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La sordomudez ![]()
Hemos enfocado nuestro trabajo fundamentalmente en la hipoacusia del niño. Los aspectos más relevantes investigados son las causas, los síntomas y algún tratamiento. Además de conocer varias formas de clasificar a un sordomudo. También podemos estudiar la sordomudez a partir de diferentes teorías.
La sordomudez es un estado patológico del órgano auditivo que puede ser heredado o adquirido, que produce sordera en la primera infancia y que impide la presentación o hace olvidar el lenguaje. Para poder entender mejor la sordomudez deberíamos tener claro el concepto de sordo. Este es aquel cuya audición no es funcional para la vida ordinaria, se divide en dos grupos, según la época de la presentación de la sordera:
Hay muchas opiniones sobre la sordomudez:
Muchos autores prefieren el nombre de sordera congénita, sordera prelocutiva o prefàsica, al de sordomudez. En realidad la sordomudez es un síndrome no una enfermedad, la mudez no es producida directamente por la enfermedad causal, es un síntoma que puede ser debido a numerosas causas. N ![]() Sin embargo, aunque la palabra sordomudo no nos guste, la empleamos porque al menos es clara y se presta menos a la confusión. Con ella sabemos ciertamente de lo que hablamos y no engañamos a nadie. Los sordomudos, aunque les cueste reconocerlo, forman una clase social a parte; ya sea por su habla diferente a la de los norma-oyentes, la educación en establecimientos especiales y su diferente vida cotidiana.
La sordera en el niño tiene una relevancia especial, pues si es muy precoz puede dar lugar a la sordomudez. Las causas por las que un niño puede nacer sordo son muchas. Además de factores hereditarios, el embarazo es una fase delicada. El diagnóstico precoz de la sordera infantil es fundamental para una buena rehabilitación. Hay signos que deben hacernos sospechar: que el bebé sea demasiado tranquilo, que no se altere ante ruidos inesperados, que no se calme escuchando la voz de sus progenitores ni sonría al oírles, que no gire la cabeza cuando se le habla ni busque con la mirada a quién le habla, que no emita sonidos guturales para llamar la atención... Ante la más mínima sospecha de sordera tenemos que acudir al especialista, pues de confirmarse el diagnóstico, los niños sordos requieren una educación especial que se debe iniciar cuanto antes. Hay varias causas por las que se produce sordera en el niño:
Entendemos con este nombre la alteración contenida en el gen de un individuo y que se transmite según las posibles combinaciones. La sordomudez hereditaria es producida por la malformación del laberinto. El porcentaje se sitúa en torno al 30-50 por ciento, aunque no es sencillo determinarlo. La razón principal está en que la mayoría de las sorderas cuyo origen es genético son de carácter recesivo. Esto supone que, en muchos casos, la causa de la pérdida auditiva de niños sordos con padres oyentes es genética. Hay que tener en cuenta que sólo el 10 por ciento de las personas sordas tienen padres sordos. Resultados obtenidos en diversos estudios han comprobado que los niños sordos profundos cuya causa es hereditaria tienen un mayor nivel intelectual que los sordos con otro tipo de etiología. Existe una menor probabilidad de encontrar un trastorno asociado con la sordera cuando su origen es hereditario.
Es la producida por la acción de un factor infectivo, tóxico o traumático sobre ambos oídos en la fecundación o durante el desarrollo prenatal.
