Programa inicial (Curso básico de formación cbf): Se acompaña del material escrito que se seguirá de manera cronológica, y textos complementarios de G. Hamer, C. G. Jung (nmg y Psicología Arquetípica)




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La conexión entre los órganos y cerebro se efectúa de forma holográfica y por módulos

En un sistema quántico las células funcionan como una unidad con un alto grado de coherencia que incorpora información que complementa las reacciones químicas implicadas en los cambios corporales. Es decir, antes que se ocasionen las reacciones macroscópicas o visibles a los procedimientos de medición habituales, se producen cambios físicos en el seno de las células que, a través de los cuales, trasportan la información, entendida esta como un conjunto de mensajes que provocan una reacciones formativas en el receptor. A este tipo de información Laszlo la denomina in-formación.
Si bien, el cerebro posee formaciones y áreas que controlan la emotividad con su sistema limbico, la motricidad con su homúnculo motor, la sensibilidad con su homologo sensorial, y funciones superiores con áreas de asociación. Ver figura 7 y 8, también, y este es el descubrimiento de Geerd Hamer, contiene áreas específicas en forma modular donde se representan en tres dimensiones los distintos órganos del cuerpo. De esta manera en el cerebro se localiza una imagen holográfica de cada órgano. Y este proceso ha sucedido en el despliegue filogenético producido en la evolución:
(
La representación de los órganos encargados del metabolismo de procedencia endodérmica se encuentra en el tronco cerebral y protuberancia; los que mantienen la estructura de derivación mesodérmica en el mesencéfalo, y los que aseguran el movimiento de origen ectodérmico en la corteza cerebral.
La cartografía cerebral completa de estas relaciones se puede encontrar en las obras de G.Hamer)


Figura Nº 7: El homúnculo motor


Figura Nº 8: Anatomía de la corteza cerebral


Necesidades biológicas, láminas embrionarias y cerebro

Todo ser vivo, en las condiciones físicas que tiene nuestro planeta, ha de contrarrestar la fuerza de la gravedad y el segundo principio de termodinámica o la tendencia al desorden o caos. Para ello consigue energía procedente de la combustión de los alimentos en el metabolismo, conserva su estructura para mantener su forma y despliega un movimiento para comunicarse con su entorno.
La energía la obtiene del aparato digestivo, con las actividades de tragar, asimilar y eliminar el alimento. La combustión del mismo necesita del oxigeno prefundido en los alvéolos pulmonares en la respiración. Así mismo el control de líquidos del cuerpo lo efectúa un sistema de tubos colectores situados en el riñón. Tanto los órganos digestivos como lo alvéolos y esta parte de los riñones proceden de la capa embrionaria endodérmica, y sus acciones son ejecutadas por glándulas y musculatura lisa, y reguladas por el sistema nervioso más arcaico que incluye pares de nervios craneales, cuyo origen se sitúa en el tronco o protuberancia cerebral y el sistema nervioso autónomo. La acción concertada de esta función asimila y elimina, una vez utilizados, los elementos del exterior que mantienen la vida: alimento, aire y líquido.

