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Las preguntas clave, esto es, las que se consideren de especial relevancia para la investigación. Preguntas de cambio de tema. Son preguntas que hacen el papel de puente, con la finalidad de cambiar de un tema al siguiente. Preguntas de recuerdo. Son convenientes cuando se va a preguntar sobre hechos ocurridos hace tiempo, con lo que este tipo de preguntas ayuda a fijar el recuerdo. Preguntas filtro. En ocasiones, algunas preguntas de la encuesta tienen sentido sólo para una submuestra, mientras que no resultan relevantes para los restantes encuestados. En ese caso, la respuesta afirmativa o negativa a una cuestión conduce o excluye la siguiente pregunta, o una serie de preguntas. En ocasiones, una alternativa de respuesta sirve de filtro, sin otras preguntas que le sigan. Cuando la pregunta filtro enlaza con un conjunto grande de preguntas es más adecuado incluir, tras la alternativa que subordina las restantes cuestiones, un paréntesis con las instrucciones, por ejemplo: 11. ¿Tiene usted automóvil? - Sí ______ - No ______ (pase a la pregunta 15). Preguntas delicadas. Cuando se trata de temas de tabú social como sanidad e higiene personal, incumplimiento de normas legales, comportamientos sexuales, ideologías políticas o religiosas e ingresos personales. Algunos autores aconsejan procedimientos indirectos que eviten que se den respuestas erróneas o que los encuestados opten por no responder, lo que incrementará el sesgo por ausencia de respuesta. Realizar preguntas indirectas de terceras personas: ¿Conoce amigos que hayan fumado marihuana? Posteriormente, se pueden incluir preguntas indirectas que permitan estimar si el encuestado también lo hace, o también por medio de complicidad o de generalizaciones que dan a entender que es muy común: todo el mundo ha fumado alguna vez marihuana, ¿usted lo ha hecho también? Se puede Incluir la pregunta en el contexto de otras más inofensivas, aprovechando que el encuestado se ha acostumbrado a contestar. Uso de la autoridad para justificar la conducta. Por ejemplo La ley contempla el uso de la violencia en autodefensa, ¿en qué otras ocasiones la justifica usted? Orden del cuestionario El orden en que se coloquen las preguntas es importante. Existen convenciones aceptadas en lo que se refiere al ordenamiento de los ítems. Se inicia con un breve mensaje de presentación, donde se explicite quién o quienes realizan la encuesta, luego los objetivos de la investigación, el tipo de información que se precisa y el procedimiento seguido para la selección de la muestra y debe asegurarse la intimidad y el anonimato de sus opiniones. La clarificación de objetivos de la investigación ayuda a evitar suspicacias del entrevistado, contribuyendo también a mejorar el clima de colaboración. Si bien esta presentación preliminar es conveniente para obtener la información mediante encuesta, es absolutamente imprescindible en el caso de cuestionarios autoadministrados. Las primeras preguntas marcan el tono del cuestionario, por lo que el objetivo de esta primera parte del cuestionario es motivar lo suficiente al encuestado como para asegurar su colaboración. La utilización de preguntas que sean tanto cortas como interesantes provoca este efecto. En cualquier caso se debe evitar incluir ítems delicados al empezar el cuestionario. Las preguntas fáciles deben de situarse lo antes posible, para que se agilice la respuesta y el encuestado se sienta motivado a colaborar. El flujo del cuestionario debe ser lógico. Un ordenamiento caótico en el entrevistado produce frustración e indecisión. Las preguntas relativas a un mismo tema deben presentarse en un solo bloque. Una vez finalizado un bloque de temas, se aconseja introducir alguna frase o alguna pregunta que haga de puente con el siguiente. Es conveniente ir de lo general a lo específico como un embudo. No se aconseja su uso en cuestionarios autoadministrados, ya que como el encuestado tiene opción a leer los ítems posteriores sin contestar los precedentes, por lo tanto nadie asegura que siga el orden que se pretende. La secuenciación contraria, de embudo invertido, que exige empezar con una pregunta específica, pasando posteriormente a las más generales, es recomendable en dos circunstancias:
