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Marsilio FicinoEste gran lingüista, teólogo y filósofo italiano del renacimiento (1433-1499), que se destacó por sus traducciones de Platón, afirmaba que: “El impulso reproductivo del alma, el cual carece de capacidad cognitiva, no hace distinción entre los sexos, y es naturalmente excitado hacia la copulación siempre que encuentra algún cuerpo bello... Sucede a menudo que los que se asocian con varones, para satisfacer las exigencias de la parte genital, copulan con ellos... no hay duda que algunos hombres ‘aman naturalmente’ a los varones”.25 Como puede verse, este humanista del renacimiento miraba la homosexualidad con mucha naturalidad y pudo escribir sus observaciones sobre el amor y el sexo sin atraer aparentemente ningún signo de oprobio por parte de sus contemporáneos. Jeremias Bentham (1748-1832)26 El filósofo del Utilitarismo escribió dos veces en defensa del placer sexual (1774 y 1814). Parte de su objetivo era examinar el lugar de “el amor griego” en la historia. No encontraba razones para castigar la expresión de este amor y rebatió argumento tras argumento el hecho de su criminalización. Bentham abogó por la reconsideración de las penas asignadas a las ofensas sexuales y reconoció la dificultad del tema, teniendo en cuenta que la mayoría de la gente de su época pensaba que el sexo era inherentemente malo en cualquiera de sus formas. Dividió el comportamiento sexual en dos categorías: La primera era la del sexo conforme a la opinión pública; la segunda correspondía al sexo no conforme con ella. En esta última categoría incluyó la homosexualidad. Para valorar la sexualidad, Bentham utilizó el “principio de utilidad”, según el cual el criterio aplicado es el de la “felicidad” y no el de la procreación. Afirmó que si bien es cierto que la homosexualidad no contribuye al crecimiento de la población, lo mismo podría decirse de la vida monástica. También atacó el argumento de que la homosexualidad era antinatural por ser innecesaria para la procreación, pues en tal caso también el gusto por la música sería antinatural. Bentham pensaba que el sexo es un placer legítimo por sí mismo y que era una tontería “que el hombre convierta al gozo más excelso que la madre naturaleza le ha concedido en una operación mecánica para fabricar hijos”.27 Ludwig Wittgenstein Este filósofo, nacido en Austria en 1894, es considerado como el padre de la filosofía del lenguaje. Wittgenstein cuenta en sus diarios acerca de sus deseos homosexuales y el tipo de angustia que le provocaban. Él encuentra horrible tener deseos de esa naturaleza, aunque comenta también que no puede culparse por tenerlos. Podemos percibir en sus escritos una íntima conexión entre la vida sexual del filósofo y su teoría del lenguaje. Él mismo afirma: “Se ha dicho a veces que la filosofía de una persona es cuestión de temperamento, y algo hay de cierto en ello”.28 Wittgenstein sentía un enorme horror ante alguien que tratara de penetrar en su vida personal y por eso escribió: “no juegues con lo que está en lo profundo de otra persona”.29 De ahí que afirmara que todo lo que es realmente importante es inexpresable y que el interior de una persona es impenetrable al lenguaje. A uno de sus amigos dijo en cierta ocasión: “ Si crees que soy un viejo solterón, sigue pensándolo”30. Refiriéndose quizás a ese secreto de su intimidad escribió: “Un hombre puede descubrirse ante los otros sólo a causa de un tipo especial de amor. Un amor que reconoce, por decirlo de alguna forma, que todos somos unos niños malos... El odio entre los hombres proviene de que nos separamos unos de otros, y es que no queremos que nadie mire dentro de nosotros, puesto que nada hermoso hay allí adentro”.31 Según A. W. Levi, la ética de Wittgenstein es una reacción que tiene la finalidad de mitigar su carga de culpa por ser homosexual: “Es la sutil estrategia de un homosexual, a la vez orgulloso y culpable, que se ha situado a sí mismo, con gran perspicacia y minuciosidad, más allá del juicio moral de sus semejantes”.32 Por esto Wittgenstein creó una explicación del lenguaje que hace carente de sentido cualquier condena moral, puesto que ésta va más allá del enunciado fáctico. Por tanto el “hecho concreto” que implica ser homosexual carece de poder moral coercitivo y no es necesario sentirse culpable por cuestiones de gusto o inclinación.33 W.W. Bartley34 establece otra conexión entre la homosexualidad de Wittgenstein y su personalidad, y la influencia que ésta ejerce en su pensamiento. Los discípulos del filósofo y los que han experimentado su influencia reaccionaron