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Paulo Freire (1921-1997), pensador libertario(Reelaborado a partir de Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Paulo_Freire) P ![]() Freire conoció la pobreza y el hambre durante la Gran Depresión de 1929, experiencia que formaría sus preocupaciones por los pobres y le ayudaría a forjar su perspectiva educativa. Ingresó en la Universidad de Recife en 1943, en la Facultad de Derecho, donde estudió filosofía y psicología del lenguaje al mismo tiempo. Se incorporó a la burocracia estatal, pero no como abogado, sino dando clases de portugués en secundaria. En 1944 se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, profesora de primaria. Tuvieron cinco hijos y colaboraron el resto de su vida. En 1946 Freire fue nombrado Director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social en el Estado de Pernambuco, del que su ciudad natal es capital. Trabajando entre los pobres que no sabían leer ni escribir, Freire empezó a adoptar un método no ortodoxo de lo que puede ser considerado una variación de la teología de la liberación. En esa época, leer y escribir eran requisitos para votar en las elecciones presidenciales brasileñas. En 1961 fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife, y en 1962 tuvo la primera oportunidad de aplicar de manera significativa sus teorías, cuando se les enseñó a leer y escribir a 300 trabajadores de plantíos de caña de azúcar en tan solo 45 días. En respuesta a estos buenos resultados, el gobierno brasileño aprobó la creación de miles de círculos culturales en todo el país. En 1964 un golpe de Estado militar puso fin al proyecto: Freire fue encarcelado como traidor durante 70 días. Tras un breve exilio en Bolivia, Freire trabajó en Chile durante cinco años para el Movimiento Demócrata Cristiano por la Reforma Agraria y la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas. En 1967 Freire publicó su primer libro, La educación como práctica de la libertad, que fue bien recibido. En 1969, se le ofreció el puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard. El año anterior había escrito su famoso libro Pedagogía del oprimido, publicado en inglés y español en 1970. Debido al conflicto político entre las dictaduras militares y el Freire socialista cristiano, el libro no fue publicado en Brasil hasta 1974. En 1997, el día 2 de mayo, a sus 75 años, falleció Paulo Freire; días antes de su muerte aún debatía sobre las nuevas perspectivas de la educación en el mundo. Su pensamiento pedagógico continúa vigente en nuestros días. Se considera que sus aportaciones sobre la alfabetización crítica emancipadora son un referente obligado en las nuevas aproximaciones socioculturales sobre la lectura y la escritura en el mundo contemporáneo. En su ciudad natal, Recife, hay una estatua a él dedicada, obra de su amigo Adalberto Da Hora. Freire ha recibido homenajes tanto en vida como después de su fallecimiento. La pedagogía crítica constituye un campo de docencia e investigación que lo ha tenido a él como impulsor principal y han seguido otros como Giroux, McLaren, Apple, Macedo, Daniel Casany (en España). Paulo Freire y la pedagogía críticaLa pedagogía crítica ha sido considerada como un nuevo camino de la pedagogía que invita a las dos partes involucradas a construir sociedad desde la conciencia de los problemas sociales que afectan de manera directa e indirecta a las aulas. Freire plantea que la educación debe convertirse en un proceso político: cada sujeto hace política desde cualquier espacio donde se encuentre y el aula de clase no puede ser indiferente a este proceso; para Freire, se debe construir el conocimiento, desde las diferentes realidades que afectan a los dos sujetos políticos en acción, aprendiz y maestro. El maestro debe de ser el ente que lleve a los aprendices a pensar la sociedad en la que ambos están desarrollando su proceso de aprendizaje. Por su parte, los aprendices deben construir el conocimiento como un acto político, desde la relación con el maestro y los demás aprendices dentro del aula; tienen que dejar de ser seres sociales pasivos y convertirse en seres sociales activos, críticos y pensantes. El pensamiento crítico no puede llevar al negativismo, este debe de estar totalmente alejado para no sesgar la mirada a lo positivo y poder seguir construyendo desde la realidad. El maestro tiene que creer en