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ANGELES Y ARQUETIPOS PREFACIO: CÓMO CAPTURAR UN ANGEL pg 2 ¡NO LEA ESTE LIBRO EN ORDEN! pg 7 DE DONDE VINIERON LOS HOMBRES DE LOS ANGELES pg 7 1 ZADQUIEL - ¿Qué espera usted de la vida? pg 8 2 RAMAELA - ¡Alegría, alegría! pg 15 3 RAFAEL - Lo bello es la cura pg 20 4 SOQUED HOZI - La confianza pg 25 5 MIHR - El reconocimiento de la semejanza por la desidentificación de la diferencia pg 29 6 FORTUNATA - Sé y prospera pg 34 7 ZACARAEL - La entrega de sí a sí mismo pg 40 8 URIEL - Lo bueno de lo malo pg 47 9 AMARUCHIA - Todo lo que es, es una bendición pg 51 10 KAEILARAE - La paz pg 57 11 METATRON - Pierde el miedo de pensar pg 63 12 RAZIEL - El conocimiento pg 68 13 GALGALIEL - La vibra-acción de dios pg 72 14 PASCHAR - La visión del límite de sí pg 78 15 JAMAERÁ - La manifestación de la visión pg 84 16 ÁNGEL DE LA GUARDA - ¿A quién no le gustaría tener un ángel de la guarda? pg 88 17 REMLIEL - El despertar a través de la luz del desespero pg 90 18 REMIEL - La misericordia de dios pg 97 19 MICÁ - El gozo es un plan divino pg 105 20 AMITIEL - El lado oscuro de la luna pg 109 21 ARIEL - La naturaleza del ser, el ser de la naturaleza pg 113 22 NISROC: De la "aprobación de sí" a la libertad de ser pg 118 23 HAMIED - El milagro de la libertad de opinión pg 124 24 SANDALFON - El poder del amor o el amor al poder pg 129 25 CHUCHIENAE - La pureza inconcebida pg 138 26 CERVIEL - El coraje de cambiar pg 143 27 OONIEME - La gratitud pg 146 28 STAMERA - La alquimia del rencor pg 154 29 ONGKANON - La comunicación pg 157 30 CHEQUINÁ - El esplendor de la unidad pg 165 31 HADRANIEL - All you need is love pg 172 32 CHARMIENE - El camino del medio pg 175 33 ANANCHEL - El estado de gracia pg 183 34 NATANIEL - La llama pg 188 35 JOFIEL - Del miedo de ser al poder de recrearse pg 192 36 IOFIEL - La belleza de todo valor, el valor de toda belleza pg 196 37 CHAMUEL - La adoración o el poder del amor pg 205 38 MIGUEL - La confianza, es la protección pg 212 39 GABRIEL - El poder de resurrección a través del amor propio pg 216 40 UZIEL - La fe en sí pg 221 41 ANAEL - Dios y el sexo pg 226 42 FANUEL - ¡Mas voy hasta el fin! pg 219 43 ISRAFEL - Yo soy el tono pg 236 44 ZAGZAGEL - La sabiduría se refleja en la imbecilidad pg 238 EPILOGO - Creer para ver / Todos somos ángeles pg 244 PREFACIO COMO CAPTURAR UN ÁNGEL manual para quien cree, quien no cree, o quien simplemente, duda... Bien que el título del presente libro podría haber sido ese de ahí encima, cara lectora, caro lector. Mas me pareció un poco "provocador" para figurar así, luego "de cara". Entre tanto, el propósito de este estudio es, realmente, enseñarle a "capturar" un ángel, o suministrarle elementos para perfeccionar su método de "captura". Utilizo la palabra "captura", y no un término mas "civilizado" como "captación", para no inducirlo en la idea de que el presente trabajo tenga un cuño religioso o místico, como podría dar a entender un estudio sobre ángeles. "Capturar un ángel" es aquí una alusión a algo como capturar un pensamiento, una mariposa, o alguna cosa que por naturaleza es libre como el aire. No olvidemos que aproximarse de la esencia de lo "volátil", de lo "etéreo", "capturarlo", poder serlo, "volar", es también uno de los arquetipos humanos, uno de sus anhelos. No vea, entonces, cara lectora, caro lector, en la palabra "captura" una falta de respeto a la religión o a la imagen del ángel. Trátase antes de un tono afectivo y una manera descontraida de abordar lo sagrado, sin proselitismo, mas sin tampoco "desacralizarlo". Al final, si los ángeles existieran, lo esencial para ellos sería que cada uno de nosotros buscase una comunicación con ellos de la manera que nos fuese posible, incomodándose poco porque sea el lenguaje de los arquetipos el vehículo de esa comunicación. Y si los ángeles no existen, no olvidemos aquí, cara lectora, caro lector, que ellos representan, incluso así, potentísimos arquetipos de la mente humana, presentes en prácticamente todas las culturas, bajo varios nombres distintos. Ya la palabra "arquetipo", prestada de C. Jung, nosotros la utilizaremos en