hacia él como si se tratara de un Gurú espiritual de carácter casi sobrenatural, un Shamán, un sacerdote y médico, un espíritu oculto o prisionero en la materia. Para que una figura humana como la de Wittgenstein admita que sus admiradores proyecten sobre él tales rasgos y poderes, es necesario que la homosexualidad esté presente, que sea percibida o intuida subconscientemente por los discípulos, sin que, sin embargo, sea admitida a nivel consciente. En Wittgenstein encontramos la misma renuncia al amor físico y corporal que veíamos en Sócrates. Sus seguidores siempre estuvieron fascinados por su “Noli Me Tangere”, su alejamiento de lo sensual y el sufrimiento que lo sensual le provocaba. Uno de ellos, Julian Bell, lo expresaba así en un poema: “Compadezco a Ludwig, pero estoy en desacuerdo con él. La causa de sus opiniones la pueden ver todos. En su vida ascética, intentó evitar los placeres comunes conocidos por todos”.35 Michel Foucault (1926-1984) Filósofo estructuralista francés, profesor del Colegio de Francia, es el autor de “Historia de la Locura”, “Vigilar y Castigar”, “El Nacimiento de la Prisión” y “Las Palabras y las Cosas”. Afirma que los asilos y prisiones son instrumentos de la sociedad para excluir las personas que no siguen sus dictados. Examinando la actitud social hacia estas instituciones se puede descubrir el desarrollo y los usos del poder. Foucault exploró cómo ellas pueden ser insidiosos métodos de control social aunque muchas veces las consideramos como modelo de ilustración y humanismo. Su obra tiene interesantes intuiciones acerca de las formas en las cuales algunos conceptos que damos por sentados (como la homosexualidad y la locura) son de hecho “inventados” o “construidos” a través de la interacción entre el cambio social y las actitudes mentales. Foucault afirma que el comportamiento sexual no es, como se ha supuesto con demasiada frecuencia, una superposición de deseos derivados de instintos naturales, por un lado, y de normas permisivas o restrictivas, que nos dicen lo que debemos hacer o no hacer, por el otro. El comportamiento sexual es algo más. Es también la conciencia que uno tiene de lo que está haciendo, de lo que hace con la experiencia y también el valor que le atribuye. “En ese sentido creo que el concepto ‘gay’ contribuye a una valoración positiva (y no a una apreciación meramente negativa) de un tipo de conciencia en el que la afectividad, el amor, el deseo y la relación sexual interpersonales cobran una decidida importancia”. 36 James Miller37, en una reciente biografía, cuenta que Foucault trató de suicidarse siendo un estudiante de colegio y durante toda su vida estuvo obsesionado con la violencia, la locura, el suicidio y la muerte. Cuando murió de SIDA en 1984, corrió el rumor de que había tratado deliberadamente de infectar a otros. Este rumor no se ha corroborado, pero si esta horrible afirmación fuera cierta, tal vez no estaría muy lejos de aquel que pensaba que el sexo es algo por lo cual vale la pena morir y además creía que los homosexuales se casan con la muerte. 1.2 CONCEPTOS DE LA ANTROPOLOGÍA CULTURAL La investigación de Beach y Ford El antropólogo Clellan Ford en compañía con el psicólogo Franck Beach, en su libro “Conducta sexual (desde los animales inferiores hasta el hombre)” ha encontrado algunos resultados importantes con respecto a la conducta homosexual. Por ejemplo afirma que a partir de la evidencia zoológica se puede deducir que “las tendencias homosexuales tienen una base biológica definida”.38 Y en consonancia con esta afirmación añade que inclusive pueden ser consideradas como naturales: “Goethe escribió que la homosexualidad es tan antigua como la humanidad misma, y, por consiguiente, puede ser considerada natural”.39 Beach y Ford estudiaron 76 sociedades “primitivas” actuales y encontraron que en el 64 % de ellas (49), se admiten las relaciones homosexuales como “normales y socialmente aceptables para ciertos miembros de la comunidad”.40 En cambio, en el restante 36 % (28 sociedades), la actividad homosexual está ausente, es rara, o solo se realiza en secreto. En estas sociedades existe una posición social definida y específica contra tal comportamiento, pero aún así algunos individuos muestran una conducta homosexual.41 La Homosexualidad como Categoría Antropológica. La Sociedad Alemana de Investigación Sexual, en un artículo publicado en la revista “Archives of Behaviour” (1982)42, establece que La homosexualidad es ante todo una categoría antropológica, y por tanto “es el nombre dado a una forma de conducta que está presente en todos los seres humanos. De