Con el fin de resguardar los órganos internos se despliegan laminas protectoras: dermis o piel arcaica, peritoneo, pleura, glándulas de la dermis que incluye las mamarias en mamíferos, y pericardio; órganos de procedencia mesodérmica arcaica, cuyo control nervioso se ubica en cerebro antiguo. Los huesos, cartílagos, ganglios, el tejido conjuntivo y el sistema linfático incorporan un mecanismo que sostiene, repara y limpia de sustancias de desecho al cuerpo. Así mismo poseen un sistema de reconocimiento para conservar la individualidad genética del cuerpo. El sistema que mantiene la estructura del cuerpo, de procedencia mesodérmica, acoge una capacidad de regeneración espectacular; un autentico tejido corporal de lujo se comunica con áreas cerebrales que incluyen células especiales que trascurren por el torrente sanguíneo – los leucocitos-. Aquí si que se han aislado gran cantidad de péptidos entre este tejido, sus células viajeras y las neuronas como encefalinas, endorfinas, interleuquinas y citoquinas.
El movimiento se genera con la sensibilidad y motricidad, captando los estímulos del entorno en la piel y epitelios, y la actividad del tejido muscular y el esqueleto. Estos órganos surgen de la lámina embrionaria más externa o ectodermo, y son regulados por el sistema piramidal y extrapiramidal del Sistema Nervioso Central y Periférico con fibras nerviosas surgidas de las neuronas que se conectan con moto-neuronas situadas en la medula espinal, que a su vez lanzan los mandatos a las placas neuro-motrices de los músculos. Ver figura 9. El mismo recorrido pero en dirección contraria con otro tipo de fibras y neuronas sucede con la sensibilidad que registra las sensaciones del entorno. Los epitelios o capas de células pavimentosas de la misma procedencia que la piel pero sin la capa de queratina, que mantienen la sensibilidad y motricidad, han emigrado a lugares estratégicos del organismo.
Esta migración tiene como finalidad asegurar al máximo la función metabólica. Por este motivo por encima de la mucosa de origen endodérmico, se encuentra epitelio digestivo que recubre boca dos tercios de esófago, curvatura menor del estomago, píloro y primera porción de duodeno, vías biliares y pancreática y tercio inferior del recto (es vital reconocer y evaluar correctamente lo que comemos y sensibilizar al máximo el acto de la defecación); epitelio respiratorio en traquea, bronquios y bronquiolos y epitelio renal en la pelvis renal, uréter, vejiga y uretra. El control nervioso de estos epitelios también se encuentra en la corteza cerebral con fibras nerviosas que se suman a las de procedencia endodérmica, en los pares craneales y sistema nervioso autónomo.

Figura Nº 9: El sistema piramidal del movimiento



Músculo

Extensor

Placas

Neuro-

Motrices

Motoneuronas

Desviación

Piramidal


La alarma biológica
La forma de regular las funciones y regenerar el cuerpo ha de seguir un orden y un ritmo. De esta manera cada uno de los componentes de este intrincado sistema de control se halla en perfectas condiciones para que el cuerpo efectúe sus tareas hasta su conclusión biológica.
¿Qué sucede si el ser vivo tiene que hacer frente a circunstancias que pone en peligro la satisfacción de sus necesidades vitales?

Entonces, sobreviene una alarma biológica ocasionada tanto por estímulos físicos como por situaciones que impiden o limitan las funciones de reproducción, metabolismo, estructura y movimiento.
Esta alarma incluye, por tanto, agresiones directas al organismo como heridas, fracturas, intoxicaciones de todo tipo que provocan una serie de reacciones, y también conflictos como experiencias que cercenan las funciones vitales y que en este sentido alcanzan una dimensión biológica.
Una de las características principales de esta alarma es que activa mecanismos que están incluidos en los cambios post-adaptativos conservados en la memoria de las células durante el proceso evolutivo de los seres vivos. Esta reminiscencia se pone en marcha ante conflictos similares a los que tuvieron que hacer los seres vivos en su primera confrontación conflictiva. Por este motivo el motor de la evolución no son las mutaciones aleatorias de los genes con la permanencia de los productos más fuertes, sino el resultado de un dialogo permanente entre el ser vivo y su entorno. Este mecanismo se puede considerar como epigenético, que sucede más allá de los genes, en el entorno de los mismos. Ahora podemos observar que la enfermedad esta relacionada con la aparición de la vida y su evolución.
Una manera de entender esto último es observar los cambios según las laminas embrionarias. Así:
En órganos que proceden del endodermo y mesodermo antiguo se rememoran tres pasos evolutivos:
- De medusa o aglomerado pluricelular primitivo a gusano: ontogénesis o formación de un aparato Digestivo y órganos glandulares, aparición de la simetría derecha-izquierda, delante - atrás.
- De pez a anfibio: Atrofia de las branquias y formación de pulmones o alvéolos para prefundir el oxigeno. Formación de de tubos colectores en riñones para asimilar y eliminar el líquido y minerales.
- De anfibio a reptil: desarrollo de capas y glándulas dérmicas para la protección de la superficie corporal, y láminas protectoras en peritoneo, pleura y pericardio.
Ante conflictos de asimilación y eliminación del alimento, aire, liquido y para proteger al máximo estas funciones; se genera una proliferación celular en los órganos correspondientes.
En órganos que proceden del mesodermo moderno se rememora el paso evolutivo de invertebrado a vertebrado.
Ante conflictos que afectan los huesos y sistema de sostén del cuerpo se ponen en marcha mecanismos para cicatrizar, calcificar y solidificar y así mantener la ESTRUCTURA corporal, tras la perdida de continuidad o destrucción de la misma.
En órganos que proceden del ectodermo se rememora el paso evolutivo de reptil a mamífero. En este transito las glándulas mamarias se formaron a partir de glándulas del sudor que incorporan epitelio que recubren los conductos galactoforos por donde trascurre la leche.

