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En el sistema nervioso, tal como se ha considerado anteriormente, los centros de regulación correspondientes a la asimilación y eliminación se diferencian en dos áreas dentro del tronco cerebral: el área de asimilación se localiza alrededor del IV ventrículo, en su parte derecha, y el área de eliminación en la parte izquierda. Conseguir alimento es vital y es asegurada por nervios que surgen del tronco cerebral (excepto el óptico y el olfativo). Los pares craneales originarios del tronco y protuberancia cerebral se encargan de regular la asimilación y eliminación de alimentos y las distintas cualidades funcionales (sensibilidad, motricidad, secreción y absorción). Esta función la ejecutan junto fibras nerviosas de la corteza cerebral que se entrecruzan. Trasladan, de esta manera mensajes surgidos en los automatismos y de la voluntad consciente.
Los conflictos relacionados con la protección, sea ésta real o simbólica, se expresarán en las láminas protectoras y en la parte dérmica de la piel (ataque al tórax, al abdomen, al corazón, a la integridad física...). Sigue esta distribución:
El substrato cerebral de las áreas de las láminas peritoneales, pleurales, pericardio, dermis esta localizado en ambos hemisferios del cerebelo y se afectan directamente según el lugar que se ha sentido atacado o agredido, y por tanto en la fase activa de la alarma biológica las células que forman estas laminas aumentan en numero. En la clínica se diagnostican melanomas, mesoteliomas, pericarditis, derrames pleurales y pericardicos, ascitis y tumores de mama no ductales. La localización de la lesión en el caso de la glándula mamaria depende de la codificación establecida en la especie humana según la lateralidad; las personas diestras relacionan la parte izquierda de su cuerpo con el nido, la parte derecha con lo social. De esta manera un conflicto con los hijos en una mujer diestra se reacciona con la mama izquierda y un conflicto con la pareja con la derecha; en las zurdas, los hijos con la derecha y el marido con la izquierda.
Ser: mesencéfalo y mesodermo: Hasta aquí hemos descrito al gusano con su sistema digestivo y sus láminas protectoras. El siguiente paso evolutivo consistió en que estos animales blandos y reptadores se dotaron de una estructura más consistente y así aparecieron los vertebrados con la formación de una eje central que ejercía como un soporte que ayudaba a liberar la cabeza para aumentar el campo de visión y permitía caminar sobre cuatro extremidades, luego sobre dos, ya que en la columna se insertaban músculos de gran potencia y resistencia. Los minerales como calcio, fósforo, magnesio...etc., inicialmente disueltos por el torrente sanguíneo, cristalizaron; primero generando cartílagos y luego huesos. Un fenómeno vital para la supervivencia apareció dentro de los huesos, en su medula, ya que se instaló un mecanismo de regeneración de la sangre en sus tres componentes principales: glóbulos rojos para trasportar el oxigeno vital para el metabolismo, los glóbulos blancos como células interconectoras con el medio interno y externo y las plaquetas, una pequeñas porciones celulares que se encargan en primera línea de acción de taponar las hemorragias que se producen por perdidas de continuidad en los capilares y vasos sanguíneos. Los conflictos relacionados con la estructura que engloban huesos, ganglios, tejido conjuntivo y músculos, se convierten y se vivencian en el ser humano como conflictos que tienen que ver con la valorización, y en caso de un conflicto o conflictos de desvalorización se ha de matizar exactamente lo qué significa: Conflicto de desvalorización: no efectuar una(s) actividad(es) que nos creemos con capacidad para llevar a cabo. En este caso en la fase activa de la alarma biológica aparece la necrosis o descalcificación en los huesos y pérdidas de sustancia en los ganglios, tejido conjuntivo y musculatura. Esta alteración representa una regresión evolutiva, ya que las formaciones consistentes que forman la estructura y el sistema de sostén regresan a la fase evolutiva en que los minerales se encuentran todavía disueltos en el líquido vascular y aún no han cristalizado. En este caso, una vez solucionado el conflicto aparece la regeneración celular, la reparación y mayor consolidación, si cabe, de la estructura dañada. Tal como sucede en una fractura producida por un trauma sobre el hueso que pone en marcha un callo óseo, los conflictos biológicos relacionados con acontecimientos que provocan desvalorización generan el mismo tipo de respuesta, pero de forma exagerada y anómala en consonancia con la