Las preguntas clave que se consideren de especial relevancia para la investigación, deben situarse en la mitad del cuestionario, de tal forma que ya se haya despertado el interés del encuestado pero antes de que esté demasiado cansado. Las preguntas difíciles o delicadas se reservan para el final del cuestionario, tratando de evitar que si se da una reacción negativa afecte a las preguntas subsiguientes. Los datos de control deben incluir el número de orden del encuestado, nombre, dirección y teléfono, el nombre del entrevistador y la fecha y hora de la entrevista. Se recomienda también hacer algunas preguntas de relax antes de llegar al final de la entrevista, para disminuir la tensión que haya podido producirse. Al final de la entrevista, se debe agradecer la colaboración prestada. En resumen el orden del cuerpo del cuestionario es: 1. Presentación y justificación del estudio. 2. Preguntas introductorias. 3. Preguntas clave o centrales para los objetivos de la investigación. 4. Preguntas difíciles 5. Preguntas delicadas. 6. Datos personales. 7. Agradecimiento por la colaboración prestada. Diseño del cuestionario. El diseño del cuestionario es de gran importancia. Un formato inadecuado puede conllevar a errores y confundir o no obtener la información que se requiere. Esto es especialmente importante en los cuestionarios autoadministrados, pero también lo es cuando la encuesta se realiza por medio de entrevistadores. En un caso u otro el diseño del cuestionario será distinto pero debe hacerse de tal manera que facilite tanto la lectura de las preguntas como el registro de las respuestas a la misma, por lo tanto debe ser limpio, atractivo, ordenado y en lo posible se aconsejan la utilización del formato de folleto, por varias razones:
Otras recomendaciones en el diseño del cuestionario:
Resulta desaconsejado utilizar procedimientos que hagan parecer el cuestionario más pequeño, tales como tamaño de letra pequeña o poco espacio entre preguntas. Produce un efecto contraproducente, pues de una parte hace más difícil la lectura, a la vez que se incrementan los errores por la falta de espacio en el registro de las respuestas. Los cuestionarios excesivamente condensados son inadecuados cuando se quiere codificar las respuestas para llevarlas al sistema, produciendo errores si el registro de las respuestas no ha sido posible que quede claro desde el inicio. Un procedimiento de realización de las preguntas es la utilización de tarjetas auxiliares. Se aconseja su uso cuando se hacen preguntas con diversas opciones de respuesta, de tal manera que resulta difícil la memorización de todas ellas, como en la escala de Layker, de debe preguntar en voz alta al encuestado y se le presenta una tarjeta dónde puede visualizar las distintas opciones. El objetivo de la presentación de la tarjeta es impedir que unas categorías de respuesta tengan más probabilidad de ser elegidas que otras. La codificación de las preguntas. Consiste en asignar un código numérico a cada pregunta, así como a cada categoría de respuesta, la codificación facilita el posterior vertido de los datos al ordenador, a la vez que evita que se cometan errores en este proceso. Otra ventaja es que permite que se quede constancia en el protocolo de respuesta la codificación hecha para cada categoría de respuesta, lo cual es importante si se reutilizan los datos un tiempo después. La codificación debe ser lo más extensa posible, tratando de que no se elimine información que puede resultar necesaria. Asimismo, en la codificación de medidas o cantidades es preferible pedir la respuesta exacta, con lo cual el nivel de medida de la variable será de intervalo o de razón. Cuestionario, inventario y escala. El cuestionario es un instrumento diseñado para recabar información. El objetivo de la encuesta es recabar información, que debe ser analizada, por lo que es preciso asignar números a las respuestas dadas por los encuestados. El objetivo último de la medida es poder distinguir hasta qué punto un individuo posee una característica determinada. Dependiendo de la variable que está siendo medida, las variables tendrán propiedades diferentes. Según la escala empleada: nominales, ordinales, de intervalo y de razón. La escala nominal solo precisa la relación clara entre acontecimientos y categorías ya que sólo sirven para nombrarlas o diferenciarlas. Las escalas ordinales permiten establecer relaciones de orden. En las escalas de intervalo hay equidistancia entre los valores consecutivos de la escala. Por último, la escala de razón exige la existencia de un cero absoluto, permitiendo la comparación entre razones. Un desarrollo mayor de las escalas de mención se encuentra en otro capítulo de este libro. En encuestas se suele distinguir entre dos tipos de escala: comparativas y no comparativas. En las escalas comparativas, al sujeto se le pide que compare un conjunto de estímulos con un punto de referencia dado. En ella, se aporta un patrón ideal, suponiendo que el que responde al nivel superior también ha respondido a los anteriores. Las escalas no comparativas no se basan en la contrastación de los estímulos presentados. El sujeto asigna la puntuación que considera más adecuada. Varios son los procedimientos en la elaboración de escalas no comparativas. Los más relevantes son las escalas Likert, el diferencial semántico y la escala Thurstone. La técnica de Likert es una de las más utilizadas para medir actitudes. Se presentan un conjunto de declaraciones positivas y negativas referidas a lo que se desea medir y se le pide que muestre su grado de acuerdo o desacuerdo con cada afirmación. Aunque la forma de responder puede variar, las categorías de respuesta suelen ser:
