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3.- DIFICULTADES EMOCIONALESTrabajar en torno a este tema es muy importante ya que estos alumnos suelen ser muy inestables emocionalmente, y esto a la vez les crea mucha ansiedad, por ello debemos trabajar con él para conseguir que se controle a sí mismo, y que sea más estable. Es fundamental enseñarle a afrontar incidentes. Cuando ocurra algún incidente, o algún cambio de rutina que le sea desprevenido y/o lo ponga nervioso podemos trabajar con el alumno algunos aspectos: Explicar porqué se ha llegado a esa situación. Hablar con él de lo que puede hacer. De las diferentes alternativas que puede tener. El niño puede practicar estrategias que lo tranquilicen (por ejemplo respiración). De todas formas lo podemos trabajar desde la intervención en los siguientes aspectos:
Enseñarle a reconocer cuándo está enfadado. A veces puede enfadarse, y no reconocer que se encuentra en este estado. Por lo tanto trabajaremos con él la identificación de síntomas del enfado. Por ejemplo: siente rabia, se pone nervioso, sus latidos son más rápidos, etc. Descubrir los desencadenantes de un hecho. Cuando nuestro alumno reconozca los síntomas de enfado debe escribir lo que haya ocurrido justo antes del enfado, para trabajar con él posteriormente los desencadenantes de las situaciones que le hacen enfadar. Entrenar con el alumno una rutina para salir de situaciones donde la pérdida de control parezca probable, para ello podemos entregarle una lista de cosas que él pueda realizar cuando perciba que empieza a perder el control. Por ejemplo: respira hondo, si es posible aléjate del problema (de la persona que te causa el enfado), si puede ser sal al patio a tomar el aire y dar un paseo para poder relajarte, etc. Analizar el incidente después de que haya ocurrido identificando los antecedentes y buscando la forma de que las dificultades sean resueltas o evitadas. Tras cada incidente trabajamos con el alumno la situación, analizando su forma de actuar y buscando otras posibles formas de afrontar dicha situación. Ofrecer refuerzos para el autocontrol. Cuando resuelva situaciones con éxito debemos reforzar su conducta, podemos analizar conjuntamente la situación y resaltar los aspectos que ha realizado de forma correcta para favorecer su generalización a otras situaciones.
Darle la oportunidad de enfrentarse a aquello que le asusta pero en un escenario controlado. Ensayar con nuestro alumno estrategias apropiadas en diferentes escenarios. Por ejemplo, en el recreo o durante las actividades extraescolares. Estas estrategias se ensayarían primero en el aula de trabajo individual y posteriormente en el escenario real pero ayudado por un compañero, hasta que finalmente se puedan poner en marcha sin ningún tipo de supervisión ni ayuda. Uso de rutinas de relajación. Se ensaya con el alumno un sencillo ejercicio de relajación para que lo emplee cuando sienta que su nivel de ansiedad es muy elevado.
Desarrollo de un vocabulario emocional. Que interprete cómo se está sintiendo y le dé nombre a ese sentimiento. Se trabajará con él el vocabulario emocional a través de unas ilustraciones de diversas situaciones. Por ejemplo un niño pegándole a otro, un profesor regañando a un niño, un niño en una fiesta de cumpleaños con unos amigos, etc. El alumno debe indicar cómo puede sentirse el niño (le indicamos que el niño es él) en las diversas situaciones y posteriormente debe escribir bajo la imagen el nombre de la emoción o sentimiento. Aumentar gradualmente las ocasiones en las que él tenga que retrasa sus deseos. El alumno interrumpe (en ocasiones constantemente) las clases para hablar de temas de su interés, por lo que es necesario reducir el tiempo de exposición durante el cual le permitamos hablar de sus intereses, como que sean los docentes los que marquen el momento. Podemos realizarlo trabajándolo con él, de modo que en un principio le dejemos que nos interrumpa para hablar de temas que le interesan especialmente, y poco a poco ir impidiéndole que intervenga si no es para aportar algo sobre el tema que se está tratando. Y además de eso, podemos decirle, que podemos hablar de esos temas en otro momento (como en el recreo o en un momento libre).
