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Estadísticas sobre la Homosexualidad. El Estudio de Kinsey Al principio se pensaba que la homosexualidad era muy escasa. Un libro de 1885 aseguraba que sólo había 35 casos conocidos en el mundo entero. Alfredo Kinsey, aunque no era sociólogo sino zoólogo, fue quien elaboró el primer estudio profundo de la sociología de la sexualidad. En 1942 inició un estudio por encargo de la Fundación Rockefeller y la Universidad de Indiana. En este estudio se encuestaron 12000 personas de uno y otro sexo. La investigación encontró que el 4 % de la población masculina era exclusivamente homosexual, y un 37 % de dicha población había tenido alguna experiencia homosexual entre la adolescencia y la vejez. Entre las mujeres la incidencia de la homosexualidad era mucho menor: Solo entre el 1,1 y el 3 % era exclusivamente homosexual. Pero el descubrimiento más importante de Kinsey es que la sexualidad humana se presenta como un continuo entre la heterosexualidad y la homosexualidad. En todas las personas hay un grado de homosexualidad mayor o menor, y este grado puede variar en cada persona según los momentos o circunstancias de su vida. El autor establece una escala entre 0 y 6 para describir la sexualidad de la persona en cierto momento de su vida: 0 corresponde a la heterosexualidad exclusiva y 6 a la homosexualidad exclusiva, 3 sería el número de la bisexualidad pura. La Investigación de Bell y Weinberg64 Continuando con las investigaciones de Kinsey, Bell y Weinberg realizaron un estudio de 10 años (entre 1968 y 1978), en el cual se concentraron en “la relación existente entre el tipo de vida sexual de los homosexuales y su adaptación social y psicológica.” Lo que más destacan estos autores es que no existe uniformidad entre las personas homosexuales sino que hay tanta diversidad entre ellas como la que existe entre las personas heterosexuales. Además la homosexualidad comprende mucho más que la inclinación sexual de una persona. No es justo describir la personalidad de alguien por su sola inclinación sexual. “Se entiende mejor a los homosexuales cuando se les mira como seres humanos completos y no únicamente en términos de su comportamiento sexual.”65 El cardenal Ratzinger está de acuerdo con esta observación cuando dice que: “una visión que clasifique a las personas sólo sobre la base de su orientación sexual no respetaría plenamente la verdad de la persona humana...”.66 En su investigación, Bell y Weinberg encuestaron cerca de 1000 homosexuales (entre mujeres y hombres) y 500 heterosexuales, todos del área de la bahía de San Francisco. El estudio consideró en particular las relaciones de los entrevistados con sus padres, y la influencia de estas relaciones, en especial durante la niñez y la adolescencia. Aunque los padres fueron percibidos con más frecuencia de una manera relativamente negativa por parte de los niños que por parte de las niñas, eventualmente esto tuvo poca influencia sobre la orientación sexual de ellos. El reporte concluía: “Sobre la base de nuestros hallazgos, ningún fenómeno en particular o ningún tipo de vida familiar pueden singularizarse como especialmente trascendentes para un desarrollo homosexual o heterosexual. Usted puede darle a sus hijos balones de fútbol y a sus hijas muñecas, pero nadie puede garantizarle que jugarán con ellos. Lo que parece que hemos identificado... es un patrón de sentimientos y reacciones dentro del niño que no pueden ser rastreados hasta una raíz psicológica o sociológica singular”.67 Otra conclusión importante de las investigaciones realizadas por Bell y Weinberg en el Instituto Kinsey, se relaciona con la posible incidencia de los factores biológicos y ambientales en la formación de la orientación sexual. Así, las personas situadas en los extremos de la escala de Kinsey, es decir, con una orientación homosexual o heterosexual de fuerte predominancia (categorías 0, 1, 5, y 6), están probablemente más influenciadas por factores biológicos que por los ambientales. Por otra parte, parece que en el desarrollo de la orientación sexual de las personas que son estrictamente bisexuales o cuya orientación bordea la bisexualidad (categoría 2, 3 y 4), los factores ambientales han jugado un papel más importante que los biológicos. Reportes Más Recientes El centro nacional de investigación de opinión de la Universidad de Chicago llevó a cabo en 1989 una Encuesta Social General, y en ella incluyó algunas preguntas sobre comportamiento homosexual y heterosexual. A través de esta encuesta encontró que durante el año anterior a ella, cerca del 2 % de adultos sexualmente activos había participado en actividad exclusivamente homosexual o bisexual. Entre el 5 y 6 % reportó que desde los 18 años habían participado en actividad bisexual o exclusivamente homosexual Estas cifras se refieren sólo a actividad y no dicen nada acerca de sentimiento eróticos o románticos.68 Por otra parte Shere Hite69 reportó que según su estudio: “casi el 60 % de los hombres jóvenes habían tenido experiencias con otros muchachos, pero las jóvenes rara vez experimentaban el sexo juntas”. Las amistades de éstas eran intensamente emocionales y en ellas se establecía una gran intimidad verbal, a diferencia de las amistades entre los jóvenes, en las cuales hay un mayor énfasis en la intimidad física. La Homosexualidad en