Ante conflictos relacionados con el contacto y movimiento se producen en primer lugar ulceraciones para luego generar nuevas formaciones anatómicas que aseguran mejor el contacto con el exterior.

Estos cambios anatómicos relacionados con estímulos ambientales lo podemos observar ya en animales primitivos como los tunicados ver figura 10 que en su forma adulta “disuelven” estructuras de su organismo como parte del cerebro, notocordio, cola y musculatura que le sirvieron en su forma larvaria para generar un movimiento, proceso que dura exactamente un día.


Figura Nº 10: Perdida de estructuras en el animal tunicado adulto







Imagen microscópica de la larva


Cordón dorsal





Cerebro

Por tanto:
La alarma biológica es el factor que explica la aparición de la enfermedad orgánica y funcional o psicosomática, y en este fenómeno incluimos tanto las agresiones toxicas, heridas y traumatismos, como los conflictos o confrontaciones dados en el ámbito del comportamiento o sucesos vitales del ser vivo.
En los otros tipos de enfermedad, las alteraciones en la estructura de los genes o enfermedades congénitas son debidas, en general, a la alteración de un solo gen y las que se consideran hereditarias trasmiten estas alteraciones a través de los gametos en los cromosomas somáticos o ligados al sexo, por vía reproductiva (hemofilia, hipercolesterolemia familiar, enfermedad adenomatosa de colon…etc.). La endogamia o reproducción entre miembros de una misma familia o linajes favorece este tipo de trastorno, al limitar las posibilidades de recombinación genética en la unión de gametos del padre y de la madre.
Algunos trastornos de origen congénito y que no son hereditarios como el Síndrome de Dawn o mongolismo, transposición de grandes vasos, alteraciones renales...etc. se consideran una consecuencia de conflictos biológicos intra-útero. Y en este sentido el aborto es un mecanismo que libera embriones y fetos no viables, siendo el aborto del aborto el fracaso de este proceso, ocasionando unas consecuencias que limitan la anatomía y funcionalidad de los seres que se reproducen en estas condiciones. Por tanto, como más adelante veremos, hemos de analizar los conflictos ya desde el momento de la fecundación y diferenciar los conflictos de la madre y los que sufre propiamente el embrión y feto.


La enfermedad mental
Este tipo de respuesta con los síntomas que hemos agrupado anteriormente, sucede, en general, ante la presencia de dos o más conflictos biológicos, que ante la dificultad de solucionar realmente un conflicto previo y en caso que el conflicto se haya minimizado pero no sea suficiente esta solución, el individuo se queda bloqueado en su estado momentáneo de evolución personal. Los síntomas psíquicos se expresan ante dos o más conflictos biológicos activos, (excepto en la depresión y los cuadros maníacos unipolares, en que intervienen cambios en las hormonas sexuales). Los conflictos implicados en los trastornos metales están presentes al mismo tiempo y, en general, cruzados en su correlación cerebral; las áreas cerebrales correspondientes a cada conflicto se localizan en áreas y hemisferios cerebrales diferentes.
La información y el ser humano
La alarma biológica la podemos situar en un lugar equidistante entre las situaciones concretas que generan conflictos y los cambios en la estructura y expresión de los genes. Por tanto, a la hora de identificar las últimas causas de la enfermedad, hemos de rastrear los estímulos y conflictos biológicos que ponen en marcha diferentes respuestas corporales como de comportamiento, y considerar que en este proceso se activa una in-formación que trascurre por los diferentes niveles que integran el ser humano: la psique, el cerebro y los órganos.

