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Vicente Herrera Facilitar la Salud PUESTA EN MARCHA DEL NEOCAB Y CECAN VICENTE HERRERA ADELL. Médico. Hace 20 años tome la decisión de abordar la enfermedad con otros criterios que no fueran solo los de la medicina convencional. Durante los 20 años anteriores ejercí mi practica en un medio suburbano como de médico de cabecera, junto al paciente y teniendo en cuenta su entorno y circunstancias psicosociales. También combiné un trabajo como director técnico en unos grandes laboratorios de análisis clínicos. Los últimos años colaboré con una ONG catalana en proyectos de cooperación sanitaria en países Subsaharianos. Durante estos últimos 20 años procure, en primer lugar, recibir una formación rigorosa en unos criterios no convencionales que me ampliaran el estudio y causas de la enfermedad. Esta formación considera la unidad mente-cuerpo como el fundamento teórico que contempla la enfermedad como una respuesta expresada en el psiquismo, el cerebro y los órganos o sistemas corporales. Las aportaciones de médicos y psiquiatras como C. Simonton, G. Hamer, Freud, C.G. Jung y J. Hillman me ayudaron a comprender el mecanismo implicado y las relaciones entre estos niveles, que, en definitiva, sustentan la conexión entre nuestras vivencias y los signos y síntomas de la enfermedad, tal como veremos en el desarrollo del curso de presentación de este modelo medico (CBF). Los primeros años de practica con esta metodología en España fueron extremadamente difíciles y provocaron una reacción de rechazo en el estamento medico oficial. Sin embargo grupos de médicos y terapeutas de Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, Méjico y Cuba recibieron, en la medida de mis posibilidades, información sobre dicho sistema. El país que más avances ha realizado sobre este procedimiento, a mí entender, ha sido Cuba donde existen grupos de trabajo. Con la experiencia adquirida estos últimos años y tras un periodo de reflexión para valorar la posibilidad de introducir, poco a poco, actitudes preventivas, procedimientos diagnósticos y terapias coherentes con dichos principios, propongo la puesta en marcha de dos proyectos que denomino NEOCAB (Nueva Medicina de Cabecera) y CECAN (Curación espontánea del cáncer) En primer lugar, las personas interesadas en estos dos proyectos: médicos, enfermeras, agentes de salud, asistentes sociales, mediadores de conflictos…etc. Tienen a su disposición un curso básico a partir del cual se orientan las dos actividades propuestas. Programa inicial (Curso básico de formación CBF): Se acompaña del material escrito que se seguirá de manera cronológica, y textos complementarios de G.Hamer, C.G. Jung (NMG y Psicología Arquetípica) NEOCAB Entendemos como medicina de cabecera o de primera línea aquella asistencia que se dispensa en el primer encuentro entre la persona que consulta por un problema de salud y el sistema medico. En el pasado, los Médicos de Cabecera, tal como era su práctica, efectuaban una asistencia con pleno conocimiento del estilo de vida de sus pacientes, de sus características caracterológicas, del entorno inmediato y mediato donde estos desarrollaban sus ocupaciones y relaciones interpersonales. Actuaban como confesores de las aflicciones de sus consultantes y en muchas ocasiones realizaban una función de mediadores de conflictos que se presentaban en tanto en el ambiente familiar, laboral e incluso social o comunitario. Tratar el síntoma sin considerar las causas amparándose en que mucha patología es de origen desconocido o multifactorial, conduce hacia el consumo de fármacos y uso de procedimientos médicos consensuados. Es evidente que todos estos medios terapéuticos son necesarios y convenientes en procesos agudos y crónicos. Pero podemos afirmar, si nos atendemos a la experiencia, que no actúan en el origen de la enfermedad y se han convertido “de facto” en el único y exclusivo medio terapéutico a nivel de la asistencia primaria. Esta actitud provoca un abuso de consumo de medicamentos, que, con sus interacciones y sus efectos secundarios, se convierten en un nuevo objeto de atención sanitaria. Considerado lo anterior nos surge la siguiente hipótesis de trabajo: si introducimos