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![]() Anita Kolmodin La salud reproductiva y sexual es fundamental para las personas, las parejas y las familias, así como para el desarrollo social y económico de las comunidades y naciones. El objetivo general de la estrategia es acelerar el avance hacia la consecución de los objetivos de salud reproductiva internacionalmente acordados y, en última instancia, alcanzar para todos el grado más alto posible de salud reproductiva y sexual. Planificación familiar Se calcula que en los países en desarrollo unos 200 millones de parejas desean posponer o detener la procreación pero no utilizan ningún método anticonceptivo. Salud sexual y reproductiva Lucía Mazarrasa Alvear - [Escuela Nacional de Sanidad - Instituto de Salud Carlos III] - Sara Gil Tarragato - [MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública] - [12] 2 3 INTRODUCCIÓN OBJETIVOS DE LA UNIDAD El concepto de Salud Sexual y Reproductiva (S.S.R.) nació como tal en 1994 en El Cairo. Fue un parto primerizo, largo y doloroso. Igual que el puerperio en el que nos encontramos. Trataremos de analizar el concepto de S.S.R. y cómo se llegó a él. Analizaremos también dónde nos encontramos ahora y cómo la perspectiva de género en la S.S.R. puede arrojar luz, ofreciéndonos la posibilidad de detectar las inequidades de género que en éste ámbito, quizás más que en otros, afectan tan de cerca a las mujeres. A través del análisis de Género podremos después encontrar estrategias para actuar y tratar de minimizar las inequidades. Estrategias de promoción de la S. S. R. como la transversalización del enfoque de género, la educación, la atención primaria de salud o el empoderamiento de las mujeres que no son nuevas pero que a día de hoy necesitan del más fuerte de los impulsos. - Recordar la definición de Salud Sexual y Salud Reproductiva y profundizar en el significado del concepto, analizando los acontecimientos históricos que hicieron evolucionar el concepto hasta nuestros días. - Revisar los derechos sexuales y reproductivos y analizar el estado de los mismos en nuestro país. - Conocer y aprender a utilizar las herramientas de análisis de género en Salud Sexual y Reproductiva. - Tomar conciencia de cómo las normas y los valores sobre los roles de género se relacionan con las inequidades de género en salud sexual y salud reproductiva. - Identificar las estrategias de promoción de la salud sexual y reproductiva desde la perspectiva de género. - Proponer criterios para integrar el enfoque de género en los programas de salud sexual y reproductiva El concepto de Salud Sexual y Reproductiva es definido por el Fondo de Población de Naciones Unidas como un “Enfoque integral para analizar y responder a las necesidades de hombres y mujeres respecto a la sexualidad y la reproducción”. Desglosando sus dos componentes podemos definir la Salud Reproductiva como un “Estado general de bienestar físico, mental y social y no de mera ausencia de enfermedad o dolencia, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. Entraña además la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia” . Además establece como objetivo de la Salud sexual “ el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y no meramente el asesoramiento en materia de reproducción y enfermedades de transmisión sexual” La salud sexual y reproductiva así definida tiene su origen en la “Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de Naciones Unidas” (CIPD) que tuvo lugar en El Cairo el año 1994. Fue en esta conferencia donde se acuñó por primera vez este término. Hasta entonces, lo que hoy todos entendemos por salud sexual y reproductiva, nunca había estado como tal en los documentos ni en las iniciativas internacionales. Hubo de recorrerse un largo camino hasta llegar a concebirlo en 1995. El camino hacia la salud sexual y reproductiva tal y como la entendemos hoy se inició en 1948 cuando en la Declaración de los Derechos Humanos, además de reconocerse el derecho de todo ser humano a la salud se recoge por primera vez una alusión directa a la salud materna e infantil en el capítulo 25.2 donde se señala que “la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños y todas las niñas, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social”. Programa de Formación de Formadores/as en Perspectiva de Género y Salud 4 1.Salud Sexual y Reproductiva desde la perspectiva de género 1.1 DEFINICIONES