza;
Déjalos desdeñar tan inocente llama,
Mientras la Envidia, el Orgullo y Parcialidad entran en juego:
Pero por el amor sublimado colocamos tan alto,
La pena de Reyes, y el desprecio de Conquistadores,
Desde que hemos engrandecido esa unión sagrada,
La cual ellos y todo el faccioso Mundo ha perdido.
JOHN DRYDEN (1631-1700)
A new Song
Una Nueva Canción
La bella Silvia, en el florecer de los quince,
Sentí un inocente calor cuando se recostó sobre la hierba;
Había ella oído de cierto placer, y algo intuyó
Al acompañarla, tumbarla y tocar su pecho;
Vio al ansioso hombre, y al besarse desde tan cerca
No apreciaron lo que con sus miradas trasmitían.
Por sus ruegos y gimoteos
Abrazos y enredos,
Jadeos y deseos,
Miradas y besos
Miradas y besos muy cercanos.
“¡Ay!” Lloraba, “¡Ay, morir solo por una doncella
Que languidece en un país de cristianos!”
Sin políticos enfrentados, o un traidor al menos,
Ni un Párroco Protestante, o un Cura Católico
Para guiar a una joven virgen,
Amantes que al besarse desde tan cerca
No apreciaron lo que con sus miradas trasmitían.
Por sus ruegos y gimoteos
Abrazos y enredos,
Jadeos y deseos,
Miradas y besos
Miradas y besos muy cercanos.
SIR CHARLES SEDLEY (1639-1701)
On Fruition
En el Acto
Nadie más que una enamorada musa puede saber
Que dulces y tumultuosos goces siento
Cuando descanso sobre el pecho de Celia,
Entonces me estremezco, me debilito y muero.
Combinando besos y abrazos,
Sacando nuestras lenguas y juntando las caras,
Jadeando, estirándonos, sudando, arrullando
Todo provocado por el éxtasis del momento.
Aphra Behn (1640-1689)
Song from Abelazar
Canción desde Abdelazar
El amor se asienta en un espléndido triunfo,
Mientras a su alrededor se desangran corazones,
Del cual creó un dolor reciente,
Y mostró un extraño tirano poder;
De tu brillante mirada tomó su fuego,
El cual bromeando lanzó alrededor;
Pero fue de mí de quien extrajo ese deseo
Suficiente para acabar con el amoroso mundo.
De mi extrajo sus suspiros y lágrimas,
De ti su orgullo y crueldad;
De mí su languidez y miedos,
Y de ti cada dardo mortal;
Así tú y yo, a Dios hemos armado,
Y lo hemos convertido en deidad;
Pero mi solitario pobre corazón se reciente
Mientras libre y tuya sea la victoria.
Rochester, John Wilmot, Earl of, 1647-1680:
Upon Cary Frazer [from The poems (1984)]
A Cary Frazer
Su padre le dio seis aparatos estimulantes;
Pero su madre le dio hasta una veintena:
Pero ella solo quiere los de carne
Y jura por Dios que nunca más los usará.
Rochester, John Wilmot, Earl of, 1647-1680:
Against Marriage [form The poems (1984)]
Contra el Matrimonio
Exceptuando el mero amor y la redomada devoción
Hacia el matrimonio, os doy esta galopante noción,
Que es la perdición de todo negocio y el fin de todo placer,
El ingenio, la juventud, la virtud y el tesoro se consumen.
Es la tortura de los pensamientos de nuestras pesadillas,
Y nos dispone a trabajar hasta hartar.
Nos hace construir ladrillos sin rastrojos o paja,
Y una vagina ya no tiene sentido para la consciencia o la ley.
Si sientes deseos carnales, escoge el noble camino
Que sin trabas te ofrece una moza,
Ponte encima, abajo, pide lo que quieras,
Lo peor que puedes temer es la enfermedad:
Las enfermedades que conoces tienen cura,
Pero la condena al infierno abrasador del matrimonio perdurará.