contenidos de la clásica medicina de cabecera en la asistencia primaria actual, podríamos lograr disminuir el consumo de fármacos y terapias y aumentar, también, la prevención de la enfermedad, y por tanto, alcanzar mayores niveles de salud. Tomamos esta hipótesis en positivo y proponemos un grupo de trabajo (NEOCAB) en el que se van a definir y considerar nuevos e innovadores criterios para fundamentar una nueva medicina de cabecera y una atención en salud comunitaria. PROPUESTA Se trata de elaborar la historia psicosocial del paciente. Definimos el factor psicosocial como todo evento relevante acaecido en el sujeto que, en relación a sus necesidades biológicas, altera su equilibrio emocional y cognitivo sometiéndolo a una situación estresante y desestabilizadora. Este evento traumático significativo puede considerarse como un síndrome post-traumático en el que se provoca un conflicto biológico o alarma que pone en marcha unos mecanismos que vamos a observar en la enfermedad, y que son considerados en el curso básico de formación (CBF) CECAN Desde que se descubrió el genoma humano, apenas hace unos 9 años, se intenta descifrar los cambios que se producen en nuestros genes en cada una de las 200 formas que se presenta el cáncer, Tales investigaciones pretenden identificar los fallos en las letras que componen el ADN de las células cancerosas y encontrar fármacos que actúen en este nivel específico y restablecer la arquitectura del genoma y, así, inducir un crecimiento normal de las células alteradas. Una vez se consigan los genomas de los 200 tipos de cáncer se va a actuar por vía molecular restableciendo las alteraciones genéticas. Por tanto, después de esto, se van a abrir las puertas a una larga investigación de fármacos que actúen selectivamente, y, finalmente, se puedan desterrar los actuales tratamientos con quimioterapia y radioterapia por ser demasiados agresivos e inespecíficos. Según el modelo oficial, el cáncer se origina por varias mutaciones y bloqueos de mecanismos inhibidores del crecimiento celular en la propia célula alterada que logra convertirse en inmortal y colonizar y crecer de forma descontrolada, no solo en su región de pertenencia, sino en otros órganos situados a considerable distancia. Desde hace un tiempo, ha surgido una disciplina científica que estudia el cáncer de otra manera y se denomina epigenética. Esta, sin excluir lo que sucede a nivel molecular y bioquímico, considera el cáncer como el resultado de una interacción entre dos partes; la una se sitúa en el propio material genético y la otra el medio donde vive quien posee dicha información genética. Por tanto, no contempla el cáncer únicamente como una consecuencia de una alteración en los genes, sino como producto de una relación entre estos y unas condiciones determinadas que se encuentran en su entorno. Hasta ahora se han conseguido identificar medicamentos que logran frenar estos cambios. Son hechos comprobados que existe la curación espontánea del cáncer y hallazgos de tumores avanzados en las autopsias por otras causas de muerte. Hasta la actualidad son consideradas situaciones anecdóticas que no modifican pautas terapéuticas. PROPUESTA Necesitamos un modelo que incluya, en efecto, el principio epigenético, pero que explique con detalle el papel y la influencia del entorno en la génesis del cáncer identificando los mecanismos esenciales del proceso, y lo haga, no solo en cada uno de los tipos de cáncer, sino también el motivo por el cual se afecta en cada uno de los órganos o sistemas corporales. Además ha de explicar la curación espontánea y la presencia de tumores antiguos sin sintomatología. Tal como estudiaremos en el CBF se identifican los diversos sucesos biológicos que ponen en marcha la información para que se produzcan los cambios que se observan el cáncer. Estos sucesos se denominan conflictos biológicos cuya naturaleza o cualidad fundamental está en función de la necesidad biológica que se ha limitado o impedido para mantener un ser en vida, como son la nutrición, reproducción, estructura y contacto, tomando estas no solo en su sentido literal sino simbólico. Entonces, hemos de encontrar el contenido biológico de los conflictos entre las circunstancias