acuerdo con esto la homosexualidad se refiere a todo el mundo, no sólo a los homosexuales declarados”43. Además, la homosexualidad manifiesta debe ser considerada como una estructura de la personalidad y no el padecimiento de una persona o el síntoma de una enfermedad. La homosexualidad, como categoría antropológica, parece remontarse incluso hasta la prehistoria. Así, Enric Aguilar44 dice que la sociedad arcaica (desde el período paleolítico) se dividía en dos grupos: el primero, formado por la masa del clan, estaba sometido a los tabúes; el segundo, constituido por una élite socioreligiosa que era el núcleo más antiguo de la sociedad, conservaba las prácticas de la época primordial: endogamia, androginia, homosexualidad, etc. Como una prueba de este hecho Aguilar presenta los ritos de iniciación de los cazadores y de los guerreros, que se encuentran en las sociedades primitivas (incluso hoy en día en las tribus de Africa y Australia); y la iniciación pedagógica en Grecia y en la India. También cita a Fray Bartolomé de las Casas, quien informa sobre las connotaciones religiosas de la homosexualidad en la cultura Maya, especialmente entre las clases altas de la población. Otros cronistas de la conquista nos cuentan acerca de la civilización Andina de Tawantisuyo, en la cual los homosexuales no eran despreciados ni se los consideraba objeto de burla, sino que, por influencia de los sacerdotes, se les ponía aparte en libertad y se les miraba con curiosidad. Además otras culturas americanas (como los Mohaves) consideraban a los homosexuales y andróginos como shamanes o berdaches, con poderes especiales para comunicarse con la divinidad, ya que poseían en sí mismos los dos principios espirituales (masculino y femenino). Es de destacar que Aguilar aboga por una revalorización de la dimensión sacral de la sexualidad, pues considera que la pérdida de su sentido cósmico, místico y sacramental es una castración de la cultura occidental: “Todo esto podría categorizarse con las frases de Heidegger como una emasculación de los comienzos, como una incapacidad patente de mantener la fuerza de los comienzos”.45 Aunque ya volveremos más tarde sobre el tema de la homosexualidad en la Historia de las Religiones, desde el punto de vista antropológico podemos adelantar que existe una estrecha conexión entre aquel fenómeno y la concepción religiosa de la antigüedad. En el mundo mediterráneo antiguo era muy común la homosexualidad entre las culturas que tenían diosas dentro de sus religiones. Los templos de estas diosas eran algunas veces servidos por sacerdotes que ejercían la prostitución sagrada, actuando como compañeros pasivos del acto sexual con los devotos que se acercaban a presentar su ofrenda y solicitar los favores de la diosa. La relación religiosa con la divinidad era mediada por el acto sexual con su sacerdote. De lo anterior podemos concluir que la homosexualidad debe estar referida a la cultura que la ha originado. Desde la antropología, se puede considerar que la homosexualidad es un rasgo cultural, y en cuanto tal, se mantendrá invariable con el paso del tiempo si funciona armónicamente en la sociedad en que se presenta, o tenderá a extinguirse si no armoniza con el desarrollo de dicha cultura.
Beach y Ford Además del área de la antropología, estos científicos también incursionaron en la zoología. En sus investigaciones acerca de la homosexualidad, Beach y Ford estudiaron mamíferos de muchas especies, desde ratones hasta los grandes antropoides. Observan que “los mamíferos machos de muchas especies inferiores a los primates, bajo ciertas circunstancias, intentaran copular con miembros de su mismo sexo”.46 Bruce Bagemihl En su reciente obra, “Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity”, deja poca duda de que la homosexualidad se encuentra donde quiera que uno mira en el reino de los animales superiores. En realidad, mientras más se observa, mayor es la diversidad de las relaciones sexuales que aparecen entre mamíferos y pájaros. Bagemihl, quien vive en Seattle, hace un perfil, especie por especie, de 470 familias animales, en su mayoría mamíferos y pájaros. Él presenta su propia alternativa especulativa a la teoría evolucionista de Darwin, combinando la teoría del Caos y la Antropología para explicar cómo pudieron surgir los comportamientos sexuales exuberantes. Entre las especies que Bagemihl describe están las gaviotas, manatíes, pingüinos, morsas, avestruces, leones, vampiros, ballenas, delfines, jirafas y puerco espines. Casi todos los tipos de actividad sexual utilizados por los humanos, se dan entre los animales. Este autor