Y EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO Por otro lado la Salud Sexual queda definida por la WAS (World Association For Sexology) como un “Estado de bienestar físico, psíquico, emocional y social en relación a la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un enfoque respetuoso y positivo hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como hacia la posibilidad de tener relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para poder alcanzar y mantener la salud sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y satisfecho”. El concepto de salud materna e infantil empezará a cobrar cada vez mayor relevancia. En 1952 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprueba el “Convenio relativo a la protección de l a maternidad”. Tres décadas tuvieron que pasar para que se fuera ampliando el concepto. Fue la “Conferencia de Alma Ata” (1978) cuando se incluye la planificación familiar como un mínimo más de la salud materna e infantil. En 1979 en la “Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer” de Naciones Unidas (CEDAW) vuelve a recoger en su declaración el derecho a un “acceso al material informativo específico que contribuya a asegurar la salud y el bienestar de la familia, incluidos la información y el asesoramiento sobre planificación de la familia”. Por fin en 1994 se deja de lado el término de salud materna e infantil para acuñar, el término de Salud Sexual y Reproductiva en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo. Este logro fue el fruto del trabajo de los movimientos feministas de las décadas de los setenta y ochenta quienes reivindicaron con fuerza los derechos sexuales, constantemente olvidados. La CIPD supuso un gran cambio con respecto a las políticas de población que hasta entonces se habían discutido en foros internacionales. Políticas cuyo único objetivo consistía en cumplir una serie de metas demográficas para frenar la superpoblación y paliar la pobreza. Y para las cuales el único interés que los temas reproductivos suscitaban se debía a la importancia del control de la fecundidad como medio para alcanzar dichas metas demográficas. El Programa de Acción de la CIPD da un giro radical al establecer que las políticas de población deben tener como metas el bienestar de los individuos y su calidad de vida y han de localizarse siempre dentro del marco de los derechos humanos. Deja pues de lado las concepciones reduccionistas de las relaciones sexuales como medio para el fin reproductivo y de la mujer como madre y cuidadora. Hace especial hincapié en el empoderamiento de la mujeres como piedra angular de todos los programas, para hacerla autónoma en todas las esferas vitales y sobretodo respecto a la sexualidad y la reproducción. Un año más tarde, en Beijing, tiene lugar la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Naciones Unidas donde se insiste en los derechos de las mujeres y donde se perfila y refuerza el concepto de salud sexual y reproductiva. Se aprueba la Declaración y la Plataforma de Acción que serán una guía a seguir por gobiernos y entidades de todo el mundo. La Plataforma afirma de nuevo que “los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a ejercer el control y decidir libre y responsablemente sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, libres de coerción, discriminación y violencia” y reconoce que “la capacidad de las mujeres para controlar su fecundidad constituye una base fundamental para el disfrute de otros derechos”. Del mismo modo en el artículo 19 de la Declaración se define como “esen- Modulo 12: Salud Sexual y Reproductiva 5 cial el diseño, implementación y monitoreo, con plena participación de las mujeres, efectivo, eficiente y mutuamente reforzantes de políticas y programas sensibles al género, en todos los niveles, que fomenten el empoderamiento y el progreso de todas las mujeres” y en el artículo 25 se “alienta a los hombres a participar de lleno en todas las acciones encaminadas hacia la igualdad”. En 1996 la Unión Europea y todos sus estados miembros adoptan formalmente el “Plan de Acción sobre Población y Desarrollo de El Cairo”. A partir de este momento, la política de la Unión en salud sexual y reproductiva se enmarca en los principios de El Cairo. La Unión promueve “un enfoque holístico y el reconocimiento de la salud y de los derechos en materia de reproducción y sexualidad, (…) incluida una maternidad exenta de