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AMOR, SEXO Y DHARMA Cómo encontrar el amor sin perdernos a nosotros mismos Arthur Jeon
Dharma, que significa “el camino” o “la senda”, proviene de una palabra sánscrita que expresa la esencia o la naturaleza de todo lo que existe. Se refiere al principio o energía que rige el universo, y designa no sólo el porqué de que las cosas sean como son sino también la senda que conduce a comprender por qué las cosas son como son. Implica que debemos desembarazarnos de nuestros prejuicios y nuestra forma de ver el mundo. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 17.
De hecho, esta libertad sólo se puede encontrar en el momento presente y, a la inversa, el momento presente es precisamente la puerta para acceder a esta libertad, es una balsa salvavidas en el tormentoso mar de la mente, que habitualmente huye a toda prisa del amor. Sumergirse por completo en el momento presente es una forma de suspender el parloteo de la mente y del ego, siempre ocupados en el pasado y en el futuro. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 18-19.
Desde un punto de vista espiritual, confundimos el falso amor del ego, que emana de una mentalidad de escasez y necesidad, con el amor que proviene de saber que formamos parte de lo Divino en el universo y que por tanto no podemos estar nunca vacíos de Amor, porque amor es lo que somos. Lo estamos viendo todo el tiempo. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 25-26.
Esto sucede porque el amor es una acción. Si creemos que el amor es un objeto, pensamos que puede canjearse, darse, retenerse, buscarse, poseerse y perderse. Si, por otra parte, sabemos que el amor es una acción, darlo o recibirlo es en definitiva lo mismo, y el amor es a la vez inagotable e infinito. Como dijo el poeta persa Rumi: “Sólo desde el corazón puedes tocar el cielo”. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 28.
De esa forma, la cuestión no será ya adónde dirigirte para “obtener el amor que mereces”, porque no tendrás que ir a ninguna parte ni recurrir a nadie. Abre simplemente el corazón y deja que fluya hacia todas las personas con las que te encuentres. El amor es energía. Si la acumulamos, se estanca. Si la dejamos fluir, comenzamos a percibir su naturaleza inagotable. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 29.
Basta con que estés totalmente presente en cada momento. Si centras tu atención en este preciso instante, ahora mismo, no puedes pensar en nada más. No puedes obsesionarte con el pasado ni preocuparte por el futuro. La identificación con el ego y los pensamientos se esfuma en la vitalidad del ahora. El pequeño yo, con todos sus pensamientos y preocupaciones, desaparece. Esto permite ver la realidad sin el filtro de los deseos y los condicionamientos. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 34.
En último término, no tienes que hacer nada para superarte. Estás bien tal como eres, porque tú no eres tu personalidad. Tú eres pura conciencia, una parte integral del todo. En cuanto dejas de identificarte con tu pequeño yo, te percatas de la claridad con que percibes el momento presente. Es como limpiar con una manguera el barro de una ventana: el barro es la personalidad condicionada, el cristal que hay debajo y lo sustenta es tu auténtica naturaleza. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 37.
El Advaita Vedanta, la doctrina no dualista en la que se basa este libro, denomina koshas a estas capas de condicionamiento que ocultan la luz de nuestro Yo auténtico. Los koshas son como las capas de una cebolla y forman una barrera que nos impide percibir la verdadera naturaleza del éxtasis y la unidad con el universo. Cuando somos capaces de ver con claridad a través de las capas de koshas, despertamos de nuestros condicionamientos físico, emocional y psicológico. Vemos la realidad con nitidez, sin las lentes de nuestra experiencia personal. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 43.
Tu cuerpo es una ola en el océano, pero no es el océano. Los pensamientos son las olas del océano, pero no son el océano. La experiencia es las olas del océano, pero no es el océano. El condicionamiento es las olas del océano, pero no es el océano. Así pues, no te identifiques con ninguna de estas cosas, porque tú eres el océano. Intacto. Libre. Bello. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 46.
La escuela espiritual que te exhorta a “crear tu propia realidad” sólo tiene razón a medias. Porque si te esfuerzas por estar despierto, por ser amable y compasivo, atraerás naturalmente a tu órbita a personas semejantes a ti. Y si adoptas una actitud negativa o violenta ante el mundo, atraerás a personas y experiencias negativas y violentas. Aunque es una perogrullada, es también la forma en que creamos nuestra realidad social. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 53.
Despertar significa dejar a un lado tus prejuicios, tus ideas de cómo deberían ser las cosas, e incluso tus ideas de lo que crees que quieres. De esa forma, te integras en el momento presente y, estando en el momento presente, puedes encontrarte con gratas sorpresas. Consigues ver a las personas con nitidez, sin los filtros de la imaginación. Entonces, quién sabe qué puede ocurrir, porque tú no estás limitando tu idea de lo que es posible. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 55.
De hecho, la diferencia entre el placer y la felicidad reside en que el placer es pasajero. Perseguimos el placer y, mientras lo tenemos, estamos satisfechos. Pero cuando lo perdemos, nos sentimos solos. La felicidad es distinta. La felicidad es nuestro estado y derecho natural. La felicidad subyace tras todos los demás condicionamientos, y la fuente que la procura no es el mero placer. La fuente de esa felicidad consiste en cobrar conciencia de que somos Amor y estamos conectados con todo lo existente. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 59-60.
El amor no se trata de un capricho, no aparece una semana y desaparece a la siguiente. Es el dharma de amar. Y ése es el secreto. No importa qué o a quién amas. Da lo mismo, porque el amor verdadero es un elemento. Cuanto menos te identifiques con tus necesidades y tu personalidad, más percibirás el amor como una corriente que lo recorre todo. Amarás a todas las personas. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 69.
