Foro Esquipulas 2014, Fundación Esquipulas
Documento base para la Mesa de Reflexión
Enrique Matheu Recinos
“Innovación, Cultura e Identidad de los Pueblos”
Introducción:
Antecedentes:
La importancia de la Cultura en el desarrollo humano sostenible
Referencias en el proceso de Integración de Centroamérica.
Propuesta metodológica:
Espacio para la Reflexión.
Anexos:
Foro Esquipulas 2014, Fundación Esquipulas
Documento base para la Mesa de Reflexión
“Innovación, Cultura e Identidad de los Pueblos”
Introducción:
Hoy más que nunca, cuando la incertidumbre de un mundo convulsionado por la violencia y los enfrentamientos armados, por la debacle de los mercados y las crisis económicas, la corrupción generalizada y la vigencia de los poderes facticos; Es hoy que la cultura, desde su riqueza en la diversidad y la tecnología acercan a las personas y a las instituciones a través de las redes sociales, se perfilan como actores clave para reinventar la vinculación entre los habitantes de El Centro de América. Hoy más que nunca es oportuno, sino urgente, fortalecer el imaginario social que dibuja en los corazones de los ciudadanos de esta parte del mundo, un futuro compartido, próspero, justo y sobre todo en Paz.
Es hoy, que el ciudadano de a pie habrá de recobrar la confianza la humanidad, a la que todos pertenecemos y por cuya identidad, debiéramos estar comprometidos en la construcción de un mundo mejor. Mejor y diferente para heredar a las generaciones venideras. Es hoy cuando cada uno, en una “selfie” metafórica, habrá de descubrirse, que capaz de cambiar su realidad, se compromete a caminar tras del sueño, que siendo propio le hermana al de sus vecinos.
El Centro de América es una región inmensamente rica en recursos naturales, diversamente densa en sabidurías ancestrales, cobijada por una historia semejante y acosada por carencias y dolencias similares. El potencial creativo de los habitantes de El Centro de América no ha sido aún reconocido por el mundo, ni aún por los propios centroamericanos, es por eso lo oportuno, lo importante de pensarnos, de soñarnos, de descubrirnos y de reconocernos todos, como actores del despertar de una nueva esperanza.
La tarea de reconocer a los otros como propios en una región compartida, multiplicará la potencialidad de la misma. Transformar la “Otredad” en “Nostredad” a todo nivel, es la tarea principal que desde la cultura, requiere el proceso de Integración regional, la construcción de la Paz y el imperio de la Justicia en nuestras tierras. La cultura como una realidad dinámica y cambiante, es a la vez un proceso histórico en evolución y la concatenación de resultados históricos, espacio-temporales y sociales. Es pues, el esfuerzo por evolucionar hacia nuevos acuerdos cotidianos consensuados, pero sobretodo, apropiados y asumidos voluntariamente por las personas, lo que permitirá avanzar a una Centroamérica fortalecida y comprometida con un desarrollo humano, sostenible y sustentable, en equidad, justicia y Paz.
Es de reconocer que este importante y reconocido Foro Anual de la Fundación Esquipulas, incluya dentro de su espacio de reflexión Esquipulas 2014, la temática de la Cultura y muy significativo es también, que lo haga al relacionar la Cultura a la Identidad de los pueblos y con la Innovación.
Cuando se piensa en cultura es frecuente orientarse a las diferentes manifestaciones culturales, las costumbres, las expresiones artísticas, la literatura, la gestión del conocimiento, el patrimonio cultural, la animación cultural, etc. Resultados todos de procesos culturales diversos y más o menos compartidos por los grupos sociales. Igualmente perfilamos a los actores culturales como los poetas, escritores, músicos, artistas, animadores, investigadores, etc. Quienes son elementos esenciales y tangibles de la cultura.
El término Cultura es y ha sido considerado en sus múltiples aspectos y dimensiones. En un breve acercamiento y como una invitación a la reflexión.
Proponemos la Cultura como un conjunto plural de procesos singulares, dinámicos y englobantes que se engendran, generan, consolidan y subyacen en la cotidianeidad de los pueblos y de los grupos sociales, él cual es expresado, espontáneamente en actitudes, mitos, tradiciones, conductas, reacciones y memorias socialmente compartidas, e intencionalmente en códigos de convivencia y de comunicación comunes, propuestas creativas, innovaciones científicas y tecnológicas y expresiones artísticas; que íntimamente relacionados con la temporalidad y la dimensión espacial, perfilan y esbozan sus metodologías a sus protagonistas y a las sociedades que las abrigan, o que son contenidas por ellas.
Desde ésta propuesta, la intervención en la Cultura surge en un espacio subjetivo y se manifiesta en la realidad objetiva, e invita a la reflexión y al análisis de conjunto, como esa realidad mutante, que a su vez, cíclicamente, inspira y es producto de los procesos culturales.