un contexto más popular, sin pretensión alguna del estudio de la noción de arquetipo en sí. Consideraremos simplemente como "arquetípica" toda noción que sea común a varias culturas, como la noción de ángel. "Capturar un ángel" significa, entonces, en el presente estudio, aprender a activar potentísimos arquetipos de la mente humana, contenidos en palabras como: "verdad", "coraje", "amor", "sabiduría", "cura" o "belleza". Para quien no es de sensibilidad religiosa, la utilidad de la palabra "ángel" acaba en la indicación del arquetipo a ser estudiado. Incluso así, ella conserva todo su valor en términos de arquetipo, pues desde los principios de la humanidad, el hombre atribuyó un "ángel" para representar cada una de las cualidades humanas más nobles. Incluso la elección de la palabra "arcángel" en el título del libro, es para remarcar bien el aspecto "arquetípico" de la propia noción de ángel, ya que un arcángel representa un ángel que sintetiza toda una gama de matices desarrollada por varios ángeles, dentro de una "jerarquía" que concierne mas al desarrollo, a la explicación de una misma "cualidad", que un simple sistema de "obediencia al jefe". Arcángeles son, entonces, "arquetipos" dentro del propio arquetipo del ángel. Pues así como un arquetipo es una idea común, una idea de fondo que es reinterpretada por cada individuo a su manera, de su forma personal, el arcángel es el arquetipo de un principio como "amor" o "coraje", que se "encarna" en varias formas distintas de "ángeles", según, entre otros, el estudioso de ese asunto, Daniel Maziarz. El interés mayor del modelo de ese estudioso de la mitología esénica, es que la idea de "dios", o de "todo", o de "principio de todos los principios", puede ser considerada como siendo el "arquetipo de base" de un "holos" que se desdoblaría en "arquetipos de segundo orden", que serían los arcángeles, viniendo, después, los de "tercer orden", que serían los ángeles y, enseguida, los hombres. Ciertamente otros estudiosos del asunto incluirían a los "genios" en ese desdoblamiento. Ya otros alegarían que "dios" es el "arquetipo" contenido en la "santísima trinidad", mas todos ellos apuntan para esa relación entre una idea "arquetípica" y las múltiples formas que pueden tomar sus "encarnaciones", o quien les sirve de "avatar". Nuestra intención, claro, no es defender esa interpretación de la idea de "arcángel" u otra cualquiera, sino, simplemente, mostrar la correlación entre tales interpretaciones, como la de Daniel Maziaz, la del desdoblamiento del principio divino en la santísima trinidad católica, o en la trinidad "Brahma, Shiva y Vishnu" de la India, y la idea mas moderna de Holos, o de arquetipo, donde el "todo" está en todas las partes. Podríamos, también, utilizar una idea antiquísima que trata igualmente de esa interacción "holistica" entre el todo y sus partes. En efecto, el dios egipcio "Thot", equivalente al "Hermes Trismegisto" de los griegos, declara: lo que está en lo alto es como lo que está abajo, así como lo que está abajo es como lo que está en lo alto. Alusión clara a esa idea de que el principio del "arquetipo" (lo alto) está contenido en todas sus interpretaciones (lo bajo). Una vez explicitada la importancia de la idea de "arcángel" para entender su analogía con la idea de "arquetipo", utilizaremos en este estudio corrientemente la palabra "ángel", y no el término "arcángel". La razón de esa elección es que, en realidad, la palabra "ángel" es más "universal", más "arquetípica" en el lenguaje común que la palabra "arcángel". Y como nuestro interés en el presente estudio es únicamente remarcar la analogía entre la idea de "arcángel" y la idea de "arquetipo", y no argumentar sobre la "verdad" o no de cada idea en si, espero que el lector de sensibilidad religiosa nos perdone, si no tenemos en cuenta si el "ángel-arquetipo" estudiado es considerado un "arcángel" o un "simple" ángel, según los estudiosos. A pesar de que este estudio intenta situarse en la frontera de la creencia y de la razón, espero, entretanto, que las personas de sensibilidad religiosa puedan sacar provecho, en provecho mismo de la religión, del