Colombia Respecto al caso concreto de Colombia, una encuesta realizada por la firma Gallup en 199770, nos da una idea sobre la situación de la sexualidad en el país. El estudio se hizo por medio de entrevistas personales a individuos mayores de 12 años en 800 hogares de las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Se encontró que el 6 % de los hombres y el 1 % de las mujeres reconoció haber tenido alguna vez relaciones sexuales con alguien del mismo sexo. Vale la pena destacar que en la misma encuesta realizada en 1995 sólo el 3 % de los hombres reconoció haber tenido relaciones homosexuales. Este estudio también mostró que las personas homosexuales inician su actividad sexual a una edad más temprana que las heterosexuales. La ciudad de Bogotá es el lugar donde los homosexuales se muestran más precoces ya que el 44 % de ellos dice haber tenido su primera experiencia antes de los 10 años. Sin embargo, Medellín es la ciudad donde se da el mayor porcentaje de homosexualidad, ya que el 10 % de los hombres y el 3 % de las mujeres dijeron haber tenido relaciones con personas del mismo sexo. Respecto a la estabilidad de las relaciones, se encontró que el 35 % de las relaciones homosexuales se llevan a cabo con una pareja estable y que en promedio la persona homosexual ha tenido 10 parejas a lo largo de su vida sexual. En cuanto a la homofobia, se constató que el 30 % de las personas encuestadas prefieren no tener trato alguno con homosexuales. 1.5 CONCEPTOS DE LA TEORÍA DEL APRENDIZAJE71 Según esta teoría, el impulso sexual, anclado biológicamente en toda la escala animal, es una tendencia neutra que el aprendizaje social irá estructurando en una dirección definida. Por tanto en una cultura que reprime la homosexualidad, se considera que por ciertas circunstancias, las personas que presentan esta orientación han realizado un “aprendizaje defectuoso” (en sentido estadístico) y no han asimilado los modelos de conducta “normales” en esa sociedad. Konrad Lorenz72 dice que el hombre es “el especialista de la no especialización” y se caracteriza por su tendencia a escapar de los automatismos endógenos. A diferencia de los demás animales, el hombre puede aprender experiencias nuevas durante toda su vida. Dentro de este rasgo humano de apertura a la novedad, las diferentes expresiones sexuales son el fruto de la influencia del ambiente sobre el programa genético común de la especie. Por tanto, la identidad sexual se conforma en un proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta las características particulares de cada individuo. De la relación entre estos dos factores resultará la homosexualidad o la heterosexualidad, sin descontar que personas distintas puedan resultar con igual orientación sexual a través de experiencias diferentes, o que el mismo conjunto de hechos pueda llevar a conductas diversas.73 Pedronel Manrique 74 afirma que según el neoconductismo, el comportamiento homosexual no escapa a los mecanismos de la triple contingencia (estímulo – respuesta – reforzamiento) y excepto en casos en donde es evidente la influencia biológica (como en el hermafroditismo), el factor determinante es el ambiental. Manrique señala algunas fuentes de estimulación que influyen en el aprendizaje de la homosexualidad: los modelos parentales en los cuales el niño aprende a ser como su progenitor del sexo opuesto; el rechazo de los padres hacia su hijo porque deseaban que fuera del otro sexo; aprendizaje en situaciones accidentales: internados, cárceles, etc. ; experiencias sexuales negativas con el sexo opuesto. Todos estos factores podrían ser determinantes de una orientación homosexual. Rubén Ardila reporta que los adolescentes cuyas fantasías eróticas se presentan a una edad muy temprana, tenderán a asociarlas más fácilmente con personas del mismo sexo. Incluso algunos varones homosexuales informan haber tenido fantasías sexuales a los 6 o 7 años, llegando hasta el orgasmo, y este hecho ha tenido un impacto determinante en su vida sexual posterior. Además, como antes de los 13 años generalmente los compañeros de juego son personas del mismo sexo, la exploración sexual con amigos muy probablemente conduce a un aprendizaje homosexual. También se ha dado el caso de “iniciación” por parte de un homosexual adulto o un joven mayor, pero esta experiencia no siempre lleva a la homosexualidad. En general se puede afirmar que no es posible convertir a una persona heterosexual en homosexual simplemente teniendo relaciones con ella. Además, al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad es algo acerca de lo cual uno es usualmente consciente mucho antes de haber tenido cualquier experiencia sexual explícita de ella. Es tan difícil atribuir la homosexualidad a la seducción, como atribuir a ésta la heterosexualidad. Y sin embargo ésta es una de las teorías más comunes acerca del origen de la homosexualidad. Todos han escuchado el tradicional cuento de horror del siniestro extraño, vestido con un sobretodo cuyos bolsillos están llenos de dulces, acechando por el patio de recreo, para atraer a los niños pequeños hacia el desastre moral del cual nunca se recuperarán. Según Ardila75, aunque la homosexualidad tiene una base genética y probablemente un substrato hormonal, sí hay algunas conductas que se aprenden. Entre ellas señala las siguientes: Aprender a ser parte de un grupo minoritario; aprender a ser parte de la subcultura gay; aprender un estilo de vida y aprender unas conductas específicas. Este autor concluye que hasta hace 15 años lo que más se enfatizaba eran los factores de aprendizaje, en tanto que en este momento se tiende a realzar más los factores genéticos y hormonales que influyen en la homosexualidad. 