Cuando planteamos la larga y acariciada tarea de la construcción de “un sueño en común” en nuestra región, tan diversa como similar, no podemos ignorar la dimensión cultural, como protagonista central de los procesos de integración de la región del “Centro de América”.
El proceso cultural, dinámico y sistémico, cuyo principal sujeto es el ser humano y que actúa y se manifiesta precisamente en el comportamiento social de las personas. Contribuye a explicar los procesos históricos del desarrollo de la humanidad en sus diferentes escenarios.
Así, las personas nos enfrentamos a una cultura en la que encontramos el sentido de lo cotidiano, de todo aquello que nos es transmitido en la proximidad, desde la herencia materna, la familia, la comunidad, el barrio etc. Podemos conceptualizar ésta información básica necesaria para comprendernos, relacionarnos, descifrar nuestro papel en el entorno y aún para reinventarnos. Es este el escenario de la Cultura Heredada, a la cual de manera inconsciente nos asimilamos y la que primigeniamente, perfila nuestras identidades, comprende entre otros las cosmovisiones y la comprensión peculiar del mundo, nuestras relaciones con él, los códigos de comportamiento social y de comunicación; pertenece al inconsciente colectivo, proyecta el germen de la identidad y está relacionado directamente con la dimensión histórica.
Constantemente estamos siendo influidos por los acontecimientos y por los fenómenos económicos, sociales, políticos y naturales cotidianos que inciden en el sentir y en el razonar colectivos y en nuestras relaciones con el contexto social, ambiental, etc. Los sistemas de educación en todas sus formas, los medios de comunicación social, la moda, economía, la ciencia y tecnología, los fenómenos históricos y naturales, etc. Inciden directamente en el comportamiento y en la confianza social, y afectan el “Estar Siendo” en los procesos culturales, que se reflejan en su relación con el entorno. Podemos considerar este escenario como de la Cultura Inducida.
Resultado de los procesos de reflexión crítica, espacio-temporal, de la conciencia colectiva de la historicidad y potenciados por la inconformidad creativa, que hace transitar hacia un “mejor estar siendo”, se plantea la Cultura Creativa, la cual genera el compromiso social con la innovación, definido por el “Poder Ser”, que comprende el pensamiento alternativo, la producción artística e implican la dinámica del cambio y la construcción de las utopías sociales.
La búsqueda de consensos, implica el ejercicio del diálogo incluyente y plural que generado desde la diversidad, pretende afianzar convenios básicos, utopías compartidas por un “Querer ser” socialmente apropiado y asumido. Los procesos de construcción esos acuerdos les llamaremos Cultura Dialogante y durante los mismos podremos distinguir los modelos de convivencia diversos desde la democracia hacia atrás. La política se desarrolla a partir del interés por lograr consensos
La dimensión política de la Cultura proyecta a la sociedad en búsqueda de acuerdos metodológicos del “Como Hacer” para alcanzar los objetivos de la utopía concertada. La Cultura Política habrá de proponer los sistemas y las herramientas que hagan posible el acuerdo social del tránsito a un mejor pacto social, resultado de una reflexión dinámica, crítica y creativa de los ciudadanos, la cual puede o no ser institucionalizada y organizada.
La Cultura Ciudadana es la participación efectiva de la sociedad civil organizada en el diseño, gestión, ejecución y evaluación de su propio modelo de desarrollo. Resultado del compromiso real de los ciudadanos en la gestión de Políticas Públicas Participativas y en la acción para la Incidencia en el desarrollo integral. Los procesos de ciudadanización de las políticas públicas permitirán la apropiación de los ciudadanos de sus roles en el esfuerzo concertado por el desarrollo humano sostenible, la justicia y la Paz firme y duradera.
El paradigma propuesto implica un movimiento cíclico y sistémico, en permanente renovación, del cual, las personas, los ciudadanos son el motor pero también el resultado de la dinámica que impulsan. La historia se escribe, el desarrollo se manifiesta y la tecnología impulsa las nuevas realidades.
La innovación tecnológica ha acercado a las personas y las organizaciones y ha creado la “proximidad digital”, posibilitando un nuevo y amplio campo para el desarrollo y fortalecimiento de redes sociales y comunidades virtuales, que a su vez reúnen y potencian la capacidad creativa que desde la diversidad cultural y natural que caracteriza a esta región del continente.
Es por eso que hoy, más que nunca el potencial de los centroamericanos constituye una riqueza in imaginable en un mundo globalizado en sus ideas, en sus sistemas y en sus procesos.
Es por eso que reconociendo y respetando las identidades de los pueblos que perfilan nuestra región, debemos construir “imaginarios compartidos” en un tejido social multicolor que nos permita cobijar un futuro promisorio para todos en el Centro de América:
Antecedentes.