Matthew Prior (1664-1721)
A True Maid
Una doncella de Verdad
No, no; por mi virginidad,
Cuando la pierda, dice Rose, moriré:
Detrás de los olmos, la noche anterior, Dick lloraba,
Rose, ¿no parecías estar muy enferma?
Jonathan Swift
A Beautiful Young Nymph Going to Bed
Una Hermosa Joven Ninfa que se Va a Dormir
Corinna, orgullosa de Drury Lane,
No hay pastor a quien mire en vano;
Nunca hizo alarde de los jardines del convento
Una hermosa maltratada, ¡ningún brindis sobre la marcha!
No hay libertino bebido que la levante,
No hay cuerpo de garrapata para sorberla;
Regresando a la medianoche,
Cuatro pisos a trepar hasta su recamara;
Entonces, sentada en una silla de tres patas,
Se quita su peluca;
Se quita un ojo de cristal,
Lo limpia con un paño, y lo guarda.
Sus cejas hechas de piel de ratón,
Colocadas con estilo a cada lado,
Tira de ellas con cuidado, y a continuación las revisa,
Entonces en su libro de procederes las coloca con suavidad.
Ahora con destreza se quita su maquillaje,
Que sirve para disimular sus mandíbulas huecas,
Desata un alambre, y de las gomas
Se desprende un juego completo de dientes;
Se quita sus trapos que artificialmente sujetan
Sus flácidos grandes pechos, que se caen.
Prosigue, la amorosa diosa,
Desatando a continuación su estriada blusa,
La cual, tiene la habilidad
De presionar y alisar bultos y rellenar huecos.
Arriba se alzan sus manos para quitarse la túnica,
El refuerzo que moldea sus caderas;
Con roces sutiles, a continuación explora
Sus chancros, inconvenientes, marcados por llagas,
Causadas por muchos tristes infortunios;
Y así a cada uno le aplica un yeso:
Antes de irse a dormir,
Frotando debe hacer desaparecer toda pincelada blanca o roja,
Y suavizar todas las arrugas de su frente
Colocándose un papel con grasa.
Toma un bolo antes de dormir,
Y entonces se desliza entre dos mantas.
Duerme atormentada por el dolor que le causa el amor;
O, si tiene oportunidad de cerrar sus ojos,
En los sueños aparece en un reformatorio,
Y grita débilmente por sentir el golpe;
O, por un infiel agresor provocado
En alguna taberna empeñada en ocultar;
Al parecer trasladada a Jamaica,
Sola, por ningún colono cortejada;
O, en la cercanía de la costa donde la flota descansa en una cenagosa zanja,
Rodeada de cientos de hedores;
Parecía que el reloj mentía, se retrasaba,
Y con ganas de morder a algún muchacho que pase;
O, herir con miedo, su fantasía vuela
Con los serenos, guardias e importunos,
De los que frecuentemente ella roces recibe;
Pero nunca en sociedades religiosas;
Segura de que recibirá sus favores
Ya que amablemente los paga.
Corinna despierta. ¡Una terrible visión!
¡Mantiene la noche en ruinas!
Una horrible rata, como medio gato, robó su yeso,
Y lo arrastró hasta su agujero.
El ojo de cristal, ¡Ay de mí! Se ha perdido;
Y el gato había orinado en su voluminizador,
Una paloma cogió su preparado de guisantes:
Sacudió su trenza llena de pulgas.
La ninfa, pensó que mala suerte,
Debe juntar sus artificiales miembros cada mañana.
Pero, ¿cómo describiré sus arte
Para reunir sus dispersas partes?
O transmitir la angustia, fatiga, y dolor,
De volverse a componer de nuevo?
La tímida musa no tendrá ocasión
De interferir en tal escena.
Corinna, en la engalanada mañana
Todo aquel que vea, vomitará; que huela, será envenenado.
ALEXANDER ROPE (1688-1744)
Two or Three:
A Recipe To Make a Cukold
Dos O tres:
Una Receta para Ser un Cornudo
Dos o tres, y dos o tres arcos,
Dos o tres asuntos civiles, dos o tres juramentos,
Dos o tres besos, con dos o tres miradas,
Dos o tres rezos –y déjame morir-
Dos o tres apretones, y dos o tres remolques,
Con dos o tres mil libras gastadas en sus casas,
Nunca falla engañar a dos o tres esposas.