1.6. CONCEPTOS BIOLÓGICOS Ya desde 1930 el gran médico Gregorio Marañón afirmaba que “el cerebro es el órgano sexual más importante del ser humano”, y consideraba la Homosexualidad como una anomalía del instinto, un estado intersexual en el cual “el trastorno funcional es mucho más intenso que el anatómico”. También reconocía la importancia de las hormonas en la determinación de la orientación sexual.76 Endocrinología y homosexualidad. Desde 1970 hasta fines de la década de los 80, el Doctor Günter Dörner dirigió una serie de investigaciones sobre la organización sexual del cerebro en los animales y en los humanos77. Dörner llegó a la conclusión de que la Homosexualidad puede ser producida por una deficiencia de andrógenos en los machos y un exceso de andrógenos en las hembras durante el período de organización sexual del cerebro. Así por ejemplo, en el caso de los hombres, se produciría un cerebro diferenciado de manera predominantemente femenina. Además, las situaciones de stress de la madre antes del nacimiento pueden producir también la homosexualidad en el adulto. Por otro lado, la deficiencia de la enzima 21’ hidroxilasa en el feto puede conducir a la homosexualidad. En síntesis, los efectos de los genes, hormonas y ambiente social sobre la maduración sexual del cerebro son factores complementarios. Cabe decir que las investigaciones de Dörner han sido seriamente cuestionadas por algunos autores e incluso por la Sociedad Alemana de Investigación Sexual, que ha llegado a afirmar que el objetivo de Dörner es erradicar la homosexualidad mediante una intervención endocrina radical durante el desarrollo fetal, y que es el prejuicio social en contra de la homosexualidad, lo que impulsa sus investigaciones. Masters y Johnson78, después de hacer un repaso sobre las diversas investigaciones acerca de la influencia de las hormonas en el desarrollo de la sexualidad humana, concluyen que en general aquellas investigaciones tienen muchas limitaciones metodológicas y por tanto, mientras se tiene una información más segura, se debe mantener una postura intelectual abierta. Cuando mucho, se puede afirmar que en algunos casos la predisposición hormonal puede interactuar con factores sociales para promover una orientación homosexual. Diferencias Neuroanatómicas En 1978 Roger Gorski y sus colaboradores descubrieron que un grupo de células, situadas en la región preóptica, del hipotálamo del cerebro de ratas macho, formaba un conjunto de mayor tamaño (hasta 7 veces), que en el cerebro de las ratas hembra. Este grupo de células se denominó “núcleo con dimorfismo sexual del área preóptica (SDN – POA)”. A partir de este descubrimiento se trató de buscar si en los humanos también existían estos núcleos. Con este fin se estudiaron los núcleos intersticiales del hipotálamo anterior (INAH). Se encontró que el tercero de éstos (INAH – 3) mostraba un dimorfismo más claro. Esto llevó a Simón Le Vay a comparar el tamaño del INAH – 3 en el cerebro de homosexuales y heterosexuales. Le Vay concluyó que éste es mayor en los heterosexuales. En cambio el tamaño del INAH – 3 de los hombres homosexuales es semejante al de las mujeres. Le Vay79 sugiere tres correlaciones posibles entre orientación sexual y tamaño del INAH–3:
Le Vay se inclina por la primera correlación, pero admite que todavía no se puede concluir nada definitivo. Richard Swaeb, investigador Holandés, afirmó en 1990 que un grupo de células del núcleo supraquiasmático en el cerebro tenía cerca del doble del tamaño en los hombres homosexuales que en los heterosexuales. Otros investigadores encontraron que la comisura anterior que conecta los lóbulos temporales de los dos hemisferios cerebrales, también es más grande en los homosexuales. En 1995 un grupo de neurólogos Holandeses, estudiando una población de travestis, encontró que éstos tienen un área del cerebro cuyo tamaño es semejante al de las mujeres, un 44% menor que el de los hombres heterosexuales. Esta región, que se llama BSTc, está localizada en el hipotálamo. No obstante, el tamaño de esta región era idéntico entre hombres homosexuales y heterosexuales, dejando en claro que el homosexual y el travesti son personas con rasgos diferentes. 80 En síntesis general se sugiere que los varones homosexuales tienen una estructura neuroanatómica más parecida a la de las mujeres que a la de los hombres heterosexuales. Tales diferencias se fijan en una edad muy temprana e influyen en las conductas, pero también los estímulos externos y el medio ambiente pueden influir sobre la conformación de tales diferencias quizás hasta los cuatro años de edad. También en cuanto a la aptitud espacial se ha encontrado que existen diferencias entre los hombres homosexuales y heterosexuales. En las tareas de rotaciones mentales, los homosexuales tienen ejecuciones más semejantes a las de las mujeres que a las de los heterosexuales. En cuanto al rendimiento en la mayoría de las tareas espaciales, los varones homosexuales están por debajo de los heterosexuales. |