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¿Cuándo se lesionan los meniscos? Los movimientos de la rodilla pueden ocasionar lesiones meniscales cuando estos no siguen los desplazamientos de los cóndilos sobre las glenoides: se ven entonces sorprendidos en una posición anormal y acaban aplastados. Es el caso por ejemplo de un movimiento de extensión brisca de la rodilla. Otro mecanismo de lesión meniscal se debe a la distorsión de la rodilla asociando un movimiento de lateralidad externa y una rotación externa produciendo una fisura longitudinal del menisco o desinsercion capsular total. Otro mecanismo de lesión es la ruptura de ligamentos cruzados por ejemplo el cóndilo interno ya no queda retenido en la parte posterior, se desplaza “cizallando” el cuerno posterior del menisco interno, provocando una desinsercion capsular posterior o una fisura horizontal. LOS LIGAMENTOS LATERALES DE LA RODILLA La estabilidad de la articulación de la rodilla depende de potentes ligamentos, los ligamentos cruzados y laterales. Los laterales refuerzan la capsula articular por su lado interno y externo, aseguran la estabilidad lateral de la rodilla en extensión. El ligamento lateral interno se extiende desde la cara cutánea del cóndilo interno hasta el extremo superior de la tibia. El ligamento lateral externo se extiende desde la cara cutánea del cóndilo externo hasta la cabeza del peroné. Estos se tensan durante la extensión y se distienden en la flexión. En las carreras y marcha los ligamentos laterales no son los únicos que aseguran la estabilidad de la rodilla; sino que se ven reforzados por los músculos que constituyen auténticos ligamentos activos y que son los principales responsables de la estabilidad de la rodilla. El lig lateral externo (LLE) se ve reforzado por la cintilla de maissiat, tensada por el tensor de la fascia lata. El LLI está reforzado por los músculos de la pata de ganso. El cuádriceps también estabiliza y contribuye a “proteger” a los ligamentos laterales. Los ligamentos laterales limitan la rotación externa, los cruzados la rotación interna. LA estabilidad rotatoria de la rodilla en extensión está asegurada tanto por los ligamentos laterales como por los ligamentos cruzados. LOS LIGAMENTOS CRUZADOS DE LA RODILLA Los ligamentos cruzados están situados en pleno centro de la articulación. El primo que se localiza es el ligamento cruzado antero externo cuya inserción tibial se localiza en la superficie preespinal a lo largo de la glenoides interna entre la inserción del cuerno anterior del menisco interno por delante y la del menisco externo por detrás. Su trayecto es oblicuo hacia arriba, hacia atrás y hacia fuera y su inserción femoral. El ligamento anteroexterno es el más anterior en la tibia y el más externo en el fémur se describen tres haces, el haz anterointerno, el haz posteroexterno, el haz intermedio. Este se tensa en extensión y es uno de los frenos de la hiperextensión. El ligamento cruzado posterointerno su inserción tibial se localiza en la parte más posterior de la superficie retroespinal: incluso sobrepasa el borde posterior de la meseta tibial. El recorrido es oblicuo hacia delante, hacia detrás y hacia arriba. El ligamento es más posterior en la tibia y el más interno en el fémur. Se describen cuatro haces, el haz posteroexterno, el haz anterointerno, el haz anterior de Humphrey el haz meniscofemoral. Este ligamento se tensa en flexión Globalmente los ligamentos cruzados aseguran la estabilidad antero posterior de la rodilla a la par que permiten los movimientos de charnela manteniendo las superficies articulares en contacto. Además impiden la rotación interna de la rodilla extendida En rotación interna tensa el LCAE y distiende el LCPI y viceversa con la rotación externa Maniobra de cajón: Los movimientos de cajón son movimientos anormales de desplazamientos anteroposterior de la tibia sobre el fémur. Se exploran en dos posiciones: con la rodilla flexionada en ángulo recto y con la rodilla en máxima extensión.
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