William Blake
The Sick Rose
La Rosa Enferma
Oh Rosa, enferma está tu arte.
Gusano invisible
Que en la noche vuela
Dentro de la ruidosa tormenta.
Fuera has hallado tu lecho
De rojizo goce,
Y su oscuro amor secreto
Que destruye tu vida.
William Blake
Songs of Innocence
Canciones de Inocencia:
Pedí a un Ladrón
Pedí a un ladrón que me robara un melocotón,
Y este volvió sus ojos;
Pedí a una flexible dama que se acostara,
Sagrada y dócil lloraba.
Al poco de marcharme
Un ángel vino.
Guiñó al ladrón
Y sonrió a la dama-
Y sin decir palabra
Tomó un melocotón del árbol
Y aún como doncella
Disfrutó de la dama.
Lord Byron
She Walks in Beauty
Camina con su Belleza
Camina con su belleza, como la noche
Sin nubes y estrellados cielos;
Todo lo mejor de la oscuridad y del brillo
Se concentran en su aspecto y en sus ojos:
Así suavizó esa luz encantadora
Que el paraíso niega al día vulgar.
Una sombra de más, un rayo de menos,
Habían dañado la innominada elegancia
Que ondea el plumaje de los cuervos,
O iluminaba suavemente su rostro;
Donde pensamientos serenamente dulces expresan
Cuan pura, y cuan estimada es su morada.
Sobre esa mejilla, y sobre esa frente,
Tan suave, tan quieta, y aún elocuente,
Sonrisas que atrapan, tintes que resplandecen,
Pero qué decir de los días que bondadosamente pasan,
Una idea de paz surge
De un corazón de amor inocente.
Edgard Allan Poe
Annabel Lee
Mucho, mucho tiempo atrás,
En un reino marino
Vivía una doncella que puede que conozcas.
Por el nombre de Annabel Lee;
Y esta doncella no pensaba más
Que amar y ser amada por mí.
Yo era un niño y ella una niña,
En este reino marino;
Pero nos amábamos con un amor fuera de lo normal-
Yo y mi Annabel Lee-
Con un amor que los serafines alados del paraíso
Nos cubrían.
Y esa era la razón, por la que largo tiempo atrás,
En este reino marino;
De una nube sopló un viento, que heló
A mi hermosa Annabel Lee;
Y así sus parientes de la alta sociedad vinieron
Y me la arrebataron,
Vinieron para silenciarla bajo un sepulcro
En este reino marino.
Los ángeles, no eran ni la mitad de felices en el cielo,
Nos envidiaban-
¡Sí!- esa fue la razón (como todos los hombres saben,
En este reino marino).
En la noche de las nubes soplaron vientos
Enfriando y acabando con mi Annabel Lee.
Pero nuestro amor se hacía más fuerte cuanto más lo separaban
Aquellos más mayores que nosotros-
Más sabios que nosotros-
Ni los ángeles en el paraíso,
Ni los demonios bajo el mar,
Pueden separar mi alma del alma
De la hermosa Annabel Lee:
La luna siempre brilla, acompañada de sueños
De la hermosa Annabel Lee;
Y las estrellas nunca ascienden, sin sentir brillar los ojos
De la hermosa Annabel Lee:
Y así, toda la noche junto a la marea, me acuesto en el lugar
De mi querida -mi querida- mi vida y mi desposada,
En su sepulcro marino-
En su tumba rodeada por el mar.
Lines of Ale
Oda a la Cerveza
Colma esta cerveza de espuma ambarina,
Y me la volveré a beber.
Tales hilarantes visiones trepan
Por los rincones de mi cerebro-
Extraños pensamientos – peculiares fantasías
Cobran vida y se esfuman:
¿Qué importa como avance el tiempo?
Hoy estaré bebiendo cerveza todo el día.