presente estudio, que fue concebido también para profundizar en la "psicología" transportada por cada "personaje" que representa un determinado ángel, lo que puede contribuir a una mayor devoción. La "técnica de captura" de un ángel-arquetipo, que es como llamaremos a las entidades aquí estudiadas, consiste, simplemente, en profundizar en nuestro conocimiento sobre la "cualidad" que cada uno de ellos representa. Tal vez, cuando usted acabe la lectura de ese libro, tenga la sensación de no haber capturado ángel alguno. ¡Lo que no significa que usted o yo hayamos fallado! Pues los ángeles a veces llevan bastante tiempo para hacerse reconocer... Tal vez usted ni siquiera esté interesado realmente en capturar ángeles, o ya los haya capturado sin saberlo. O, simplemente, no crea en ángeles. Tampoco se preocupe con eso, pues los "ángeles" no son más que "arquetipos". A no ser que usted prefiera creer que los "arquetipos" son simplemente "ángeles". En ambos casos, tendrá razón, pues así como ningún "arquetipo" intentaría convencerlo de que no es un "ángel", ningún ángel intentaría convencerlo de que no es un arquetipo. Ese es un punto común entre ángeles y arquetipos: Ambos, por ser lo que son, respetarían las creencias humanas. Además, ambos nos hablan respecto a las creencias humanas. Cada uno de nosotros tiene el derecho de reivindicar su propia versión de la verdad, pues vivimos en un mundo donde solo hay versiones de la verdad. Toda nuestra ciencia está basada en el "cómo", no en el "por qué" de las cosas. Si Dios existe o no, viene de una creencia personal, no de un "hecho" científicamente demostrable. Basado en eso, caro lector, permítase entonces acoger a los ángeles como una de las versiones de la verdad, aunque no sea la suya, aunque no crea en ellos. Respetando la creencia ajena, no solamente respetamos nuestra propia creencia, como liberamos a la ciencia de debates que no la conciernen, por lo menos hasta el presente momento. ¿Puede la ciencia afirmar que toda verdad está contenida en ella y que no hay ninguna verdad en ninguna creencia? ¿Sería esa "extrapolación" compatible con la metodología científica? Permítase pensar que, si los ángeles existiesen, ellos deberían tener un mínimo de inteligencia para comunicarse inclusive con personas que no creen en ellos, pues supongo que usted se comunica con personas que no comparten sus convicciones personales. En ese caso, considere a los "ángeles" simplemente como "arquetipos", para utilizar ese término junguiano, o sea, como criaturas imaginarias que encarnan parámetros reales de consciencia. Pues como hay el "ángel" de la sabiduría, del pensamiento, de la belleza, o de la alegría, entre tantas otras características de nuestra mente, usted tiene perfectamente el derecho de emitir la hipótesis que, a fin de relacionarse mejor con sus propias facultades intelectuales, luego, accesibles a su consciencia, mas emocionalmente ancoradas en el inconsciente, o sea, en lo “desconocido”, en lo irracional, el hombre imaginó criaturas que encarnasen un modelo idealizado de estas características, para asimilarlas cada vez mejor, gracias a ese modelo aportado por su creencia. Permítame, entre tanto, que yo le haga una pregunta, caro lector: Si usted fuese un ángel ¿permitiría que alguien, que no cree en ángeles, se aproximase a su "realidad angelical" a través de sus propias creencias individuales y gozase así de su ayuda? ¿O usted solo se comunicaría con quien cree en usted? ¿Usted impondría su presencia delante de una persona que aún no estaría preparada para encontrarlo? Supongo que si usted fuese un ángel, usted actuaría con los hombres como los hombres actúan con los niños, o sea, sin romper sus creencias, dándoles subsidios para que ellos se aproximen a la realidad de los adultos según su ritmo infantil y sin peligro. Si no es abusar mucho de su condición de lector, permítame una segunda pregunta: En el caso que su razón considere la hipótesis de la existencia de ángeles, una hipótesis absurda, ¿ qué encuentra más racional de su parte? : ¿Salir por ahí intentando imponer dogmáticamente su versión de los hechos, como lo harían los