Asegurarse de que alguien (tutor/a, orientador/a, padre/madre) tiene la responsabilidad de escucharle activamente, proporcionándole oportunidades para que él pueda hablar sobre sus sentimientos. Con nuestro alumno, imaginamos que las personas encargadas de escucharle son la integradora social, que es quien pasa más tiempo con él y quien más se ocupa de él, y la logopeda, y en su casa, probablemente su madre. Conseguir que se autocontrole, identificando buenos y malos días e intentando identificar aquello que ha desencadenado cualquier episodio de crisis, como comentábamos más arriba. Tras cada crisis o rabieta podemos reunirnos con el alumno para identificar el desencadenante e interesarnos por su estado emocional. Al principio acudiremos nosotros a ver cómo se encuentra nuestro alumno, con el tiempo lo ideal sería que él acudiera a nosotros por sí mismo cuando se encuentre mal. Metodología Las pautas que presentamos deben ser muy estructuradas y he ir siempre acompañadas por imágenes (a no ser que no lo necesite) que ayuden a la comprensión, aunque podríamos eliminar el uso de imágenes poco a poco para realizar una intervención mas normalizada. Vamos a tener en cuenta que la mayoría de los aprendizajes vamos a enseñarlos en contextos naturales, por lo que el trabajo va a ser sobre todo aprovechando las ocasiones que surja trabajar cada contenido, o provocando situaciones para trabajarlos. Por ello, vamos a necesitar habitualmente la colaboración de los compañeros del alumno, y deberemos ser sutiles en la intervención por la cantidad de variables que en cada situación van a entrar en juego. Se ha pretende facilitar la participación activa del alumno en el proceso, proponiendo actividades manipulativas donde el alumno pueda tomar parte en la actividad y en el aprendizaje de los aspectos que perseguimos con cada actividad. Para fomentar la motivación del alumnado por las actividades planteadas podemos acordar con el resto de profesores reforzar, con positivos en dicha materia por ejemplo, si realiza correctamente las actividades. EvaluaciónLa evaluación que vamos a realizar va a estar en estrecha relación con los avances del alumno en los aspectos que trabajamos con él. Nos planteamos realizar una evaluación de las estrategias y métodos de trabajo que vamos utilizando en función de si funcionan o no en la conducta del alumno. Desde este punto de vista, al emplear una estrategia y ver que no funciona, nos plantearíamos modificar nuestra forma de intervenir para que nuestro alumno consiga el objetivo propuesto. ConclusiónEl realizar este trabajo nos ha dado la oportunidad de conocer el Síndrome de Asperger y darnos cuenta de que es un trastorno muy peculiar del que aún se desconocen muchos aspectos, al igual que del autismo y del que se tendrá que investigar y trabajar mucho para llegar a conocerlo en profundidad. Hemos podido comprobar que hay una gran controversia y dificultad en cuanto a diferenciar esta patología de otras (por ejemplo, autismo de alto funcionamiento), al tener rasgos muy similares. Y lo difícil que resulta en ocasiones el dar un diagnóstico temprano y acertado. Hemos visto que las personas con este tipo de trastornos pueden llegar a ser extremadamente sorprendentes y originales en cuanto a sus características, personalidad y gustos personales. Nos hemos dado cuenta de que a la hora de realizar cualquier tipo de intervención con este tipo de alumnos es esencial centrarnos en ellos, en sus capacidades y necesidades, para poder proporcionarles una respuesta adecuada de modo que el alumno mejore y se desarrolle como persona. Bibliografía- Alonso, J.R. (2004): Autismo y síndrome de Asperger. Guía para padres, amigos y profesionales. Amarú, Salamanca. - Belinchón, M./Hernández, J. M./Sotillo, M. (2009) Síndrome de Asperger: Una guía para los profesionales de la educación. Madrid. (CPA-UAM). - Belinchón, M./Hernández, J. M./Sotillo, M. (2008) Personas con Síndrome de Asperger: funcionamiento, detección y necesidades. Madrid. (CPA-UAM). - García Vargas, E. y Jorreto Lloves, R (eds) (2005) Síndrome de Asperger: un enfoque multidisciplinar. Actas de la primera jornada científico-sanitaria sobre Síndrome de Asperger. Sevilla. Junta de Andalucía. - Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. - Riviere, A. y Martos, J. (COMP.) (1997). El tratamiento del autismo. Nuevas perspectivas. Madrid. IMSERSO |