La asignación de puntuaciones a las categorías puede ser de 1 a 5 (Siendo 1 Completamente en desacuerdo). La puntuación global para cada individuo no supone más que sumar los puntos obtenidos en cada uno de los ítems. La elaboración de la escala por el procedimiento de Thurstone es bastante compleja. Se empieza por crear un conjunto de afirmaciones sobre la variable a medir. A continuación, se le pasa a un grupo de jueces, quienes deben examinar la intensidad con que cada ítem mide la variable, calificándolos en varias clases (11 a 13). Una vez que se han categorizado todos los ítems, el investigador desecha aquellos en los que los jueces han diferido, quedándose con los ítems que producen acuerdo general. La escala obtenida se pasa a los entrevistados, que deben escoger entre los enunciados con los que están de acuerdo, calculándose una media de los ítems elegidos (que tendrán un valor entre 1 y 11 o 13). En el diferencial semántico de Osgood, cada variable es calificada entre 1 y 7 en un conjunto de adjetivos bipolares. La forma de presentación es muy variada. El sujeto responderá acercándose a uno u otro polo, en función de sus preferencias. La descripción del proceso de elaboración de las escalas citadas queda fuera de los objetivos del presente libro. El estudio piloto y el cuestionario definitivo. Una vez que se ha diseñado el cuestionario con el que se va a recabar la información que se busca con la Investigación, es preciso realizar un estudio piloto, esto es, se lleva a cabo una prueba inicial de algunos aspectos del diseño de investigación. El estudio piloto es de vital importancia para el desarrollo de la encuesta. Cumple varios Objetivos:
Si a consecuencia de lo que se haya observado en la fase anterior se hacen modificaciones importantes en el cuestionario, conviene hacer otro estudio piloto con la nueva versión del instrumento cuidando de que el estudio piloto se torne complejo que entreve la investigación central. BIBLIOGRAFIA. Basic Epidemiological Methods and Biostatistics. Boston: Jones and Bartlett Publishers: 1905. Last.J.M. A Dictionany of Epidemiology. Oxford: Oxford University Press: 1983 Rothman. K.J. y Greenland, S. “Measures of Disease frequency”.: Rothman, K.J. Modern Epidemiology. Boston: Little, Brown and Company: 1998. Glick. H. y Williams, S. Health Economics & Clinical Decisión Making. Readings for the Health Economic Course. University of Pennsylvanla: 1994. DeVellis, R.F. Scale Development. Theory and Applications. Newbury Park: Sage Publications: 1991. Fletcher, R.H.; Fletcher. S.W. y Wagner, E.H. “Riesgo”. En: Epidemiología Clínica. Aspectos fundamentales. Barcelona: Masson- Williams & Wilkins: • 1998 Feinstcin, A.R.’TheArchitecture of Cross-Sectional Rescarch. En: Cllinical Pharrmacology and Therapeutics. 1978. Methods in Observational Epidemiology. Nueva York: Oxford University Press: 1996. Premier of Epidemiology. Nueva York: McGraw-Hill, 1994. Ventajas y desventajas del diseño de corte transversal Guyatt. G.H.; Sackett. D.L. y Cook. D.J. “Users’ guides to the medical literature: II. How to Use an Article About Therapy or Prevention. B. What were the Results and will they Help me in Caring for my Patients?” En: JAMA, 1994 Greenland, S. y Rothman, K.J. “Measures of Effect and Measures of Association. En: Rothman, K.J. Modern Epidemiology. Boston: Little, Brown andCompany 1998. Last, J.M. A dictionary of Epidemiology. Nueva York: Oxford University Press; 1983 Knapp. R.G. y Clinton, M. Clinical Epidemiology and Biostatistics. Baltimore: Williams&Wilkins: 1992. Fletcher. R.H.: Fletcher. S.W. y Wagner. E.H. Clinical Epidemiology: The essentials. Baltimore: Williams & Wilkins; 1996. Kirshnerv, B. y Guyatt. G.H. A Methodological Framework for Assessing Health Indices”. En: Journal of Chronic Diseases 1985; Fonseca M.G. y Armenian, H.K. “Use of Case-Control Method in Outbreak Investigations”. Epidemiol 1991 Science. Módulo 7. The University of Newcastle; 1995 Streiner. D.L. Scale Construction Checklist Mc Master University Document. Unpublished notes. Cornfield J.A. “A Method of Estimating Comparative Rates from Clinical data: Application to Cancer of the Lung. Breast and Cervix“. En: J. Natl. Spielberger. C.D. y Sharma. S. “Cross-cultural Measurement of Anxiety”. En: Philips. M.R. y Yangping. Z. Methodological Framework for Evaluation and Revision of Translated Instruments. Integrating Health Social Science in the Design & Assessment of Clinical Research Protocols. Módulo 7. University of Newcastle. Australia; 1995. Dobson, J, “Calculating Sample Size”, Transaction of the Menzies Foundation,Vol. 7: 75 79. Denis, R, “Como estimar el tamaño de la muestra en investigación con humanos”. Acta Medica Colombiana, Vol. 14: No. 2, 1989, 92—99. Londoño, José Luis, Metodología de la investigación epidemiológica. Bogota, Manual Moderno, 2006. Dawson, Beth y Trapo Robert, Bioestadística Médica. México Manual Moderno, 2005, Capítulos 5 y 6. |