religiosos fanáticos de los ángeles, o respetar la creencia ajena? Al final, si usted es realmente verdadero con usted mismo, tendrá que admitir, como ser racional, que la razón humana aún no es capaz de aportar respuestas exactas sobre la naturaleza de la razón, o sobre la razón de la naturaleza. Por eso, amado lector, precisamos todos aprender a escuchar puntos de vistas contrarios a los nuestros, pues solo ellos pueden enriquecer lo que pensamos. De lo contrario, seremos simples máquinas que repiten puntos de vistas incuestionables, luego dogmáticos, luego muertos. Sea usted entonces un adepto de los ángeles o alguien que se limita a lo que la razón limita, este libro va a interesarle, pues trata de lo que es creencia y de lo que es razón, de cuáles son las grandes características psico-afectivas de la mente humana, o los grandes "arquetipos" de nuestra consciencia, así como varios ejercicios simples y sugestiones, que podrán ayudarlo a utilizarlos mas operacionalmente. Cada texto intenta aportar subsidios de cómo no confundir razón con opinión y cómo permanecer un ser de razón sin perder contacto con el mundo afectivo y con lo que es conocido como "intuición". La razón humana es construida a partir de metáforas y de analogías. La palabra "ángel" puede así ser aprendida en ese contexto como una simple metáfora para abordar las grandes facultades psico-afectivas humanas, en el caso que usted prefiera orientarse en la vida únicamente a través de lo que es demostrable en términos de razón pura. Y si acaso usted tiene la convicción intima de que los ángeles existen, considere que abordar los aspectos más universales de nuestra consciencia puede ser también una metáfora, una manera de enseñar la comunicación con los ángeles a personas que temerían un contacto directo con tales criaturas. ¡Solo no me pregunte, por favor, si yo "creo" en ángeles o en arquetipos! Tendría la tentación de responderle que, personalmente, no creo en absolutamente nada que me parezca inútil. Mas acepto cualquier creencia que contenga alguna utilidad, pues al final, tratándose de "creencia": ¿Puede haber una creencia más "creíble" que otra, a no ser por inclinación afectiva y personal? La razón no se ocupa de las creencias. Las creencias no se ocupan de la razón. Necesitaría ahora colocarle aún una ultima cuestión... Sé bien que esta costumbre de cuestionarle ya se está volviendo una manía de mi parte, al final, si usted está leyendo ese libro, supongo que es en busca de respuestas, pues preguntas... ¡ya debe tener un montón en la cabeza! Solicito así una vez mas su reflexión sobre ese punto capital de la relación entre la "creencia" y la razón: ¿Tiene usted certeza, amado lector, que sabe realmente hacer la diferencia entre las dos? ¿Sabe usted diferenciar lo que realmente existe en términos de "razón", de lo que solo es "hipótesis", "opinión", "intuición", "creencia", "fe", "imaginación", o falta de imaginación? ¿Tiene certeza? ¿O "cree que sabe", simplemente porque aún no "sabe que cree"? Pues es difícil realmente afirmar algo sobre la existencia de algo, cuando todas las cuestiones que conciernen a la existencia restan inaccesibles a la razón, condenada a especular al respecto de lo "existente", por incapacidad de afirmar. Aún por encima, la ciencia, portavoz oficial de la razón, afirma que todo lo "existente" en el universo no pasa, en ultima instancia, de una "sopa" altamente compleja de partículas, de cuarks y electrones. Todo lo que la ciencia sabe, es que no sabe mas que eso, es que no sabe por qué el universo existe, ni para qué. La ciencia es hija de la filosofía. Y la filosofía considera como su acto simbólico de nacimiento la condenación a la muerte de Sócrates. Sócrates es considerado hoy como el primer "filósofo", en la concepción actual de la palabra, ya que en su época el término no existía. Y Sócrates sacrificó su vida para ayudar a los hombres a entender mejor que ellos confundían creencia con saber, que ellos "creían saber" porque "no sabían que creían". Solo para darle una idea de la real dificultad nuestra en separar la creencia personal del saber, o sea, de la razón, considere, caro