W.WHITMAN
Not Heat Flames and Consumes
Ho hay fuego que arda y se consuma
No hay fuego que arda y se consuma,
Sin olas que vienen y van,
Sin delicioso y seco aire, aire en pleno verano, lleva
Ligeras bolas de miles de semillas que bajan,
Flotando, navegando con gracia, para dejarse caer donde puedan;
Sin estos, y nada más que mi fuego,
Están consumiendo, prendiendo por su amor a quien amo,
Nadie más que yo voy y vengo;
¿Se agita la marea, buscando algo, sin cesar?
Al igual que yo,
Ni polen que cae ni perfumes, ni altas nubes
Lloviendo, se mantienen a cielo abierto,
Nada más que mi alma se mantiene a cielo abierto,
Flotando en todas las direcciones del amor, por amistad, por ti.
W. WHITMAN
A Woman Waits for Me
Una mujer espera por mí
Una mujer espera por mí, ella lo tiene todo, nada le falta,
Aún si todo faltase, si el sexo faltase, o si la humedad
Del hombre correcto faltase.
El sexo lo tiene todo, cuerpos, almas,
Intensiones demostraciones, purezas, delicadezas, consecuencias, confesiones,
Canciones, órdenes, salud, orgullo, y misterio maternal
La leche fundamental
Toda esperanza, beneficencia, concesión, toda pasión, amor,
Belleza, goce de la Tierra,
Todo gobierno, juez, dios, persona perseguida sobre la
Tierra,
Están presentes en el sexo como partes y justificaciones del mismo.
Que el hombre que me guste sepa y reconozca Sin vergüenza
Cuan placentero es su sexo,
Que la mujer que me guste sepa y reconozca sin vergüenza el suyo.
Ahora me alejaré de la mujer insensible,
Me quedaré con la que me espere, y con esas
Mujeres de sangra caliente y lo suficiente para mí,
Veo que me entienden y no se me niegan,
Veo que son dignas para mí, seré el vigoroso esposo
De esas mujeres.
Emily Dickinson
Sentí temor de ese primer petirrojo, mucho temor,
Pero está vencido, ahora,
Estoy ciertamente acostumbrada a su crecimiento,
Me hiere un poco, sin embargo-
Creía que solo podría vivir
Hasta que pasase el primer grito –
No todos los pianos en los bosques
Tenían poder para acabar conmigo –
No me atreví a reunirme con los narcisos –
Por miedo de su traje amarillo
Penetrarías en mí de manera
Muy extraña para mí –
Deseo que la hierba se agite –
Bastante – lo veré cuando sea momento –
Se hallaría muy alto, el más alto
Podría estirarse – para verme –
No podría soportar que las abejas viniesen,
Deseaba que se mantuviesen alejadas
En esos oscuros campos de donde vienen,
¿Qué mensaje tienen, para mí?
Están aquí, aunque; no hay criatura derrotada –
Ninguna flor se mantuvo alejada
Por gentil respeto hacia mí –
La reina del calvario –
Cada uno me saluda, cuando él pasa,
Y yo, mi pueril plumaje,
Alzado, como afligido reconocimiento
De sus irracionales tambores.
Aldrich, Thomas Bailey, 1836-1907
CARPE DIEM
Estudiando los ojos de mi dama
He crecido aprendiendo día a día,
De tan maquiavélica manera,
Que cuando le enviaba flores, le decía
A cada pequeña flor (no importa cual,
Geranio, clavel, o nardo,
Jeringuilla, o nomeolvides,
O violeta) antes de marchar:
“No triunfes, pequeña flor,
Cuando descanses en su arrogante corazón,
Solo modestamente disfruta de tu hora:
Pues al rato se cansará de ti.
Mary Wilkins Freeman; From Century (1891)
Love and the Witches
El Amor y las Brujas
Era una pequeña, temerosa doncella,
Cuya madre la dejó completamente sola;
Se quedó con su puerta de cerrojo de hierro,
Y contra ella rodó una roca de la suerte–
Durante muchas noches caminó con miedo
Mientras brujas sobrevolaban su casa.