vividas o vivencias dramáticas. Por otra se proponen en dicho curso los mecanismos que se expresan en los órganos y en el cuerpo en la evolución espontánea de los tumores. EL CECAN no solo ha de tener en cuenta, desde el punto de vista terapéutico, que se han de restablecer la anatomía de los órganos afectados con los procedimientos que dispone la tecnología moderna, tratar de reestructurar los genes con medicamentos innovadores que se consigan en un futuro y asegurar el buen funcionamiento vital del cuerpo, sino que ha de incluir criterios de este nuevo marco contextual que se propone y que subyacen en nuestros conflictos, en definitiva en nuestra vida. (GUIA ORIENTATIVA CBF) Bases para el curso de formación INDICE
10.Advertencia……………………………… A mis amigos de Nicaragua PROLOGO El conocimiento científico que trata la inmensa cantidad de problemas de salud y situaciones clínicas que pueden presentar los seres humanos, se ha especializado de tal manera que ha limitado enormemente la posibilidad de encontrar un denominador común en las enfermedades, que explique las causas de su aparición. Considerar que existe un mecanismo implícito en las mismas es una hipótesis de trabajo que requiere, sin duda, una visión global del por qué enfermamos y se sitúe más allá de lo que parece que sea evidente y aparente en la ciencia tal como se considera en la actualidad. La propuesta principal que se ofrece en este material que tiene en sus manos considera esta posibilidad y trata de esclarecer esta contingencia. Para tal fin, contempla que existe una relación entre el cuerpo y la mente y que, en unas condiciones determinadas, participa en la génesis de nuestras dolencias sean estas físicas o psíquicas. La intención que guía el trabajo que se ha realizado en el mismo trata de aportar elementos útiles para poner en marcha puntos de reflexión con los que se pueden conseguir tres propósitos: 1.- Contribuir al objetivo de encontrar una teoría global que sirva para entender los mecanismos que subyacen en la enfermedad. 2.- Reunir más elementos para abordar la enfermedad en un nivel más causal ante la deriva que ha tomado la atención sanitaria centrada en el tratamiento de los síntomas y su correspondiente respuesta farmacológica con un gran consumo de medicamentos. 3.- Aclarar el marco de actuación de las llamadas medicinas alternativas y su relación con la medicina convencional, ante la confusión causada por la gran cantidad de procedimientos diagnósticos y terapéuticos que se proponen para alcanzar la salud para todos y todas. Sigmund Freud un neurólogo vienes, hace más de cien años desenteló la existencia del inconsciente que fue considerado como una segunda mente que influía sobre el comportamiento humano. Este médico la tuvo en cuenta para tratar en sus pacientes los trastornos mentales menos graves. Lo hacia al trasladar a la conciencia conflictos emocionales antiguos enrocados en las personas, con la idea que de esta manera lograrían superar sus alteraciones mentales. Carl Gustav Jung, su discípulo aventajado, extendió esta aproximación a los trastornos más graves o psicosis, desarrollando lo que denominaría complejo o un estado especial de la conciencia con suficiente potencia y autonomía de la persona para expresar síntomas propios. Pero estos síntomas los extrajo del inconsciente colectivo, más allá del que consideró su mentor y en donde se hallan contenidos arquetípicos o formas predeterminadas que constituyen el lenguaje de la locura, que por su propio contenido es ininteligible a un análisis racional. Ya entonces, Jung propuso que existe un terreno en donde confluye lo psíquico con lo fisiológico o físico, al que denominó espacio psicoide, donde se podrían expresar cambios anatómicos en los órganos de nuestro cuerpo a consecuencia de la activación de los complejos. Es decir, el contenido de los complejos que incluye un material fundamentalmente psíquico podría expresarse, no solo en lo mental con una serie de trastornos de la conducta y de los afectos, sino también en lo orgánico con signos y síntomas corporales. Sin embargo, tanto las aportaciones contemporáneas como el legado inmediato de él mismo como el de Freud no lograron consensuar la relación e influencia