Situación conflictiva <> ALARMA <> Expresión genética

Ahora bien, la conexión que se establece entre estos tres niveles no se ha de considerar que sigue una única dirección sino que forma una figura circular con entradas en cada uno de ellos, y la in-formación recorre el circulo en ambas direcciones e interactuando entre si. De esta manera se consigue construir una gestalt o visión global del modelo que se propone, que es útil y practica para interpretar los síntomas:



Información



Psique



Información-Órganos Cerebro<--Información

La entrada de la in-formación a través de los órganos se puede considerar un caso especial de réplica inmediata, ya que los cambios se suceden ante las reacciones debidas a intoxicaciones que incluyen infestaciones e infecciones por gérmenes no codificados, traumatismos, heridas, fracturas; La in-formación que entra en la imagen circular, se inicia directamente desde los órganos o células corporales; el estimulo es directo y repercute en el psiquismo y en cerebro de forma casi instantánea. En este caso la fase activa del conflicto es rápida e inmediatamente se ponen en marcha los cambios reparativos. Un ejemplo esclarecedor de este fenómeno es la formación del callo óseo tras una fractura de esqueleto. La lesión en fase activa es una perdida de continuidad que equivaldría a una necrosis en un órgano de procedencia mesodérmica y su proceso de reparación provocaría un crecimiento de las células formadoras de hueso u osteoblastos.
La in-formación que se inicia en el cerebro se produce en algunos trastornos mentales, como los que se originan propiamente en alteraciones específicas del Sistema Nervioso que incluyen enfermedades mentales de origen metabólico, intoxicaciones y atrofias, tal como se observa en las demencias seniles y pre-seniles. Pero, también, en este circuito algunos cambios que se produzcan en el funcionamiento del cerebro sean fisiológicos, tóxicos o terapéuticos va a condicionar diferentes expresiones sintomáticas; por ejemplo un sistema nervioso sometido a una ingesta crónica de droga condiciona una respuesta en forma de constelación esquizofrenia en el momento que el individuo sufra un solo conflicto biológico grave; en la menopausia los conflictos femeninos tienden a expresarse en una depresión por el descenso de los estrógenos u hormonas femeninas que bañaban el cerebro en el periodo reproductivo. Por tanto, para el análisis de las circunstancias que ocurren en este modelo interactivo, se han de considerar los efectos en cadena y las reciprocidades que se ponen en marcha a la hora de generar los síntomas. Tarea que requiere mucha experiencia y una atenta dedicación.


C)

A QUE ES DEBIDO

En este marco de complejidad, nos vamos a ocupar aquí de la in-formación que entra por vía psíquica, considerando, también que se generan interacciones a través de las otras puertas de entrada que condicionan respuestas sintomáticas, tal como se ha dicho anteriormente.

Las vivencias y la enfermedad
Una de las tareas es reconocer entre los acontecimientos en la vida de cada individuo, cual o cuales de ellos y en que grado o intensidad y duración se han convertido en conflictos biológicos. Es decir identificar el contenido biológico de los conflictos o traumas
Por este motivo se ha de entrar en detalle en el conflicto biológico que genera la in-formación que entra por el psiquismo y activa una alarma biológica.


Información



Psique



Órganos Cerebro

Situados en esta posición para el análisis, se han de considerar los siguientes aspectos importantes:
Ante una situación que nos confronta ante las necesidades biológicas que hemos descrito anteriormente, podemos reaccionar de las siguientes maneras:


  • Solución inmediata de la situación. Contamos y aplicamos los medios para la solución o disponemos los medios para una solución futura.




  • En caso de experimentar esta situación en soledad, de aparición inesperada, normalmente precedida de una manera intensa por un impacto de naturaleza psíquica, y en general de larga duración porque por diferentes motivos no puede ser resuelta, nos genera un conflicto, que intrínsecamente nos confronta, ya que nos provoca ambivalencia, contradicción o varias soluciones posibles.




  • Descarga del dramatismo o la imperiosidad de la misma al exteriorizar y compartir la situación, a pesar de la falta de solución. Sea cual sea el contenido, este es desdramatizado y de esta manera pierde su virulencia.