demuestra cómo muchos zoólogos e investigadores anteriores habían evitado este tema por una mezcla de prejuicios personales y ansiedad intelectual.47 Las Sociedades de los Primates La zoóloga Frances de Waal tuvo que enfrentar el rechazo de sus colegas cuando comenzó a presentar los resultados de sus investigaciones sobre la conducta de los antropoides. Ella encontró que el comportamiento sexual entre dos primates del mismo sexo es a menudo una solución positiva a la rivalidad entre los machos jóvenes y los viejos. Cuando el macho dominante se ha apoderado de todas las hembras, los más jóvenes buscan y obtienen protección del superior adulto adoptando una postura femenina. Estos machos jóvenes también llegan a ser objeto de un asalto sexual real o simbólico, por parte de los dominantes. La homosexualidad también se presenta entre los machos jóvenes, cuando han sido aislados en un grupo después de que los machos dominantes se han apropiado todas las hembras. 48 1.4 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS Enfoque Constructivista sobre la Homosexualidad Algunos estudiosos de la homosexualidad afirman que la naturaleza de la orientación sexual se construye dentro de una sociedad particular. Así, Mc Intosh dice: “La conceptualización actual de la homosexualidad como condición, es falsa y resulta de un sesgo etnocéntrico. Por el contrario, la homosexualidad debe verse como un rol social”.49 Según este enfoque constructivista hay que tener en cuenta que lo que es considerado como un acto perverso de homosexualidad por una sociedad como la Europea, puede ser un acto ritual que implique crecimiento y masculinidad en otra cultura tal como la Keraki de Nueva Guinea.50 Wenrich y Williams (1991), trabajando desde esta perspectiva, concluyen: “Nuestra sociedad ha tomado una clase natural de sexualidad y la ha convertido en un tabú, en una forma que es completamente innecesaria para su estabilidad o para sus valores. Es hora de que aprendamos de otras culturas que la igualdad uniforme no es una meta deseable para una sociedad”.51 El estudio sociológico de la homosexualidad sólo se ha emprendido en una época relativamente reciente. Anteriormente la sociología consideraba que la sexualidad no era de su competencia directa y la homosexualidad no era ninguna enfermedad social. Pero con el tiempo se ha tomado la conciencia de que las personas gay pueden constituir un grupo social. Según la sociología, la persona se configura en una sociedad. El ambiente le brinda una serie de estímulos a los cuales debe responder. La respuesta de cada uno es característica propia, y se ve condicionada por las experiencias de éxito o fracaso en determinada situación. De ahí surge la personalidad, que según las circunstancias puede ser homosexual o heterosexual. Se han sugerido muchas causas evolutivas para la homosexualidad de un individuo, pero ninguna de ellas es determinante: El quedar huérfano de uno de los padres a una corta edad, ser el menor de los hijos o haber sido concebido a una edad muy avanzada de los padres; no tener hermanos del otro sexo, etc. A un nivel más colectivo Gayle Rubin52, dice que “el comportamiento homosexual siempre ha estado presente entre los hombres, pero en las diferentes sociedades y épocas puede ser premiado o castigado, exigido o prohibido, ser una experiencia temporal o una vocación para toda la vida”. Por su parte, Robert Padgug53 sostiene que “para ser gay se requiere más que una inclinación individual (como quiera que ésta sea concebida) o una actividad homosexual. Se necesitan en primer lugar conjuntos enteros de actitudes sociales y la construcción de relaciones sociales, subculturas y culturas particulares”.54 C.A. Tripp, estrechamente asociado con Kinsey antes de establecer su propio instituto de investigación en Nueva York, publicó en 1977 un estudio muy significativo sobre la construcción cultural y social de la homosexualidad. Sugiere que cuando las sociedades pasaron de ser tribus a ser unidades políticas semejantes a los estados, hace cerca de 5000 años, comenzó a surgir una homosexualidad como estructura de clase, en la cual la riqueza confería poder sexual. Con el fin de proteger los derechos masculinos se restringió la libertad de la mujer. Esto se hizo especialmente evidente en Grecia.55 Observando la adolescencia de los homosexuales, Tripp concluyó que éstos llegan a la pubertad más tempranamente que los heterosexuales. Sus actividades sexuales en la adolescencia raramente pasan de ser algo más que exploraciones eróticas y ni esas experiencias, ni la “corrupción de menores” causan la homosexualidad, porque casi