la posibilidad de despertar la conciencia de los estudiantes para que, en lugar de conformarse, los aprendices puedan tomar acciones con el fin de transformar sus vidas. La alfabetización críticaLa alfabetización crítica, también conocida como alfabetización liberadora o conscientizadora, es el pensamiento pedagógico de Freire, así como su propuesta para la alfabetización de adultos, que inspiraría los principales programas de alfabetización en Brasil a comienzos de los años 60. Freire elaboró una propuesta de alfabetización cuyo principio básico era “A leitura do mundo precede a leitura da palabra” (“La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”). Su objetivo es, incluso antes de iniciar el proceso de alfabetización, llevar al educando a asumirse como sujeto de aprendizaje, como ser capaz y responsable; así como también a sobrepasar su compresión mágica de la realidad y a desmitificar la cultura letrada, la cual el educando está iniciando. Durante este proceso, el estudiante va desarrollando una visión crítica que le permitirá convertirse en un agente de cambio y/o producción cultural, en oposición al modelo de reproducción cultural que impera en la escuela. En sus reflexiones sobre el acto de leer, Freire explica como en su primera infancia, lo primero que aprendió a leer fue su mundo inmediato, que, aunque pequeño, brindaba una gran riqueza de experiencias sensoriales. Sonidos, olores, colores y texturas representan los “textos”, “palabras” y “letras” en ese contexto. Esta primera lectura se ve enriquecida también por el universo del lenguaje de los mayores quienes, en sus conversaciones, a las cuales se ven expuestos los niños, expresan sus creencias, gustos, recelos y valores. Para Freire, sus padres y su profesora de infancia, Eunice Vasconcelos, desempeñaron un papel importante en este proceso; él resalta la importancia de esa primera experiencia con la lectura, en donde el adulto puede tener un rol significativo, promoviéndolo o dificultándolo. Ya en su adolescencia, junto a su profesor de lengua portuguesa, José Pessoa, Freire constituye la comprensión crítica, a través del ejercicio de la percepción crítica de los textos leídos. Poco después, a los veinte años, Freire empieza su labor como docente en los primeros cursos de secundaria y es allí cuando él comienza a poner en práctica su propuesta, al permitir a los curiosos estudiantes descubrir los contenidos académicos en forma dinámica y viva, en el cuerpo mismo de los textos. La memorización mecánica no primaba en el quehacer diario; al contrario, se daba prioridad al aprendizaje significativo. En los años 80, Freire y Macedo analizan los diferentes enfoques de alfabetización tradicional y plantean el nuevo enfoque de la alfabetización liberadora como solución en el marco de las campañas de alfabetización en las colonias portuguesas en África. Su análisis muestra el fallo de los modelos tradicionales al enseñar la lectura y escritura como simples técnicas de decodificación y al ignorar el patrimonio cultural de los educandos, silenciando sus voces. Ambos autores resaltan la importancia del lenguaje en la alfabetización y la necesidad de establecer un diálogo con el educando: hablar con el estudiante, no al estudiante. Educación bancariaPaulo Freire, en su libro Pedagogía del oprimido, hace una crítica a la educación tradicional o “educación bancaria”, que toma a los educandos como recipientes en los cuales será depositado el saber. Identifica esta pedagogía con la ideología opresora, porque en ella es el educador el único poseedor de conocimientos y quien va a transmitirlos, y los educandos se convierten en sujetos pasivos, oprimidos. En vez de comunicarse, el educador hace comunicados que los educandos, pacientemente, memorizan y repiten. Son simples vasijas que deben ser llenadas. Cuando más vaya llenando los recipientes con sus depósitos, mejor será el educador. Cuanto más se dejen “llenar” dócilmente los educandos, mejores aprendices serán. Freire creía que la educación bancaria debía transformarse en educación crítica, con una clara visión del mundo en que vivimos. La educación tradicional sirve a la clase opresora, pues no permite la conciencia de la realidad ni la liberación de los educandos: “Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica”. Máximas de Paulo Freire
Obras principales
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