Pero, ¿qué hay de la extendida noción de que “si ahora te apetece, hazlo”? ¿No es eso lo que preconizan las enseñanzas en las que se basa este libro? ¿No es eso estar en el momento presente? En absoluto. Esta conjetura es una mala interpretación de dichas enseñanzas. Estar despierto entraña ver el mundo con claridad y permitir que aflore tu propia naturaleza. ¿Y cuál es esa verdadera naturaleza? Es amor. ¿Y cuál es la forma más elevada de amor? Es la compasión, no la explotación. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 73.
El amor, en todas sus formas, necesita que lo respalden. No es preciso que entiendas la atracción que existe en la pareja, ni siquiera que te guste la persona. Pero sí debes respetar el compromiso que dos seres humanos están intentando contraer, incluso aunque se pasen el día discutiendo. Tú no ves la parte de la relación que les llena: la intimidad, la diversión y la intensidad. Incluso en las mejores circunstancias, hay que hacer un esfuerzo para superar el miedo a amar. Así pues, cuando te encuentres con parejas felices, apoya su unión. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 84-85.
Todos estamos batallando contra nuestros propios condicionamientos, intentando abrir nuestro corazón y despertar nuestra conciencia para ser más misericordiosos, más tolerantes y amorosos. Ése es el objetivo de nuestro viaje en este planeta, tanto en el plano individual como en el colectivo. Y gozaremos del apoyo del amor mismo. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 86.
Plantéatelo desde el punto de vista de la colectividad. Tu palabra es una entidad física y surte un efecto físico. Está constituida por ondas que penetran en el oído de otra persona, hacen que su tímpano vibre y lo modifican físicamente. Es energía en estado puro. Es un elemento del conocimiento y, como todas las cosas, está conectada con el todo. Es una extensión y un emisario de ti mismo. Emítela al mundo con integridad y amor. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 99.
En el amor romántico centras toda tu atención en otra persona. Ella es especial y, por tanto, la amas: reservas tu amor para ella. El resto de las personas del mundo no son especiales y no merecen esta clase especial de amor. ¿Y cómo es posible querer a personas que no conoces de igual forma que quieres a tu familia, a tu pareja o a tu cónyuge? En el amor divino, tú no te emparejas sólo con una persona, sino con toda la creación. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 105.
Esta conectividad, sumada a la que genera el sexo, es lo que el maestro espiritual Osho denomina experiencia vertical. Una experiencia vertical es aquella en la que el tiempo horizontal desaparece. Durante el presente absoluto de la risa, el orgasmo, la meditación o incluso un buen estornudo, no hay futuro ni pasado. Esta experiencia no está racionada: siempre es posible acceder a ella. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 107.
En este estado de conciencia descubres la diferencia entre el amor romántico y el divino, lo cual está muy relacionado con la diferencia entre estar solo y sentirse solo. Si te sientes solo, notas la ausencia de alguien: se trata de un estado negativo. Cuando estás solo, puedes percibir la plena y vivaz presencia de ti mismo. Cuando nos sentimos solos, buscamos amor; cuando lo estamos, simplemente lo expresamos. En el amor divino, ya estamos llenos y no esperamos que nadie nos colme. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 108.
Si no estás buscando nada fuera de ti mismo para ser feliz, si has superado el cuento de hadas de que alguien va a venir a salvarte, si estás realmente abierto a una relación, entonces las posibilidades son infinitas. La persona con quien podrías ser feliz quizás esté delante de ti en la cola del supermercado o colocando su esterilla junto a la tuya en una clase de yoga. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 112.
Contempla el deseo que está surgiendo como algo hermoso, ¡estás vivo! Pero no permitas que nuble por completo la pantalla de tu conciencia. Mantén cierto distanciamiento. Lo único que ha sucedido es que ha surgido el deseo, generando una serie de pensamientos en tu mente. Por lo demás, todo sigue exactamente igual que antes, porque, de hecho, no ha ocurrido nada fuera de tus propias percepciones. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 115.
En una primera cita (y en la vida en general), intenta no tomártelo demasiado en serio, porque si encaras el mundo con una actitud relajada, estás presente con lo que es, ya sea sufrimiento, ya sea placer. No tienes planes, eres inocente. Yo diría que, más que ninguna otra cosa, la espiritualidad encarna un fluido sentido lúdico, porque el juego sólo puede darse en el momento presente, al igual que la emoción auténtica. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 122.
De hecho, todos los intercambios con otro ser humano brindan una oportunidad para jugar y entrar en contacto con alguien en el momento presente, sea por medio de una sonrisa, sea por un gesto o una palabra. Sin embargo, esto sólo es posible cuando no nos obsesionamos con el pasado ni tenemos planes de futuro. Porque lo cierto es que no tenemos ni la más remota idea de lo que nos depara el porvenir. Ninguna en absoluto. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 123.
Pero, ¿dónde está la diferencia? El flirteo es alegre, divertido y ocurre en el momento presente. La seducción hace planes; se centra en el futuro. Siempre que te veas con alguien acerca del cual tengas un plan, no podrás, por definición, estar en el momento presente. Estarás manipulando la situación para propiciar un desenlace determinado en el futuro. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 140.
Y al hacer proyectos para un desenlace futuro, te pierdes el momento presente, que, paradójicamente, es el único momento en el que puedes conseguir que el futuro suceda, mediante tus actos del presente. Olvídate pues del futuro. Sé flexible, libre y tú mismo; fluye con lo que está sucediendo. El desenlace correcto vendrá a ti de forma natural, sea o no sea el que tú crees desear. Amor, Sexo y Dharma. Jeon Arthur. Ediciones B. S. A. 2006, España. Pág. 141-142. |