siempre resulta que ya para esta edad se ha forjado la orientación sexual. Tripp deja en claro que: “una observación profunda nos enseña que no existe un elemento singular en la homosexualidad, ninguna influencia original por sí sola es definitiva. La existencia final de cualquier orientación sexual depende del grado en el cual sus varios componentes se han reforzado mutuamente produciendo una estructura, un sistema de valores, un patrón de respuestas”.56 No cabe duda de que la homosexualidad, o por lo menos sus prácticas menores, y en particular la masturbación mutua, son frecuentes en los adolescentes. No obstante, parece que se puede asignar cierta importancia al descubrimiento del placer homosexual antes de la pubertad, dado que en esta etapa de la vida, en nuestra sociedad occidental, ese tipo de relaciones se facilita más que el heterosexual. Una Clasificación Sociológica de la Homosexualidad El sociólogo David Greenberg, en su monumental trabajo: “La Construcción de la Homosexualidad”, identifica tres tipos de comportamiento homosexual: transgeneracional, transgénero e igualitario. La homosexualidad transgeneracional se ve más a menudo como parte de los ritos de iniciación en los cuales un compañero mayor toma un papel masculino o activo con el fin de trasmitir la masculinidad al compañero pasivo más joven. En la homosexualidad transgénero una persona asume el género del sexo opuesto. El ejemplo más estudiado de este campo se encuentra entre los indígenas norteamericanos, donde el Berdache o Shamán (aparentemente a la vez hombre y mujer) es aceptado y respetado por toda la tribu. La homosexualidad igualitaria se presenta cuando cada compañero trata al otro como igual. Esta última forma se encuentra entre hombres y mujeres de la mayoría de las culturas.57 La Función Social de la persona Gay Michael Schonfield,58 en su libro “Aspectos Sociológicos de la Homosexualidad”, plantea una interesante tesis acerca de la función social de la persona gay. Afirma que su diferencia con respecto a los demás, hace de esta persona una “inconformista en una parte fundamental de su vida”. Y esto puede llegar a ser una ventaja para la sociedad en la cual vive. “Toda adaptación social, incluyendo todo desarrollo en las artes y en las ciencias, es iniciada por una pequeña minoría de aislados sociales. En algunas personas una disposición homosexual hace aflorar un intelectualismo rudo que rechaza muchas cosas aceptadas incondicionalmente por la mayoría”.59 Teoría Fascista sobre la Homosexualidad Jorge Ledesma propone por otra parte en “La Luz Gay” una teoría sociológica neo-nazi acerca del origen de la homosexualidad: “Una de las causas principales de la proliferación gay actual, son las ciudades. Vertederos de alimentos adulterados enemigos del hipotálamo. El confort, el aire acondicionado, los ascensores, los vehículos, las escaleras mecánicas, todo lleva al menor esfuerzo que es la cuna del maricón. Sabido es que el principal acicate para fortalecer virilmente al animal salvaje es el peligro... nuestra tecnología ha suprimido el peligro físico natural por una supuesta seguridad social que vuelve maricones a los varones”.60 En 1928, un documento del partido nazi afirmaba que la vida significa lucha y los Alemanes sólo podían luchar si mantenían su masculinidad, la cual es sinónimo de disciplina, especialmente en el amor. Por eso rechazaban de plano la homosexualidad.61 El marxismo ante la Homosexualidad62 En el extremo opuesto Wilhelm Reich, quien unió la teoría freudiana a las ideas de Marx, consideraba que la homosexualidad era debida a causas sociales: era una cuestión de educación, que sólo aparecía cuando no existían las condiciones para una buena relación entre el hombre y la mujer, como pasa en las prisiones; y la mejor manera de evitarla era la educación en los colegios mixtos y “la práctica de las relaciones sexuales en el momento adecuado”. La homosexualidad es sólo una consecuencia del sistema burgués dominante: “Por tanto tiempo como predomine la educación sexual burguesa, ésta seguirá produciendo homosexuales. Para Reich, la sociedad se interesa en conseguir la represión sexual porque “la civilización exige moralidad”.63 Al evitar la satisfacción de la energía sexual, hace que ésta busque otra salida que lleva a los trastornos psíquicos y somáticos. La homosexualidad sería una manifestación neurótica, debida a las limitaciones y controles ejercidos socialmente sobre la heterosexualidad, de modo que si ésta pudiera expresarse más libremente conseguiría eliminar al componente homosexual de la sexualidad humana, ya que éste es el más débil. |