Perder el laúd a media noche,
¿Quién vino –cantando a la puerta, -
Dejando ver las costuras de luz dorada, -
“He, abra, querida, se lo imploro?”
No podría ayudarle a descubrir qué es el amor,
Aunque nunca lo conocieron antes.
Suavemente deslizo la barra de hierro,
Y alejó la roca de la suerte,
Y cuidadosamente dejó la puerta entre abierta –
“Ahora que entre, el Señor Amor, ruego;
Mi madre no lo conoce, pero lo ha visto
Por ti muchos días.”
Con la brisa y el ruido de melancólicas alas
Dieron a la puerta un ventoso empujón;
Encaramadas en sillas y escobas y cosas;
Como murciélagos batían rodeándonos en lo alto –
Pequeña pobre doncella, dejaría a las brujas con el Amor.
Elaine Goodale Eastman;
from Frank Leslie’s Popular Monthly (1860)
The Master of the House
El Maestro de la Casa
El amor - llamó a mi puerta –
Astuto lo albergué sin demora;
Estaba muy persuadido y descolorido,
¡Le propuse que nunca me dejara!
Ahora en mi casa está acostumbrado a vivir,
Tan grande su exacción ha crecido –
Tan tirano su balbuceante tono,
A veces me pregunto, ¿era eso bueno?
Era fuerte, y ahora soy débil,
Y estoy aprisionado, yo, que una vez fui libre;
Desde que el amor me ha dominado,
¡Aunque fui orgulloso, he crecido sumiso!
El truhan – ¡se me burlaba a la cara!
Mis doloridas quejas es alimento de sonrisas;
Piensa pagar por todas mis fatigas
Con un bullicioso abrazo más.
“¿Ves allí aquella virgen, utilizada y grave?
Años pasan – y ella bloqueó la puerta –
Ahora, si llamase a la puerta una vez más,
¡No hay duda que volaría para ser mi esclava!
My girl’s tall with hard long eyes.
Edward Estlin Cummings (1894-19962)
Mi dama es alta de fija y alargada mirada
Mi dama es alta de fija y alargada mirada
Cuando de pie se halla, y en silencio apoya sus fijas y alargadas
Manos sobre su vestido, su inmóvil y alargado cuerpo
Es adecuado para dormir ya que ocupa sorprendentemente
Lo que un impactante alambre blanco, a veces cuando sonríe
Una fija y alargada sonrisa hace que
Alegremente se despejen en mí molestos dolores,
Y el débil pestañear de su mirada fácilmente registra
Mi impaciencia en una extremidad de mi alta
Y tersa dama, de piernas finas como vid
Que pasa toda su vida sobre un muro en un jardín,
Y se acerca a su muerte. Cuando sobrios vamos a dormir
Con estas piernas empieza a echarse y retorcerse
Sobre mí, y a besar mi rostro y mi cabeza.
You
Charles Bukowski (1920-1994)
Tú
Eres una bestia, dice ella
Tu gran barriga blanca
Y esos pies peludos.
Nunca cortas tus uñas
Y tienes manos gruesas
Garras como un gato
Tu brillante nariz rojiza
Y las más grandes bolas
Que alguna vez haya visto.
Expulsas esperma como una
Ballena expulsa agua del
Orifico de su lomo.
Bestia, bestia, bestia,
Ella me besó,
¿Qué quieres desayunar?
Yes Yes
Charles Bukowski (EEUU, 1920.1994)
Sí Sí
Cuando Dios creó el amor no ayudó a la mayoría
Cuando Dios creó los perros no los ayudó
Cuando Dios creó las plantas fue algo mediocre
Cuando Dios creó el odio lo utilizamos habitualmente
Cuando Dios me creó él me creo
Cuando Dios creó al mono estaba dormido
Cuando creó la jirafa estaba bebido
Cuando creó los narcóticos estaba drogado
Y cuando creó el suicidio estaba deprimido
Cuando te creó acostada en el lecho
Sabía lo que hacía
Estaba borracho y drogado
Cuando creó las montañas y los mares y el fuego
Al mismo tiempo
Cometió algunos fallos
Pero cuando te creó acostada en el lecho
Se apoderó de todo su bendito universo.