Los eventos asociados al conflicto pueden suceder ya desde la situación intrauterina y pueden abarcar desde contenidos codificados asociados a amenazas ancestrales, tal como sucede con ”el rugido del león” que desencadena miedo a la muerte ya que ruidos intensos o sonidos estridentes recuerdan al dicho rugido, con ocasión de agresiones al medio amniótico en que el feto se queda sin su entorno de protección, hasta contenidos que afectan más la relación con otras personas unidas por su afectividad, cuyas consecuencias en caso de abandonos o separaciones pueden ocasionar graves trastornos.
El contenido biológico del conflicto sufre una conversión a una dimensión simbólica en la especie humana. Por este motivo las diferentes necesidades biológicas se consideran a efectos prácticos, de esta manera:

Contenidos biológicos



Contenidos simbólicos

Metabolismo

Reserva

Reproducción

Preservación

Protección

Seguridad

Estructura

Valorización

Movimiento

Comunicación



Por tanto, a la hora de aplicar los criterios que nos orientan hacia las necesidades biológicas cercenadas, hemos de considerar estos contenidos simbólicos. Una vez situados en su lugar, y siguiendo el desarrollo filogenético los relacionamos con las distintas láminas embrionarias:

Endodermo con reserva y preservación

Mesodermo antiguo con seguridad

Mesodermo moderno con valorización

Ectodermo con comunicación

Las dos fases de la enfermedad
En una alarma biológica suceden dos momentos o periodos diferenciados: Mientras dura la alarma y el periodo posterior a la solución de la misma si es que lo ha habido. En la primera fase el cuerpo activa todo el sistema nervioso simpático y, si se cumplen las condiciones que hemos descrito en el conflicto biológico, se generan los cambios que rememoran el proceso acaecido en la evolución:


Endodermo y Mesodermo arcaico.



Crecimiento celular.

Mesodermo moderno.

Necrosis.

Ectodermo.

Ulceración.



Si aparece la solución del conflicto, se inicia una fase de reparación en que se activa una vagotonía o aceleración del sistema nervioso autónomo parasimpático. Si el conflicto ha adquirido suficiente intensidad y duración, se desencadenan unos cambios que tratan de restablecer los órganos afectados, y según las laminas embrionarias se generan distintos procesos:

Endodermo.




Caseificación.
Encapsulamiento.


Mesodermo antiguo.

Caseificación.
Edemas o derrames.

Mesodermo moderno y Ectodermo.

Crecimiento celular.


En la práctica esta sucesión de los hechos en simpaticotonía y vagotonía puede verse complicada con sucesos que mantienen el conflicto activo pero en menor intensidad y provocan un conflicto en balance, o bien en una situación que, predominando la solución, se recidiva de cuando en cuando; a este escenario lo calificamos de solución en balance.


En el momento cumbre de la vagotonía aparece una crisis simpaticotónica. Llamada crisis epileptoide en vísceras y crisis epiléptica con convulsiones tónico-clónicas en epilepsia o Gran mal. Cuadros clínicos graves como el infarto de miocardio, embolia pulmonar, momento álgido de la hepatitis, cuadros gástricos, asma bronquial…etc. se consideran expresiones clínicas sucedidas en esta delicada crisis.
En vagotonía aparecen los edemas y la inflamación de los órganos y también del cerebro; la crisis epileptoide es el punto de inflexión del paso de un estado inflamatorio a un proceso de cicatrización. Esta dificultad puede equipararse a las crisis curativas que considera algunas corrientes de Medicina Natural.

Las infecciones
Las infecciones se consideran un caso especial de enfermedad orgánica en que la entrada de gérmenes en el cuerpo y su expresión clínica se da en la fase de vagotonía, tras la presentación de conflictos que han generado cambios previos como nódulos o proliferaciones celulares, necrosis y ulceraciones. El tipo de gérmenes que encontraremos dependerá, a su vez, de estos conflictos y los cambios producidos en órganos según su procedencia embrionaria.