Un recorrido por el escenario histórico mundial de la cooperación cultural al desarrollo confirma los pasos dados por los organismos internacionales para incorporar la dimensión de la cultura en las acciones de desarrollo. La UNESCO tiene un papel relevante en esta materia y promueve desde su creación la perspectiva multilateral de la cultura, basada en acciones orientadas, en los inicios a recuperar y posteriormente a proteger el patrimonio cultural material e inmaterial devastado por las guerras del Siglo XX. A partir de entonces, su ámbito de acción ha ido evolucionando e incorporando paulatinamente el estudio de los factores, parámetros e impacto cultural del desarrollo a escala internacional. En 1966 Declaración sobre los Principios de la Cooperación Cultural Internacional y reivindica que toda cultura tiene una dignidad y un valor que deben ser respetados y protegidos y que todo pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar su propia cultura.
En 1970, Conferencia Intergubernamental sobre los Aspectos Institucionales, Administrativos y Financieros de las Políticas Culturales, la importancia del proceso de reflexión sobre cómo podrían integrarse las políticas culturales en las estrategias de desarrollo. En 1972, Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en Europa plantea que “el desarrollo de una sociedad debería tender al mejoramiento cualitativo de la vida", En 1973, Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en Asia, aporta la formulación de sus objetivos económicos y sociales en una perspectiva cultural más amplia y a reafirmar los valores que favorecen la edificación de una sociedad verdaderamente humana".
En 1975, Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en África, contribuye con la concepción del patrimonio cultural inmaterial. En 1978, Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en América Latina y el Caribe. Puso en la mesa el tema de la Identidad Cultural. En 1982, Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT) estableció un vínculo irrevocable entre cultura y desarrollo, afirmando asimismo que "sólo puede asegurarse un desarrollo equilibrado mediante la integración de los factores culturales en las estrategias para alcanzarlo".
(1988-1997), UNESCO inicia Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural la comunidad internacional trabajó para los objetivos propuestos: Agenda de cultura y desarrollo; reconocer la dimensión cultural del desarrollo, afirmar y enriquecer las identidades culturales, aumentar la participación en la vida cultural y fomentar la cooperación cultural internacional. En 1997 Informe Mundial de Cultura y Desarrollo: “Nuestra Diversidad Creativa”, plantea un cambio radical en las visiones sobre el desarrollo: “Un desarrollo disociado de su contexto humano y cultural es un crecimiento sin alma....” En 1998, el Plan de Acción sobre las Políticas para el Desarrollo promueve “la integración de las políticas culturales en las políticas de desarrollo, en particular en lo que respecta a su interacción con las políticas sociales y económicas”.
En 2003, se aprueba a iniciativa de la UNESCO la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Se trata de un documento que marca prioridad sobre el tema de la protección del patrimonio inmaterial, estableciendo su definición y la importancia de avanzar en la sensibilización en los ámbitos locales, nacionales e internacionales en la materia.
En 2004, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) PNUD publica el Informe sobre Desarrollo Humano en el que se destaca el amplio potencial de la humanidad para crear un mundo más pacífico y próspero si se incorpora el tema de la cultura. En 2005, La Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la UNESCO. En 2006 La Carta Cultural Iberoamericana, la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, sienta las bases para la estructuración del espacio cultural iberoamericano y para la promoción de una posición más fuerte y protagonista de la Comunidad Iberoamericana ante el resto del mundo. En 2010 Seminario Internacional “Cultura y Desarrollo” Girona. Evidencia el rol de la cultura en la consecución de los Objetivos Del Milenio.
En 2013 Seminario de Expertas y Expertos en Bilbao, España Acuerdos sobre la importancia de la cultura para los logros del desarrollo y la lucha contra la pobreza y con la preocupación para fomentar una incorporación de esta dimensión cultural en la Agenda de Desarrollo post 2015, A- Dentro del marco de la revisión de los ODM: Integrar la dimensión cultural dentro del consenso internacional para el desarrollo, tanto como prioridad transversal u horizontal como sector de intervención, y animar a todas las organizaciones internacionales a contribuir a este proceso. Subrayar la importancia de la dimensión cultural para aumentar la eficacia de la Ayuda Oficial al Desarrollo, en línea con la Declaración de París y la Agenda de Accra.
Recomendaciones:
- A las organizaciones internacionales
La integración de la riqueza, la diversidad y el desarrollo cultural en los indicadores de desarrollo humano, hacia una nueva lógica de medición del bienestar, y avanzar en la elaboración de las metodologías y herramientas necesarias para ello.
A las organizaciones de la sociedad civil y de los profesionales
Reforzar los procesos de constitución de agrupaciones y plataformas de operadores del sector cultural a nivel internacional y a nivel nacional de los países socios.
Promover la circulación de la información sobre las oportunidades ya existentes en materia de apoyo y financiación a los sectores de la cultura.
b- Referencias en los procesos de Integración de Centroamérica. |