riesgos y el acceso universal a una gama completa de cuidados y servicios seguros y fiables en materia de salud reproductiva y sexual” (Artículo1.2 del “Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la ayuda para políticas y acciones sobre la salud y derechos en materia de reproducción y sexualidad en los países en desarrollo”). A nivel mundial en la “Cumbre del Milenio” que tuvo lugar en el año 2000, este espíritu estuvo presente a la hora de definir dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En éstos se recogen aspectos fundamentales para la mejora de la salud reproductiva a nivel global: la reducción de la mortalidad materna y el avance hacia la igualdad entre los géneros junto con el empoderamiento de las mujeres. Pero sin embargo desde El Cairo el consenso global alcanzado sobre salud y derechos sexuales y reproductivos vive momentos difíciles pues el cumplimiento de los compromisos no sigue el ritmo deseado. Las conferencias El Cairo +5 (1999) y El Cairo +10 (2004), aunque supusieron una revisión y nueva ratificación sobre los compromisos alcanzados en 1994, han dejado al descubierto los riesgos a los que está enfrentada la agenda contemporánea en materia de salud sexual y reproductiva. En la misma dirección, la conferencia para la evaluación de los compromisos adquiridos en la Plataforma de Acción de Beijing : Beijing +10 (2005) concluyó que la falta de derechos en materia de salud sexual y reproductiva, los altos índices de violencia contra las mujeres en todas partes del mundo y la cada vez mayor incidencia de VIH/Sida entre las mujeres asi como altas tasas de mortalidad materna en regiones de Africa, Asia y America Latina, reflejan que “en muchos aspectos la igualdad no es una realidad para la mujer” y que queda aún mucho camino por recorrer. En líneas generales, pese a todas estas dificultades los compromisos de El Cairo y Beijing se han vuelto a ratificar y es el momento de que se cumplan estos compromisos asumidos por casi todos los países del mundo, entre ellos España. Programa de Formación de Formadores/as en Perspectiva de Género y Salud 6 Los componentes de la salud sexual y reproductiva son los siguientes: - Servicios de información, asesoramiento, educación y comunicación en materia de anticoncepción y salud reproductiva. - Educación y servicios de atención prenatal, partos sin riesgo y posparto. - Cuidados de salud para los y las recién nacidas/os. - Acceso a métodos anticonceptivos seguros y modernos. - Información y tratamiento para las infecciones de transmisión sexual. Modulo 12: Salud Sexual y Reproductiva 7 1.2 COMPONENTES DE LA S.S.R. - Servicios de aborto seguro, y tratamiento de sus posibles complicaciones. - Prevención y tratamiento apropiado de la infertilidad. - Información, educación y asesoramiento sobre sexualidad, salud reproductiva y maternidad y paternidad responsable. - Su ámbito de actuación tiene que hacer especial énfasis en la población juvenil. - Así como garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en los servicios de salud sexual y reproductiva. - Y procurar servicios de prevención y atención en materia de violencia de género. Son derechos humanos fundamentales relativos al libre ejercicio de la sexualidad sin riesgos, al placer físico y emocional, a la libre orientación sexual, a la libre elección del número de hijos, a la protección de la maternidad, entre otros aspectos. Quedaron definidos como tales en la Conferencia de El Cairo.(Fuente “Guía para programas y proyectos de salud sexual y reproductiva en África”. AECI-2005). El listado de derechos sexuales y reproductivos según ONU-SIDA son: 1- Derecho a la vida, derecho fundamental que permite el disfrute de los demás derechos. 2- Derecho a la integridad física, psíquica y social. 3- Libertad a la finalidad del ejercicio de la sexualidad: recreativa, comunicativa, reproductiva. 4- Respeto a las decisiones personales en torno a la preferencia sexual. 5- Respeto a la opción de la reproducción. 6- Elección del estado civil. 7- Libertad de fundar una familia. 8- Libertad de decidir sobre el número de hijos, el espaciamiento entre ellos y la elección de los métodos anticonceptivos o proconceptivos. 9- Al reconocimiento y aceptación de sí mismo, como hombre, como mujer y como ser sexuado. 10- A la igualdad de sexo y género. Programa de Formación de Formadores/as en Perspectiva de Género y Salud 8 2.Derechos en Salud Sexual y Reproductiva |