Laminas

embrionarias

Substrato sobre el que actúan los gérmenes


Gérmenes

Endodermo y mesodermo

Antiguo


Nódulos

Proliferaciones celulares

Quistes


Hongos

Micobacterias

Mesodermo moderno



Necrosis


Micobacterias

y bacterias

Ectodermo



Ulceraciones

Bacterias

Virus





Los raíles
Otro aspecto importante ha tener en cuenta es la presencia de raíles o circunstancias acompañantes. Se pueden diferenciar los siguientes:


  • Las circunstancias acompañante al conflicto biológico desencadenan la reacción física o psíquica. Elementos que se encuentran en el aire como polen, alimentos, ruidos, o cualquier circunstancia que acompañó al suceso conflictivo, actúan en un mecanismo de alergia y provocan los signos y síntomas que puso en marcha el conflicto original.




  • En ocasiones, algunas circunstancias ancestrales que recuerdan situaciones conflictivas adquiridas a lo largo de la evolución, provocan síntomas. Por ejemplo, el frío pone en marcha el mecanismo de amenaza con relación a la limitación o pérdida de la seguridad en el territorio, lo cual favorece los cuadros en que las mucosas respiratorias expresan sintomatología inflamatoria.




  • Algunos elementos adquieren un simbolismo que actúa en diferentes circunstancias. El ejemplo más significativo es del alimento ingerido. Esto constituye un elemento de primer orden en la génesis y contenido de los trastornos, sean estos físicos, como psíquicos. El contenido simbólico del alimento se relaciona con distintas cualidades funcionales tales como sensibilidad, motricidad, secreción y absorción. El alimento toma, así, un significado simbólico que alcanza incluso a situaciones como no poder alimentarse por una obstrucción de esófago, estomago o intestino. Esta circunstancia desencadena conflictos relacionados con la adquisición de reserva de alimentos en el cuerpo. Otro tipo de valor simbólico más cercano a lo psicológico se encuentra en la anorexia nerviosa. En este caso el rechazo al alimento es utilizado en la relación con los demás, y se vincula a conflictos relacionados con la comunicación o contacto.


Coevolución
Los conflictos biológicos que provocan la alarma se analizan aquí según su correlación cerebral y momento de aparición en la historia evolutiva del ser humano, de manera que podamos distinguir una co-evolución entre el desarrollo del cerebro, las alarmas biológicas experimentadas y las consecuencias en los órganos.
Si observamos el cerebro, comprobamos que el tronco cerebral no esta formado por dos hemisferios. Estos aparecen en el cerebelo y corteza cerebral. En los tres primeros meses de vida del ser humano el crecimiento celular del embrión y feto esta regulado por el tronco cerebral como si se tratase de un organismo cuyas células se encuentran en una fase ontogénica, tal como sucede en los órganos que proceden de la lámina embrionaria endodérmica.
A medida que aumenta la complejidad del organismo en relación a su entorno se disocian ambos hemisferios. Esta separación se muestra en las habilidades instrumentales en los actos y movimientos como manejar con más fuerza y destreza los instrumentos, apuntar para cazar, comer, clavar un clavo, escribir… y las distintas funciones o capacidades de los órganos de los sentidos.
De esta manera observamos una dominancia por una parte del cuerpo - hemicuerpo dominante - de la potencia y habilidad neuro-muscular y ciertas funciones de los órganos de los sentidos, regulada por el hemisferio cerebral izquierdo en los diestros, y por el hemisferio cerebral derecho en los zurdos. Esta dominancia no depende del sexo ni de los niveles de hormonas vinculados al sexo ni de sus modificaciones fisiológicas, instrumentales o supuestamente terapéuticas. Esta especialización localiza el área del lenguaje en hemisferio cerebral izquierdo ( en la mayoría de casos)


Esta diferenciación hemisférica va a acarrear ventajas instrumentales para ejecutar actividades, y también se van a generar distintas respuestas en cada uno de lo hemisferios que se van a expresar en las vísceras del cuerpo y en las formaciones anatómicas dobles.
De esta manera observamos una constelación de respuestas con carácter masculino, cuya localización neurológica se sitúa en el hemisferio derecho de la corteza cerebral, y respuestas con carácter femenino, situadas en el hemisferio cerebral izquierdo. La expresión de los diferentes comportamientos relacionados con cada tipo de respuesta se vincula con los órganos-diana característicos en cada sexo. Este tipo de respuestas y su relación neurosomática depende del nivel de hormonas ligadas al sexo y a sus modificaciones fisiológicas, instrumentales, terapéuticas, ambientales o educativas. Pero no está influenciada por la dominancia neuro-muscular ni sensorial.
También en los diestros, la parte izquierda de su cuerpo se vincula a las relaciones consanguíneas y la parte derecha del cuerpo a las relaciones con la pareja o extra-nido. La localización de estos espacios está cruzada, en los zurdos. Esta codificación de espacios no está influenciada por la dependencia hormonal. Asimismo la parte extensora o cara dorsal de los miembros y cinturas basculantes del cuerpo están relacionadas con la necesidad de apartar a alguien o algo, y la parte flexora o cara ventral lo está con la de acercar o aprehender. En los diestros la defensa se localiza en el brazo izquierdo (escudo) y el ataque en el brazo derecho (espada). En los zurdos se invierte esta localización.