lector, que cuanto más una persona defiende en una discusión sus creencias y convicciones intimas, mas discutirá, claro, en un estado emocional alterado. Y cuanto más alguien se basa únicamente en términos de razón, menos tendrá necesidad de alterarse emocionalmente en una discusión, pues solo confiará en lo que la razón demuestra. E incluso que, por una cuestión de temperamento, alguien solo sepa argumentar emocionalmente alterado, él hará el esfuerzo de no confundir un enfrentamiento de ideas, regido por la razón, con un combate entre las personas que las defienden, regido por creencias personales. Sócrates fue nuestro gran maestro en ese arte de no confundir lo que se sabe, con lo que se cree que se sabe. Para dejar bien claro el poco alcance de nuestro real saber sobre lo que es "real" y lo que deja de serlo, él declaró: "Solo sé que nada sé". Después de eso, se hizo difícil afirmar: "Sé que sé "... e intentar fundamentar ese "saber" en términos de "razón" y no de creencia personal. Nuestro "saber" es realmente limitado al "cómo" y deberíamos estar atentos a no extrapolarlo al "por qué" de una existencia, ya que el "por qué" de una existencia es tributario, hasta el presente, de nuestras creencias personales. Que usted esté imbuido de un fuerte sentimiento religioso, de una "fe" dudosa, o sea un ateo convicto, acepte entonces, caro lector, acompañarme en este viaje hasta las fronteras de la creencia y de la razón. Descartes, en el comienzo del siglo 17, mucho contribuyó para un análisis "racional" del mundo y para la evolución de la ciencia, colocando la duda de todo lo que no fuera demostrable por la razón, como precepto básico de toda reflexión. Mas de ahí derivo un de las mayores confusiones mentales del hombre moderno, pues, claro, duda no es sinónimo de certeza, es incluso el antónimo! Entretanto, suponiendo basarse en la duda cartesiana, el hombre moderno supone que todo lo que no es demostrable por la razón, todo lo que es sujeto a las "dudas", no existe. Lo que es, desde el punto de vista incluso de la razón, un absurdo. Ya que no es porque la razón no consigue demostrar la existencia de algo, que ya está demostrada su no-existencia! La razón humana evoluciona exactamente como el universo del cual ella es, hasta prueba de lo contrario, tributaria. No transforme, entonces, cara lectora, caro lector, la duda en su única certeza! Aprenda a aceptar el principio de base de la razón, que indica que algo sólo es verdad, o deja de serlo, hasta prueba de lo contrario. Lo que condena toda verdad a una existencia relativa, sujeta a reformulaciones. Eso equivale a decir que no constatamos la "verdad" sino, únicamente, versiones de ella. No transforme, entonces, cara lectora, caro lector, "su" razón en un simple abogado de sus creencias sobre ella. Deje que "ángeles" y "arquetipos" crucen su espíritu sin fijarlos en su creencia sobre ellos. No huya, si fuera ateo, de la palabra "Dios" como el diablo huye de la cruz. Usted puede ver en esa palabra un simple sinónimo de la palabra "energía", tal y cual ella es utilizada en ciencia O simplemente acepte substituirla por términos como: "creencia última del hombre". Al final, ser ateo es creer que Dios no existe en la forma que esta palabra se presenta a usted, mas innegablemente usted tiene un "Dios", o sea, un valor central a partir del cual se alinean los demás. Aunque su valor central sea la "nada", o el "acaso". Finalmente, amado lector, permita que yo lo trate durante esa exposición de "mi amor". Claro que no es nada "personal", pues no me dirijo aquí a usted específicamente. Se trata simplemente de un recuerdo a mí mismo. Esa será mi manera, sea usted quien fuera, de comunicarme con usted desde lo mas profundo de mi sinceridad. Dirigirme a usted a través de "mi amor" por usted, será mi manera de acordarme, a cada párrafo, que a pesar de la tentación inevitable que tengo, como todo ser dotado de creencias, de convencerlo de mis convicciones, de volver antes de nada a mi más profunda sinceridad y el más profundo respeto a su punto de vista, sea él cual fuere. Entonces: ¿Vamos juntos a capturar un ángel, "mi amor"? |