mutua entre la mente y el cuerpo, aunque teorías psicosomáticas posteriores atribuyeron el origen de ciertas enfermedades orgánicas a estados emocionales alterados. Pero no alcanzaron suficiente peso para tenerlas en cuenta para formar un sistema que se pudiera extender al resto de enfermedades. Hemos de esperar a principios de la década de los 80 en el siglo XX para que se empiece a aclarar la relación entre la mente y el cuerpo, y esto sucedió de la mano de un médico internista alemán, Geerd Hamer, quien elabora unos postulados en forma de leyes biológicas, todavía no suficientemente entendidas ni mucho menos aceptadas, que le sirvieron para comprobar en miles de casos que: lo que sucede en la mente no solo se expresa en la mente, sino también en el cuerpo. Lo más interesante para poder comprender esta relación es situar en su justo lugar el vínculo entre la mente y el cuerpo e identificar, así, donde se cuecen las habas y encontrar el mecanismo fundamental de tal correspondencia. Para tal fin, se ha de considerar que tanto la mente y el cuerpo forman una unidad o espacio común conectado por el Sistema Nervioso formado por neuronas que, como mariposas del alma según como las define Santiago Ramon y Cajal, captan información, la procesan y emiten respuestas. Esta información también es formativa (in-formación), ya que actúa no solo en el ámbito sensorial y motor, sino también en el visceral u orgánico. Pero, aceptar la unidad mente-cuerpo implica una serie de rupturas con el modelo convencional de considerar la enfermedad, y una serie de nuevas asunciones que la física quántica nos puede explicar al alumbrar la relación entre células de nuestros órganos y las propias neuronas del Sistema Nervioso. En este libro no se considera la enfermedad únicamente como consecuencia de un error o fallo de funcionamiento del cuerpo, sino como un proceso de adaptación a una alarma biológica generada al tratar de asegurar las necesidades para mantener en vida todo organismo, como la nutrición, la estructura y el movimiento. La nutrición para generar un metabolismo que mantiene las funciones vitales del cuerpo, captando nutrientes en un proceso de asimilación y eliminación de alimentos que incluye al aire y los líquidos. Para ello cuenta con un aparato digestivo, unos pulmones y unos riñones. Mantener la estructura para regenerar el cuerpo: para ello cuenta con un sistema de lujo que identifica su individualidad, cura las heridas y restablece su forma. El movimiento para comunicarse con el exterior: lo hace con un epitelio que constituye las mucosas y la piel, ricamente inervados para captar la sensibilidad y asegurar el movimiento. Para entender la enfermedad como un proceso adaptativo, se ha de analizar teniendo en cuenta la evolución de los seres vivos en nuestro planeta, ya que las situaciones que provocan la alarma en la enfermedad conservan la memoria biológica de los cambios sucedidos en la evolución de las especies. Entonces, en caso de enfermedad, los cambios que se observan se generan con la misma in-formación que en la ontogénesis o génesis embrionaria del ser vivo, que rememora su evolución biológica a lo largo de todo su desarrollo como especie. Ante una situación que ponga en peligro estas necesidades se pone en marcha un proceso para tratar de asegurarlas. De esta manera, utilizando el lenguaje propio de los órganos, se expresan los diferentes signos y síntomas que observamos en la enfermedad. Por este motivo y teniendo en cuenta todos los elementos que se presentan en este libro, ante toda enfermedad en primer lugar se han de describir correctamente los signos y síntomas que presenta el paciente. En segundo lugar se deben identificar las circunstancias que han generado la alarma que inicia los cambios en la enfermedad. Si se confirma la alarma, en tercer lugar se han de reconocer las situaciones concretas que la han generado. En último lugar es conveniente ayudar al paciente para que encuentre el sentido profundo de su enfermedad con relación a su propia evolución como persona. Se trata pues de encontrar respuestas a las siguientes cuatro preguntas o cuestiones, que se han de plantear ante toda persona que busca ayuda para solucionar su enfermedad: |