Tener: tronco cerebral y endodermo
Los primeros conflictos están relacionados con la nutrición y con la protección de los órganos vitales para la supervivencia. Probablemente, la primera alarma biológica que apareció en la tierra fue debida ante la escasez de nutrientes, ya que en la superficie del planeta, en su origen, había suficiente materia orgánica para que las células fermentaran los alimentos sin necesidad de oxigeno. La fosforilación oxidativa fue el mecanismo que resolvió la alarma biológica en el que una bacteria puso en marcha el engranaje endosimbiótico y se formó la primera célula eucariota. Este proceso no fue nada simple; al escasear los nutrientes, ciertas bacterias como las ciano-bacterias consiguieron obtener sustancia orgánica aprovechando la luz del Sol a través del mecanismo de la fotosíntesis. Lo cual generó, lo que podríamos ya considerar el segundo conflicto biológico que sucedió en el planeta: La generación del oxigeno como producto toxico surgido en la fotosíntesis. Otra bacteria aprovechó este gas y lo incorporó en su propio metabolismo y posteriormente se unió a otra bacteria y formó parte de su maquinaria para conseguir energía; aquella bacteria se convirtió en mitocondria; un orgánulo que efectúa la función oxidativa para conseguir energía con mayor eficacia que la fermentación.
La célula eucariota reúne ambos mecanismos metabólicos, y estas células son nuestras células que forman nuestros tejidos órganos y sistemas, y conservan ambos dispositivos para conseguir las moléculas de energía o ATP. Así ante una situación de gran actividad en que nuestro cuerpo no recibe el oxigeno suficiente, nuestras células ponen en marcha la vía fermentativa cuyo producto final es el acido láctico que cristaliza en los músculos; las molestas agujetas, para esta actividad consumen todo lo que encuentran en nuestro cuerpo; reservas de hidratos de carbono y tejido graso.
Desde el punto de vista del desarrollo de la vida, la aparición de animales en forma de gusano marcó un punto de inflexión en la evolución; el gusano inicial plano contaba con una gran faringe por donde entraba y salía el resto de alimento ya digerido. Posteriormente se convirtió en un cilindro alargado con una entrada por la boca situada en la cabeza y una salida por la parte posterior. Se consolidó un transito digestivo con movimientos peristálticos donde se asimilaba y eliminaba el alimento, una circulación de la sangre por latidos y un Sistema Nervioso complejo con un aumento de las áreas de control situadas en la cabeza.
Toda esta organización se trasladó al ser humano donde se estructura de manera más compleja, pero conservando la misma esencia. Los comportamientos de asimilar y eliminar los nutrientes (o recursos) adquieren un sentido simbólico y no sólo tienen que ver con la comida, sino que también se refieren a objetos propios de la conducta humana (p. Ej. un puesto de trabajo, un juguete, una herencia, una casa...). Por este motivo los órganos que mantienen el metabolismo tenderán a aumentar su número de células en la fase activa de la alarma biológica, como si estuviéramos en los tres primeros meses de gestación. En la clínica identificamos adenocarcinomas o cambios celulares con aumento del número de células en los órganos perturbados.
La naturaleza del conflicto entre asimilar y eliminar nos va a dirigir hacia los órganos implicados, siendo probablemente la válvula ileocecal entre ileon y ciego el punto de inflexión entre ambas funciones. Pero va a ser la necesidad específica, que esta en peligro dentro de estas dos funciones vitales, la que nos va orientar hacia el órgano en concreto:

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