Adrienne Rich (1951-1999)
[The Floating Poem, Unumbered]
El Poema Flotante
Lo que quiera que suceda con nosotros, tu cuerpo
Frecuentará al mío – tiernos y delicados
Tus actos sexuales, como la fronda medio enroscada
Del helecho del águila de bosques
Apenas iluminados por el sol. Entre tus ejercitados, generosos muslos
Mi rostro entero se acerca más y más –
La inocencia y sabiduría de mi lengua se establece allí –
La viva, insaciable danza de tus pezones dentro de mi boca –
Tu roce, firme, protector, me descubre,
Tu fuerte lengua y esbeltos dedos
Alcanzando aquello por lo que por ti durante años he estado esperando
En mi húmeda y rosada cavidad – pase lo que pase, así es.
Carol Ann Duffy (1955-)
Oppenheim’s Cup Saucer
Platillo de Oppenheim
Me pidió que almorzáramos desnudos. Lejos de
Las fuertes risas de los hombres, nuestra vida secreta se removía.
Recuerdo su mirada, el fino collar de su pecho.
Esta es tu taza, susurró, y esta la mía.
Bebimos el dulce y caliente líquido y obscenamente hablamos.
Cuando me desvistió, sus senos eran un espejo
Y allí estaban los espejos en el lecho. Dijo, coloca
Tus piernas rodeando mi cuello, eso está bien. Sí.
Limerick
Érase un joven tipo llamado Jerry
Cuyo pene era el más largo de Kerry.
Cuando expulsara un chorro
Bajaría su haba
Y espumaría a las personas tal como un ferri.
Limerick
Érase un joven hombre de Racine
Que inventó una divertida máquina.
Cóncava y convexa
Se ajustaría a ambos sexos –
La cosa más complicada de usar jamás vista.
Limerick
Érase un viejo monje siberiano
Cuya existencia se desarrolló firmemente monótona;
Hasta que interrumpió desde su celda
Con un grito salido del infierno
Y se escapó con la Madre Superiora.
Limerick
Un perseverante joven fontanero llamado Lee
Estaba trabajando a su dama en el mar.
Dijo ella, ‘Detén tu labor,
Hay alguien acercándose’.
‘Lo sé, dijo el fontanero, soy yo’
Limerick
Érase un joven guacho llamado Bruno
Que dijo: ‘No conozco más que el amor.
Una alta joven está bien:
Una baja es estupenda;
Pero una fogosa es la mejor.
Limerick
Érase una joven dama de Kent
Que decía saber que implicaba
que hombres la invitaran a cenar
Langosta y vino.
Lo sabía. ¡Oh, lo sabía! Pero ella iba.
Anglo-Saxon Riddles of the Exeter Book/77 Un zagal se presentó en un lugar que conocía
Ella aguardaba en una esquina. Progresivamente, el joven y vigoroso hombre
se montó encima, y ella misma se levantó
envuelta en sus manos, se introdujo bajo su faja/pretina;
Algo rígido tal como ella se erigía allí;
Manipulada a su voluntad ambos se agitaban.
El noble hombre la agitaba con brío, útil por momentos,
Una valedera sirviente; a pesar de acabar fatigado
tras cierto tiempo, por más rígida que al principio permaneciera,
agotado por la tarea. Bajo la faja
comenzó allí a crecer lo que los buenos hombres
aman con entusiasmo y compran con dinero.
Anglo-Saxon Riddles of the Exeter Book/79 Soy rígido y en punta, potente al penetrar,
Rápido al salir útil y leal a mi señor
Por debajo me adentro y sin ayuda me abro camino
En la dirección correcta. Con prisa, un guerrero
Por detrás me empuja, un trajeado héroe.
A veces me saca, caliente del agujero.
A veces regreso a la angosta cavidad
De recorrido desconocido. El hombre del sur
me introduce con dureza. Adivine cual es mi nombre.
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