intensidad y duración de la alarma sufrida. Junto a este tipo de respuestas que se diagnostican en una serie de procesos proliferativos en este tipo de tejidos, desde reumatismos, artritis, a sarcomas sin o con afectación muscular o meiosarcomas y diferentes tipos de linfomas, se identifican alteraciones que afectan la formación de los tres elementos de la sangre: leucemia que afectan la serie blanca o leucocitaria; anemias y policitemias, la serie roja o glóbulos rojos, y trombocitemias y plaquetopenias, la serie megacariocitica o la encargada de taponar las hemorragias por adhesión y agregación de las plaquetas. Estos cuadros siguen la misma sincronía en relación a la alarma biológica; en primer lugar, en fase activa provocan un descenso en cada uno de los tres elementos de la sangre a causa de la necrosis producida en el interior de los huesos o medula ósea; en segundo lugar se produce la regeneración y crecimiento celular según la intensidad y la duración de esta alarma. Estos últimos parámetros nos indicaran la intensidad de los síntomas. El substrato cerebral se encuentra en áreas del cerebro medio o mesencéfalo que mantienen la bilateralidad hemisférica. En este caso la manifestación en el hemi-cuerpo correspondiente sigue la misma distribución, según la codificación que se ha señalado anteriormente para diestros y zurdos, afectándose, eso sí, de forma selectiva zonas precisas de la economía ósea y ganglionar: la desvalorización moral o intelectual afectará a la calota craneal y a las vértebras cervicales; la desvalorización personal afectará a las vértebras dorsales; la desvalorización sexual a la pelvis; la desvalorización en la relación madre-hijo repercutirá en el hombro (el izquierdo en caso de desvalorización en la relación con los hijos y el derecho con la pareja, los zurdos al revés) ; la desvalorización deportiva en rodilla. Según observación clínica este tipo de problemas nutren de pacientes las consultas médicas…
Dar y recibir: corteza cerebral y ectodermo Podemos afirmar que ya tenemos al gusano de pie, con una estructura firme y una buena constitución física que le protege. El contacto con el entorno se ha ido desarrollando y mejorando ya desde el principio, siendo la lamina ectodérmica la que proporciona las células en este proceso evolutivo de donde surge el mismo Sistema Nervioso como órgano estrella en esta función de relación. Este sistema se despliega por todo el cuerpo a través de fibras que terminan en auténticos sensores formando el Sistema nervioso Periférico, abarcando también, órganos de los sentidos que incluye la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído generando un sistema sensible de captar los diferentes estímulos del exterior (luz, olor, sabor, sensibilidad y sonido) y convertirlos en corrientes eléctricas para alcanzar las áreas cerebrales correspondientes que integran la información recibida y la hacen consciente y elaborar las respuestas adecuadas según la información recibida. Un ejemplo maravilloso lo encontramos en el desarrollo del ojo y oído, capaces de convertir diferentes longitudes de onda de luz y ondas sonoras en estímulos eléctricos que a través del nervio óptico y auditivo alcanzan las áreas del cerebro, siendo la retina una capa formada por neuronas que han emigrado a la periferia de la bóveda del cráneo. Ver figuras ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() El paso evolutivo a mamífero culmina este proceso de comunicación que incluye el medio físico y los demás seres que le rodean sean de su especie u especies distintas. También las vísceras se dotan de prolongaciones o migraciones de células epiteliales acompañadas de fibras nerviosa que un aumento de la sensibilidad (y dolor) y motricidad tal como hemos señalado en boca, esófago, estomago, piloro, vías biliares, pancreáticas, bronquios, epitelio de la pelvis renal, uréter, vejiga y uretra y células alfa y beta del páncreas. Además del despliegue de estos sistemas de recepción de información se han ido desarrollado formas de respuesta para la acción con músculos con fibras estriadas que se contraen y extienden. Junto a estas localizaciones interesa remarcar una de las migraciones epiteliales de procedencia ectodérmica, todavía no valorada en toda su importancia: el periostio formado por una lámina que rodea los huesos y que los sensibiliza al dolor. Sin esta propiedad sería imposible la inmovilización necesaria, en caso de fractura, para la formación del callo óseo, y cómo luego observaremos será la lamina que, a través de los conflictos correspondientes, pondrá en marcha cuadros clínicos de actualidad como la fibromialgia, por ejemplo. |