De entre las diversas causas que pueden producir sordera, pueden destacarse las siguientes:
La cera o cerumen es elaborado por unas glándulas situadas en el canal del oído externo, y sirve para limpiar y humectar este canal. La cantidad de cera producida varía mucho de una persona a otra, por lo que en algunos casos el cerumen bloquea el canal formando un tapón que causa una sensación de molestias en el oído, sordera parcial o zumbidos ocasionales y, dolores y vértigo. 2. Otitis La otitis es una infección que puede afectar tanto al oído medio como al externo, aunque está motivada por diferentes causas. La otitis externa es una infección del canal auditivo en un grano o un absceso, o bien puede estar generalizada, afectando toda la mucosa del canal. Es común que se origine después de bañarse. También puede ser consecuencia de rascarse, de manipularse de forma repetida el oído o ser debida a la presencia de algún cuerpo extraño, como un insecto. Los síntomas consisten en irrigación, dolor y a veces secreción; puede existir una pérdida leve de la audición. La otitis media aguda es una infección vírica o bacteriana que afecta la cavidad del oído medio, por lo que la trompa de Eustaquio se inflama y queda bloqueada; cuando la infección es bacteriana se forma pus. También se presenta fiebre, dolor y pérdida de la audición y, en este caso, debe tratarse sin demora, ya que existe el peligro de que se convierta en crónica, con la pérdida de la audición y el daño irreversible que conlleva. Si, en cambio, la infección es vírica, se cura sola, generalmente en unos días. Esta dolencia se desarrolla, en muchos casos, después de una infección de la nariz o de la garganta y es muy frecuente entre la población infantil. 3. Rotura del tímpano La causa más frecuente de perforación del tímpano es la otitis, aunque también puede ocurrir por traumatismos, al efectuar la limpieza del oído con objetos punzantes, por una fractura de cráneo o incluso por una bofetada fuerte. Los síntomas son el dolor intenso, la pérdida parcial de la audición y, en algunos casos, una hemorragia leve; es importante consultar al médico ante estos síntomas, ya que existe el riesgo de que se infecte el oído medio. El tratamiento se basa en la administración de antibióticos y analgésicos, y la cura se produce de forma natural en unas dos semanas. 4. Sordera ocupacional La exposición prolongada a los ruidos fuertes, de 80 decibelios o más, puede lesionar la cóclea, o parte más interna del oído. Esto tiene como consecuencia cierta pérdida de la capacidad auditiva, causada por lesiones de la cóclea, es irreversible, por eso es fundamental la prevención. Aquellas personas que están expuestas a niveles peligrosos de ruidos deben usar protectores adecuados.
Es la producida por lesión infectiva, tóxica o traumática bilateral (ambos oídos) sobre el órgano del oído después del nacimiento.
Aproximadamente en un tercio de las personas sordas el origen de su sordera no ha podido ser diagnosticado con exactitud.
E ![]() Se dice que el desarrollo intelectual del niño sordo tiene un retraso de dos o cinco años respecto a la edad natural. Lo más afectado es el pensamiento abstracto, el razonamiento lógico, la simbolización, el cálculo, las clasificaciones y todo lo que requiera un lenguaje interior. A todo ello a contribuido la tardía escolarización del niño sordo y la poca estimulación por parte de la familia. La pronta estimulación mental y sensorial ayuda mucho a impulsar las capacidades del niño y a desarrollar una competencia cognitiva semejante a la del oyente. Los niños con sordera tendrán menor respuesta, o ninguna, al sonido, y pueden presentar un retraso en el desarrollo normal del lenguaje, que aproximadamente sería:
Si alguna de estas respuestas no aparece, se debe comprobar la audición del niño. Usualmente un niño sordo se asustará en la oscuridad y comenzará a llorar. Los síntomas que requieren remitirlo a un especialista incluyen:
Si se diagnostica que el niño padece pérdida auditiva permanente, su especialista puede llevar a cabo investigaciones para saber la causa de la hipoacusia y excluir otras enfermedades asociadas.
Normalmente, a los bebés que pertenecen a un grupo de riesgo de padecer sordera se les hará una prueba al nacer. En mayo 2003, en España, se inició un programa de detección precoz de la hipoacusia y consistía en:
La pérdida auditiva en los bebés y los niños se valorará haciendo una historia del comportamiento auditivo y del desarrollo del lenguaje a través de los padres. Se examinará al niño y se hará un examen auditivo.
-Implantes cocleares: Un número muy pequeño de niños no obtendrán ningún beneficio con el uso de prótesis y puede ser apropiada una operación para colocar un implante coclear, ya que mejoran la habilidad analítica e incrementan el aprendizaje del lenguaje. Los candidatos son niños entre los 2 y los 17 años, sordos profundos neurosensoriales bilaterales.
El oído es un sentido que nos da relación de distancia, comunicación y sociabilidad, ya que este nos permite estar informado de la realidad que nos rodea, es un sentido de sobrevivencia, de la alerta y de la comunicación. El aislamiento que puede sufrir una persona por la incapacidad de establecer un contacto libre y normal con otros seres humanos, es una enorme barrera para su total participación en la vida, lo que en muchos casos produce grandes frustraciones.
Al no oír, hay muchas cosas por las que no puede reaccionar y los demás si, esto pueda hacer que se sienta abandonado al no entender las reacciones de los demás. Esta incomunicación lleva frecuentemente a acrecentar un sentimiento de soledad. Todo esto aumenta el deseo de comunicación social que toda persona posee.
La persona oyente, aunque no mire, está escuchando de fondo pero, la persona sorda no dispone de esta fuente de información, por esto interrumpe sus actividades para controlar el ambiente de forma visual. Esto es lo que produce la falta de atención, ya que tiene que centrarse en otras cosas aparte de sus deberes.
Todo niño se enriquece con lo que ocurre a su alrededor, a través del sonido, las voces, el diálogo, las conversaciones en familia, etc. Como la persona sorda se encuentra aislada en su entorno, presenta una mayor inmadurez de experiencias y cultura. Al carecer de audición no podrá llegar a dominar la realidad como otro que oye.
En general, el sordo presenta una acentuada afectividad, por su situación de dependencia, aislamiento, dificultad de comunicación y de relaciones sociales en que lo sitúa su falta de audición. Tiene mayor necesidad de amor, amistad, aprecio y consideración, una acentuada sensibilidad a los roces con el medio que lo rodea, es más vulnerable a las emociones, por lo que se afecta con mayor frecuencia e intensidad. Desde el punto de vista del desarrollo emocional, la falta de audición interfiere las condiciones de proximidad, y la facultad de identificar los sentimientos claramente.
Es en la comunicación donde queda de manifiesto su gran dependencia. El interlocutor deberá hablar más lento, situarse con la luz de frente, vocalizar bien, etc. Es por esto que dependerá de la voluntad y paciencia del que habla. Permanentemente la falta de comprensión del mensaje, le obliga a solicitar su repetición. En algunas ocasiones requerirá de intermediario, como cuando necesite hablar por teléfono.
Su limitación en el plano de la comunicación lo llevará en múltiples situaciones, a no comprender y a no ser comprendido, produciéndole frustraciones. Por ello mostrará conductas de irritabilidad, alejamiento, agresividad. En este caso, la agresividad no se refiere a agredir a otro físicamente, sino a la brusquedad en sus juegos y/o en su forma de contactarse con otras personas. Se debe tener presente que está más expuesto a ser marginado, violado en sus derechos; por lo tanto, sometido a abusos, injusticias, burlas, etc.
Los aportes de la audición, en especial en el aspecto de comunicación oral, son valorados o sobrevalorados por la persona sorda que carece de este sentido; enfrentada al oyente, hace que desarrolle más fácilmente un sentimiento de inferioridad, ya que es aquí donde se hace más evidente su dependencia para establecer una relación comunicativa. A esto, agregamos que está expuesto, al igual que cualquiera de nosotros, a no tener una oportunidad de ser apreciado por otras habilidades que posea. Finalmente, es importante recalcar que el sordo puede tener un comportamiento psicológico totalmente normal o tan normal como el oyente; en el mismo grado en que el oyente tiene patologías psicológicas, el sordo también las puede tener.
La falta de habla es característica de los niños sordomudos no reeducados. A continuación analizaremos todos los componentes de la palabra en estos enfermos.
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